Sociedad y Familia

 

Una magistrada feminista reconoce que la pornografía es fuente de “hechos delictivos”

 

“Se está poniendo de manifiesto la pornificación de las conductas sexuales. Y esto se muestra claramente en las redes sociales”, afirma Lucía Avilés

 

 

23 diciembre, 2019 | ForumLibertas.com


 

 

 

La magistrada Lucía Avilés, una jueza reconocida por su activismo en favor del feminismo ha otorgado una entrevista al diario El País titulada “Se cometen delitos con la creencia de que son pornografía” en la que denuncia la pornografía como una fuente de promoción de delitos sexuales.

Avilés es socia fundadora de la asociación Mujeres Juezas de España y en respuesta al entrevistador, ha dado su opinión sobre la sentencia de la Audiencia Provincial de Burgos contra los tres exfutbolistas del Arandina condenados a 38 años de prisión por agresión sexual a una menor que, según ella ajusta “la realidad jurídica a la realidad de los hechos”.

A su juicio la sentencia “visibiliza la doctrina de la cooperación necesaria en una violación múltiple. Hay tres sujetos activos, cada uno es autor material de una agresión, pero con el apoyo de los demás, de forma que cada uno comete en realidad tres delitos: el suyo y como cooperador necesario de sus compañeros”.

Avilés considera que con esta sentencia se confirma el camino iniciado por la anterior sentencia del caso de la Manada de Pamplona de 2016: “Aquí se inició un camino jurídico muy importante: hacer de bisagra para cerrar la brecha abierta entre la justicia con la sociedad, derivada de la interpretación del concepto de intimidación. Desde el punto de vista jurídico clásico la intimidación es el anuncio de un mal inmediato, grave, real y suficiente que produce en la víctima un temor real, racional y fundado”.

En este sentido, la magistrada apunta que sobre esto “el ejemplo típico es en un robo con violencia: “O me das el móvil o te mato”. Con la interpretación de la intimidación ambiental, esto cambia. El Tribunal Supremo adopta esta teoría, que aplica la perspectiva de género: cuando varios hay varios sujetos, con su sola presencia física incrementan el ambiente intimidatorio y la situación de desamparo de la víctima”.

 

La pornografía, fuente de delitos sexuales

En relación a esta situación, la magistrada feminista considera que el fenómeno del porno y su fácil acceso están jugando un rol importante a la hora de hallar conductas del tipo planteada con anterioridad.

En ese sentido, Avilés apunta a la prevención, la desprotección de las mujeres víctimas, y la justificación de la cultura de la violación como elementos detonantes de esta serie de casos que nacen de la sexualización de la sociedad y su posterior pornificación.

Se está poniendo de manifiesto la pornificación de las conductas sexuales -apunta la jueza-, se está haciendo ver como una conducta sexual lo que en realidad son hechos delictivos. Y esto se muestra claramente en las redes sociales, donde se intercambian estos delitos con la creencia de que es simplemente es pornografía, en una banalización de estas conductas”.

Es por eso que Avilés considera necesaria una reforma del Código Penal: “la reforma del Código Penal en delitos contra la libertad sexual es una asignatura pendiente, tiene que hacerse”, aunque también considera que el problema principal es que “existe un déficit en la educación afectivo-sexual”.


La pornografía hace que el hombre cosifique su visión de la mujer

 

Ese aspecto, que apunta la magistrada, queda retratado, por ejemplo, en la noticia que publicó ForumLibertas el pasado mes de octubre en la que explicaba que el vídeo más visto en aquel momento en el portal de pornografía gratuita online Pornhub promovía a la violación.

Con más de 7 millones de visitas, el vídeo titulado “Mi hermanastro descaradamente se aprovecha de mi impotencia” mostraba cómo una joven se quedaba atascada en una lavadora y su hermano la violaba.

Otros países como Francia ya están tomando cartas en el asunto. Por ejemplo, el presidente galo Emmanuel Macron, hizo pública una decisión, por medio de la cual dió un plazo de seis meses a las web porno para que controlen la edad de los usuarios de sus contenidos para adultos y que, de esa manera, no puedan acceder los menores.