Servicio diario - 01 de abril de 2020


 

Lograr un corazón puro, “camino de liberación” para toda la vida
Larissa I. López

12 de abril: Consagración de América Latina y Caribe a la Virgen de Guadalupe
Redacción

Catequesis del Papa: Adentrarnos en “nosotros mismos“ para “hacer espacio a Dios“
Larissa I. López

Coronavirus en Chile: La Iglesia de Santiago ofrece sus espacios para acoger a enfermos
Rosa Die Alcolea

Juan Pablo II: Un santo al que rezar “en estos tiempos difíciles”
Larissa I. López

Santa Marta: Recen “por los que trabajan en los medios de comunicación”
Rosa Die Alcolea

España y Latinoamérica: Descubrir la providencia divina en la vida cotidiana
Larissa I. López

“Habla con un sacerdote”: Los jóvenes españoles se movilizan
Rosa Die Alcolea

Burkina Faso: El cardenal Philippe Ouedraogo hospitalizado
Marina Droujinina

España: Monjas de la Diócesis de Córdoba elaboran más de 7.000 mascarillas
Christian Vallejo

Francisco: Preparar la Pascua logrando una cercanía “más sentida a Cristo”
Larissa I. López

El Domingo de Ramos, “que todas las casas amanezcan con una rama”
Christian Vallejo

Píldoras de esperanza (5): “El que es fiel a mi palabra, no morirá jamás”
Ricardo Grzona

Grave impacto de la pandemia de coronavirus en las poblaciones vulnerables
Redacción

¡Camino de esperanza en tiempos de confinamiento! (7)
Redacción

Mons. Felipe Arizmendi: “La COVID-19, ¿castigo de Dios?”
Felipe Arizmendi Esquivel

San Francisco de Paula, 2 de abril
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

Lograr un corazón puro, “camino de liberación” para toda la vida

Palabras en español
(zenit – 1 abril 2020).- El Papa Francisco sostiene que para lograr la pureza de corazón es preciso experimentar un proceso de “purificación interior”, pues “cuando descubrimos nuestra sed de bien y la misericordia de Dios que nos sostiene, comienza un camino de liberación que dura toda la vida y nos prepara al encuentro definitivo con el Señor”.

Hoy, 1 de abril de 2020, en la audiencia general celebrada en la biblioteca del Palacio Apostólico y transmitida en streaming como medida adoptada por el Vaticano ante la pandemia de la COVID-19, el Santo Padre retomó la serie de catequesis sobre las bienaventuranzas.

En concreto, reflexionó sobre la sexta beatitud: “Dichosos los que tienen el corazón puro, porque ellos verán a Dios” (Mt 5,8).

 

Camino de maduración

El proceso para lograr un corazón puro “implica reconocer la influencia del mal que hay en nosotros, y dejarse conducir con docilidad por el Espíritu Santo; un camino de maduración que supone renuncia, sinceridad y valentía”, describe Francisco.

Y añade que “se trata de un trabajo serio y, sobre todo, de una obra que Dios hace en nosotros a través de las pruebas y las purificaciones de la vida, y que nos lleva, si lo aceptamos, a experimentar una gran alegría y una paz verdadera”.

 

 

 

 

12 de abril: Consagración de América Latina y Caribe a la Virgen de Guadalupe

Acto del Consejo Episcopal Latinoamericano
(zenit – 1 abril 2020).- Con motivo de la pandemia del coronavirus, la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), junto con los obispos de México, consagrarán América Latina y El Caribe a la Virgen de Guadalupe, el próximo 12 de abril de 2020, a las 12 horas de México, en la Basílica de la Virgen de Guadalupe.

Con este acto de consagración quieren alabar al Señor Jesús por el regalo de su Madre Santísima, la primera discípula y gran misionera de sus pueblos, y a la que recurren confiados, tal y como han comunicado desde el propio CELAM ayer, 31 de marzo de 2020, a través de una nota.

 

Acto de consagración

Asimismo, la celebración será presidida por el cardenal Carlos Aguiar y coincide con el Domingo de Resurrección, “el momento presente exige de nosotros como pastores, ver y escuchar las aflicciones de nuestros pueblos, generando esperanza y dirigiendo la mirada a nuestra Madre del cielo”.

En la celebración pedirán salud y el fin de la pandemia a la “Emperatriz de América”, poniéndose “bajo su mirada amorosa en estos momentos difíciles, en los que ella puede abrirnos las puertas de la esperanza”.

Desde el CELAM invitan a todos los países de América Latina y El Caribe a participar en esta celebración a través de las plataformas digitales y los medios de comunicación. A las 12 horas de México, en las catedrales y templos parroquiales sonarán las doce campanadas que darán comienzo al Santo Rosario Misionero ofrecido por la salud de las personas de los cinco continentes.

Posteriormente, se celebrará la Santa Misa de Resurrección, finalizando con el acto de consagración a la Virgen de Guadalupe, presentándole una ofrenda floral pidiendo por el mundo entero.

“Confiamos que, al contemplar a la Madre del verdadero Dios por quien se vive, fortalezcamos nuestra fe, alentemos nuestra esperanza y nos comprometamos con amor solidario, especialmente con quienes hoy experimentan enfermedad, dolor, pobreza, soledad, temor e inquietud”, concluye el comunicado del CELAM.

 

 

 

 

Catequesis del Papa: Adentrarnos en “nosotros mismos“ para “hacer espacio a Dios“

Ciclo sobre las bienaventuranzas

(zenit – 1 abril 2020).- La sabiduría de la sexta bienaventuranza reside en el hecho de que “para contemplar” al Señor “es necesario entrar dentro de nosotros mismos y hacer espacio a Dios porque, como dice san Agustín, ‘Dios es más interior que lo más íntimo mío’”, sostiene el Santo Padre.

En la audiencia general de hoy, 1 de abril de 2020, celebrada en la biblioteca del Palacio Apostólico debido a la pandemia del coronavirus, el Papa Francisco ha reanudado la serie de catequesis sobre las bienaventuranzas.

En concreto, esta vez ha reflexionado sobre la sexta de ellas: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt 5, 8).

 

Liberar el corazón

Así, en primer lugar, Francisco describe que dicha bienaventuranza “promete la visión de Dios y tiene como condición la pureza de corazón” y resalta que para contemplar a Dios “no hay que cambiar de gafas o de punto de mira, o cambiar de autores teológicos que enseñen el camino: ¡hay que liberar el corazón de sus engaños! Este es el único camino”.

Lograr un corazón purificado es “el resultado de un proceso que implica una liberación y una renuncia. El puro de corazónno nace así, ha vivido una simplificación interior, aprendiendo a negar el mal dentro de sí, algo que en la Biblia se llama circuncisión del corazón (cf. Dt 10:16; 30:6; Ez 44:9; Jer 4:4)”, explica el Papa.

 

La guía del Espíritu Santo

Esta purificación interior, indica el Pontífice, supone el reconocimiento de la parte del corazón que está “bajo el influjo del mal”: “Reconocer la parte mala, la parte que está nublada por el mal – para aprender el arte de dejarse siempre adiestrar y guiar por el Espíritu Santo. El camino del corazón enfermo, del corazón pecador, del corazón que no puede ver bien las cosas, porque está en pecado, a la plenitud de la luz del corazón es obra del Espíritu Santo”.

