Servicio diario - 28 de agosto de 2019


 

"Obedeced a Dios en vez de a los hombres" — Catequesis completa del Papa
Rosa Die Alcolea

China: La Santa Sede confirma la consagración de dos obispos
Rosa Die Alcolea

"Todo en Pedro irradia la vida del Resucitado" — Hechos de los Apóstoles
Rosa Die Alcolea

Jóvenes: "Junto a San Agustín, redescubrid el camino de la interioridad"
Rosa Die Alcolea

Españoles y latinoamericanos: "Pidamos de forma constante la fuerza del Espíritu Santo"
Rosa Die Alcolea

80° aniversario del inicio de la 2ª Guerra Mundial: "Todos rezaremos por la paz"
Rosa Die Alcolea

El Papa exhorta a los peregrinos croatas a testimoniar "la esperanza cristiana"
Rosa Die Alcolea

Monseñor Felipe Arizmendi: "Iglesia y ecología"
Felipe Arizmendi Esquivel

Santa María de la Cruz (Juana) Jugan, 29 de agosto
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

28/08/2019-11:53
Rosa Die Alcolea

"Obedeced a Dios en vez de a los hombres" —Catequesis completa del Papa

(ZENIT — 28 agosto 2019).- Pedro respondió ofreciendo una clave de la vida cristiana: "Obedeced a Dios en vez de a los hombres". Esto significa escuchar a Dios "sin reservas, sin demoras, sin cálculos; adherirnos a Él para ser capaces de hacer una alianza con Él y con aquellos que encontramos en nuestro camino", ha explicado el Papa Francisco.

En el discurso en lengua italiana, el Papa, continuando el ciclo de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles, se ha centrado en el tema: "'Cuando Pedro pasaba...' (Hch 5, 15). Pedro, principal testimonio del Resucitado". (Libro bíblico: De los Hechos de los Apóstoles 5, 12.15-16).

En las heridas de los enfermos —asegura el Pontífice- "está siempre la presencia de Jesús, las heridas de Jesús. Ahí está Jesús llamándonos a cada uno de nosotros a cuidarlos, a apoyarlos, a sanarlos". Así, ha narrado que la acción sanadora de Pedro despertó el odio y la envidia de los saduceos, que encarcelaron a los apóstoles y, conmocionados por su misteriosa liberación, les prohibieron enseñar, ante lo que Pedro dio la "respuesta cristiana": "Yo obedezco a Dios en vez de a los hombres".

 

Enfermos, privilegiados del anuncio del Reino

Lleno del Espíritu de su Señor —describe el Santo Padre— Pedro pasa y, sin que él haga nada, su sombra se convierte en "caricia" sanadora, en comunicación de salud, en efusión de la ternura del Resucitado que se inclina sobre los enfermos y restaura la vida, la salvación y la dignidad. De este modo, afirma, "Dios manifiesta su cercanía y hace de las heridas de sus hijos 'el lugar teológico de su ternura'.

En el capítulo 5 de los Hechos —relata el Papa— la Iglesia naciente se muestra como un "hospital de campo" que acoge las personas más débiles, es decir, a los enfermos. A ojos de los apóstoles, como a los ojos de los cristianos de todas las épocas, los enfermos "son destinatarios privilegiados del feliz anuncio del Reino, son hermanos en los que Cristo está presente de modo especial, para que todos nosotros los busquemos y los encontremos", ha indicado.

Sigue la catequesis completa del Santo Padre, pronunciada en italiano, y traducida al español por la redacción de zenit español.

***

 

Catequesis del Papa

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

La comunidad eclesial descrita en el Libro de los Hechos de los Apóstoles vive de tanta riqueza que el Señor pone a su disposición —¡el Señor es generosok experimenta un crecimiento numérico y un gran entusiasmo, a pesar de los ataques externos. Para mostrarnos esta vitalidad, Lucas, en el libro de los Hechos de los Apóstoles, señala también lugares significativos, por ejemplo el pórtico de Salomón (cf. Hch 5,12), lugar de encuentro de los creyentes. El pórtico (stoá) es una galería abierta que sirve como refugio, pero también como lugar de encuentro y testimonio. Lucas, en efecto, insiste en los signos y prodigios que acompañan a la palabra de los Apóstoles y en el cuidado especial de los enfermos a los que se dedican.

