Tribunas

La Madre de Dios y nuestras madres

 

 

Daniel Tirapu


 

 

 

 

1 de enero, María madre de Dios. Sólo el Padre y María pueden decir realmente: “Este es mi Hijo”.

Sin madre no hay navidad, ni pasión, ni cruz, ni resurrección. Vocación de Madre, la mejor vocación. Gracias a nuestras madres y a todas las madres que sacan el mundo adelante.

Benditas las ojeras de las madres, y bienaventuradas las espaldas de las madres, los pasos con varices de las madres. La noches arrasadas de las madres. Y bienaventuradas las madres, madres, madres.

Porque ser madre es una puerta abierta; ser madre es un peral junto al camino. Es un agua sencilla, una pradera... Un árbol sin horarios ni preguntas, ni prohibidos. Un poco de nieve que se pisa. Ser madre es lo que nunca termina.

Lo que parece Dios de tan, tan madre. Yo bendigo a las madres con toda la poesía que me cabe en la voz. Y digo para el puro diccionario de los ángeles: madre, la mujer que al dolor le enseña a ser sonrisa.

Miguel d’Ors

 

Daniel Tirapu