Servicio diario - 16 de mayo de 2019


 

Ser hombres de oración y pastores — Audiencia con los Obispos argentinos en visita "ad Limina"
Larissa I López

Venezuela: Los obispos rechazan la suspensión de la inmunidad parlamentaria
Larissa I López

Protagonistas de una "cultura de la resurrección" — Palabras del Papa a los Lasalianos
Larissa I López

El Consejo Episcopal Latinoamericano eligió nuevas autoridades para 2019-2023
Enrique Soros

Tailandia: Visita pastoral del Cardenal Fernando Filoni
Anita Bourdin

Roma: Las comunidades católicas de inmigrantes celebrarán su fiesta en San Juan de Letrán
Rosa Die Alcolea

Monseñor Enrique Díaz Díaz: El sueño de Jesús
Enrique Díaz Díaz

San Pascual Bailón, 17 de mayo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

16/05/2019-16:12
Larissa 1. López

Ser hombres de oración y pastores —Audiencia con los Obispos argentinos en visita "ad Limina"

(ZENIT —16 mayo 2019).- El Papa Francisco ha insistido a los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) sobre la importancia de ser hombres de oración y pastores y les ha invitado a contribuir en el movimiento de los corazones hacia la reconciliación y la contemplación.

Hoy, 16 de mayo de 2019, el Papa Francisco ha recibido al tercer grupo de obispos de los tres que han peregrinado desde Argentina a lo largo de este mes de mayo para la visita ad Limina. Los de este último grupo proceden de las regiones de Patagonia, Centro, Cuyo y NOA (Noroeste Argentino).

En las visitas ad Limina Apostolorum, los prelados de una diócesis se trasladan al Vaticano, rezan ante las tumbas de Pedro y Pablo, informan al Santo Padre sobre el estado de sus diócesis y renuevan su fidelidad al Pontífice.

Según informa la Oficina de Prensa de CEA, antes de encontrarse con el Papa, los obispos de Argentina celebraron Misa y oraron frente a la tumba del primer Papa, en la Basílica de San Pedro.

 

Intercambio, diálogo y fraternidad

Monseñor Jorge Lorano, Arzobispo de San Juan de Cuyo, ha descrito para los medios que el encuentro con el Santo Padre se produjo en un clima de "intercambio, diálogo y fraternidad". Durante la audiencia todos compartieron unos mates, bebida típica argentina.

Los obispos argentinos conversaron con el Papa sobre las realidades pastorales y desafíos de las diócesis de dichas regiones y este les invitó a ser testigos de la fe. Los pobres y los jóvenes
Francisco y los obispos argentinos comparten la preocupación por los pobres, y el Obispo de Roma subrayó la importancia de dedicar tiempo a los más necesitados.

Igualmente, haciendo referencia a la Encíclica Christus vivit, el Papa ha reiterado que deben prestar especial atención a los jóvenes del país, dedicando tiempo a su acompañamiento.

 

Alegría y dolor

Monseñor Lozano contó que los prelados preguntaron al Santo Padre sobre alguna alegría que les pudiera servir "como fuente de inspiración" y este les transmitió que encuentra el gozo en la santidad de la "clase media de la santidad". Esto es, de la cantidad de gente que hace el bien generosa y desinteresadamente y que construyen el Reino de Dios con su testimonio.

Con respecto al dolor, el Pontífice explicó que le apena el rencor que muchas personas albergan en el corazón y el "chisme" en el interior de la Iglesia.

 

Viaje a Argentina

Los obispos de este tercer grupo han comunicado al Obispo de Roma el deseo, de ellos mismos y del pueblo argentino, de que el Papa les honre con una visita. Francisco ha indicado que, aunque la agenda papal está muy ocupada, queda "abierta la puerta" para viajar a su tierra natal en un futuro próximo.

Finalmente, Monseñor Lozano indicó que durante la audiencia todos los obispos renovaron su adhesión y Ministerio Episcopal, de manera que esta visita ad Limina les ha confirmado en la fe.

 

 

 

16/05/2019-16:37
Larissa 1. López

Venezuela: Los obispos rechazan la suspensión de la inmunidad parlamentaria

(ZENIT — 16 de mayo 2019).- Ayer, 15 de mayo de 2019, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), a través de su Comisión de Justicia y Paz publicó un comunicado en el que manifiesta su rechazo a la decisión del Tribunal Supremo de Justicia, que ha anulado la inmunidad parlamentaria de los miembros de la Asamblea Nacional.

