Vaticano

 

El Papa en Rumanía expone una ruta para el futuro de Europa y de mundo

 

El 30º viaje apostólico de Francisco tiene por destino el país rumano veinte años después que el que realizara Juan Pablo II

 

 

01/06/19


 

 

El 30º viaje apostólico del Papa Francisco con destino a Rumanía, comenzó ayer viernes 31 de mayo por la mañana. Veinte años después de Juan Pablo II, el Papa regresa a Rumania. Francisco visitará no sólo Bucarest, como sucedió con Wojtyla, sino también diferentes regiones, cada una con su propia historia y cultura, donde conocerá a las diferentes comunidades católicas, informa Vatican News.

Rumanía es un país de mayoría ortodoxa, en el que los católicos son alrededor del 7%. El Papa llega a un país que lleva 30 años fuera del comunismo, que desde 2007 forma parte de la Unión Europea, este semestre ostenta la presidencia de la Unión Europea y mira hacia el futuro.

 

Ecumenismo y cultura del encuentro

El ecumenismo y la cultura del encuentro fue uno de los rasgos esenciales de ayer. En los discursos pronunciados por el Papa Francisco en su primer día en Rumania, se puede encontrar una hoja de ruta para el futuro de Europa y del mundo. Hablando con el presidente y las autoridades del país, el Pontífice explicó que la atención a los más desfavorecidos representa "la mejor verificación de la bondad real del modelo de sociedad que se está construyendo", expone Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio de Comunicación.

Ciertamente no es la primera vez que el Papa ha puesto el dedo en una de las plagas de nuestro tiempo, un sistema económico-financiero que ha puesto en el centro al "dios dinero" y lo idolatra, en lugar de tener en el centro a las mujeres y hombres que trabajan. "Una llamada de atención para una Europa que a veces parece olvidar el cuidado de las personas y que, por el contrario, debería estar más cerca del alma de los pueblos, mencionada por el Papa", subraya Tornielli.

Esta mirada de Francisco también estuvo presente en los encuentros con las autoridades de la Iglesia Ortodoxa Rumana.

 

Con el Patriarca Daniel

Tras una mañana intensa y una pequeña pausa para almorzar, el Pontífice continuó con su agenda programada para este trigésimo Viaje Apostólico Internacional a Rumania. Entorno a las 15 horas Francisco se ha reunido con el Patriarca Daniel y los Obispos del Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa en Rumania en el Patriarcado Ortodoxo en Bucarest y les ha explicado que, al igual que hace 20 años el Papa Juan Pablo II les dijo que había venido “a contemplar el rostro de Cristo grabado en su Iglesia y a venerar este rostro sufriente”, él también llega a Rumania como “peregrino deseoso de ver el Rostro del Señor en el rostro de los hermanos”.

En su discurso, el Papa también ha expresado que los lazos de fe que les unen se remontan a los Apóstoles y, en particular, “al vínculo que unía Pedro a Andrés”.

Hablando de las persecuciones a los cristianos, el Papa ha subrayado que en Rumania, al igual que en tantos otros lugares actuales, han ​​experimentado la Pascua de muerte y resurrección: “muchos hijos e hijas de este país, de diferentes Iglesias y comunidades cristianas, han sufrido el viernes de la persecución, han atravesado el sábado del silencio, han vivido el domingo del renacimiento”.

También ha recordado aquel viaje que realizó San Juan Pablo II hace 20 años, siento la primera vez que un obispo de Roma viajaba a un país de mayoría ortodoxa: “Fue evento que contribuyó no sólo al resurgir de las relaciones entre ortodoxos y católicos en Rumania, sino también al diálogo entre católicos y ortodoxos en general”.

El Papa ha pedido a los líderes ortodoxos colaborar conjuntamente para evitar las seducciones de una cultura individualista, quizás no tan ideológica como en los tiempos de persecución comunista y atea pero igual de negativa por materialista.