Servicio diario - 29 de diciembre de 2019


 

Ángelus: «La Sagrada Familia, don de Dios»
Raquel Anillo

Fin de año en serenidad y paz: Los deseos del Papa
Anita Bourdin

Miles de católicos rezan con el Papa por las víctimas de Somalia
Anita Bourdin

Vatican News organizó Pesebre Challenge
Enrique Soros

Beata Eugenia Ravasco, 30 de diciembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

29/12/2019-12:23
Raquel Anillo

Ángelus: «La Sagrada Familia, don de Dios»

(ZENIT — 29 diciembre 2019).- María, José y Jesús, la Sagrada Familia de Nazaret, representa una respuesta coral a la voluntad del Padre: los tres miembros de esta singular familia se ayudan mutuamente a descubrir y realizar el proyecto de Dios. Dijo el Papa Francisco, este domingo, 29 de diciembre de 2019, Domingo de la Sagrada Familia. El Papa Francisco expresó estos deseos, en italiano, antes de la oración del Ángelus, en la Plaza de San Pedro, en presencia de decenas de miles de personas.

Estas son las palabras del Papa al introducir la oración mariana

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Palabras del Papa antes del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Verdaderamente hoy es una hermosa jornada. Hoy celebramos la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret. El término «sagrada» coloca a esta familia en el ámbito de la santidad, que es un don de Dios pero, al mismo tiempo, es una adhesión libre y responsable para unirse al proyecto de Dios. Así fue para la familia de Nazaret: estaba totalmente disponible a la voluntad de Dios.

Cómo no asombrarse de la docilidad de María a la acción del Espíritu Santo que le pide que se convierta en la madre del Mesías? por que María, como toda joven de su tiempo, estaba a punto de realizar su proyecto de vida en una profunda comunión con su esposo José. Pero cuando se da cuenta de que Dios la llama a una misión particular, no duda en proclamarse su «sierva» (cf. Lc 1,38). Jesús exaltará la grandeza en ella no tanto por su papel de madre, sino por su obediencia a Dios, Jesús dijo:

«¡Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen!» como María (Lc 11:28). Y cuando no comprende plenamente los acontecimientos que la implican, María en silencio medita, reflexiona y adora la iniciativa divina. Su presencia al pie de la cruz consagra esta disponibilidad total.

En lo que respecta a José, el Evangelio no nos deja ni una sola palabra: no habla, sino que actúa obedeciendo. En el hombre del silencio, en el hombre de la obediencia. La página del Evangelio de hoy (cf. Mt 2,13-15.19-23) nos recuerda tres veces esta obediencia del justo José, refiriéndose a la huida a Egipto y el regreso a la tierra de Israel. Bajo la guía de Dios, representado por el Ángel, José aleja a su familia de las amenazas de Herodes y la salva. De esta manera, la Sagrada Familia se solidariza con todas las familias del mundo que se ven obligadas a exiliarse, se solidariza con todos aquellos que se ven obligados a dejar su tierra por la represión, la violencia y la guerra.

Finalmente, la tercera persona de esta familia, Jesús. Él es la voluntad del Padre: en Él, dice San Pablo, no hubo un «sí» y un «no» sino sólo «sí» (véase 2Cor 1,19). Y esto se manifestó en muchos momentos de su vida terrenal. Por ejemplo, el episodio en el templo cuando, a los angustiados padres que lo buscaban, respondió: «¿No saben que debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?» (Lc 2,49); su constante repetir: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado» (Jn 4,34); su oración en el Huerto de los Olivos: «Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad» (Mt 26, 42). Todos estos acontecimientos son la realización perfecta de las mismas palabras de Cristo, que dice: «No has querido ni sacrificio ni ofrenda [...]. Entonces dije: «He aquí que vengo [...] a hacer, oh Dios, tu voluntad» (Eb 10.5-7; Sal 40.7-9).