Según indican en el comunicado estas resoluciones "constituyen un irrespeto y una transgresión de los compromisos establecidos en los distintos órganos internacionales de derechos humanos, a los cuales pertenece y participa la República Bolivariana de Venezuela".

Igualmente, los miembros de la Comisión de Justicia y Paz de la CCV, señalan que "el desconocimiento de la inmunidad sin el antejuicio de mérito, ni el allanamiento por parte de la Asamblea Nacional, en contravención a expresas disposiciones constitucionales, afecta gravemente el funcionamiento de la democracia".

Así, consideran que, en la práctica, esta medida supone "un secuestro de la soberanía popular representativa en sus diputados/as que es la esencia de una democracia: el respeto a la voluntad del pueblo y la observancia de los debidos procesos legales y judiciales".

En el mensaje, la comisión también exige la búsqueda de una "solución institucional y democrática a la situación política y social" en la que se encuentra inmerso el país, rechazan la persecución en contra de dirigentes políticos y sociales y sancionan la represión y los abusos de poder.

Además, la comisión denuncia que más de 30 diputados del parlamento han sido privados de sus funciones con motivo de la suspensión de la inmunidad o por encontrarse detenidos o en el exilio.

 

Vídeo de la CEV

Ante la imposibilidad de acceder a su propio sitio web y de publicar textos, también en el día de ayer, la CEV envió a la agencia Fides un video que muestra la dura realidad actual de los venezolanos.

Las imágenes constituyen un testimonio audiovisual de la violencia contra los manifestantes, de gente buscando comida entre la basura, de las ciudades paralizadas por la falta de electricidad, transporte y seguridad, y también de las muestras de solidaridad entre las personas.

El video finaliza con el llamamiento de los obispos a no responder con violencia a las acciones del gobierno y a confiar en la justicia internacional que ha de llegar.

 

 

 

16/05/2019-12:51
Larissa 1. López

Protagonistas de una "cultura de la resurrección" — Palabras del Papa a los Lasalianos

(ZENIT- 16 mayo 2019).- El Papa Francisco ha animado a los Hermanos de las Escuelas Cristianas a ser "los protagonistas de una 'cultura de la resurrección', exhortándoles a buscar a "aquellos que se encuentran en los modernos sepulcros del desamparo, de la degradación, del malestar y de la pobreza para ofrecerles una nueva esperanza de vida".

Hoy, 16 de mayo de 2019, el Santo Padre se ha reunido en una audiencia con los Hermanos de las Escuelas Cristianas, Lasalianos, una comunidad fundada por San Juan Bautista de La Salle que este año celebra el tercer centenario de su fallecimiento.

 

Escuela para todos

En el discurso que les ha dirigido, Francisco ha definido a San Juan Bautista de La Salle como un pionero de la educación que soñaba con una escuela abierta a todos, incluidos los pobres.

De este modo, con el fin de acercar la educación a los más desfavorecidos, este santo francés fundó una comunidad de laicos, el Instituto de Hermanos de las Escuelas Cristianas, concebido como una experiencia original de vida consagrada formada por educadores religiosos no sacerdotes.

Se trata de una reinterpretación del papel de los “monjes laicos”, que se encuentran en medio del mundo y cooperan con la sociedad a través de la enseñanza.

 

Enseñanza como misión

San Juan Bautista de La Salle consideraba que la enseñanza no es solo un trabajo, sino también una misión.

"Soñaba — dijo el Pontífice- con una escuela abierta a todos, por lo que no dudó en enfrentar las necesidades educativas extremas, introduciendo un método de rehabilitación a través de la escuela y el trabajo."

Por eso, entre las reformas en la enseñanza que promovió este santo en su tiempo, se encuentran la del cambio el latín por el francés como lengua en las aulas, la creación de escuelas dominicales para adultos y de pensionados para proporcionar formación a reclusos.

 

Anunciar el Evangelio

Finalmente, sobre las formas de predicar el Evangelio, el Papa Francisco indicó a los Hermanos que "deben adaptarse a las situaciones concretas de los diferentes contextos, pero esto también implica un esfuerzo de fidelidad a los orígenes, para que el estilo apostólico propio de vuestra familia religiosa pueda seguir respondiendo a las expectativas de las personas. Sé que este es el compromiso que os impulsa y os exhorto a caminar con valor en esta dirección".

