Cáritas | Acción social • 01 Octubre 2019

 

Voluntarios de Cáritas Bilbao acompañan a personas mayores

 

Para mejorar su calidad de vida, evitar la soledad y el aislamiento y favorecer las relaciones sociales con el entorno

 

 

 


 

 

 

Una visión rápida

  • Quién lo hace: Cáritas Bilbao.
  • En qué consiste: el proyecto se dirige a las personas, preferiblemente mayores, que por diferentes motivos disponen de un nivel bajo de relación social (enfermedad, dificultades para desplazarse, edad avanzada, falta de ánimo…) y/o de apoyo socio-familiar (no tienen familia, la familia está lejos o no presta apoyo…), o por presentar dificultades en la realización de actividades de la vida diaria, y que puedan beneficiarse del acompañamiento. También se presta apoyo a las familias que cuidan de personas ancianas dependientes, procurándoles lo que se ha dado en llamar “momentos de respiro”.
  • Quienes participan: 59 personas entre 65 y 80 años y 211 mayores de 81.

 

 

Cómo trabajamos

Este proyecto busca mejorar la calidad de vida de las personas mayores que presentan dificultades sociales y/o familiares. Pretende fomentar su autonomía personal, favorecer su permanencia en el propio domicilio y el entorno, estimular sus relaciones, facilitar el acceso a los recursos comunitarios y apoyar a las familias que cuidan de mayores dependientes.

Las personas mayores no experimentan sólo necesidades centradas en elementos básicos (alimentación, higiene, vestido, sueño…), sino también otras esenciales y vinculadas con la estima, el afecto, la consideración, la identificación, el sentido de la vida. El proyecto de acompañamiento trata de responder a este tipo de necesidades emocionales para aliviar, así, el sentimiento de soledad que puedan sufrir.

Comprobamos que el acompañamiento hace bien a las personas mayores, pero también a las voluntarias, que hablan de satisfacción y de “recibir más que lo que dan”. Además, el proyecto ofrece una oportunidad al voluntariado de más edad de participar activamente desarrollando una labor en favor de otras personas. También las familias se sienten apoyadas cuando sus mayores cuentan con otros apoyos sociales y reconocen el valor singular de la relación que la persona voluntaria ofrece gratuitamente.

Además, aliviar la soledad evita sus consecuencias negativas y la utilización de recursos sociales y sanitarios. Y al prevenir el aislamiento, facilita el abordaje de los problemas antes de que lleguen a ser más graves.

Finalmente, consideramos que el acompañamiento a las personas mayores también es una expresión sencilla pero significativa del quehacer de la Iglesia en pro de la justicia.

 

Acompañamos a los mayores para…
  • Que las personas mayores tengan la posibilidad de relacionarse con otras personas de su entorno comunitario con las que no conviven.
  • Que las relaciones que se proporcionan presenten características que se asocian con la calidad y la satisfacción.
  • Que la persona mayor pueda seguir en contacto directo con su medio comunitario (saliendo a la calle, participando en actividades, accediendo a recursos, etc.).
  • Que la persona mayor que ingresa en una residencia pueda mantener relación con personas de su barrio o municipio

En el entorno comunitario logramos…
  • Que las personas preocupadas por la situación de las personas mayores dispongan de un equipo organizado al que poder sumarse para prestar su apoyo.
  • Que diferentes grupos de población adquieran conciencia de su papel en el apoyo y cuidado de las personas mayores.
  • Que la población mayor adquiera un papel activo en el cuidado de las personas de su misma generación y el proyecto ofrezca un espacio para el envejecimiento activo.
  • Que las personas voluntarias trabajen de forma organizada y con criterios comunes, como forma de facilitar un acompañamiento de calidad.
  • Que el acompañamiento sea un complemento a las intervenciones que realizan las instituciones públicas.
  • Que la sociedad en general tome conciencia de las necesidades afectivas de las personas mayores.