María, José y Jesús, la Sagrada Familia de Nazaret, representa una respuesta coral a la voluntad del Padre: los tres miembros de esta singular familia se ayudan mutuamente a descubrir y realizar el proyecto de Dios. Ellos rezaban, trabajaban, se comunicaban y yo me pregunto: Tú en tu familia, sabes comunicarte?, o eres como aquellos chicos, que en la mesa cada uno con su móvil está chateando? la comida parece como un silencio, como si estuvieran en mis, pero no se comunican entre ellos. Debemos retomar la comunicación, los padres, los hijos con los abuelos, pero comunicarse, con los hermanos entre sí. Este es un deber que hay que hacer hoy, hoy precisamente en la Jornada de la Sagrada Familia. Que la Sagrada Familia sea el modelo de nuestras familias, para que los padres y los hijos se sostengan mutuamente en la adhesión al Evangelio, fundamento de la santidad de la familia.

Confiemos a María «Reina de la Familia», todas las familias del mundo, especialmente las que están probadas por el sufrimiento o el malestar ...e invocamos sobre ellos su protección maternal.

 

 

 

29/12/2019-12:34
Anita Bourdin

Fin de año en serenidad y paz: Los deseos del Papa

(ZENIT — 29 dic. 2019).- El Papa Francisco desea que todos terminen el año en «serenidad» y «paz» y «aprendiendo» a «comunicarse» en familia.

En este domingo, 29 de diciembre de 2019, Domingo de la Sagrada Familia para los católicos, el Papa Francisco expresó estos deseos, después de la oración del Ángelus, en la Plaza de San Pedro, en presencia de decenas de miles de personas.

«Les deseo a todos un buen domingo y un fin de año pacífico», dijo el Papa en italiano. Terminemos el año en paz y con la familia, comunicándonos unos con otros».

Esta será la intención de oración del Papa Francisco para enero de 2020 y el tema: "Oremos para que los discípulos de Jesús, los creyentes y las personas de buena voluntad juntos, promuevan la paz y la justicia en el mundo».

El Papa no dejó de agradecer los deseos y las oraciones: "Os agradezco nuevamente vuestros buenos deseos y vuestras oraciones. Seguid rezando por mí. ¡Buen almuerzo y adiós!»

 

 

 

29/12/2019-12:52
Anita Bourdin

Miles de católicos rezan con el Papa por las víctimas de Somalia

(ZENIT — 29 dic. 2019).- El Papa Francisco expresa su «horror» y su «cercanía» tras el ataque de Mogadiscio, después del Ángelus de este domingo 29 de diciembre de 2019, el Papa ha evocado este ataque muy mortal.

El Papa invitó a la multitud de decenas de miles de visitantes presentes en la Plaza de San Pedro a orar por las víctimas y por sus seres queridos: «Queridos hermanos y hermanas, recemos al Señor por las víctimas del horrible ataque de ayer en Mogadiscio, en Somalia, donde más de 70 personas murieron en una explosión de coche bomba. Estoy cerca de todas las familias y de quienes lloran su desaparición. »

El Papa luego llevó a la multitud a orar diciendo «Dios te Salve María».

Un coche bomba explotó en una calle en el suroeste de la capital somalí este viernes 28 de diciembre. cerca de un puesto de control desde el que se entra y se sale de la ciudad. La policía habla de uno de los ataques más graves de los últimos años.

El ataque aún no se ha atribuido la responsabilidad, pero se sospecha que los yihadistas de Harakat al-Chabab al-Moudjahidin.

Según los informes, el ataque dejó 76 muertos y 70 heridos, muchos de ellos estudiantes.

 

 

 

29/12/2019-13:40
Enrique Soros

Vatican News organizó Pesebre Challenge

 

Triunfó el Niño Jesús, según los ganadores

(ZENIT – 29 dic. 2019).- Más de 100 pesebres participaron del «Pesebre Challenge» en Facebook, organizada por Vatican News, versión alemana. Quien tuviera más “me gusta” ganaría el concurso. Y el premio lo obtuvo la Iglesia de Adoración, en Schoenstatt, Alemania, con 2128 likes.