 

 

 

16/05/2019-17:28
Enrique Soros

El Consejo Episcopal Latinoamericano eligió nuevas autoridades para 2019-2023

(ZENIT — 16 mayo 2019).- En el día de ayer fueron elegidas nuevas autoridades del CELAM, Consejo Episcopal Latinoamericano, en el marco de su 37a Asamblea General Ordinaria, que tiene lugar en Tegucigalpa, Honduras, entre el 13 y el 18 de mayo, con el objeto de programar el nuevo cuatrienio, que va desde 2019 a 2013, y a la luz de los signos de los tiempos, dar una respuesta a la realidad del pueblo latinoamericano y caribeño, en profunda comunión con el magisterio del Papa Francisco.

Como nuevo presidente del CELAM fue elegido el arzobispo de Trujillo, Mons. Héctor Miguel Cabrejos, quien es el actual presidente de la Conferencia Episcopal Peruana. El mismo sucede en la presidencia del CELAM al arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, Cardenal Rubén Salazar Gómez.

Como vicepresidentes primero y segundo, fueron elegidos dos cardenales: Odilo Scherer, arzobispo de San Pablo, Brasil, y Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, Nicaragua, respectivamente.

Los tres obispos mencionados, ofrecieron una conferencia de prensa conjunta, en la que expresaron su alegría por poder ponerse al servicio de la Iglesia de Latinoamérica y el Caribe desde los mencionados puestos de liderazgo. El cardenal Scherer expresó en español que desea construir en unidad "con el Papa, en la nueva evangelización, sirviendo a las conferencias episcopales de Latinoamérica y el Caribe". Por su parte, el cardenal Brenes, quien ejerce su episcopado en un país en el que la Iglesia es perseguida brutalmente por defender los derechos humanos del pueblo, que no son respetados, afirmó que "es un gozo, una alegría, servir a nuestros hermanos en Latinoamérica y en el Caribe". Y agregó: "Fui nombrado obispo hace 31 años y mi vida cercana al CELAM fue una experiencia hermosa, de comunión entre los obispos, de amistad, que fortalecen nuestra vida." Y remató: "Es una experiencia única. Se trata de un reto grande en un continente en época de cambio, y sentimos la cercanía del Papa Francisco."

El arzobispo Cabrejos cerró la conferencia de prensa saludando a sus compatriotas peruanos, mencionando que es la primera vez que un obispo peruano es nombrado presidente del CELAM, indicando que se trata de un honor para todo peruano.

Como secretario general del CELAM fue nombrado Mons. Juan Carlos Cárdenas, quien es obispo auxiliar de Cali, Colombia, mientras que el arzobispo de Monterrey, Mons. Rogelio Cabrera, fue nombrado como autoridad del Consejo de Asuntos Económicos de la mencionada institución.

Uno de los desafíos que enfrentan las nuevas autoridades es coordinar el proyecto pastoral "Propuesta CELAM 2033".

 

 

 

16/05/2019-17:17
Anita Bourdin

Tailandia: Visita pastoral del Cardenal Fernando Filoni

(ZENIT —16 mayo 2019).- El prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Cardenal Fernando Filoni, llegó a Tailandia, Bangkok, este 16 de mayo de 2019, para los 350 años del Vicariato apostólico de Siam (1669-2019), que marcó el inicio de la presencia de la Iglesia Católica en el país, anuncia la agencia misionera vaticana Fides.

Esta visita tendrá un enfoque especial en los diferentes grupos étnicos del país.

En el programa de la visita, mañana, viernes 17 de mayo, tendrá lugar un encuentro en la Catedral de la Asunción con los obispos de Tailandia.

El sábado 18 de mayo, el cardenal Filoni estará en Sampran, a unos treinta kilómetros de la capital, para presidir la misa con motivo del 350 aniversario del Vicariato apostólico de Siam.

Por la tarde, se reunirá con los los consagrados, los seminaristas y los catequistas en la iglesia del Beato Padre Nicolas Boonkerd Kitbamrung (1895-1944), beatificado en el año 2000 por Juan Pablo II.

El domingo 19 de mayo el cardenal viajará a Chiang Mai en el norte del país, donde será recibido por los grupos étnicos Lanna y Akha. Se reunirá con sacerdotes, consagrados, catequistas y ancianos, responsables de las aldeas, y por la tarde presidirá la misa.

El lunes, 20 de mayo, el Cardenal Filoni se reunirá con los grupos étnicos Karens en el pueblo misionero de Mae-Porn, donde celebrará la misa.

