Cáritas | Voluntariado • 30/04/2020

 

Cáritas Joven de Albacete: «Hasta el más pequeño acto de bondad supera cualquier barrera»

 

Durante el coronavirus, voluntarios y voluntarias jóvenes se reinventan para seguir acompañando a los participantes de sus proyectos

 

 

Por Cristian Ruiz, María García y Patricia Pareja, voluntarios Cáritas Joven de Albacete. ©Fotografía: Angélica Mendoza (Cathopic).


 

 

 

 

 

Mi nombre es Cristian, tengo 28 años y soy licenciado en ingeniería informática. Actualmente trabajo como profesor en una academia y colaboro con Cáritas Joven Albacete y el equipo de parroquial La Paz Santa Teresa.

Mi tarea como voluntario comenzó cuando observaba en el barrio que había muchos jóvenes que estaban practicando actividades deportivas en la calle sin un espacio adecuado. Tras darle algunas vueltas en la cabeza, empezamos a plantear y desarrollar un proyecto con el que todos pudieran practicar deporte de forma segura y digna e hicieran comunidad a través de unos valores. A su vez yo comencé a trabajar de profesor en una academia de estudios del barrio, y gracia a su colaboración, impulsé un programa de apoyo escolar para aquellas familias con bajos recursos, compartiendo espacios con otros alumnos de colegios e institutos que acuden diariamente a las clases. Por desgracia, nos sorprende y envuelve un estado de alarma por coronavirus y las clases, como sabemos, han sido suspendidas.

Aunque esta es una situación dura que nos engloba a todos y nos obliga a mantenemos en casa, siento que no puedo descuidar a aquellos más vulnerables.  Desde el primer día de confinamiento intento hacer todo lo que está en mis manos, aunque no pueda estar cerca de ellos y ellas de manera presencial. Todos los días dedico tiempo a llamar a mis alumnos, y hablo con sus padres también, para saber si necesitan algo y doy apoyo y refuerzo escolar a quién lo necesita. Para mi es importantísima su formación, así que cada día me reinvento para proponerles algunas actividades que les mantengan la mente ocupada y les permita estar activos para seguir avanzando.

Juntos con otros voluntarios, también soy parte del grupo motor de Cáritas Joven Albacete, y estamos aprovechando estos días de confinamiento para reestructurar el proyecto, crear nuevos materiales de formación, estrategias renovadas de sensibilización, etc. Mantenemos nuestras reuniones periódicas a través de Skype, donde exponemos nuestras ideas y trabajamos en ellas. Muchos momentos de estas reuniones son más risas que trabajo, algo que no nos preocupa ni extraña, ya que la alegría es nuestra seña de identidad y una sonrisa, en estos tiempos que corren, ¡son muy preciadas y necesarias!

Me siento muy agradecido por formar parte de este grupo, del que nacerán y se coordinarán nuevas líneas de trabajo y acción del voluntariado joven de Cáritas Albacete, desde donde, estoy seguro, se van a conseguir grandes cosas, porque: «hasta el más pequeño de los actos de bondad supera cualquier barrera».

Este es también un lema de vida para María y Patricia, voluntarias del programa de Infancia y acompañamiento a personas sin hogar, respectivamente, de Cáritas Albacete. En el siguiente vídeo cuentan cómo están adaptando su colaboración con la diocesana durante el confinamiento.