El Espíritu es quien nos guía en este recorrido, “y así, a través de este camino del corazón, llegamos a ‘ver a Dios’”. Contemplar a Dios, aclara el Obispo de Roma, significa “comprender los designios de la Providencia en lo que nos sucede, reconocer su presencia en los sacramentos, su presencia en los hermanos, especialmente en los pobres y los que sufren, y reconocerlo allí donde se manifiesta (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2519)”.

 

Alegría y paz verdaderas

Finalmente, el Santo Padre remarcó que esta bienaventuranza es “un poco el fruto de las anteriores: si hemos escuchado la sed del bien que habita en nosotros y somos conscientes de que vivimos de misericordia, comienza un camino de liberación que dura toda la vida y nos lleva al Cielo”.

Se trata de “un trabajo serio, un trabajo que hace el Espíritu Santo si le damos espacio para que lo haga, si estamos abiertos a su acción”. Por ello, es posible afirmar que es una obra de Dios en nosotros, en las pruebas y en las purificaciones de la vida, que “lleva a una gran alegría, a una paz verdadera”.

“No tengamos miedo, abramos las puertas de nuestro corazón al Espíritu Santo para que nos purifique y nos haga avanzar por este camino hacia la alegría plena”, concluye Francisco.

A continuación, sigue la catequesis completa del Papa.

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Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy leemos juntos la sexta bienaventuranza, que promete la visión de Dios y tiene como condición la pureza de corazón.

Un salmo dice: «Dice de ti mi corazón: ‘Busca su rostro’. Sí, Yahvé ,tu rostro busco. No me ocultes tu rostro» (27:8-9).

Este lenguaje manifiesta la sed de una relación personal con Dios, no mecánica, no algo nublada, no: personal, que el libro de Job también expresa como signo de una relación sincera. Dice así el libro de Job: «Yo te conocía sólo de oídas, mas ahora te han visto mis ojos» (Jb 42:5). Y muchas veces pienso que este es el camino de la vida, en nuestra relación con Dios. Conocemos a Dios de oídas, pero con nuestra experiencia avanzamos, avanzamos, avanzamos y al final lo conocemos directamente, si somos fieles… Y esta es la madurez del Espíritu.

¿Cómo llegar a esta intimidad, a conocer a Dios con los ojos? Se puede pensar, por ejemplo, en los discípulos de Emaús, que tienen al Señor Jesús a su lado, «pero sus ojos estaban retenidos para que no lo conocieran» (Lc 24:16). El Señor les abrirá los ojos al final de un camino que culmina con la fracción del pan y que había empezado con un reproche: «¡Oh, insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas!” Es el reproche del principio (Lc 24:25). Este es el origen de su ceguera: el corazón insensato y tardo. Y cuando el corazón es insensato y tardo, no se ven las cosas. Se ven las cosas como nubladas.

Aquí reside la sabiduría de esta bienaventuranza: para contemplar, es necesario entrar dentro de nosotros mismos y hacer espacio a Dios porque, como dice San Agustín, «Dios es más interior que lo más íntimo mío » («interior intimo meo«: Confesiones, III,6,11). Para ver a Dios no hay que cambiar de gafas o de punto de mira, o cambiar de autores teológicos que enseñen el camino: ¡hay que liberar el corazón de sus engaños! Este es el único camino.

Es una madurez decisiva: cuando nos damos cuenta de que nuestro peor enemigo se esconde a menudo en nuestro corazón. La batalla más noble es contra los engaños internos que generan nuestros pecados. Porque los pecados cambian la visión interior, cambian la valoración de las cosas, muestran cosas que no son verdaderas, o al menos que non son tan verdaderas.

Por lo tanto, es importante entender qué es la «pureza de corazón». Para ello debemos recordar que para la Biblia el corazón no consiste sólo en los sentimientos, sino que es el lugar más íntimo del ser humano, el espacio interior donde la persona es ella misma. Esto, según la mentalidad bíblica.

El Evangelio de Mateo dice: «Si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!» (6,23). Esta «luz» es la mirada del corazón, la perspectiva, la síntesis, el punto de lectura de la realidad (cf. Evangelii gaudium, 143).

¿Pero qué significa corazón «puro»? El puro de corazón vive en la presencia del Señor, conservando en el corazón lo que es digno de la relación con Él; sólo así posee una vida «unificada», lineal, no tortuosa sino simple.

El corazón purificado es, por lo tanto, el resultado de un proceso que implica una liberación y una renuncia. El puro de corazón no nace así, ha vivido una simplificación interior, aprendiendo a negar el mal dentro de sí, algo que en la Biblia se llama circuncisión del corazón (cf. Dt 10:16; 30:6; Ez 44:9; Jer 4:4).

Esta purificación interior implica el reconocimiento de esa parte del corazón que está bajo el influjo del mal: -“Sabe, Padre, siento esto, veo esto y está mal” : reconocer la parte mala, la parte que está nublada por el mal – para aprender el arte de dejarse siempre adiestrar y guiar por el Espíritu Santo. El camino del corazón enfermo, del corazón pecador, del corazón que no puede ver bien las cosas, porque está en pecado, a la plenitud de la luz del corazón es obra del Espíritu Santo. Él es quien nos guía para recorrer este camino. Y así, a través de este camino del corazón, llegamos a «ver a Dios».

En esta visión beatífica hay una dimensión futura, escatológica, como en todas las Bienaventuranzas: es la alegría del Reino de los Cielos hacia la que vamos. Pero existe también la otra dimensión: ver a Dios significa comprender los designios de la Providencia en lo que nos sucede, reconocer su presencia en los sacramentos, su presencia en los hermanos, especialmente en los pobres y los que sufren, y reconocerlo allí donde se manifiesta (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2519).

Esta bienaventuranza es un poco el fruto de las anteriores: si hemos escuchado la sed del bien que habita en nosotros y somos conscientes de que vivimos de misericordia, comienza un camino de liberación que dura toda la vida y nos lleva al Cielo. Es un trabajo serio, un trabajo que hace el Espíritu Santo si le damos espacio para que lo haga, si estamos abiertos a la acción del Espíritu Santo. Por eso podemos decir que es una obra de Dios en nosotros – en las pruebas y en las purificaciones de la vida – y esta obra de Dios y del Espíritu Santo lleva a una gran alegría, a una paz verdadera. No tengamos miedo, abramos las puertas de nuestro corazón al Espíritu Santo para que nos purifique y nos haga avanzar por este camino hacia la alegría plena.

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

 

Coronavirus en Chile: La Iglesia de Santiago ofrece sus espacios para acoger a enfermos

Y activa un teléfono para el acompañamiento
(zenit – 1 abril 2020).- El Arzobispado de Santiago de Chile pone a disposición de las autoridades sanitarias del país las casas y espacios eclesiales de la arquidiócesis, como una forma concreta de ayudar en esta emergencia sanitaria.

El 31 de marzo, el Ministerio de Salud del país anunció que se registran en el país 2.738 casos positivos de COVID-19, de los cuales 289 fueron notificados durante las últimas 24 horas. La autoridad, además, lamentó el fallecimiento de cuatro personas a causa de esta enfermedad, de los cuales dos tenían más de 60 años y dos de ellos más de 80, siendo el total de fallecidos hasta la fecha de 12 personas.

A las cuatro casas de retiro ya ofrecidas el pasado 20 de marzo, suma dos edificios institucionales (Vicaría Esperanza Joven y Vicaría para la Educación) y trece infraestructuras parroquiales, para colaborar con el Gobierno en la prevención, mitigación y control de la crisis producida por la pandemia de la COVID-19.

