Vaticano

 

Mons. Paglia inaugura en Madrid el nuevo IPJPII y lanza un reto: "No tenemos teología de la familia"

 

Lleno total en el acto de presentación del Instituto Pontificio de la Familia que fundó Juan Pablo II y ausencia de los miembros del anterior equipo

 

 

23/01/20


 

 

 

Lleno total en el salón de actos del Seminario Conciliar de Madrid. Ayer a las 18.00 horas, se presentó la sección de Madrid del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia, con la presencia de la nueva dirección y sin la asistencia de prácticamente ninguno de los miembros del anterior equipo.

El obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Plá, uno de los impulsores del Instituto en Madrid en años anteriores, no acudió al evento. "En algunos asuntos, es mejor callar", manifestaron fuentes cercanas al obispado de Alcalá a Religión Confidencial.

 

Buena sintonía

A pesar de las distintas opiniones, algunas de ellas polémicas, que se han vertido meses atrás respecto a este Instituto, en el acto de ayer se respiró buena sintonía entre distintas realidades de la Iglesia Católica que acogían con optimismo esta nueva andadura del Instituto.

En el acto intervinieron el prefecto de la Congregación para la Educación Católica, cardenal Giuseppe Versaldi; el arzobispo de Madrid y vice gran canciller de la sección, cardenal Carlos Osoro; el presidente de la Universidad Católica San Antonio y vicepresidente ejecutivo de la sección, José Luis Mendoza, y el decano de la sección, Manuel Arroba. También estuvo presente el Nuncio de España, Bernardito Auza.

La lección inaugural corrió a cargo del presidente de la Pontificia Academia para la Vida y gran canciller del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia, monseñor Vincenzo Paglia, quien habló sobre "El nuevo Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II".

Paglia no olvidó en ningún momento el querer de san Juan Pablo II al fundar este Instituto y el desarrollo del mismo, pero dejó claro que esta sede es el "fruto maduro de la reforma querida por el Papa Francisco".

En declaraciones posteriores a RC, insistió que el mismo Juan Pablo II quería que el Instituto se adecuara a las necesidades sociales del momento, a los problemas familiares y a las circunstancias concretas de la familia y el matrimonio.

 

Pizca de ambición en la dirección del Instituto

Para el gran canciller del IPJPII, esta entidad se presenta como un lugar único en el panorama académico en el tema del matrimonio y familia. "No niego que no haya una pizca de ambición en este proyecto para estar a la altura del desafío cultural. Pero esta pizca de ambición se ha purificado, con el objetivo de que no haya disputas", subrayó.

Mons. Paglia insistió en que Francisco no tiene intención de sustituir el anterior Instituto fundado por JPII, pero explicó que se hacía necesario una ordenación académica, un crecimiento y continuidad acorde con el signo de los tiempos.

"Queremos desarrollar nuevas iniciativas de diálogo y entendimiento incluso con otras religiones. Se preserva la energía del principio con nueva creatividad a la altura de los nuevos desafíos. La teología y la pastoral tienen que ir unidas", dijo el presidente de la Pontificia Academia de la Vida.

Y lanzó un reto al Instituto: "No tenemos una teología de la familia, sí del matrimonio, pero no de la familia. Me gustaría que esta Institución avanzara en esta teología".

 

Superar cualquier factor de fragmentación

Por su parte, el decano de la sección, Manuel Arroba,  volvió a insistir en el reto de este Instituto, que acoge profesores de sensibilidad distinta, distintas universidades (Comillas, San Dámaso, Pontificia de Salamanca y la Católica de Murcia) que "deben superar cualquier factor de fragmentación".

Por eso, hizo un llamamiento a buscar estrategias de participación para ayudar a la familia "que es una preocupación de todos. Debemos comprometernos todos en la renovación de este Instituto con lenguajes y estrategias de encuentro". Como buen claretiano, invocó a su patrón, San Antonio María Claret, el futuro del Instituto.

Por su parte, el nuncio Bernardito Auza, afirmó que "la salud y el bienestar de cada sociedad y de la Iglesia se basa en la salud y el bienestar de la familia y por esa razón, es fundamental que la familia sea atención de la Iglesia".

En la misma línea el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, advirtió de que "la sociedad que olvida a la familia se está olvidando de sí misma". Dio las gracias a José Luis Mendoza por su fidelidad desinteresada al Papa Francisco "al igual que mostró fidelidad a sus predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI".

Giuseppe Versaldi, prefecto de la Congregación para la Educación Católica, destacó por su parte que la inauguración del Instituto en Madrid, es el "punto de partida para desarrollos posteriores".

Por último, el presidente de la Universidad Católica de Murcia, José Luis Mendoza, que pronuncció un discurso con mucho brío y fuerza, instó a que el Instituto Teológico Juan Pablo II sea un referente de la familia en la Iglesia.

 

Universidad Católica de Murcia

Tal y como permiten los actuales estatutos, esta nueva sección del instituto en la archidiócesis de Madrid fue promovida desde la Sede Central y aceptada por el cardenal Osoro, por decreto de la Congregación para la Educación Católica el 10 de octubre de 2019. En ella se ofertarán la licenciatura eclesiástica en Teología del Matrimonio y de la Familia y la licenciatura eclesiástica en Ciencias del Matrimonio y de la Familia, cuyos programas se pueden consultar en la web.

Para garantizar la consecución de este ambicioso y necesario proyecto, se ha confiado su sostenimiento y organización a una institución universitaria solvente y con la debida experiencia: la Universidad Católica de Murcia (UCAM).

La apuesta, a partir de ahora, es incentivar una participación plural en la vida de la nueva sección, valorizando lo mejor posible las potencialidades que poseen las realidades académicas ya existentes en la ciudad e implicándolas, desde la variedad de carismas y disciplinas, en el cumplimiento del mandato formulado en el motu proprio fundacional: que el nuevo instituto sea un centro académico de referencia, en el campo de las ciencias relacionadas con el matrimonio y la familia, contribuyendo así a responder a las exigencias actuales de la misión pastoral de la Iglesia.