Política

 

El Estado y los padres de Noa, de 17 años, la autorizan a quitarse la vida

 

La chica denunció que los recursos sanitarios para las víctimas de abuso sexual eran insuficientes, pero la eutanasia es barata

 

 

06 junio, 2019 | ForumLibertas.com


 

 

El caso de Noa Pothoven ha conmocionado a Holanda y ha trascendido a la prensa internacional por lo paradigmático del caso y por lo aterrador de las consecuencias de una sociedad cada vez más alejada de la humanidad.

Holanda decidió permitir la eutanasia a una menor de edad víctima de violencia sexual y depresión. La chica denunció que los recursos sanitarios para las víctimas de abuso sexual eran insuficientes. Pero la eutanasia es barata.

Noa, de 17 años, puso fin a su vida después de que sus padres la autorizaran y el estado holandés les refrendara. La joven vivió años sufriendo estrés postraumático, depresión y anorexia como consecuencia de los abusos sexuales que sufrió de pequeña, según ha confirmado su hermana, que denuncia ahora la intención de su hermana.

La joven había publicado su autobiografía titulada ‘Winnen of leren’ (Ganar o aprender, en neerlandés), lo que le había granjeado cierta visibilidad en el país. En el libro reconocía haber sido víctima de abusos sexuales y agresiones años atrás.

 

Noa Pothoven: “en un plazo máximo de diez días voy a estar muerta”

Noa se despidió de sus seguidores en la red social Instagram, donde anunció que iba a suicidarse.

“No me voy a andar con rodeos: en un plazo máximo de diez días voy a estar muerta. Tras años de lucha, todo ha terminado. Por fin voy a ser liberada de mi sufrimiento porque es insoportable. No me intentéis convencer de que esto no es bueno. Es una decisión bien considerada y definitiva”, afirmó en su mensaje en la red social.


Noa con su libro autobiográfico

 

Según relató, había “dejado de comer y beber durante un tiempo” y subrayó que estaba “todavía respirando pero sin estar viva”. La hermana de Noa ha confirmado al diario holandés AD que la menor murió el pasado domingo.

Situaciones como estas no solo agravan las consecuencias éticas que promueve la legalización de la eutanasia, si no que en los países en los que se plantean su regulación crece el miedo a que los estados aprovechen para reducir gastos sanitarios, especialmente en casos de enfermedades mentales a través de la eutanasia.

“Piensan que soy muy joven. Creen que debo terminar el tratamiento psicológico y esperar a que mi cerebro esté completamente desarrollado. Eso no pasará hasta que tenga 21 años. Estoy destrozada porque no puedo esperar tanto. Revivo el miedo y el dolor a diario. Siento que mi cuerpo está aún sucio”, escribió en su biografía. Es el fracaso de una sociedad que no supo ayudar a una joven y que la solución que le dio fue inmolarse.