 

Espacios ofrecidos

La infraestructura se encuentra ubicada en el casco histórico de Santiago, lugar crítico por la presencia de numerosas personas en situación de calle, y donde el Ministerio de Desarrollo Social ha pedido especial colaboración en la facilitación de espacios que puedan funcionar 24/7 como albergues y centros de acogida para 20 personas cada uno.

Los espacios ofrecidos por el Arzobispado, y que la autoridad debe evaluar para su uso con adultos mayores y enfermos crónicos en situación de calle, son: Los edificios Vicaría de la Esperanza Joven Vicaría para la Educación; parroquia Santa Lucrecia (Teatro Huemul); parroquia San Gerardo (Teatro); parroquia San Saturnino (Galpón); parroquia San Andrés (Dependencias); parroquia Santa Sofía (gimnasio y Salón); parroquia Santa Ana (Dependencias); parroquia Perpetuo Socorro (Salas, salón y multicancha); parroquia Inmaculado Corazón de María (Salón); parroquia San Pablo (Salas); capilla San Felipe de Jesús (Gimnasio y galpón); parroquia Sagrado Corazón de la Alameda (Salas, comedor  y salón techado); capilla San Francisco de Reggis (Salón); y la parroquia la Asunción (Templo).

 

Cuarentena

Asimismo, el 31 de marzo, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, anunció nuevas medidas sanitarias para controlar el brote del coronavirus en el país.

Se renueva la cuarentena para la Isla de Rapa Nui por dos semanas más; Se amplía por siete días más la cuarentena para seis de las siete comunas de la RM que estaban con esta medida: Vitacura, Lo Barnechea, Las Condes, Providencia, Santiago y Ñuñoa. Para la comuna de Independencia no se prolongará la cuarentena, por lo que termina el jueves 2 de abril a las 22 horas.

 

“Estamos contigo”

Asimismo, el Arzobispado ha puesto en marcha un servicio telefónico y de video-llamadas, en el fono +569 20714878, que tiene por objetivo “escuchar, contener y acompañar desde la fe a las personas, no solo cristianas, que estén atravesando momentos difíciles” por esta crisis.

La cuarentena preventiva y el aislamiento social han llevado a que muchas personas vivan este proceso solos en sus hogares o muchas veces hacinados, lo que les hace experimentar mayor incertidumbre.

«Estamos Contigo» es un proyecto del Arzobispado de Santiago a través de su Delegación para la Pastoral Familiar, que quiere manifestar la cercanía de la Iglesia de Santiago con los quienes están viviendo momentos de desesperanza, soledad y tristeza, escuchándolos y acompañándolos desde la mirada de fe.

 

Información práctica

Para acceder a una consulta a distancia, los interesados pueden llamar las 24 horas al número +569 20714878 donde podrán dejar su consulta para ser derivados, previa evaluación, a un acompañante espiritual o a un psicólogo, según corresponda.

Con la hora agendada, la consulta podrá efectuarse en las modalidades de llamado telefónico, vía Whatsappo a través de video-llamada. Nunca se pedirá dinero y nunca se harán presentes en los domicilios, aunque, cuando termine esta situación excepcional, se abrirá la posibilidad de continuar la atención presencialmente en el Centro de Atención Familiar (CAF).

La consulta no tiene costo, funciona con un equipo de 15 voluntarios profesionales y su principal objetivo es llevar a las familias un mensaje de fe desde el Evangelio.

 

 

 

 

Juan Pablo II: Un santo al que rezar “en estos tiempos difíciles”

2 de abril, 15º aniversario de su muerte
(zenit – 1 abril 2020).- En vísperas del 15º aniversario de la muerte de san Juan Pablo II (2 de abril de 2005), el Papa Francisco señaló: “En estos tiempos difíciles que vivimos, os animo a confiar en la Divina Misericordia y en la intercesión de san Juan Pablo II”.

Esta evocación del Santo Padre se produjo hoy, 1 de abril de 2020, durante sus palabras dirigidas a los polacos durante la audiencia general, celebrada en la biblioteca del Palacio Apostólico debido a la pandemia del coronavirus.

Efectivamente, después de su catequesis en torno a la sexta bienaventuranza, “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”, el Pontífice se dirigió a los fieles de Polonia, subrayando que “el hombre contemporáneo divisa los signos de muerte que se han hecho más presentes en el horizonte de nuestra civilización” y “vive siempre atemorizado, amenazado en el núcleo mismo de su existencia”.

En este sentido, apuntó: “Cuando os sintáis en dificultad, que vuestro pensamiento se dirija hacia Cristo: sabed que no estáis solos. Él os acompaña y nunca decepciona”.

 

Con Anne Kurian

 

 

 

 

Santa Marta: Recen “por los que trabajan en los medios de comunicación”

“La verdad os hará libres”
(zenit – 1 abril 2020).- “Hoy me gustaría que rezáramos por todos aquellos que trabajan en los medios de comunicación, que trabajan para comunicar, hoy, para que la gente no se encuentre tan aislada”, ha expresado el Santo Padre esta mañana.

Este miércoles de la 5ª semana de Cuaresma, Francisco ha encomendado a este grupo de profesionales en la primera celebración de la Misa en abril de 2020. Siguiendo el Evangelio de hoy (Jn 8, 31-42), el Papa ha pronunciado: “Si permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.

“Ser discípulo –ha recordado– significa dejarse guiar por el Espíritu Santo: por eso el discípulo de Jesús es un hombre de Tradición y novedad, un hombre libre, nunca sujeto a ideologías”. En esta línea, el Papa ha destacado que los comunicadores trabajan “por la educación de los niños, por la educación, para ayudarles a soportar este tiempo de encierro”.

Además, en el marco de la libertad, cabe recordar que la antífona de hoy es una oración de liberación: “Líbrame, Señor, de la ira de mis enemigos. Me elevas por encima de mis adversarios y me salvas del hombre violento” (Sal 17).

Sigue la homilía del Santo Padre completa, traducida al español por Vatican News:

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Homilía del Papa

En estos días, la Iglesia nos hace escuchar el capítulo octavo de Juan: hay una discusión tan fuerte entre Jesús y los Doctores de la Ley. Y sobre todo, hay un intento de mostrar la propia identidad: Juan intenta acercarnos a esa lucha por aclarar la propia identidad, tanto la de Jesús como la de los médicos. Jesús los pone en un rincón mostrándoles sus contradicciones. Y ellos, al final, no encuentran otra salida que el insulto: es una de las páginas más tristes, es una blasfemia. Insultan a Nuestra Señora, la Virgen Santa.

Pero hablando de identidad, Jesús dijo a los judíos que habían creído, les aconsejó: “Si permanecéis en mi palabra, sois verdaderamente mis discípulos”. Volvió a esa palabra tan querida por el Señor que la repitió muchas veces, y luego en la cena: “Quédate. Permanece en mí”. Permanece en el Señor. No dice: “Estudia bien, aprende bien los argumentos”: lo da por sentado. Pero va a lo más importante, lo que es más peligroso para la vida, si no lo haces: quedarte. “Permanezcan en mi palabra”. Y aquellos que permanecen en la palabra de Jesús tienen su propia identidad cristiana. ¿Y cuál es? “Ustedes son verdaderamente mis discípulos”. La identidad cristiana no es una tarjeta que dice “Soy cristiano”, una tarjeta de identidad: no. Es el discipulado. Tú, si permaneces en el Señor, en la Palabra del Señor, en la vida del Señor, serás un discípulo. Si no te quedas, serás uno que simpatiza con la doctrina, que sigue a Jesús como un hombre que hace tanta caridad, es tan bueno, que tiene los valores correctos, pero el discipulado es la verdadera identidad del cristiano.