En el capítulo 5 de los Hechos, la Iglesia naciente se muestra como un “hospital de campo” que acoge las personas más débiles, es decir, a los enfermos. Su sufrimiento atrae a los Apóstoles, que no poseen “ni plata ni oro” (Hch 3,6) -como dice Pedro al lisiado-, sino que son fuertes en el nombre de Jesús. A sus ojos, como a los ojos de los cristianos de todas las épocas, los enfermos son destinatarios privilegiados del feliz anuncio del Reino, son hermanos en los que Cristo está presente de modo especial, para que todos nosotros los busquemos y los encontremos (cf. Mt 25, 36.40). Los enfermos son privilegiados para la Iglesia, para el corazón sacerdotal, para todos los fieles. No hay que descartarlos, al contrario, hay que curarlos, cuidarlos: son el objeto de la preocupación cristiana.

Entre los apóstoles emerge Pedro, que tiene preeminencia en el grupo apostólico por el primado (cf. Mt 16, 18) y la misión recibida del Resucitado (cf. Jn 21, 15-17). Es él quien da luz verde a la predicación del kerigma el día de Pentecostés (cf. Hch 2, 14-41) y quien, en el Concilio de Jerusalén, desempeñará un papel principal (cf. Hch 15 y Gál 2, 1-10).

Pedro se acerca a las camillas y pasa entre los enfermos, como lo hizo Jesús, asumiendo enfermedades y dolencias (cf. Mt 8,17; Is 53,4). Y Pedro, el pescador de Galilea, pasa, pero deja que se manifieste otro: ¡que sea el Cristo vivo y obrero! El testigo, en efecto, es el que manifiesta a Cristo, tanto de palabra como en presencia del cuerpo, lo que le permite relacionarse y ser una extensión del Verbo hecho carne en la historia. Pedro es el que hace las obras del Maestro (cf. Jn 14,12): mirándolo con fe, se ve a Cristo mismo. Lleno del Espíritu de su Señor, Pedro pasa y, sin que él haga nada, su sombra se convierte en “caricia” sanadora, en comunicación de salud, en efusión de la ternura del Resucitado que se inclina sobre los enfermos y restaura la vida, la salvación y la dignidad. De este modo, Dios manifiesta su cercanía y hace de las heridas de sus hijos “el lugar teológico de su ternura” (Homilía matutina, Santa Marta, 14.12.2017). En las heridas de los enfermos, en las enfermedades que impiden avanzar en la vida, está siempre la presencia de Jesús, las heridas de Jesús. Ahí está Jesús llamándonos a cada uno de nosotros a cuidarlos, a apoyarlos, a sanarlos. La acción sanadora de Pedro despertó el odio y la envidia de los saduceos, que encarcelaron a los apóstoles y, conmocionados por su misteriosa liberación, les prohibieron enseñar. Esta gente vio los milagros que los apóstoles no hicieron por arte de magia, sino en el nombre de Jesús; pero no quisieron aceptarlo y meterlo en la cárcel, los golpearon. Entonces fueron milagrosamente liberados, pero los corazones de los saduceos eran tan duros que no querían creer lo que veían. Pedro respondió ofreciendo una clave de la vida cristiana: “Obedeced a Dios en vez de a los hombres” (Hch 5,29), porque ellos -los tristes- le decían: “No tienes que seguir adelante con estas cosas, no tienes que curar” – “Yo obedezco a Dios ante los hombres”: es la gran respuesta cristiana.

Esto significa escuchar a Dios sin reservas, sin demoras, sin cálculos; adherirnos a Él para ser capaces de hacer una alianza con Él y con aquellos que encontramos en nuestro camino. Pidamos también al Espíritu Santo la fuerza para no asustarnos frente a aquellos que nos mandan que nos callemos, nos calumnien e incluso ataquen nuestras vidas. Pidámosle que nos fortalezca interiormente para estar seguros de la presencia amorosa y consoladora del Señor a nuestro lado.