El mismo consistió en que el Papa Francisco bendijera desde Roma a quienes lo habían preparado. Las Hermanas de María de Schoenstatt, le pidieron al Papa que bendijera también a los 10.000 visitantes que acuden cada año a la oración ante el pesebre en el tiempo de Navidad, en la Iglesia de Adoración de la Santísima Trinidad, sobre el Monte Schoenstatt.

El Papa Francisco puso su mano sobre la foto del pesebre de Schoenstatt, se detuvo un momento y luego hizo la señal de la cruz, según Inés Schaberger. «Hermoso», dijo el Santo Padre al contemplarlo.

Es una tradición que Schoenstatt ofrezca los "10 minutos ante el pesebre" en los días del tiempo de Navidad, en la mencionada Iglesia de Adoración, en el monte Schoenstatt. Allí se cantan villancicos, se ofrecen pastorelas y se vive minutos de gozo ante la llegada del Niño Dios. El pesebre está ambientado en un paisaje natural y su objetivo es elevar el corazón al misterio de la venida de Dios al mundo, haciéndose niño, para redimir a la humanidad. Especialmente los niños lo disfrutan mucho, sea desde la participación como figuras del pesebre, sea contemplando la pastorela y el mismo belén.

 

Jesús en brazos de José

Schaberger le explicó al Papa que Vatican News recibió más de 100 pesebres de Austria, Alemania y Suiza, y también los bendijo. El pesebre que obtuvo más fama es en realidad el brasilero, en el que José tiene en sus brazos a Jesús mientras María descansa.

Este fue mencionado por el Papa Francisco la semana anterior a la Navidad, como un ejemplo de familia. Mientras muchos lo ven como una escena maravillosa, como es de esperar, personas acostumbradas a la tradición, se resistieron a tal imagen, más que nada como protección ante el feminismo, y ante el temor de salir de su zona de confort.

Cabe mencionar que es inimaginable que esta escena no se hubiera repetido miles de veces en el seno de la familia de Belén, ejemplo de toda familia cristiana. Los roles de las tareas se reparten con absoluta naturalidad, apoyando uno al otro, brindándose José son su abrazadora paternidad y María con su amorosa maternidad, lo que nada tiene que ver con feminismo ni con machismo, sino simplemente con amor realista y comprometido en una familia sana, natural.

 

Triunfó el Niño Jesús

La hermana Francine-Marie, Hermana de María de Schoenstatt, celebró con alegría que el pesebre de Schoenstatt hubiera ganado la competencia, pero expresó que quien triunfó es el Niño Jesús. En los próximos días seguirá el momento diario de alabanza ante el pesebre del Monte Schoenstatt, en la Iglesia de Adoración de la Santísima Trinidad, a las 15 horas y a las 16 horas.

Aquí ofrecemos la Carta Apostólica Admirabile Signum del Papa Francisco sobre el Significado y el Valor del Belén.

Compartimos el saludo de la hermana Francine-Marie sobre el pesebre de Schoenstatt:

 

 

 

 

 

29/12/2019-08:00
Isabel Orellana Vilches

Beata Eugenia Ravasco, 30 de diciembre

«Sin quedar irremediablemente atrapada por la dolorosa pérdida de sus padres y algunos hermanos, esta fundadora italiana fue desde el Corazón de Jesús y de María al de la juventud. Destinó su cuantiosa herencia a los necesitados»

Aunque en sus entrañas latía el hondo anhelo de partir a misiones, sueño que no pudo cumplir, siendo jovencísima pasó a formar parte del gran elenco de fundadores y fundadoras, y dedicó su quehacer a sembrar de esperanza el acontecer de los jóvenes, con singular atención a los más desamparados.

Nació el 4 de enero de 1845 en Milán, Italia, siendo la tercera de los seis hijos que verían la luz en la familia formada por el honorable banquero Francisco Mateo y su esposa Carolina Mozzoni Frosconi. No iba a tener otro afán en su vida que «vivir abandonada en Dios y en las manos de María Inmaculada» y «arder en el deseo del bien ajeno, especialmente de la juventud», ideario de su fundación y objetivo de su acontecer. En esa situación familiar privilegiada, económica y social, fue educada en la fe, aunque perdió a su madre cuando era una niña. Dos hermanos pequeños murieron también, y su padre, de origen genovés, regresó a su tierra con dos de sus hijos, el mayor y la benjamina. Mientras, Eugenia quedó bajo el amparo de una tía que la formó y cuidó como una madre hasta que en 1852, con hondo pesar por tener que separarse de ella, se fue a Génova junto a su padre y hermanos: Ambrosio y Elisa. Con ésta última, en particular, estuvo estrechamente unida.

