Tribunas

La obra de Jorge López Teulón

 

 

José Francisco Serrano Oceja

 

 

 

 

 

No le será difícil reconocer, a los inquietos de las webs eclesiales, el nombre del sacerdote de Toledo, Jorge López Teulón. Un presbítero que maneja con primor las nuevas tecnologías al servicio de la difusión del Evangelio.

Pero lo que hoy hay que destacar de su labor es que junto al trabajo publicado por el obispo auxiliar de Madrid, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, y su equipo, sobre los mártires de la diócesis matritense, la obra de este sacerdote de Toledo, “La persecución religiosa en la Archidiócesis de Toledo 1936-1939”, tomo primero, en la Ciudad de Toledo, es una de los mejores hechas y presentadas al respecto.

Ahora que estamos, y que se van a intensificar, los nuevos brotes de la desmemoria histórica, la primera idea que le surge al lector de este grueso volumen es que la Iglesia en España, por mucho que las circunstancias se le pongan cuesta arriba, no puede olvidar la auténtica memoria del martirio de los sacerdotes, de los religiosos y religiosas, de los fieles, durante la persecución de principios del siglo XX.

Un concepto, por cierto, que por recoger la amplitud temporal del hecho histórico del martirio quizá no sea tan expresivo del fenómeno al que nos referimos. No se trata de los mártires de la Guerra Civil, solo. Se trata de quienes murieron por odio a la fe en un período que hoy se retuerce en determinada historiografía y, sobre todo, en la revancha política que han introducido algunos en el sistema.

Hay quien ya está propugnando dentro de la Iglesia un perfil bajo a esta materia. Incluso hay diócesis a las que se le ha dicho que ésta no es una prioridad en este momento. Y no me refiero a la circunstancia de la pandemia.

Por cierto, hablando de políticos hoy que pretenden la revancha sobre la historia, esos políticos son los que lo mismo aplauden a la Iglesia por su acción caritativa que no tendrían problema en justificar el martirio al que nos estamos refiriendo. Bueno, de hecho lo hacen en determinados trabajos que, por pudor, no voy a citar.

Pero volvamos a Toledo y a la obra de López Teulón, uno de los grandes especialistas en esta materia. Con un prólogo sencillo, y profundo, del que fuera arzobispo primado, monseñor Braulio Rodríguez, y varios más de personalidades diocesanas, el volumen nos lleva por nombres, muchos nombres, por vidas, por historias de fidelidad al Evangelio y a la Iglesia. Un total de 298 mártires, 293 sacerdotes del clero secular, un subdiácono y cuatro seminaristas en esa diócesis.

No voy a hacer referente concreta a ninguna de las biografías. Hay ejemplos de auténtica expresión de heroicidad de vida, de fe y de esperanza, hasta la última gota de una sangre que no cae en tierra baldía. Por más que haya quienes consideran que no es le momento para hablar del martirio. ¿Qué pensarán, de verdad, entonces, del martirio cristiano?

 

José Francisco Serrano Oceja