 

Traducción de zenit/ Rosa Die Alcolea

 

 

 

28/08/2019-15:24
Rosa Die Alcolea

China: La Santa Sede confirma la consagración de dos obispos

(ZENIT — 28 agosto 2019).- La Santa Sede ha confirmado la consagración de dos obispos chinos: Mons. Antonio Yao Shun como pastor de Jining/Wulanchabu, en Mongolia Interior (China), y Mons. Stefano Xu Hongwei como obispo coadjutor de Hanzhong, en la provincia de Shaanxi, asegurando que ambos prelados "han recibido el Mandato Pontificio", en el marco del Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular de China firmado en Beijing el 22 de septiembre de 2018.

En respuesta a algunas preguntas de los periodistas, el director de la Oficina de Prensa Vaticana, Matteo Bruni, informó el martes, 27 de agosto de 2019, de que la ordenación episcopal de Mons. Antonio Yao es la primera que se realiza en el marco del acuerdo alcanzado por el Vaticano y China para el nombramiento de obispos por parte del Papa.

"Puedo confirmar que Mons. Antonio Yao Shun, que ha sido consagrado Obispo de Jining/Wulanchabu, Mongolia Interior (China), recibió el Mandato Pontificio, como también lo afirmó el Obispo Ordenador durante la ceremonia de ayer, 26 de agosto de 2019", fueron las palabras de Bruni en su comunicado.

Desde el 22 de septiembre de 2018, fecha en la que se firmó este acuerdo, por primera vez, "todos los obispos en China están en comunión con el Santo Padre, con el Papa, con el Sucesor de Pedro".

Asimismo, el director de la Oficina de Prensa ha confirmado este miércoles, 28 de agosto de 2019, que "Mons. Stefano Xu Hongwei, que ha sido consagrado hoy, 28 de agosto de 2019, obispo coadjutor de Hanzhong (Shaanxi) en China, recibió el Mandato Pontificio y su ordenación también tuvo lugar en el marco del Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular de China firmado en Beijing el 22 de septiembre de 2018".

 

Plena comunión

Al confirmar los acuerdos con China, el Papa Francisco manifestó su deseo de que se pueda "comenzar un nuevo camino" que permita "superar las heridas del pasado" realizando la "plena comunión" de todos los católicos chinos, indicó la Santa Sede, el 22 de septiembre de 2018.

La comunidad católica en China está llamada a "vivir en una colaboración más fraterna", para llevar con un "compromiso renovado el anuncio del Evangelio". En efecto, la Iglesia existe para testimoniar a Jesucristo y el Amor del Padre que perdona y salva, señaló el Vaticano hace casi un año, al firmar los acuerdos.

 

 

 

28/08/2019-09:03
Rosa Die Alcolea

"Todo en Pedro irradia la vida del Resucitado" — Hechos de los Apóstoles

(ZENIT – 28 agosto 2019).- En la catequesis impartida hoy en la audiencia general, el Papa ha reflexionado sobre la figura de Pedro, “primer apóstol” y “figura de la Iglesia”. “Todo en Pedro, incluso su sombra, irradia la vida del Resucitado: los enfermos recobran la salud y el mundo proclama la gloria del Padre”, ha predicado.

Por primera vez, después del caluroso verano en Roma, este miércoles, 28 de agosto de 2019, la audiencia general ha tenido lugar en la plaza de San Pedro, donde se han congregado miles de visitantes y peregrinos de diferentes países del mundo.

La figura del apóstol Pedro, "que en el pórtico de Salomón realizaba las obras de Jesús, su Maestro" ha sido el tema de la catequesis del Santo Padre, dando continuidad al ciclo de los Hechos de los Apóstoles.

Puesto que el primer apóstol es “figura de la Iglesia” –ha señalado el Sucesor de Pedro– “su sombra evoca la de la Iglesia, que sobre la tierra pone en pie a sus hijos y los destina a los bienes del Cielo, sin temer obedecer a Dios antes que a los hombres”.