Pido al Señor que nos haga conocer esta sabiduría para que permanezcamos en Él y nos haga conocer esa familiaridad con el Espíritu: el Espíritu Santo nos da libertad. Y esta es la unción. El que permanece en el Señor es un discípulo, y el discípulo es un ungido, un ungido por el Espíritu, que ha recibido la unción del Espíritu y la lleva a cabo. Este es el camino que Jesús nos muestra para la libertad y también para la vida. Y el discipulado es la unción que reciben los que permanecen en el Señor.

Que el Señor nos haga comprender esto que no es fácil: porque los doctores no lo entendieron, no se entiende sólo con la cabeza; se entiende con la cabeza y el corazón, esta sabiduría de la unción del Espíritu Santo que nos hace discípulos.

 

Oración para la comunión sacramental

El Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición eucarística, invitándonos a hacer la comunión espiritual. Aquí sigue la oración recitada por el Papa:

“A tus pies, oh Jesús mío, me postro y te ofrezco el arrepentimiento de mi corazón contrito que se abandona en su nada y en Tu santa presencia. Te adoro en el sacramento de tu amor, deseo recibirte en la pobre morada que mi corazón te ofrece. En espera de la felicidad de la comunión sacramental, quiero tenerte en espíritu. Ven a mí, oh Jesús mío, que yo vaya hacia Ti. Que tu amor pueda inflamar todo mi ser, para la vida y para la muerte. Creo en Ti, espero en Ti, Te amo. Que así sea”.

Antes de salir de la capilla dedicada al Espíritu Santo, se cantó la antigua antífona mariana Ave Regina Caelorum (“Ave Reina de los Cielos”):

“Salve, Reina de los cielos, y Señora de los ángeles; salve, raíz; salve, puerta que dio paso a nuestra luz. Alégrate, virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve, oh hermosa doncella, ruega a Cristo por nosotros”.

 

 

 

 

España y Latinoamérica: Descubrir la providencia divina en la vida cotidiana

Saludo del Santo Padre a los hispanohablantes
(zenit – 1 abril 2020).- “Pidamos al Señor que nos conceda pureza y sencillez de corazón para descubrir su Providencia en los sucesos de la vida cotidiana”, expresó el Papa Francisco.

Esta petición fue pronunciada por el Santo Padre durante sus palabras dirigidas a los hispanohablantes en la audiencia general celebrada hoy, 1 de abril de 2020, en la biblioteca del Palacio Apostólico.

Igualmente, Francisco exhortó a tener presentes “en estos momentos de prueba y oscuridad, a todos nuestros hermanos y hermanas que sufren, y a quienes los ayudan y acompañan con amor y generosidad”.

El Papa envió un saludo a los fieles de lengua española que seguían la audiencia general en streaming, a través de los medios de comunicación, debido a la situación de emergencia por el coronavirus.

La catequesis del Pontífice versó sobre la sexta bienaventuranza: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”. En ella resaltó que “para contemplar” al Señor “es necesario entrar dentro de nosotros mismos y hacer espacio a Dios porque, como dice San Agustín, ‘Dios es más interior que lo más íntimo mío’ (‘Interior intimo meo’: Confesiones, III,6,11)”.

 

 

 

 

“Habla con un sacerdote”: Los jóvenes españoles se movilizan

“Ningún paciente sin Biblia”
(zenit – 1 abril 2020).- Los jóvenes españoles demuestran una vez más su gran capacidad para la solidaridad, movilizándose para ayudar a los enfermos en esta crisis provocada por la pandemia, que ya ha causado 8.189 muertes y 94.417 enfermos, según datos actualizados por el Gobierno el 31 de marzo de 2020.

Conscientes de la necesidad de acompañamiento espiritual que muchas personas sienten estos días, un grupo de jóvenes católicos han puesto en marcha HablaConUnSacerdote.com, un servicio gratuito que conecta a personas en aislamiento por la crisis sanitaria con sacerdotes católicos.

Hasta el próximo 11 de abril ningún español saldrá de casa –salvo los que deban trabajar o salir excepcionalmente a comprar o pasear al perro–. En España, el estado de alarma fue decretado en todo el territorio el 14 de marzo por el Gobierno, y prorrogado 15 días más, con el objetivo de imponer distancia social para frenar el ritmo de contagios.

 

¿Cómo funciona?

Los sacerdotes voluntarios para hablar con quien lo desee figuran en una lista, en la página web HablaConUnSacerdote.com. Los sacerdotes voluntarios comparten su disponibilidad, que aparece en la web junto con su nombre y su fotografía.

A través de la web el paciente solicita una cita e inmediatamente recibe un SMS confirmándole el sacerdote que le atenderá y el día y la hora de la cita. Los organizadores advierten de que “se necesita reservar con mínimo 18 horas de antelación”. Así, aclaran que “es el sacerdote quien llama”, y aunque “las reservas son de una hora, lo cual no significa que las llamadas sean de una hora”.

Los jóvenes invitan a difundir la iniciativa: “Si conoces a alguien víctima de las consecuencias de la COVID-19 en forma de enfermedad, aislamiento, duelo por un ser querido o cualquier tipo de sufrimiento que pueda requerir de acompañamiento espiritual, por favor, ¡comparte este servicio!”.

 

Biblias para los hospitalizados

En el marco de la solidaridad juvenil, entre otras tantas, varios jóvenes del Opus Dei de Valencia promueven la compra y el envío de ejemplares del Nuevo Testamento a los enfermos de coronavirus. Para ello, se ofrecen a recoger dinero, comprarlos y hacerlos llegar a aquellas personas hospitalizadas.

“Con vuestra ayuda compartiendo esta iniciativa y las donaciones que podéis realizar, intentaremos llevar la Biblia a todo aquel que lo necesite a través del Capellán correspondiente, médicos, enfermeros, etc…”, aseguran. “Recordad que junto a estos pequeños libros van vuestro cariño, oraciones y sobre todo, mucho Amor hacia el prójimo hospitalizado”.

En estos momentos cruciales, nos movemos animados por las palabras del Papa del pasado 27 de marzo en San Pedro: “Señor, bendice al mundo, da salud a los cuerpos y consuela a los corazones. Nos pides que no sintamos temor. Pero nuestra fe es débil y tenemos miedo. Más tú, Señor, no nos abandones a merced de la tormenta”.

Se puede colaborar ingresando una cantidad al número de cuenta bancario ES63 0049 4410 19 2310013039, y a través de bizum al número 683 586 559.

 

 

 

 

Burkina Faso: El cardenal Philippe Ouedraogo hospitalizado

2º obispo burkinés afectado por COVID-19
(zenit – 1 abril 2020).- El cardenal Philippe Ouedraogo, arzobispo de la Diócesis de Uagadugú, Burkina Faso, África occidental, ha dado positivo en las pruebas del coronavirus, indica una nota del vicario general de la misma diócesis, el padre Alfred Ouedraogo, del 30 de marzo de 2020. El cardenal fue transferido a la antigua clínica, Les Genêts, para recibir “una atención apropiada” y fue hospitalizado.