El martes 21 de mayo visitará la Iglesia de San José y el pueblo portugués donde los misioneros anunciaron el Evangelio en Ayuthaya, capital del Reino de Siam, lugar de nacimiento del Vicariato Apostólico de Siam. También visitará los restos de católicos y budistas de la ciudad.

 

 

 

16/05/2019-14:42
Rosa Die Alcolea

Roma: Las comunidades católicas de inmigrantes celebrarán su fiesta en San Juan de Letrán

(ZENIT — 16 mayo 2019).- El próximo domingo, 19 de mayo de 2019, la Diócesis del Papa acogerá la XXVIII Fiesta de los Pueblos, que protagonizarán las comunidades católicas de inmigrantes de Roma.

El encuentro comenzará a las 12 horas con una manifestación en la plaza de San Juan de Letrán. Este año el tema es "En la casa común, una única familia humana" y la Misa se celebrará en la Basílica de San Juan de Letrán, Catedral de Roma, estará oficiada por el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, mientras la liturgia la animarán 26 comunidades étnicas.

La 28a Fiesta de los Pueblos es un encuentro organizado por la Oficina de Migrantes y la Caritas de Roma, en colaboración con las comunidades étnicas católicas, con Impresa Sant'Annibale Onlus y muchas realidades comprometidas. en el campo de la migración (Centro Astalli, Misioneros Scalabrinianos, Misioneros Combonianos, Acli Provinciali de Roma, Apicolf y Federcolf)

Así los congoleños cantarán el Gloria, el salmo se entonará en tagalo, el ofertorio correrá a cargo de la comunidad de Sri Lanka, el Sanctus será en ucraniano, los cantos de comunión en rumano y el canto final en polaco.

 

Almuerzo intercultural

Después de la misa, a partir de las 13:30 horas, habrá un almuerzo en la Plaza de San Juan de Letrán, con platos típicos de 13 países: Eritrea, Togo, Rumania, Ghana, Nigeria, Ucrania, Polonia, Bangladesh, Brasil, Cabo Verde, Congo, Camerún y Siria.

Después, se sucederán en un espectáculo multiétnico veinte grupos, para terminar con un gran concierto a las 18 horas en colaboración con el grupo African Perfect Armony, un grupo musical de 11 elementos, nacido en 2017 en el centro de acogida Tagliate de Lucca y con la Med Free Orkestra, un proyecto nacido en el barrio romano de Testaccio en 2010 que reúne a músicos de diversas áreas del mundo, que actuarán junto a la Earth Band guiada por el percusionista napolitano Tony Esposito. También estará en el palco Marco lachini, ganador del Sound Spirit Festival 2019.

 

Conocimiento del otro

"La fiesta quiere dar un importante testimonio de convivencia civil entre diferentes pueblos- explica Mons. Pierpaolo Felicolo, director de la Oficina de Migrantes de la diócesis de Roma-. A lo largo de los años, la ciudad ha aprendido la belleza de estar juntos y tenemos que esforzarnos todavía más por abandonar los clichés sobre las migraciones y poner de manifiesto la normalidad del encuentro entre diferentes culturas. Alimentar el miedo a los migrantes es la peor manera de enfrentar la dimensión humana del fenómeno de la migración. El miedo hace que nos encerremos.

Si luego el miedo se convierte de individual en colectivo, también existe el grave riesgo del fenómeno de reacciones sociales que no siempre sean controlables. Hay que evitarlo. ¿Cómo? A través del conocimiento del otro. El conocimiento es luz, el miedo es oscuridad. Debemos perseguir la luz. Debemos, a través del conocimiento, desarrollar y hacer nuestro el tema de la hospitalidad".

 

 

 

16/05/2019-07:00
Enrique Díaz Díaz

Monseñor Enrique Díaz Díaz: El sueño de Jesús

Hechos de los Apóstoles 14, 21-27: "Contaban a la comunidad lo que había hecho Dios por medio de ellos"
Salmo 144: "Bendeciré al Señor eternamente. Aleluya"
Apocalipsis 21, 1-5: "Descendía del Cielo, la ciudad santa, la nueva Jerusalén"
San Juan 13, 31-33. 34-35: "Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros"

El libro del Apocalipsis nos presenta en una visión el mundo en que vivimos. Mientras casi todos se refieren a este libro como catastrófico y sus textos han sido utilizados como base de películas y novelas de terror y de miedo, hoy nos presenta su verdadero objetivo: dar esperanza, pero una esperanza real, que supere los graves problemas que enfrenta la comunidad: persecución, deserciones, divisiones, pobrezas y dificultades. Todo lo narra con símbolos e imágenes. Y nos lanza a mirar hacia el futuro, proponiéndonos la imagen de un cielo nuevo y una tierra nueva (Ap 21, 1-5).