En 1855 murió su progenitor, y otros tíos, Luís Ravasco, también banquero y comprometido con la fe, así como Elisa Parodi, madre de una numerosa prole de diez hijos, intentaron cubrir el doloroso vacío. Luís fue el tutor de sus sobrinos. Buscó una institutriz para las niñas, y aunque aquélla actuó con mano firme y severa en exceso, Eugenia se amoldó sin dificultad. Tomó la primera comunión en 1855, y desde ese momento experimentó una singular devoción por la Eucaristía, que fue uno de los rasgos de su vida espiritual, compartido con su amor a los Sagrados Corazones de Jesús y de María Inmaculada. Al fallecer su querido tío Luís, que tanto bien le reportó, una de sus tías fraguó para ella un ventajoso matrimonio con un marqués, pero no prosperó la idea porque la elección de su consagración al Sagrado Corazón de Jesús estaba grabada en lo más íntimo de su ser.

En mayo de 1863 penetró en el templo de Santa Sabina. Un misionero predicaba la palabra, y Eugenia halló la respuesta que estaba buscando para su vida: ensamblado su corazón al Corazón de Jesús, se consagraría a los demás. Dócil a la voluntad divina, a través de su director espiritual comenzó a dar los pasos oportunos con firmeza. No tuvo en cuenta el juicio negativo de familiares y las críticas desdeñosas de personas de alto estatus social, como había sido el suyo, y dio muestras de su gran caridad y generosidad poniendo al servicio de los necesitados el copioso patrimonio que había heredado: «Este dinero no es mío, sino del Señor, yo soy solamente la depositaria». Y así comenzó a prestar toda clase de ayuda a niñas, enfermos y pobres.

Siendo joven había tenido que afrontar las dificultades y dolorosos hechos que acaecieron en su familia, hacerse cargo de los bienes y luchar contra personas sin escrúpulos que intentaron esquilmarlos. Además, vio con enorme sufrimiento cómo se perdía irremediablemente su hermano mayor, preso de los desmanes. Todo ello acrisoló su gran fortaleza y revistió su madurez humana y espiritual. Por eso se comprende que el 6 de diciembre de 1868, contando solo con 23 años, fundase la Congregación de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Ésta nació con el objeto de inculcar a los jóvenes, especialmente a los desfavorecidos, los valores cristianos. A todos instó a seguir el camino de perfección. Atenta a los pobres, no descuidó tampoco a personas con recursos ganándoselas para Cristo, al tiempo que obtenía su ayuda económica para auxiliar a los que nada poseían. La estrecha colaboración con las parroquias dio grandes frutos apostólicos. Con todos compartió su acendrado amor a la Eucaristía así como a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Rogaba insistentemente: «Corazón de Jesús, concededme poder hacer este bien y ninguno otro, en todas partes».

Su sueño frustrado, porque así lo determinó la Providencia, fue ir a misiones. Pero estuvo al lado de los presos, los moribundos y los incrédulos. En 1878 creó la Escuela Normal femenina, criticada e incomprendida por sectores laicistas. Nada hizo mella en su fe y vivió, como siempre había hecho, totalmente desprendida de sí. Las numerosas acciones que impulsó tuvieron el signo de la alegría y de la fe. Aconsejaba a las jóvenes: «Estad alegres, divertíos, pero santamente...». Y a sus hijas: «Vuestro gozo atraiga otros corazones para alabar a Dios». Con este espíritu asumió, llena de paciencia y caridad, la incomprensión y soledad a la que fue sometida dentro de su comunidad. Muy enferma murió el 30 de diciembre de 1900. Fue beatificada por Juan Pablo II el 27 de abril de 2003.