Zoom

 

Qué pasa con las finanzas de Vaticano

 

 

25/10/19


 

 

 

Un nuevo escándalo financiero se cierne sobre el Vaticano, al menos así lo han interpretado un buen número de periodistas y medios de comunicación, si bien la Santa Sede se limita a informar con escuetas notas de prensa sobre los últimos hechos acaecidos en este mes de octubre.

El comunicado que emitió el miércoles pasado la oficina de prensa de la Santa Sede explica que el pasado 1 de octubre, el director de la Autoridad de Información Financiera (AIF),  Tommasso Di Ruzza, y sus oficinas fueron registrados por el Cuerpo de la Gendarmería del Estado de la Ciudad del Vaticano. La AIF es uno de los departamentos más importantes del Vaticano y su misión, paradójicamente, es combatir delitos económicos.

Este registro se ha efectuado como consecuencia de una investigación iniciada por el Promotor de Justicia del Vaticano a raíz de dos denuncias presentadas en julio y agosto de este año por el Instituto para las Obras de Religión, IOR (también conocido como el banco del Vaticano) y la oficina del Auditor General dentro de sus respectivas competencias institucionales.

"El registro, que dio lugar a la incautación de determinados documentos y expedientes, está relacionado con una actividad institucional en curso llevada a cabo por la AIF sobre la base de un Informe de actividades sospechosas que involucra a varias jurisdicciones extranjeras", dice de manera poco clara dicho comunicado del Vaticano (al menos a mí me cuesta entenderlo).

La conclusión de dicha investigación es que la actividad desarrollada por la AIF y su director, Tommasso Di Ruzza es correcta, no han ejercido indebidamente su autoridad ni han cometido "ninguna otra falta".

Por lo tanto, la Santa Sede "reafirma su plena confianza en la competencia profesional y honorabilidad de su director y  lo elogia, además,  por su labor institucional en la gestión de este caso en particular". El consejo directivo de este la AIF confía en que "los posibles malentendidos se aclaren".

Obviamente si los gendarmes vaticanos entran a registrar un órgano de gobierno del Vaticano, confiscando ordenadores y documentos, es como para preguntarse qué pasa con las cuentas de la Santa Sede.

Y por cierto, que dos semanas después del registro, el antiguo jefe del servicio de seguridad del Papa Francisco renunció después de filtrar, al parecer, informaciones sobre presuntas irregularidades financieras del Vaticano.

En una entrevista concedida al periódico italiano de la Iglesia católica Avvenire, Nunzio Galantino, presidente de la Administración del Patrimonio de la Santa Sede ha dejado claro: "Las finanzas del Vaticano no están al borde del colapso. Sólo hay necesidad de una revisión de gastos. Lo puedo probar con números".

Pues esperemos que sea así.

 

Zenón de Elea.