“Al mirar su actuar, vemos al mismo Cristo”, ha indicado el Santo Padre. “Pedro lleno del Espíritu del Señor, pasa caminando y, sin que él hiciera nada, su sombra se convierte en caricia sanadora, efusión de la ternura del Resucitado que se inclina sobre enfermos y restituye dignidad, vida y salvación”.

De este modo, ha indicado Francisco, “Dios manifiesta su cercanía y hace que las llagas de sus hijos se conviertan en lugar teológico de la ternura divina”. Así, el Pontífice ha afirmado que “todo en Pedro, incluso su sombra, irradia la vida del Resucitado: los enfermos recobran la salud y el mundo proclama la gloria del Padre”.

 

 

 

28/08/2019-15:54
Rosa Die Alcolea

Jóvenes: "Junto a San Agustín, redescubrid el camino de la interioridad"

(ZENIT — 28 agosto 2019).- La Iglesia Católica celebra hoy la memoria de san Agustín, obispo y doctor de la Iglesia. Así lo ha recordado esta mañana, 28 de agosto de 2019, el Papa Francisco en la audiencia general.

"Invito a todos dejaros inspirar por su santidad y su doctrina. Junto a él, redescubrid el camino de la interioridad que conduce a Dios y al prójimo más necesitado", ha saludado a los jóvenes, ancianos, enfermos y recién casados, presentes en la plaza de San Pedro.

San Agustín, obispo de Hipona, Padre y Doctor de la Iglesia, fue hijo de santa Mónica, cuya fiesta se celebró ayer, 27 de agosto. En medio de otros afanes, el santo persiguió incansablemente la verdad hasta que dio con ella, encarnada en Cristo. Su excepcional legado es insuperable. Falleció el 28 de agosto del año 430. El 20 de septiembre de 1295 Bonifacio XIII lo proclamó doctor de la Iglesia.

 

 

 

28/08/2019-10:01
Rosa Die Alcolea

Españoles y latinoamericanos: "Pidamos de forma constante la fuerza del Espíritu Santo"

(ZENIT — 28 agosto 2019).- "Pidamos de forma constante la fuerza del Espíritu Santo para llevar a todos la presencia amorosa y consoladora del Señor que camina a nuestro lado": este es el pensamiento que ha dirigido el Papa a los peregrinos de lengua española esta mañana, en la audiencia general.

El Santo Padre ha saludado de manera especial a los visitantes venidos de España y de Latinoamérica, que han estado presentes en la audiencia general este miércoles, 28 de agosto de 2019, celebrada en la plaza de San Pedro.

La catequesis de hoy ha estado dedicada a la figura de Pedro, "primer apóstol" y "figura de la Iglesia", continuando así con el ciclo de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles.

"Todo en Pedro, incluso su sombra, irradia la vida del Resucitado: los enfermos recobran la salud y el mundo proclama la gloria del Padre", ha enseñado Francisco.

 

 

 

28/08/2019-10:23
Rosa Die Alcolea

80° aniversario del inicio de la 2ª Guerra Mundial: "Todos rezaremos por la paz"

(ZENIT — 28 agosto 2019).- Esta mañana, al saludar a los peregrinos polacos en la audiencia general, Francisco ha recordado que el 1 de septiembre se cumple el 80° aniversario del inicio de la Segunda Guerra Mundial, que comenzó con la agresión nazi alemana contra Polonia.

"Todos rezaremos por la paz, para que los trágicos acontecimientos causados por el odio, que sólo trajo destrucción, sufrimiento y muerte, no se repitan más", ha asegurado el Papa en la plaza de San Pedro este miércoles, 28 de agosto de 2019.

En este contexto, ha exhortado a rezar a Dios "para que la paz reine en los corazones de los hombres, en las familias, en las sociedades y entre los pueblos".

 

 

 

28/08/2019-09:39
Rosa Die Alcolea

El Papa exhorta a los peregrinos croatas a testimoniar "la esperanza cristiana"

(ZENIT — 28 agosto 2019).- De manera excepcional, el Papa Francisco ha dirigido este miércoles, 28 de agosto de 2019, unas palabras a los peregrinos croatas presentes en la audiencia general.