El cardenal quiere tranquilizar al pueblo de Dios, se lee en la nota, e “invita igualmente a permanecer unidos en la oración por él y por todos los demás enfermos, así como por todos los que los cuidan”.

“Reiteramos nuestro aliento y os invitamos a mantener la esperanza”, concluye el vicario general.

El cardenal Philippe Ouedraogo, de 75 años de edad, es el segundo obispo burkinés afectado por la coronavirus. El pasado 25 de marzo, la Conferencia Episcopal de Burkina-Níger informó que Mons. Séraphin Rouamba, ex presidente de este mismo episcopado y arzobispo de Koupela, dio positivo en la prueba de COVID-19. Se encuentra en el Centro Hospitalario Universitario de Tengandogo en Uagadugú.

 

 

 

 

España: Monjas de la Diócesis de Córdoba elaboran más de 7.000 mascarillas

Alerta sanitaria por el coronavirus
(zenit – 1 abril 2020).- Con motivo de la alerta sanitaria por la COVID-19, las monjas de diez conventos de clausura de la Diócesis de Córdoba, al igual que la mayoría de las diócesis de España, se suman a las múltiples iniciativas solidarias para paliar las carencias de material sanitario en el país. En concreto, ellas se proponen elaborar más de 7.000 mascarillas.

Es un trabajo que realizan como un servicio a la población que sufre las consecuencias de la pandemia del coronavirus, informó COPE, ayer 31 de marzo de 2020.

 

Diez comunidades de clausura

Hasta 10 comunidades de clausura de la Diócesis de Córdoba están llevando a cabo este trabajo voluntario, participando a su vez en la vida de la Iglesia mediante la oración.

Estas comunidades son: las Clarisas de Santa Cruz, las Carmelitas de la Antigua Observancia, las Jerónimas, las Capuchinas, las Cistercienses de la Encarnación o las Carmelitas Descalzas de Santa Ana de Córdoba, hasta las Concepcionistas de Hinojosa del Duque, las Clarisas de Montilla, Carmelitas Descalzas de Aguilar de la Frontera y las Agustinas Recoletas de Cabra.

Cada comunidad realiza su trabajo a distinta velocidad según las condiciones del convento y el número de monjas, pero todas ellas están colaborando en esta ayuda a favor de la lucha contra el coronavirus.

 

“Gran experiencia para todas”

Las comunidades cuentan con largos rollos de tela, cinta elástica y alambre cubierto por plástico para la sujeción de las mascarillas, material facilitado por los obispos y donaciones de entidades privadas, confirman desde la fuente citada.

Ante la emergencia sanitaria que estamos viviendo, elaborar mascarillas “nos llena muchísimo, es una experiencia para todas”, reconoce la madre María Dolores, priora de las Carmelitas del Monasterio del Sagrado Corazón de Jesús.

Las religiosas aprovechan este momento para reflexionar sobre sus vidas en clausura, “nosotras la hemos elegido, atendiendo una llamada; el confinamiento es obligado”. Y la madre María Dolores cree que la sociedad se encuentra así porque “se han ido apartando valores esencialmente humanos, se ha vivido en la cultura de la muerte y ahora la muerte nos hace temblar”.

Con la elaboración de las mascarillas “nos hemos encarnado más en la Iglesia diocesana, nos sentimos útiles en la ayuda a nuestra Iglesia” y además, “sufrimos con los que sufren, llevamos por delante toda la humanidad, todo el dolor”, añaden.

 

 

 

 

Francisco: Preparar la Pascua logrando una cercanía “más sentida a Cristo”

Palabras a jóvenes, ancianos y enfermos
(zenit – 1 abril 2020).- “Que el último tramo del tiempo de Cuaresma que estamos viviendo pueda favorecer una preparación adecuada para la celebración de la Pascua, llevando a todos a una cercanía aún más sentida a Cristo”, exhortó el Santo Padre.

Esta petición fue realizada por el Papa Francisco durante la audiencia general de hoy, 1 de abril de 2020, celebrada en la biblioteca del Palacio Apostólico ante la situación de emergencia sanitaria por coronavirus.

En concreto, la demanda tuvo lugar en su habitual saludo a los jóvenes, a los enfermos, los recién casados y los ancianos al final de la citada audiencia de los miércoles.

 

Saludo a los jóvenes italianos

Previamente, en sus palabras de saludo a los fieles de habla italiana, Francisco se refirió a los grupos de jóvenes que habían reservado para estar presentes en la audiencia general, como se hace habitualmente, en la plaza de San Pedro o el Aula Pablo VI.

El Pontífice dirigió un pensamiento especial a los jóvenes de la profesión de fe de Milán, quienes indicó que seguían la audiencia en streaming y a los que agradeció los múltiples mensajes que le han enviado.

“Gracias por esta unión con nosotros. Rezad por mí, no lo olvidéis. Os doy las gracias y os animo a vivir siempre la fe con entusiasmo y a no perder la esperanza en Jesús, el amigo fiel que llena de felicidad nuestras vidas, incluso en los momentos difíciles”, concluyó.

 

Pureza de corazón

La reflexión del Papa en la catequesis de hoy ha tratado sobre la sexta bienaventuranza: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt. 5, 8).

Así, el Obispo de Roma apuntó que para ver a Dios “no hay que cambiar de gafas o de punto de mira, o cambiar de autores teológicos que enseñen el camino: ¡hay que liberar el corazón de sus engaños! Este es el único camino”.

 

 

 

 

El Domingo de Ramos, “que todas las casas amanezcan con una rama”

Otra forma de vivir la Semana Santa
(zenit – 1 abril 2020).- Con motivo de la pandemia global de la COVID-19, se está difundiendo en España una iniciativa a través de redes sociales que invita a todos los fieles a colocar una palma en la ventana el próximo Domingo de Ramos, para “salir de procesión” en este confinamiento.

Es otra manera distinta de vivir la Semana Santa ya que la propagación del coronavirus también está afectando a las celebraciones litúrgicas y se deben respetar las medidas impuestas por las autoridades.

 

Iniciativa en redes sociales

Se trata de usar una rama, quien no tenga palmas ni plantas en casa puede fabricar las suyas propias, y colocarla en la puerta o en la ventana el próximo sábado 4 de abril de 2020, “para que el Domingo de Ramos, todas las casas amanezcan con una rama”, ya que es una de las procesiones más relevantes del año.

“Esto serviría, a pesar del aislamiento social, para mantenerse conectado en las ceremonias de Semana Santa. Aclamando a Jesús, aunque sea en silencio”, se añade en el mensaje.

 

 

 

 

Píldoras de esperanza (5): “El que es fiel a mi palabra, no morirá jamás”

Jueves 2 de abril de 2020
Reflexión sobre los Evangelios diarios

Jueves de la V Semana de Cuaresma

 

Invocamos al Espíritu Santo

Espíritu Santo te imploro que vengas y llenes de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender hoy la Palabra de Dios. Amén.

 

Evangelio según San Juan 8, 51-59

Jesús dijo a los judíos: “Les aseguro que el que es fiel a mi palabra, no morirá jamás”.

Los judíos le dijeron: “Ahora sí estamos seguros de que estás endemoniado. Abraham murió, los profetas también, y tú dices: ‘El que es fiel a mi palabra, no morirá jamás’.  ¿Acaso eres más grande que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?”.

Jesús respondió: “Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me glorifica, el mismo al que ustedes llaman ‘nuestro Dios’, y al que, sin embargo, no conocen. Yo lo conozco y si dijera: ‘No lo conozco’, sería, como ustedes, un mentiroso. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se estremeció de gozo, esperando ver mi Día: lo vio y se llenó de alegría”.

