Política

 

Reuniones masivas: OK. Misas: no OK

 

Hace unas semanas, violar el confinamiento era un crimen. Ahora es casi un deber patriótico. Como de costumbre no el qué, es el quién.

 

 

06 junio, 2020 | Jordi Soley


 

 

 

 

 

Si aún lo recuerdan, los únicos manifestantes que desafiaban el confinamiento por el Covid-19 en los Estados Unidos eran pequeñas grupos de matones rurales que ondeaban banderas estadounidenses y blandían pancartas en las capitales de los estados.

Sin embargo, esos pequeños provocaron la indignación de bioeticistas y expertos en salud pública. En el blog PennLive, cuatro de ellos, incluido el renombrado bioeticista Art Caplan, sostenían que esos manifestantes eran unos aprovechados que se beneficiaban de los sacrificios realizados por las personas que observaban el confinamiento.

Y afirmaron que no les importaría si se enfermaban con el coronavirus: “Si los manifestantes no pueden ser persuadidos de que están equivocados y su comportamiento es peligroso, deben asumir su compromiso político y firmar y llevar un documento que diga que rechazan toda atención médica para tratar el Covid-19 si se enferman y han de racionarse los recursos”.

Pero eso era antes.

Ahora, decenas de miles de personas se han reunido para protestar por la terrible tragedia de la muerte de George Floyd en ciudades de todo el país. La mayoría de ellos ignoran el distanciamiento social. Los hospitales pueden esperar un gigantesco pico en casos de coronavirus.

Entonces, ¿estos manifestantes son unos aprovechados? No. Son héroes, según 1.300 expertos en salud pública y enfermedades infecciosas. Quienes son críticos con el confinamiento pueden merecer morir sin ventiladores, pero los manifestantes contra el racismo deben ser alentados, alabados y apoyados. La respuesta de la salud pública “debe ser totalmente diferente de la respuesta a los manifestantes blancos que se resisten a las órdenes de permanecer en casa”.

“La supremacía blanca es un asunto de salud pública letal que precede y contribuye al Covid-19”, han escrito. “Como defensores de la salud pública no condenamos estas reuniones como un riesgo para la transmisión del Covid-19. Las apoyamos como vitales para la salud pública nacional y para la salud amenazada específicamente de los negros en los Estados Unidos”.

Estamos ante el momento en el que caen todas las caretas de estos expertos americanos. Los Estados deben “prepararse para un mayor número de infecciones en los días siguientes a una protesta [y deben] proporcionar un mayor acceso a las pruebas y a la atención de las personas en las comunidades afectadas, especialmente cuando ellos o sus familiares se pongan en peligro por asistir a las protestas”.

Hace unas semanas, violar el confinamiento era un crimen. Ahora es casi un deber patriótico.

Art Caplan incluso tuvo la desfachatez de dar el visto bueno a las protestas a pesar del peligro. “No estoy seguro de que vaya a mantener el distanciamiento social, es bastante difícil en una manifestación, así que lo entiendo”, dijo a WGBH en Boston.

En otras palabras, aunque 100.000 estadounidenses han muerto de Covid-19, nos parece bien que mueran muchos más.

Para muchos americanos, que ya sospechaban de estos farisaicos expertos, esto confirmará sus dudas.

En los últimos tres meses la economía ha sido destrozada, millones de personas han perdido sus trabajos, las vidas se han puesto patas arriba – por consejo de los expertos. En las tranquilizadoras palabras de un experto australiano:

Nuestros líderes y altos funcionarios de salud pública están recibiendo algunos de los mejores consejos médicos y de salud pública disponibles, están siendo informados por personas que han estado trabajando en la posibilidad de este escenario durante años. Por lo tanto, apelo a todos a que confiemos en nuestros líderes, señalando que están siendo asesorados por algunos de los mejores expertos del mundo.

Este texto expone la irresponsabilidad de estos exprtos. Socava la estrategia de distanciamiento social obligatorio y confinamiento. Su mensaje es que las regulaciones de cuarentena son, y probablemente siempre lo fueron, políticas y que uno puede ignorarlas si se apoya la causa correcta.

Esto seguramente enfurecerá a las personas que perdieron sus trabajos (no es esencial) o a las que se les impidió ir a la iglesia (no es esencial). Pero se pueden organizar mítines para protestar contra el racismo (esencial). Reuniones masivas sí, misas no. ¡Qué gran eslogan para el año electoral! ¿Pero qué están fumando estos tipos? ¿Realmente están trabajando para el Presidente Trump?

Y una cosa más.

Todos estos expertos deberían arrodillarse y rezar fervientemente para que haya un pico de contagios. Si no lo hay, eso significa que sus políticas draconianas fueron una estafa gigantesca. Tal vez terminen buscando trabajo junto con los 35 millones de personas a las que ayudaron a dejar sin trabajo.