Alienta nuestra esperanza esta magnífica visión de "un cielo nuevo y una tierra nueva", como la gran meta de nuestros esfuerzos por transformar las realidades de muerte que nos rodean y redimir al mundo con la fuerza vital arrolladora del Resucitado. Una nueva realidad de justicia, paz y amor fraterno habrá de traer "la nueva Jerusalén que descendía del cielo enviada por Dios y engalanada como una novia". Es la esperanza maravillosa que podemos enarbolar frente a los pesimistas y profetas de la muerte y del desaliento que amenazan con una destrucción inexorable del mundo y ridiculizan la posibilidad de construir un mundo mejor.

Si hasta parecen sueños de niños las propuestas del Apocalipsis, pero están sustentadas en las promesas de la Nueva Alianza que Cristo ha sellado con su pasión y su triunfo sobre la muerte. "Esta es la morada de Dios con los hombres —señala un entusiasmado Juan-; acampará entre ellos. Serán su pueblo, y Dios estará con ellos. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado. El que estaba sentado sobre el trono dijo: Ahora hago el universo nuevo".

El Evangelio nos propone las bases sobre las que hay que construir estos cielos nuevos y esta tierra nueva. Cuando Cristo está ya para despedirse entrega a los discípulos su testamento espiritual: el gran mandato del amor como signo visible de la adhesión de sus discípulos a Él, y de la vivencia real y afectiva de la fraternidad. Es el sueño de Jesús, su forma de construir y es la forma que quiere construyan sus discípulos. El mundo podrá identificar de qué comunidad se trata si los discípulos guardan entre sí este mandato del amor. Jesús rescata la Ley, pero pide se cumpla en el amor; quien ama demuestra que está cumpliendo con los demás preceptos de la Ley. Es posible que en la comunidad primitiva se hubiera discutido cuál debía ser su distintivo propio e inequívoco. Para eso apelan a las palabras mismas de Jesús. En un mundo cargado de egoísmo, de envidias, rencores y odios, la comunidad está llamada a dar testimonio de otra realidad completamente nueva y distinta: el testimonio del amor. Allí están las bases sobre las que se puede construir una nueva sociedad. Mientras no vivamos el amor, no es cierto que ley alguna podrá cambiar la sociedad.

Cuando nuestros políticos, sobre todo en campañas, hacen propuestas que parecen novedosas, siempre se quedan cortos porque no está en la base el amor y el respeto mutuo. No es ese amor romántico y dulzón de los novios adolescentes. Es el verdadero compromiso de entrega a los demás en la medida en que lo propone Jesús. Así como él amó. Amar hasta dar la vida. Es el amor de pareja que sabe superar las naturales diferencias; es el amor de padres que no crían hijos con la ilusión de después pasarles la factura en cuidados de ancianidad; es el amor al prójimo donde se tiene en cuenta a todos y cada uno, y no se miran las propias conveniencias. Así, sí se podrá construir una ciudad nueva. Así podremos ilusionamos en construir el Reino que Jesús propone y por el cual dio la vida.

Desgraciadamente los cristianos nos quedamos cortos. Tenemos un gran programa, pero poco lo realizamos. Una de las principales causas por las que tantos cristianos abandonan la Iglesia radica justamente en la falta de un testimonio mucho más abierto y decidido respecto al amor. Con mucha frecuencia nuestras comunidades son verdaderos campos de batalla donde nos enfrentamos unos contra otros; donde no reconocemos en el otro la imagen de Dios. Y eso afecta la fe y la buena voluntad de muchos creyentes.