“Queridos amigos –les ha encomendado– que el testimonio de san Agustín os ayude a difundir la luz de la fe en vuestro entorno, para que con entusiasmo testimoniéis la esperanza cristiana y améis a los demás. Alabados sean Jesús y María!”.

Especialmente, el Santo Padre ha saludado a los estudiantes y profesores de las escuelas secundarias de la diócesis de Po2ega, acompañados por el obispo Antun Ikvor?evi?, así como a los seminaristas, estudiantes y profesores de la Escuela Secundaria Arquidiocesana de Split, ha especificado.

Habitualmente, tras la lectura de la catequesis en italiano, el Pontífice dedica unas palabras de saludo a los visitantes de lengua francesa, inglesa, alemana, española, árabe, polaca e italiana. En esta ocasión, el Santo Padre ha pronunciado también unas palabras a los visitantes de Croacia.

 

 

 

28/08/2019-08:00
Felipe Arizmendi Esquivel

Monseñor Felipe Arizmendi: "Iglesia y ecología"

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de San Cristóbal de Las Casas

 

VER

El próximo domingo 1 de septiembre, el Papa Francisco nos ha convocado a unirnos en una Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, asumiendo la iniciativa del Patriarca de Constantinopla Bartolomé 1, e invitando a otras denominaciones religiosas a sumarse a esta inspiración.

¿Por qué estos asuntos le interesan a la Iglesia? ¿No son algo ajeno a su misión espiritual y evangelizadora? ¿Acaso a Dios le importan estas cosas? ¿Jesús abordó estas cuestiones? ¿No se está metiendo la Iglesia en políticas de los gobiernos?

Hace años, mucho antes de la Encíclica del Papa Francisco Laudato si' (24 mayo 2015), estos asuntos climáticos ya se abordaban en mi diócesis anterior, pero parecía que lo hacíamos como ambientalistas, como aprendices de sociólogos, pues se hablaba del cuidado de la madre tierra, de la protección del medio ambiente, sin cimentarlo en fundamentos bíblicos y teológicos. Con nuestro entonces Obispo Auxiliar, Enrique Díaz, especialista en Biblia, insistimos en que debíamos abordar estos asuntos a la luz de nuestra fe. En una asamblea extraordinaria, él expuso las bases bíblicas, pues todo es obra del Creador, quien encomendó a la humanidad el cuidado de la creación, y un servidor expuse lo que ya entonces empezaba a abordar el magisterio de la Iglesia.

Con estos cimientos teológicos, nos comprometimos a una pastoral de la madre tierra y del cosmos. Desde entonces, esta pastoral fue adquiriendo más y más profundidad, asumiéndola como parte de nuestra misión integral.

Cuando el Papa publicó su Encíclica, profundizamos mucho más en la convicción de que esta pastoral no es optativa en ninguna parte del mundo, sino que es obligatoria, pues está en juego la preservación de la obra de Dios, el cuidado de la casa común, la protección del medio ambiente, para la supervivencia de la humanidad.

Con todo, sigue habiendo agentes de pastoral, sacerdotes y obispos, que no le dan a esta pastoral la debida importancia, y no falta quien critique al Papa por su insistencia en que, si no asumimos nuestra responsabilidad ecológica, la degradación del medio ambiente y de la vida será cada día más catastrófica.

 

PENSAR

En su Encíclica Laudato si', entre muchas otras cosas, el Papa Francisco nos dice:

"Nunca hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como en los últimos dos siglos. Pero estamos llamados a ser los instrumentos del Padre Dios para que nuestro planeta sea lo que él soñó al crearlo y responda a su proyecto de paz, belleza y plenitud" (53).

"Tenemos la tentación de pensar que lo que está ocurriendo no es cierto... Parece que las cosas no fueran tan graves y que el planeta podría persistir por mucho tiempo en las actuales condiciones. Este comportamiento evasivo nos sirve para seguir con nuestros estilos de vida, de producción y de consumo. Es el modo como el ser humano se las arregla para alimentar todos los vicios autodestructivos: intentando no verlos, luchando para no reconocerlos, postergando las decisiones importantes, actuando como si nada ocurriera" (59).