Los judíos le dijeron: “Todavía no tienes cincuenta años ¿y has visto a Abraham?”. Jesús respondió: “Les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy”. Entonces tomaron piedras para apedrearlo, pero Jesús se escondió y salió del Templo.

Palabra del Señor

 

¿Qué dice el texto?

Jesús dijo a los judíos: “Les aseguro que el que es fiel a mi palabra, no morirá jamás”.

¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes de este texto que atraen tu atención, tu interés?

¿Qué nos dice Dios en el texto?

En las situaciones en las que vivimos normalmente llegan de improviso palabras y conceptos que nos perturban. Palabras como Contagio, como muerte, y si bien no vamos a ocultar las realidades, nuestra vida cristiana nos ofrece algo más importante, la fidelidad. Ser fieles a la Palabra dada por el Señor. Es curioso porque en nuestra actualidad la palabra no es dada, debe ser escrita, firmada, aceptada por las partes de un contrato.

Sin embargo, Dios hizo el mundo por su palabra, un sonido pronunciado, una palabra dada, dicha en el momento justo. Y ser fiel a la palabra, a aquella Palabra con mayúscula que se hizo hombre por nosotros, a quien reconocemos como verdadero Dios y verdadero hombre, a quien llamamos Jesús, el Cristo, el Salvador… pues quien es fiel, no morirá jamás.

El Papa Francisco nos dijo el pasado viernes 27 de marzo: “La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad”.

Es bueno aprender entonces dónde hemos puesto nuestra fe y nuestra esperanza. Te invito a pensar que tu seguridad debe ir adaptándose más en la Palabra del Señor.

Nos acercamos a la Semana Santa, y todos conocemos lo que sucede. Es una pena que nos quedemos solamente con el Viernes Santo y descuidemos el Domingo de Resurrección. ¡Sí, levántate! ¡Despierta! Ser fieles a la Palabra de Dios nos da la esperanza.

Repite conmigo esta frase, haciendo propio el Salmo 1: “Feliz soy porque siempre medito en la ley de Dios”

Te invito a conocer más de nuestro trabajo diario sobre la Lectura Orante de la Biblia.

 

www.fundacionpane.com www.cristonautas.com

 

 

 

 

Grave impacto de la pandemia de coronavirus en las poblaciones vulnerables

Informe de Manos Unidas
(Madrid – 1 abril 2020).- Refugiados, migrantes, trabajadores en precario, minorías étnicas y tribales, niños y mujeres son algunos de los colectivos en los que Manos Unidas y los socios locales de los tres continentes en los que trabaja la ONG, tienen puesta su atención en esta crisis global provocada por la pandemia del coronavirus.

Más allá de las consecuencias sanitarias derivadas del contagio por coronavirus, desde los países en los que trabaja Manos Unidas alertan a la institución sobre su enorme preocupación acerca de la crisis económica a la que no podrán hacer frente millones de personas en todo el mundo, especialmente en las comunidades más empobrecidas.

“Las medidas de confinamiento y de restricción de movimientos decretadas por una gran mayoría de gobiernos del mundo para evitar la extensión del coronavirus en sus países, están afectando ya de forma muy importante a las personas más empobrecidas con las que trabajamos”, asegura Isabel Vogel, responsable de proyectos de Manos Unidas.

Desde que comenzó la crisis, la ONG de la Iglesia católica está en contacto con sus socios locales en África, América y Asia. Todos ellos concuerdan a la hora de señalar los colectivos más sensibles a esta crisis: migrantes, trabajadores en precario, minorías étnicas y tribales, niños y mujeres. “Los más empobrecidos coinciden, por desgracia, con esos sectores de población más vulnerables, que no tienen medios ni posibilidades para poner en práctica las medias básicas de higiene o de distancia, necesarias para evitar el contagio”, señala Vogel.

“Además, nos preocupa que las medidas decretadas por los gobiernos, puedan dar pie a vulneraciones de los derechos humanos de estos colectivos más desprotegidos. O que, con la excusa del coronavirus, se pongan en marcha medidas excepcionales que se perpetúen en el tiempo, una vez superada la emergencia”, explica.

 

Colectivos vulnerables

Desde Asia, más concretamente desde India, una de las situaciones más preocupantes a la que se hace alusión es la del hacinamiento en los slums (barriadas marginales que proliferan en los alrededores de las grandes ciudades) y la precariedad en la que viven los millones de personas que los habitan. Muchas de estas personas son trabajadores temporales que se trasladan a las urbes, en la época de escasez de alimentos en el campo, en busca del sustento diario.

Manos Unidas trabaja con este colectivo desde sus orígenes, con programas y proyectos de sensibilización, formación, asistencia en derechos, apoyo legal… “En cada una de las acciones que llevamos a cabo, tenemos muy presentes a los más pobres entre los pobres de las ciudades. El Gobierno ha anunciado que dará paquetes de ayuda a las personas más pobres y a los trabajadores que no estén sindicados, pero para que esta maquinaria se ponga en marcha, se necesita tiempo. Las personas más necesitadas son siempre las más abandonadas y las que más sufren las privaciones”, asegura el padre Jayant Russel Rajdesde la ciudad de Varanasi, en India.

 

América Latina

Desde América Latina, nuestros socios muestran, también, su preocupación por los trabajadores informales, que deben salir a buscar el sustento diario para poder sobrevivir, y para los que guardar la cuarentena es casi un imposible. Las poblaciones indígenas son, igualmente, motivo de inquietud para nuestros socios locales en un continente en el que estos pueblos ven constantemente vulnerados sus derechos y constituyen un sector de población tradicionalmente marginado y abandonado por los gobiernos.

“Trabajamos con pueblos indígenas minoritarios, en alto riesgo de desaparecer por necesidades básicas insatisfechas y por el conflicto armado. Ya en otras épocas de la historia ha habido epidemias que han acabado con pueblos enteros. Las condiciones de salud, la desnutrición y la falta de atención sanitaria es algo que nos tiene muy preocupados… No existen las condiciones ni los controles necesarios para proteger a estos pueblos, porque no son una prioridad dentro del país”, asegura Ruth Chaparro, directora de Fucai, socio local de Manos Unidas en Colombia, que trabaja con 28 de los 87 grupos indígenas del país.

 

Población africana, “motivo de preocupación”

También en África la atención de los socios locales de Manos Unidas, mayoritariamente misioneros y religiosos, se centra en los grupo más vulnerables, aunque toda la población es motivo de preocupación: “En África disponen de pocos hospitales y centros sanitarios, tienen una ratio muy baja de agentes de salud con respecto a la cantidad de población, no hay seguridad social, faltan medicinas esenciales y los programas de prevención son insuficientes. Además, la falta de agua, de medidas higiénicas, el hacinamiento de la población y el elevado número de personas con malnutrición y desequilibrio alimenticio hace que haya un gran número de personas vulnerables y con mucho riesgo de desarrollar la enfermedad”, asegura Cristina Antolín, religiosa que durante 32 años ha trabajado como médico en África.

