Cáritas | Análisis y reflexión • 07/01/2020

 

Comercio Justo, la prevención de los derechos laborales más allá de nuestras fronteras

 

Comercio justo y condiciones laborales dignas son dos conceptos inseparables. Desde su surgimiento en los años 60, el movimiento del comercio justo nace para denunciar las condiciones comerciales y laborales de los productores y productoras más vulnerables, que en aquel momento trabajaban en algunos casos en régimen de semi-esclavitud por salarios ínfimos.

 

 

 


 

 

 

 

En el estudio “Vulneraciones de derechos laborales en el sector agrícola, hostelería y empleos del hogar, publicado a finales de 2018 denunciamos como Cáritas la normalización de vulneraciones de los derechos laborales en estos tres sectores mencionados en el estudio. A lo largo del año 2019 os hemos presentado a través de este blog algunas buenas prácticas que se está desarrollando por varias Cáritas Diocesanas, precisamente para prevenir estas vulneraciones o para erradicarlas. Cerramos esta serie mirando más allá de nuestras fronteras con el Comercio Justo.

Comercio justo y condiciones laborales dignas son dos conceptos inseparables. Desde su surgimiento en los años 60, el movimiento del comercio justo nace para denunciar las condiciones comerciales y laborales de los productores y productoras más vulnerables, que en aquel momento trabajaban en algunos casos en régimen de semi-esclavitud por salarios ínfimos.

En el conjunto de criterios y objetivos del comercio justo se incluye la protección de los derechos humanos, la justicia social y la seguridad económica. El criterio nº 7. “Asegurar buenas condiciones de trabajo”, obliga a las organizaciones contratantes a proporcionar un entorno de trabajo seguro y saludable para los empleados y/o miembros. Se ha de cumplir como mínimo, con las leyes nacionales y locales y convenios de la OIT sobre salud y seguridad. Las horas de trabajo y las condiciones para los empleados y/o de los miembros (y cualquier trabajador a domicilio) ha de cumplir con las condiciones establecidas por las legislaciones nacionales y locales y los convenios de la OIT. Las organizaciones de Comercio Justo son conscientes de las condiciones de salud y seguridad en los grupos de productores de quienes ellos compran. Ellos buscan, de manera permanente, crear conciencia sobre temas de salud y seguridad y mejorar las prácticas de salud y seguridad en los grupos de productores.

 

Experiencia concreta:

Cáritas Española acompaña a cooperativas veteranas en el trabajo digno e inclusivo. Una de ella es Corr-The Jute Works, cooperativa de artesanías perteneciente a Cáritas Bangladesh da ingresos a 5.000 mujeres. Una parte de lo que perciben se reinvierte en recursos alimentarios y económicos, sanidad y educación. También se las capacita para que sean capaces de gestionar sus cooperativas sin ayuda.

En Bangladesh, el salario habitual es de unas 4.000 takas al mes, unos 40 euros. Las beneficiarias de Corr están ganando 8.500 takas al mes, unos 80 euros. Un salario digno para ellas que les permite obtener ingresos y, al mismo tiempo, trabajar la igualdad de género y el empoderamiento económico. Ellas mismas han reconocido que antes de trabajar para Corr desconocían sus derechos. Caritas Española está comprando compra artesanías a Corr desde el año 2012 por un total de 89.010,98 US$, una media de 11.126,37 USD.

Nuestro consumo afecta a las condiciones laborales: Una de las claves de la mejora de las condiciones laborales de las personas trabajadoras está en manos de los y las consumidoras/es. Al optar por productos producidos y/o elaborados asegurando unas condiciones de trabajo dignas y seguras, el pago de un salario adecuado, el mismo para ellos y ellas ante las mismas tareas, estamos contribuyendo a la construcción de una economía justa y solidaria y a la construcción de un modelo de trabajo.