"Si el solo hecho de ser humanos mueve a las personas a cuidar el ambiente del cual forman parte, los cristianos, en particular, descubren que su cometido dentro de la creación, así como sus deberes con la naturaleza y el Creador, forman parte de su fe" (64).

"No somos Dios. La tierra nos precede y nos ha sido dada. Si es verdad que algunas veces los cristianos hemos interpretado incorrectamente las Escrituras, hoy debemos rechazar con fuerza que, del hecho de ser creados a imagen de Dios y del mandato de dominar la tierra, se deduzca un dominio absoluto sobre las demás criaturas. Es importante leer los textos bíblicos en su contexto, con una hermenéutica adecuada, y recordar que nos invitan a «labrar y cuidar» el jardín del mundo (cf. Gn 2,15). Mientras «labrar» significa cultivar, arar o trabajar, «cuidar» significa proteger, custodiar, preservar, guardar, vigilar. Esto implica una relación de reciprocidad responsable entre el ser humano y la naturaleza. Cada comunidad puede tomar de la bondad de la tierra lo que necesita para su supervivencia, pero también tiene el deber de protegerla y de garantizar la continuidad de su fertilidad para las generaciones futuras. Porque, en definitiva, «la tierra es del Señor» (Sal 24,1), a él pertenece « la tierra y cuanto hay en ella» (Dt 10,14) (67).

 

ACTUAR

Revisemos nuestros comportamientos habituales y procuremos una conversión ecológica integral, que nos haga responsables de la toda la creación que Dios puso en nuestras manos.

 

 

 

28/08/2019-07:35
Isabel Orellana Vilches

Santa María de la Cruz (Juana) Jugan, 29 de agosto

«Fundadora de las Hermanitas de los Pobres. Injustamente postergada, alumbró su obra entregada a los pobres y a los enfermos. Por su labor humanitaria fue galardonada por la Academia Francesa con el premio Montyon»

En esta festividad del martirio de san Juan Bautista, celebramos la vida de Juana. Nació en Cancale, Francia, el 25 de octubre de 1792. Su padre era un honrado pescador en las costas de Terranova y un día el mar bravío lo engulló. Ella tenía cuatro años. Después fue de gran ayuda para su madre, que debía alimentar a todos los hijos; cuidaba un rebaño mientras rezaba y mantenía viva la presencia de Dios en su corazón.

En 1810 obtuvo empleo como ayudante de cocina en casa de la vizcondesa de la Choué. A los 18 años la cortejó un marinero. No quiso comprometerse entonces y al cumplir los 24 el enamorado insistió. Su madre juzgaba que el matrimonio sería ventajoso, pero a Juana lemovía esta poderosa convicción: «Dios me quiere para ÉL Él me guarda para una obra que no es aún conocida...».

En 1816 participó en una «Misión». Yen medio de la oración brotó el afán de consagrarse a Dios y de asistir a los pobres por amor a Él, vinculada a la Tercera Orden del Corazón de la Madre Admirable, obra de san Juan Eudes. Comenzó a trabajar como ayudante de enfermería en el hospital «du Rosais» de Saint-Servan, hasta que en 1823 cayó enferma por causa de gran fatiga. Pero ya había hecho acopio de una excelente formación que iba a ayudarle en su misión, y mostrado gran sensibilidad para comprender y paliar el dolor ajeno. Convivió con Marie Lecoq doce años. Compartían el mismo ideal: misa diaria, oración, visitas a los pobres de la parroquia, y la formación catequética a los niños. Ella ayudó a Juana a restablecerse.

Lecoq murió en 1835. Pocos años más tarde, la santa alquiló una vivienda junto a Frangois Aubert, que era conocida suya. Inició la fundación en el invierno de 1839 con la acogida de una anciana viuda, pobre, ciega y enferma de la que tenía referencia directa.