De la misma opinión es Peter Konteh, director de Cáritas Freetown, socio local de Manos Unidas en Sierra Leona, que, además de preguntarse qué habría pasado si el coronavirus hubiera comenzado en África, asegura que “la gente más pobre se está volviendo aún más pobre puesto que no pueden asumir el gran coste de vida que, además, no para de crecer. La leche, el azúcar, el pan, el agua y muchos otros productos de primera necesidad han aumentado su coste y seguirán aumentando mientras el brote continúe. Mucha gente está sufriendo y mucha más gente sufrirá, incluso en el caso de que Sierra Leona no registre ni un solo infectado de coronavirus”.

 

Manos Unidas responde

Manos Unidas se empeña estos días, junto a sus socios locales de los tres continentes, en buscar la mejor manera de dar respuesta a todas las carencias que se están manifestado ya entre las personas por las que trabajamos. “Nuestros socios locales están ya trabajando para socorrer a la población más vulnerable”, señala la responsable de proyectos de la ONG.

En algunos países la ONG ha tenido que suspender los programas que estaba desarrollando y en otros muchos será necesario poner en marcha programas específicos de emergencia que permitan dar una respuesta inmediata a las necesidades más acuciantes de la población y hacer frente al impacto que esta crisis pueda tener. “Pero, lo principal, ahora, es escuchar a los socios locales y ser ágiles en la respuesta a las solicitudes que nos hagan llegar, que pueden ir desde la prevención de los contagios, hasta la provisión de equipamientos médicos para centros de salud o alimentos y kits de higiene, para poblaciones muy empobrecidas”, afirma Isabel Vogel.

 

 

 

 

¡Camino de esperanza en tiempos de confinamiento! (7)

“Deteneros” con un pedazo de papel para…
¡El Señor es nuestro socorro!

A medida que nos acercamos a la Semana Santa, ¡la Palabra de Dios nos cuestiona sobre la identidad de Jesús! Las preguntas de sus contemporáneos son las mismas para nosotros hoy: “Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.

En este tiempo de confinamiento, estamos a la vez cercanos y lejanos. Así que me gustaría invitaros a “deteneros” con un pedazo de papel para escribir los nombres de las personas cercanas con las que habéis postergado un mensaje. Anotad también los nombres de las personas que están lejos, perdidas de vista… “qué sentido tiene”… ¡este tiempo es ideal para manifestar el amor del Padre y del Hijo que se encarna en nuestras vidas!.

La verdad y la libertad son las actitudes que el hombre busca. Lo veremos en la lectura del juicio de Jesús. Quienes creímos en el Hijo de Dios por el Bautismo, en verdad podemos llamar a Dios, Nuestro Padre. ¡Esta es nuestra esperanza!

 

Canónigo Denis METZINGER

– 1 de abril de 2020

 

 

 

 

Mons. Felipe Arizmendi: “La COVID-19, ¿castigo de Dios?”

Dios puede castigar por tantos pecados
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No faltan quienes así lo consideran. Incluso un obispo, mayor de edad, que se ha distinguido por rechazar hasta las reformas conciliares, afirma que es un castigo divino, entre otros motivos, por dar la Comunión eucarística en la mano, y porque sigue calificando como idolatría el rito realizado en los jardines vaticanos antes del Sínodo Panamazónico. Ya hemos dicho que no fue adoración, que no hubo idolatría, que no estuvo una imagen de la Pachamama, sino que fue una oración a Dios con símbolos indígenas, con una representación de la fecundidad de la “madre tierra”, pero… ¡cámbiale ideas fijas! Y si un obispo califica esta pandemia como castigo de Dios, ¡qué esperamos de otras personas!

Que Dios nos puede castigar por tantos pecados de la humanidad, lo puede hacer. Que mereceríamos su castigo, es indudable. Que muchos se han olvidado de Dios y se han endiosado a sí mismos, es cierto. Que en la Biblia se narran castigos enviados por Dios, es verdad. Basta recordar el diluvio, la destrucción de Sodoma y Gomorra, las plagas de Egipto, las serpientes venenosas en el desierto contra los rebeldes israelitas, etc. Recuerdo que el primer obispo de Toluca, allá por el año 1952, decía frecuentemente: “¡Qué tiempos tan calamitosos nos ha tocado vivir…” Si viviera hoy, se infartaría al ver tanto pecado, tanta apostasía, tanto libertinaje, tanto crimen…

Que se ha llegado a calificar como triunfo, como liberación, como modernidad, el que cada quien haga lo que quiera sin ningún control moral, es algo que merecería un escarmiento de parte de Dios, a ver si recapacitamos; pero afirmar que esta pandemia es castigo divino, sólo El nos lo podría revelar, o darnos señales claras de que El la mandó. ¿Quiénes somos nosotros para conocer a profundidad los designios de Dios, para atribuirle directamente a El lo que nos está pasando? Ni el Papa se atreve a afirmar esto. Dios conoce todo y permite que sucedan las cosas, porque respeta nuestra libertad, también para equivocarnos. En esto hay irresponsabilidades humanas, y no tenemos por qué culpar a Dios. Entonces, ¿por qué lo permite? Ciertamente para nuestro bien, para que reflexionemos y enderecemos el rumbo de la vida; nunca para nuestro mal. Dios nos ama y nos lo ha manifestado claramente en Jesús.

Por otra parte, muchísima gente se ha acercado más a Dios y ha empezado a reflexionar. Millones seguimos la oración del Papa en la Plaza de San Pedro, no como espectáculo, sino como verdadera meditación y súplica al Señor y a la Virgen María. En mi pueblo, que es chiquitito y con pocos recursos tecnológicos, el domingo pasado se trasmitió, por Facebook, la Misa que celebré en el templo parroquial, con sólo siete fieles, pero se conectaron en vivo 1,732 personas, desde Estados Unidos, Ciudad de México, Toluca, Chiapas, y los mismos pobladores. Ningún domingo tenemos tanta gente en el templo, donde caben no más de 400 personas.

Cierto que no es lo mismo participar de la Misa en forma presencial, que por estos medios electrónicos. No se hace por comodidad y flojera, sino por necesidad. Es por cuidar tu salud, que es lo que Dios quiere. Es una gracia que tengamos estos recursos tecnológicos, que nos acercan a los misterios divinos. Además, Dios no depende de distancias, sino que llega a ti dondequiera que estés, siempre y cuando tengas el corazón dispuesto. La gloria de Dios, como decía San Irineo, es que el ser humano tenga vida, no que la expongamos y la perdamos. A Dios le importas tú, no tanto se importa a Sí mismo. Así es nuestro Dios, todo amor y misericordia. No quiere esclavos, sino hijos, a quienes ama con todo su ser. La Iglesia quiere cuidar a sus hijos, no exponerlos ante esta pandemia.

 

PENSAR

El Evangelio del domingo pasado nos ilustra muy bien cómo quiere Dios proceder con nosotros: ya no como en el Antiguo Testamento, sino como se nos manifiesta en Jesús. En vez de sumarse a quienes exigían matar a pedradas a una adúltera, como estaba escrito en la ley de Moisés para otros tiempos, él la perdona misericordiosamente, indicándole que ya no vuelva a pecar, que cambie de vida (cf Jn 8,2-11).

Cuando le platican a Jesús que Pilato había asesinado a unos galileos, y él trae a colación los 18 aplastados por la torre de Siloé, no califica esos hechos como castigo de Dios, sino que son acontecimientos que nos deben servir de advertencia para convertirnos, para recapacitar, para enderezar lo que tengamos que modificar (cf Lc 13,1-5).

