Cáritas | Cooperación

 

Defendemos los derechos de las comunidades indígenas afectadas por derrames de petróleo

 

Promovemos un desarrollo alternativo de la Amazonía para mejorar la productividad, la alimentación y la economía

 

 

 


 

 

 

 

Una visión rápida del proyecto

 

 

El Oleoducto Nor Peruano (ONP) es el más largo del Perú. Se construyó en 1974 para transportar crudo desde los campos petrolíferos de la región amazónica del norte de Perú, hasta la costa en Bayóvar, atravesando la selva y los Andes. Mide en total 1.106 kilómetros y en 2016 sufrió 11 derrames que afectaron a ríos y habitantes aguas abajo de la cuenca amazónica.

 

En la jurisdicción del Vicariato Apostólico de Yurimaguas ocurrieron 5 de los derrames, 28 comunidades y 5.600 personas fueron afectadas directamente. En un primer momento Cáritas Española apoyó a la población entregando ayuda humanitaria.

En la actualidad continuamos a su lado, pero con un enfoque fundamentado en los derechos humanos y desde el que trabajamos la defensa judicial del caso y la lucha por el reconocimiento de la titularidad de las tierras.

No perdemos de vista la necesidad de un desarrollo alternativo de la región para mejorar la productividad, la alimentación y promover la economía.

 

Durante el desarrollo del proyecto se pone de manifiesto la desatención del Estado a las comunidades indígenas y no indígenas, la vulneración de sus derechos, la evasión de las normas ambientales y el trato preferente a las actividades extractivas sin los necesarios mecanismos de control y supervisión.

Ante esta situación, la población y las organizaciones locales se encuentran en situación de pobreza, con escaso control del territorio y muy limitada capacidad de incidencia y de cambio.

 

 

Destinatarios de nuestra acción

 

La población predominante en la zona que comprende el proyecto es indígena: Kukama Kukamiria, Shawi, Wampis, Awajún. Las comunidades están marcadas por la exclusión y el sentimiento de no ser tomados en cuenta en las decisiones del gobierno, que explota los recursos naturales dejando un rastro de contaminación, analfabetismo y pobreza.

Son poblaciones que viven de la actividad recolectora, alejadas de las capitales de provincia o región y sus demandas son muy poco escuchadas y hasta ignoradas.

En el proyecto participan 1.823 familias, 28 comunidades y 7 organizaciones locales.

 

 

 

Actividades

  • Reuniones para coordinar y concretar acciones en demandas, preparación de las demandas y acopio de evidencias, seguimiento de demandas, participación en audiencias y diligencias y coordinación entre instituciones.
  • Campañas de sensibilización, formación de líderes, difusión de experiencias, realización de foros y participación en espacios de incidencia política a nivel local, regional, nacional e internacional (Ginebra y Nueva York).
  • Diagnóstico de la situación del territorio, formación en manejo de GPS y saneamiento del territorio comunitario.
  • Diagnóstico de suelos y fuentes de agua e implementación de actividades productivas (agricultura diversificada y gestión de recursos naturales).

 

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Amazonía en cifras

  • Produce el 33% de las lluvias que alimentan la tierra.
  • Concentra el 20% del agua dulce no congelada del planeta.
  • Alberga el 34% de los bosques primarios del planeta que dan abrigo respectivamente al 30% y 50% de la fauna y flora del mundo.
  • Habitan sus tierras 2.779,478 indígenas que pertenecen a 390 pueblos, 137 de ellos aislados o no contactados.
  • Se habla 240 lenguas pertenecientes a 49 familias lingüísticas
  • Cuenta con cerca de 35 millones de habitantes en total

 

La Pan Amazonía ha sido históricamente una región ocupada y controlada por intereses externos ya que se consideraba un territorio baldío. Una vez descubierta su riqueza, pasó de ser “patio trasero” a “plaza central”. La región funciona como un estabilizador climático global.

 

Cáritas, a través de REPAM se coloca al servicio de los pueblos de la Pan-Amazonía, busca luchar en defensa de sus sabidurías ancestrales, de sus sobre su vida y su futuro, y esto sólo puede hacerse en una perspectiva de ecología integral y solidaridad global para el cuidado de la casa común y gracias al compromiso de todos nosotros.