Sociedad y Familia

 

Emilio Calatayud, juez de menores: “La gente se ha cansado de ocultar que es católica”

 

El magistrado es reconocido por sus sentencias ejemplares y su sentido común al hablar de la educación de los jóvenes en la actualidad

 

 

13 febrero, 2020 | ForumLibertas.com


 

 

 

 

El juez de menores de Granada, Emilio Calatayud ha otorgado una entrevista a la revista Misión en el que aborda su condición de católico y cómo percibe el magistrado la percepción de la sociedad del catolicismo.

Calatayud se convirtió en viral en internet por su posicionamiento claro y vehemente sobre la educación que reciben hoy en día los jóvenes, la pérdida de autoridad de los padres y el descontrol de algunos jóvenes debido al cambio cultural sucedido en España en las últimas décadas. Es famoso también su “Décalogo para formar delincuentes”.

A continuación se puede ver uno de los vídeos virales de Calatayud, que suele ser invitado a conferencias que imparte para divulgar su mensaje, que se basa en su experiencia como juez de menores, que ha juzgado, según sus propias cuentas unos 18.000 chicos:

 

 

En la entrevista de la revista Misión Calatayud asegura que cada vez ve “más padres normales que han perdido el control sobre sus hijos. Las familias están preocupadas porque se han dado cuenta de que hoy es más difícil educar que hace años”.

Según el juez eso es debido a que se ha perdido el principio de autoridad “y así no se puede educar”.  “Yo me pongo la toga para demostrar al chaval que está ante el Poder Judicial -explica-. Pero aquí nos dan miedo los símbolos y el principio de autoridad. Por eso se le quitó la tarima al maestro, “porque somos iguales”.  Y no es verdad, porque para estar a ese lado de la tarima hacen falta muchos años de estudio. La pérdida de valores cristianos ha influido mucho en esta situación”.

Calatayud, que se declara católico considera que “Hemos perdido valores como el esfuerzo, el sacrificio, el respeto… Se habla mucho de derechos y muy poco de deberes. Además, tenemos a los niños sobreprotegidos y con agendas de ministro. Muchos ya no juegan ni en la calle, ni en el colegio, ni en ningún sitio, porque están enganchados a las tecnologías. Y encima no les puedes corregir, porque dicen que un capón es maltrato. Muchos males llegan a las familias porque los padres no se atreven a educar y preguntan todo a los niños, o porque llegan los modernos diciendo chorradas”.

El magistrado considera que se está tratando de imponer a los padres cómo educar a los hijos: “es que los hijos son de los padres, aunque no sean de su propiedad. Desde luego, a quien no pertenecen es al Estado. Detrás de esto hay un intento de cargarse a la familia. Se busca deshumanizar las relaciones y derribar cualquier institución que huela a católico. Nos dicen que los hijos son de la sociedad, de la tribu, pero no es verdad. Es como el tema del aborto”.

En ese sentido, considera que “Hoy no se habla del nasciturus, que es el concebido, pero no nacido, y que fíjate si tiene derechos que puede hasta recibir una herencia. Que te puedas cargar a un niño que tiene derecho a herencia, pero no tiene derecho a nacer es una contradicción. Hay debates que tenemos que abrir y revisar, como el del aborto o la eutanasia”.

 

Emilio Calatayud recela de la tecnología en los jóvenes

Sobre la hipersexualización de la sociedad Calatayud confía en la ley del péndulo, “la sociedad se dará cuenta de que nos hemos pasado con muchas cosas, y de la barbaridad que supone hacer que los niños y los adolescentes vivan como adultos, pero sin que les demos responsabilidades por si se frustran”.

En el campo de la tecnología considera “una vergüenza” que el regalo estrella de las comuniones sea el móvil y se lo daría a un hijo “cuando se lo pueda pagar él. O, como mínimo, a los 14, porque a esa edad ya puede ser responsable legal”.

El juez, que desafía el discurso público predominante considera que “le da igual” que le llamen “facha o carca”, “Es como lo de católico. Ha habido un tiempo en que a la gente le daba miedo decir públicamente que es católica”.

Entre otras cuestiones, el juez revela aspectos personales de su vida. Cuestionado sobre si reza, responde: “Todos los días. Al morir mi mujer, el cura que celebró el funeral, al que conozco desde hace mucho, dijo “si Dios no existiera, la vida sería una faena muy gorda. Pero Dios existe”. Por eso rezo”.

Finalmente considera que “la gente se ha cansado de tener que ocultar que es católica”.

“Yo lo digo siempre. Y me cabreo con la Iglesia, porque creo que es hora de dar un puñetazo en la mesa con el tema del laicismo -prosigue-. Ante el ataque que hay contra los católicos, yo cerraría tres meses todos los servicios que sostiene la Iglesia. ¿Que los católicos somos todos corruptores de menores y no podemos decir lo que pensamos? Pues ale, que todos los pobres que atiende Cáritas, San Juan de Dios, las monjas de tal y cual, vayan a los Ayuntamientos o a las Comunidades Autónomas. ¿La Semana Santa? ¡A pasear al santo dentro de la iglesia! ¡Verás qué alegría para el turismo, los bares y los hoteles!  Ve a San Juan de Dios, en Granada, a ver quién atiende a los pobres. ¿Y en Valencia, dónde está la gente que llegó en el barco aquel? En Cáritas. Los católicos tenemos que decir que la Iglesia es muy buena, con hijoputas como en todos los gremios, pero que ya está bien de tomarnos el pelo”.