Colaboraciones

 

Los privilegios y abusos, jamás con el dinero del pueblo

 

 

19 agosto, 2020 | por José Ramón Talero


 

 

 

 

 

La Frase parafraseada por los jacobinos “Todo para el pueblo y por el pueblo” durante la Revolución Francesa (1789-1799) y posteriormente utilizada por Abraham Lincoln, en el discurso Gettysburg en 1863, para definir el sistema democrático “Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”

Me atrevo pues a señalar cuatro vocablos que nos  refrescará nuestra memoria, con el fin de que podamos sopesar,  la falta de libertad y  de transparencia que estamos tolerando.

 

Democracia:

Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes.

 

Oligocracia:

Autoridad dominante practicada por una minoría de enormes compañías y financieras que mandan en la sombra…quién los representa como presidente de una nación es solo una marioneta o una figura política que ejecuta las ordenes de la élite oligárquica.

 

Partidocracia:

Los partidos se transforman en una manera de escalar categorías sociales y fiscalizar a la colectividad, en vez de atender las necesidades del pueblo; por estos motivos ya no es mecanismo de la democracia.

 

Olocracia:

Gobierno de la multitud “poder de la turba” es un modo de degradación de la democracia. Cuando ésta, se mancha de ilegalidad y violencias, con el pasar del tiempo, se constituye la oclocracia.

 

He vivido la dictadura, la transición y ahora los momentos de gran incertidumbre política y social en nuestra Nación.

No llego aún a comprender como ciudadano, los privilegios que tienen algunos de nuestros representantes para disfrutar del patrimonio de todos los españoles y costear con las arcas del Estado, que recuerdo es de todos, sus vacaciones o descansos de fines de semana.

Voy a contar algo muy significativo y real, que me ocurrió y poseo testigos que lo pueden confirmar. Me sucedió en tiempos de la dictadura y después hace unos años, en democracia.

Siendo niño, mi padre me llevó junto a mis hermanos, a visitar un paraje paradisíaco en Andújar, que se llama “El Lugar Nuevo”. En este enclave en plena Sierra Morena, existe un palacio construido en los años veinte del siglo XX por el marqués del Cayo del Rey. Esta finca junto con el palacio pertenece al patrimonio Nacional, y es utilizada para uso y disfrute de nuestros gobernantes. Aquí debido a la gran cantidad de ciervos y otras especies cinegéticas, dichos mandatarios y amistades han gozado siempre de las monterías que ellos mismos organizan.

Pues bien, en este palacio que tuve la suerte de visitar en tiempos de la dictadura, hace unos años se me negó la visita aludiendo que solo era para las autoridades del gobierno andaluz y de la Nación. Había en la entrada de la finca junto a una garita un guardia de vigilancia y dirigiéndome a él le dije de forma atenta, qué cuales eran los trámites para visitar las dependencias del palacio y los exteriores. De manera sarcástica me señaló al horizonte, en dirección al Santuario de la Virgen de la Cabeza, que está aproximadamente en línea recta a un km de dónde permanecíamos, diciéndome este señor que con unos prismáticos lo veríamos desde allí perfectamente. Cuál fue mi indignación al ver como mi familia e invitados, que venían de Granada, vieran esta situación tan lamentable. Es inaudito que siendo andujareño, andaluz y español no pueda ver el patrimonio de mi tierra, que es también de cada uno de los españoles.

En semejanza a este palacio del Lugar Nuevo de Andújar, tenemos el Palacio de las Marismillas, en el coto de Dª Ana, El Palacio real de la Mareta en Lanzarote (donado por el rey Hussein de Jordania al rey Juan Carlos I, y este lo entregó al patrimonio Nacional) .Es comprensible y a la vez beneficioso para todos los ciudadanos, que estos bienes sean utilizados  con fines que hagan un servicio al bien de la Nación, ejemplo de ello ha sido las numerosas visitas que nos han hecho mandatarios de todo el mundo y que se les ha acogido en estos emblemáticos y bellísimos lugares.

Pero también es de justicia que estos bienes sean disfrutados por cada uno de los españoles. El palacio Real de Madrid se puede visitar por cualquier ciudadano, excepto las zonas privadas que lógicamente tienen la intimidad de los reyes, a nosotros nos ocurrió lo mismo con la visita que hicimos con mi padre al Palacio de El Lugar Nuevo en Andújar, las dependencias privadas de Franco no las vimos, el resto sí.

Acábense de una vez los privilegios y abusos con el dinero del pueblo. Ese dinero se necesita para ayudar a miles de personas que se están quedando sin trabajo con esta horrible pandemia.