Y no se pretende que en nuestras comunidades no haya discusiones o que no se de espacio a la diferencia. Eso es precisamente lo que hace grande a una comunidad, su capacidad de amar a los diferentes y de integrar superando el conflicto; que es capaz de crear un ambiente de discernimiento, de acrisolamiento de la fe y de las convicciones más profundas respecto al Evangelio. En el conflicto —llevado en términos de respeto y amor cristiano mutuo- aprendemos justamente el valor de la tolerancia, del respeto a la diversidad, y el mejoramiento de nuestra manera de entender y practicar el amor. Del conflicto así entendido -inevitable donde hay más de una persona-, es posible hacer el espacio para construir y crecer. Para ello hacen falta la fe, la apertura al cambio y, sobre todo, la disposición de ser llenados por la fuerza viva de Jesús. Sólo en esa medida nuestra vida humana y cristiana va adquiriendo cada vez mayor sentido y va convirtiéndose en testimonio auténtico de evangelización.

Además, si seguimos el estilo de Jesús, tendríamos que tener en cuenta de un modo muy especial a todos los menos favorecidos, los más pobres, los más necesitados. Porque a veces parece que se gobierna sólo para favorecer a los más poderosos o con miedo a disgustarlos. O que se está más atento a destruir y ridiculizar al adversario, que a ofrecer propuestas que entusiasmen y contagien a los ciudadanos en la construcción de una comunidad mejor.

Cada uno de nosotros, como cristianos, hoy nos tenemos que cuestionar sobre nuestra actitud frente a la construcción el Reino. Aunque el Apocalipsis dice que la ciudad descendía del cielo, de ninguna manera nos propone la pasividad e indiferencia como camino del futuro. Al contrario, una vez constatadas las dificultades y problemas, tanto internos como externos, nos lanza a que, confiando en Cristo resucitado, pongamos todo nuestro empeño en buscar ese mundo donde "ya no habrá muerte ni duelo, ni penas ni llantos porque ya todo lo antiguo terminó". Ciertamente la paz es un regalo de Dios, pero implica el trabajo intenso y confiado del hombre. La Ciudad Santa es empeño y don. Se requiere para construirla oración y sudor en el esfuerzo.

¿Cómo vivimos el mandamiento del amor entre nosotros? ¿Cómo damos testimonio de este amor en la familia, en el trabajo, en la construcción de la sociedad? ¿Cómo estamos construyendo esa "nueva ciudad", esa nueva sociedad?

Señor, enséñanos a superar nuestros egoísmos y nuestro individualismo, abre nuestro corazón al hermano e impúlsanos a construir "los cielos nuevos y la tierra" en medio de nosotros, prenda de la Jerusalén celestial. Amén.

 

 

 

16/05/2019-07:00
Isabel Orellana Vilches

San Pascual Bailón, 17 de mayo

«Patrono de los congresos eucarísticos que vivió enamorado de la Eucaristía. Recibió favores sobrenaturales que fueron visibles para otros. No podía evitar ciertas manifestaciones externas de su gozo espiritual que causaban sorpresa»

Nació el 16 de mayo (también se señala el 17) de 1540 en la vigilia de Pentecostés, de ahí su nombre de Pascual, en la localidad de Torrehermosa, Zaragoza, España. Fue el segundo de seis hijos. Sus padres Martín e Isabel eran humildes agricultores y no pudieron costearle estudios. Por eso a los 7 años comenzó a trabajar como pastor, oficio que mantuvo hasta los 24. Pero era listo; fue autodidacta y aprendió a leer juntando las letras. Era alegre, parco en palabras, respetuoso, sincero, humilde y generoso, entre otras virtudes que ya se destacaron durante su infancia. Con cierta timidez en algunos momentos, como todos los niños hizo sus travesuras, aunque la que se recuerda está relacionada con el ideal religioso al que se abrazaría. En el transcurso de una visita a un primo que se hallaba enfermo y que vestía de ordinario un hábito, no se le ocurrió otra cosa que ponérselo. No era la primera vez que le había llamado la atención añorando tener uno igual, así que vio la oportunidad y la aprovechó. Mucho costó a los suyos que se desprendiera de él, pero cuando lo hizo advirtió que de mayor sería fraile. Como tantas personas también tenía tendencias que sin ser inmorales podrían haberle impedido alcanzar la perfección, pero las fue transformando progresivamente.

Era de complexión robusta y desde niño se sintió atraído por las penitencias. No existían para él «mentiras piadosas», supo elegir el mejor bocado para los demás, nunca se avergonzó de su humilde sayal, que prefería remendado a que fuese nuevo, no tuvo nada para sí, y buscó cumplir siempre la voluntad de Dios antes que la suya. No puede juzgarse como pueril su gran sentido de la justicia, sino fruto de su sensibilidad espiritual. Así cuando las ovejas pastaban en un campo ajeno, con su corto salario abonaba al dueño lo que hubieran podido esquilmarle. El amo del ganado que pastoreó en Alconchel le tomó gran afecto. Incluso pensó hacerle su heredero, pero Pascual había decidido ser fraile a toda costa y renunció a los bienes.