La ubicó en su dormitorio portándola en sus brazos, y ella se mudó al granero. Las siguientes integrantes fueron Virginia, una joven de 17 años, que sanó gracias a sus cuidados, y otra persona mayor, soltera, que había servido gratuitamente a un matrimonio sin recursos y que no tenía a dónde ir. La demanda crecía y pronto escaseó el espacio. Abnegada, generosa, llena de piedad y misericordia por los pobres desvalidos, los buscaba en barrios marginales y en toda clase de tugurios. En 1840 pusieron en marcha una asociación caritativa junto al vicario del lugar, Augusto Le Pailleur; éste sería su cruz. Frangois tuvo en cuenta su avanzada edad, y prefirió quedarse en la retaguardia. Esta mujer, Juana y Magdalena Bourges, otra enferma cobijada en casa, que la fundadora auxilió, fueron las primeras integrantes de las Hermanitas de los Pobres.

Para alimentar a tantas personas recogidas y a falta de ingresos, mendigaban. Lo habían hecho antes las ancianas, pero pidieron a Juana que las sustituyera. Y ella aceptó animada por un religioso de san Juan de Dios. Tuvo que vencerse y hacer un ímprobo esfuerzo, pero salió a la calle y afrontó valientemente muchos desplantes y chanzas. Sufrió las inclemencias meteorológicas y la penalidad de los largos trayectos. Tenía dotes para la colecta, y obtenía no solo dinero sino también ayuda en especies. Un día le dieron una bofetada, y ella respondió mansamente: «Gracias; eso es para mí. ¡Pero ahora déme algo para mis pobres, por favor!». Una persona que poseía cuantiosos bienes juzgó que era suficiente con la notable cantidad que le entregó; no llevó bien que Juana volviese de nuevo en otra ocasión y la trató sin miramiento. Pero ella no se arredró. Le recordó que precisaban comer todos los días. El hombre, impresionado, se avergonzó y se convirtió en uno de sus benefactores. La santa también infundía el amor al trabajo a los ancianos, que ayudaban con lo que sabían hacer para costear los gastos.

En 1843 fue unánimemente reelegida superiora por sus compañeras. En 1845 la Academia Francesa le concedió el premio Montyon por su labor humanitaria; el dinero que le dieron lo invirtió en reparar un techo. También la logia masónica premió su labor con una medalla de oro que fundió para hacer un cáliz. Su fama crecía, aunque ella no la buscara. Sin embargo, Le Pailleur tenía aspiraciones que no discurrían por el camino evangélico. Su intención era manejar a su antojo la fundación y pensando que no podría intervenir en ella si Juana estaba al frente, poco tiempo después de la elección, dando por inválida su designación, la relegó a la colecta sin más atribuciones. Como siempre, un santo obra milagros en la adversidad y arrebata las gracias con su virtud. Juana, que no perseguía el poder, obedeció y asumió con mansedumbre la decisión y las humillaciones que siguieron después, incluido el trato prepotente y altivo de la nueva y joven superiora.

Enviada a Rennes a mendigar, fundó allí en 1846 y luego abrió casas en distintos puntos del sur de Francia. Devotísima de san José, logró que los ancianos se encomendaran a él, y obtuvieron lo que pedían. En 1852 Le Pailleur, que le prohibió también pedir limosna, la envió a la casa fundadora. Permaneció en ella cerca de tres décadas realizando tareas domésticas, completamente postergada, íntima y profundamente unida a Cristo, amando a los pobres, en quienes le veía: «No olviden nunca que el pobre es nuestro Señor». Desde el anonimato se ocupó de mantener en pie la Orden, impulsándola, gozándose íntimamente en su sencillez de los frutos que se cosechaban. ¡Qué corazón tan grande! Con sus propios matices, esta es la noble y conmovedora historia que late en las fundaciones porque quienes las impulsaron murieron día a día a sí mismos buscando únicamente la gloria de Dios.

La obra fue aprobada por León XIII en marzo de 1879. El 29 de agosto de ese año ella murió en silencio, como hizo en las décadas de humano ostracismo mientras que su espíritu iba inundándose con la luz divina. Muchas de las hermanas supieron después que era la fundadora. Juan Pablo II la beatificó el 3 de octubre de 1982. Benedicto XVI la canonizó el 11 de octubre de 2009.