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Quién era Jean Vanier, el "santo vivo" fundador de El Arca que abusó de mujeres dentro de un acompañamiento espiritual

 

El P. Raymond de Souza, sacerdote de la Arquidiócesis de Kingston, advierte del "culto al fundador" de los nuevos movimientos

 

 

28/02/20


 

 

 

El filósofo y teólogo canadiense Jean Vanier, fallecido el 7 de mayo de 2019 a los 90 años fue conocido mundialmente por su servicio a las personas con deficiencias intelectuales. Creó la Comunidad de El Arca en 1964 y fundó en 1968 la asociación Fe y Luz.

Ahora, una investigación independiente arroja datos devastadores: según explica un comunicado de prensa emitido por El Arca, “en el transcurso de la investigación, se han recibido testimonios sinceros y concordantes, que se refieren al período que va desde 1970 a 2005 de seis mujeres adultas, sin ningún tipo de discapacidad, que afirman cómo Jean Vanier inició con ellas relaciones sexuales, generalmente en el marco de un acompañamiento espiritual, de las que conservan profundas heridas”.

“Estas mujeres, sin relación entre ellas, han referido hechos similares, asociados a una teoría supuestamente espiritual o mística, destinada a justificar esos actos  –explica el comunicado–. Esas acciones implican un control psicológico y espiritual de Jean Vanier sobre esas mujeres y subrayan su adhesión a ciertas teorías y prácticas”, totalmente inmorales, practicadas también por su padre espiritual, el padre Thomas Philippe, informa Aleteia. Entre las victimas, no hay ninguna persona con discapacidad.

 

Dominio psicológico y espiritual

Estas acciones – según el comunicado – indican el dominio psicológico y espiritual de Jean Vanier sobre estas mujeres y subrayan su adhesión a algunas teorías y prácticas desviadas del Padre Thomas Philippe.

En la familia de El Arca hay un gran desconcierto. "Estamos conmocionados por estos descubrimientos – subrayaron los responsables, Stephan Posner y Stacy Cates Carneye, en una carta dirigida a toda la comunidad – condenamos sin reservas estas acciones, que están en total contradicción con los valores que Jean Vanier apoyó".

No solo Jean Vanier había abusado de estas mujeres, sino también Thomas Marie Philippe, sacerdote dominico francés, quien vivió entre 1905 y 1993, y es considerado como cofundador de las comunidades de El Arca.

 

El dolor de los obispos franceses

El Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Francesa afirma que se enteró "con asombro y dolor" de lo que la investigación revela sobre el fundador de El Arca. Los obispos agradecen a las mujeres víctimas de Jean Vanier que tuvieron el coraje de hablar "de lo que han sufrido" y reafirman "su confianza en las comunidades de El Arca donde los discapacitados y los asistentes viven auténticas relaciones de respeto y ayuda mutua".

 

Culto al fundador

El P. Raymond J de Souza, sacerdote de la Arquidiócesis de Kingston, (Ontario) ha escrito un artículo en el Catholic Herald titulado "Jean Vanier y el culto al fundador".

Explica que los resultados de la investigación de El Arca sobre su fundador, Jean Vanier, han sido "devastadores en tres niveles".

En primer lugar, por ser considerado como un "santo vivo" cuando posteriormente se ha descubierto que ha mantenido una serie de relaciones sexualmente coercitivas y abusivas con al menos seis mujeres durante décadas que ha "sorprendido al mundo católico".

"Y no solo el mundo católico; En Canadá, donde Jean Vanier fue un héroe nacional de la familia católica más prominente y admirada, la noticia apareció en las portadas de los periódicos. Hay escuelas que llevan su nombre. Era esa rara figura religiosa que era admirada también por la cultura secular debido al trabajo pionero con personas con discapacidad intelectual".

 

Incongruencia y nuevos movimientos

El segundo nivel devastador que destaca el P. Raymond es la sorprendente incongruencia de todo. "Vanier era conocido particularmente por su trabajo con los vulnerables y débiles, trayendo afecto y amor a aquellos que a menudo eran excluidos o pasados ​​por alto. Si bien su abuso de poder no fue con los miembros "centrales" del Arca, aquellos con discapacidades intelectuales, es difícil comprender cómo alguien con tanta generosidad hacia los vulnerables también podría manipular y explotar a quienes acudieron a él en busca de orientación espiritual".

El tercer nivel se relaciona con los nuevos movimientos. El sacerdote de la Arquidiócesis de Kingston advierte que los nuevos movimientos, tan a menudo "aclamados como un aliento purificador del Espíritu, también han sido una especie de terreno de caza para el comportamiento depredador".

Y menciona a los Legionarios de Cristo "cuyo fundador, el fallecido Padre Marcial Maciel, puede ser el mayor estafador en la larga historia de la Iglesia". También el Sodalitium Christianae Vitae (SCV) - Sodalidad de la vida cristiana, fundada en Perú por Luis Fernando Figari. En 2017, el Vaticano ordenó a Figari no tener contacto con ninguna persona o actividad de SCV, habiéndolo encontrado culpable de abuso de poder y abuso sexual, así como de corrupción financiera.

Incluso el Instituto del Verbo Encarnado (IVE), cuyo fundador, el argentino P. Carlos Miguel Buela fue acusado por el Vaticano en 2016 de conducta sexual inapropiada con seminaristas. "A principios de este mes, el papa Francisco despidió del estado clerical al sacerdote argentino Roberto Juan Yannuzzi, fundador y superior del Instituto Miles Christi (Soldado de Cristo), debido a pecados sexuales con adultos y un uso sacrílego del sacramento de la confesión", recuerda el P. Raymond.

 

Quejas desde los propios movimientos

El articulo también destaca que en varios casos, las quejas iniciales contra el fundador provienen del movimiento, y el movimiento en sí hizo la investigación inicial antes de involucrar al Vaticano. "Esa es una señal de que los fundadores no son tiranos que tienen el control total", señala.

Sin embargo, la serie de casos con fundadores de alto perfil "invita a considerar si los nuevos movimientos podrían ser particularmente susceptibles a dicha corrupción, tanto sexual como financiera", advierte el sacerdote americano.

Y concluye: "Los fundadores son esenciales en la vida de la Iglesia; son los que levantan una nueva vida cuando las formas más antiguas de vida comunitaria se han vuelto complacientes o corruptas. Sin embargo, su novedad significa que no hay formas institucionales de responsabilidad. No es inusual que cierto culto crezca alrededor del fundador, de modo que incluso sus pronunciamientos o prácticas más banales sean tratados con reverencia aduladora; Por el contrario, cualquier comportamiento desagradable puede ser ignorado, o incluso intencionalmente encubierto. Las revelaciones de Vanier confirman que la mala conducta sexual no es solo un problema sacerdotal, que puede existir junto con grandes y manifestar buenas obras, y que incluso las fuentes de renovación en la Iglesia, los nuevos movimientos, no están exentas de este flagelo tan pecaminoso".