Así se expresaba el Papa Francisco en su meditación del viernes pasado: “Nos llamas a tomar este tiempo de prueba como un momento de elección. No es el momento de tu juicio, sino de nuestro juicio: el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es. Es el tiempo de restablecer el rumbo de la vida hacia ti, Señor, y hacia los demás” (27-III-2020).

¡Eso es! Jesucristo, por medio de su Vicario en la tierra, te invita a reflexionar: ¿A qué das más valor: a tu cuerpo, a tus gustos, a tus pasiones, a tu dinero, a tus diversiones? ¿Qué tiempo le concedes a tu familia, a tu alma, a los demás, a Dios? No eres intocable por la pandemia; no eres inmortal y todopoderoso…

 

ACTUAR

Veamos la pandemia como una oportunidad de reflexionar, de hacer un alto en el camino de la vida, de dar importancia a lo que más vale: tu alma, tu familia, tu salvación eterna. Acércate más a Dios, lee más la Sagrada Escritura, arrepiéntete de corazón y confiésate cuando puedas, dale más tiempo a tu familia, preocúpate de los abandonados y haz el bien a quienes te necesitan. Así, sacarás provecho de esta situación.

 

+ Felipe Arizmendi Esquivel

Obispo Emérito de SCLC

 

 

 

 

San Francisco de Paula, 2 de abril

Gran dramaturgo y apóstol
“Gran taumaturgo y apóstol, impulsor de la Congregación eremítica paolana de San Francisco de Asís. Cuando la fama de sus prodigios llegó a oídos del monarca francés Luís XI, reclamó la presencia del santo a través del papa Sixto IV”

Cuando nació el 27 de marzo de 1416 en Paula, Cosenza, Italia, sus progenitores Giacomo D’Alessio y Vienna de Fuscaldo tenían una edad respetable. Tras dieciséis años sin descendencia la viabilidad de una paternidad prácticamente se había esfumado para ellos. Habían rogado la mediación de san Francisco de Asís y le atribuyeron esta nueva vida. Por eso, impusieron su nombre al recién nacido. Poco después, ante una grave enfermedad ocular que se le presentó, prometieron al santo que si sanaba vestiría el hábito franciscano, y al verle curado mantuvieron su promesa.

Francisco era un adolescente cuando ingresó en el convento de San Marco Argentano de Cosenza tal como sus padres habían previsto a través de un voto que le comprometía durante un año. En ese tiempo con su ejemplar conducta puso de manifiesto que la inspirada decisión tomada por ellos de vincularlo a la vida religiosa, cuando él no tenía edad de elegir, la compartía plenamente; no era algo impuesto. Joven orante y entregado, acogía con edificante disposición las humildes tareas que le encomendaron, y ya comenzaba a ser agraciado con favores celestiales. Pasado el tiempo inicialmente acordado para su estancia en el convento, dejó a los religiosos. Abandonar el claustro, en su caso, no significaba dar la espalda a una consagración. Latía en el fondo de su corazón un anhelo tal de entrega que todas las opciones que se le ofrecían es como si se le quedaran cortas. Se sentía poderosamente alentado a conquistar más altas cotas.

Sus padres le acompañaron en peregrinación por varios eremitorios de distintos lugares. Roma, Loreto, Montecasino –núcleo emblemático de la vida cenobítica– centros que entonces recorrió, así como otros grupos de anacoretas establecidos en el enclave privilegiado de Monte Luco, a los que también visitó, dan fe del estado de búsqueda que le animaba. Tenía claro lo que perseguía. Por eso no tuvo reparos en exponer su malestar y confusión al ver en una vía romana las ricas vestimentas de un cardenal. Sin contenerse, espetó: “Nuestro Señor no iba de esta manera”.

Este viaje no fue en vano. Al regresar a Paula se había decantado por la vida monástica. Sus padres le ayudaban en el camino de discernimiento. Y en 1435, en unos terrenos que pusieron a su disposición a las afueras de la ciudad, inició una vía de oración, penitencia y mortificaciones. Apenas había rebasado la adolescencia y la severa austeridad que caracterizaba su vida comenzó a atraer el interés de otros nuevos aspirantes que se unieron a él. Unos años más tarde, monseñor Pirro Caracciolo, arzobispo de Cosenza, sabedor del núcleo monástico que Francisco había impulsado, les dio su bendición y les dotó de un oratorio. La fama de virtud del santo traspasó los confines de Paula y se hizo notar en todo Nápoles. Enterado Pablo II de la misión que llevaba a cabo no dudó en ayudarle directa e indirectamente, concediendo indulgencias a los que contribuían económicamente para la construcción de la iglesia. El 17 de mayo de 1474 la “Congregación eremítica paolana de San Francisco de Asís” obtuvo la aprobación pontificia. En muchos lugares anhelaban la presencia de estos religiosos y demandaban la apertura de nuevas fundaciones. Los nacientes eremitorios, sustentados por las limosnas, comenzaron a surgir por doquier.

El único deseo de Francisco era cumplir la voluntad de Dios y junto a la oración extremaba sus disciplinas. Por lo demás, no había prebendas para nadie. Fuesen pobres o ricos, nobles o plebeyos, a todos los trataba sin acepción, manteniendo viva la profunda religiosidad y fe de su entorno que cautivó a numerosos peregrinos. Los pobres, en particular, tuvieron en él a un acérrimo partidario de sus causas. Alzando su voz les defendía frente a los poderosos. Fue un gran taumaturgo. Se ocupó de enseñar a quienes acudían pidiendo su amparo que la clave de todo milagro es la fe. Es el único requisito que Cristo exige. Al respecto, se destaca el caso del joven que tenía una llaga abierta en un brazo, herida que no se cerró pese a haber visitado a distintos médicos. Su madre le sugirió ir en busca del santo, quien al verle simplemente le entregó una hierba que segó al paso, y le indicó que se la aplicase después de hervirla. El joven la conocía por tratarse de una especie común que crecía en su entorno. Incrédulo, quiso saber cómo era posible que tal arbusto hiciera el milagro. Francisco respondió: “Es la fe la que hace milagros”.

Tantos fueron sus prodigios y tan renombrados que su eco llegó a Francia. Allí se encontraba postrado en su lecho de muerte el rey Luís XI, quien rogó a Sixto IV que le enviase a Francisco. El pontífice, seguramente constreñido por intereses diplomáticos, accedió. Pero aquél se hizo rogar varios meses y solamente partió cuando el papa se lo impuso. No era una situación grata. La clara vocación a la vida austera que abrazaba desde hacía varias décadas se contraponía a la de palacio, pero siempre antepuso el bien ajeno al suyo y se volcó en esa nueva misión. Su presencia no deparó la curación al monarca, pero le reconcilió con Dios y murió aceptando su voluntad. Antes le había encomendado la dirección espiritual de su hijo y sucesor Carlos VIII. Además, las relaciones entre el papado, Francia y los reinos de España, Bohemia y Nápoles salieron beneficiados con el generoso gesto del santo.

Permaneció en el país galo durante veinticinco años, siendo aclamado por todos. Le precedía su fama de hombre penitente y austero. Su estilo de vida eremítico fue seguido por miembros de otras familias religiosas. Benedictinos y franciscanos, entre otros, se unieron a él. Así surgió la Orden de los Mínimos en Calabria, y luego la creación de la Tercera Orden seglar, a la que después se unió la de las monjas. Murió a los 91 años, el 2 de abril de 1507 en la localidad francesa de Plessis-les-Tours. León X lo beatificó el 7 de julio de 1513. Él mismo lo canonizó el 1 de mayo de 1519.