Uno de sus amigos con los que compartía el mismo oficio era Juan de Aparicio. Ambos unían sus oraciones para elevarlas al Santísimo y a la Virgen entonando cánticos mientras Pascual tocaba el rabel que él mismo había fabricado. Bien cumplidos sus 18 años trabajó en Monforte del Cid y Elche (ambas localidades de Alicante), donde conoció a los franciscanos alcantarinos. Fue la primera vez que tuvo cerca la vida religiosa. Pero siguió cuidando las ovejas. Se detenía con el rebaño en un lugar donde pudiera vislumbrar el campanario de alguna iglesia. Así lo hizo con la ermita de Nuestra Señora de la Sierra en Alconchel, y la de Nuestra Señora de Loreto en Orito, a cuyo dintel solía ir de noche a orar esperando el clarear del día para asistir a la misa. El propietario del ganado que cuidaba sabía bien lo que significaba para él poder participar en ella entre semana. Porque lo peculiar de Pascual desde temprana edad fue su extraordinario amor por la Eucaristía. Incluso hallándose en el campo adoraba al Santísimo.

En una ocasión, en el instante de la consagración anunciada por el alegre repique de campanas, los pastores que trabajaban cerca de él le escucharon decir: «¡Ahí viene!, ¡allí está!», mientras se hincaba de rodillas. Le había sido concedida la gracia de ver el Cuerpo de Cristo. Muchos hechos extraordinarios le acontecían. No le agradaba estar en la palestra, y sin embargo, instado por una fuerza interior no podía evitar ciertas manifestaciones externas de su gozo que, por ser inusuales, llamaban la atención de quienes las veían. Además, los favores sobrenaturales que recibía eran visibles para otros.

A los 24 años pidió ingreso en el convento de los Frailes Menores de Orito, Valencia, aunque le desviaron a Elche donde se hallaba la persona que debía acogerle. Profesó en 1564 y fue trasladado a Orito donde fue limosnero. Después estuvo destinado en Villarreal, Jumilla, Almansa, Valencia, entre otras. Por cualquiera de las localidades que atravesaba siempre halló un momento para visitar al Santísimo. Le encomendaron diversos menesteres; fue portero, cocinero, mandadero y barrendero. Dormía acurrucado contra la pared y le agradaba sentarse en cuclillas. Las dificultades que se presentaban en la convivencia las solventaba con buen sentido del humor y caridad.

Nunca perdía el tiempo. Al igual que había llenado las horas mientras ejercía el pastoreo con oraciones, composiciones para María, la confección de rosarios o de algún instrumento musical, en los pequeños instantes de asueto que surgían en la vida conventual se le podía ver rezando y adorando la Eucaristía con los brazos en cruz. Buscaba el modo de ayudar a los sacerdotes en misa para estar más cerca del Santísimo, al que dedicó hermosísimas oraciones, y proseguía su adoración entrada la noche, llegando a la capilla antes que el resto de la comunidad.

Tuvo que ir a París a entregar una carta al general de la Orden, padre Cristóbal de Cheffontaines, y en el trayecto defendió con bravura la fe en la Eucaristía frente a los calvinistas que le salieron al paso, y que le atacaron. Apenas sabía leer y escribir, pero cuando se trataba de hablar de la presencia de Cristo en la Eucaristía, no había quien le ganara. Era capaz de penetrar con hondura, agudeza y juicio cierto en cuestiones de índole teológica. Falleció en Villarreal, Castellón, el 17 de mayo de 1592, Domingo de Pentecostés, escuchando el tañido de la campana que avisaba de la elevación de la Eucaristía en la Santa Misa. Al confirmarlo, musitó: «Oh que hermoso momento!», y a renglón seguido entregó su alma a Dios. Durante el funeral el ataúd estaba abierto, y mientras el oficiante realizaba la doble elevación abrió y cerró sus ojos en dos ocasiones. Se le han atribuido numerosos milagros en vida y después de muerto. Pablo V lo beatificó el 29 de octubre de 1618. Y Alejandro VIII lo canonizó el 16 de octubre de 1690. León XIII lo declaró patrono de las asociaciones y congresos eucarísticos.