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Domund: las huchas no saldrán este año. El nuncio explica cómo llega el dinero a las misiones

 

Bernardito Auza afirma que las nunciaturas garantizan que el importe recaudado llega a los proyectos

 

 

13/10/20


 

 

 

 

 

"Aquí estoy, envíame", este es el lema de este año del Domund, un lema que ha propuesto el Papa Francisco a toda la Iglesia universal. El próximo domingo 18 de octubre se celebra esta jornada que este año estará marcada por la crisis sanitaria del Covid: "Por primera vez, las huchas no van a poder salir este año", ha anunciado José María Calderón, director nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP).

En una rueda de prensa telemática, Calderón, quien ha recordado que el pregón se celebrará mañana en la catedral de Burgos, ha incidido en dos asuntos principales para la campaña de este año: en primer lugar que colaborar con el Domund no es un acto de caridad, "ni ayudar a una ONG", sino que es ayudar a la Iglesia Católica.

 

Más de mil iglesias pobres en todo el mundo

Y en segundo lugar que las necesidades de la Iglesia en misiones se han multiplicado, "es de verdadera necesidad". 1.115 iglesias pobres en todo el mundo están esperando con verdadera necesidad la ayuda del Domund.

"En la misión tenemos unos 10.000 misioneros por los cinco continentes y la edad media es muy alta, por eso rezamos por los nuevos misioneros jóvenes", dijo Calderón.

Por otra parte, el director nacional de OMP España anima a todos los españoles a continuar con su apoyo al Domund. "El año pasado, gracias al Domund se pudieron enviar 10.527.782,81€ a las misiones desde España, que junto con Estados Unidos, aportan más de la mitad del Fondo universal de esta campaña. Me siento muy orgulloso de mi país".

 

Las nunciaturas, garantía de que el dinero llega

Por su parte, el Nuncio de Su Santidad en España, monseñor Bernardito Auza, ha participado en esta rueda de prensa para explicar la misión de las nunciaturas en la colecta del Domund.

¿Cómo llega el dinero desde el bolsillo de los españoles a los misioneros? “Los misioneros presentan peticiones de ayudas, que desde la nunciatura se estudian. No podemos financiar todos los proyectos, por ello establecemos una lista de proyectos prioritarios”, ha explicado.

“Posteriormente, el nuncio envía los proyectos a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos”  –el “ministerio” de la Santa Sede que se encarga de las misiones-. Tras ser examinados y aprobados por Obras Misionales Pontificias mundial, se indica a cada país qué misiones tienen que ser ayudadas, siempre a través de las nunciaturas. “Nosotros enviamos a los beneficiarios la suma correspondiente, y recibimos posteriormente un informe pastoral”.

 

Muchos poblados sin servicios públicos

Bernardito Auza explicó que a lo largo de su trayectoria diplomática ha conocido de cerca el servicio que Obras Misionales Pontificias presta a la Iglesia universal, en especial con esta jornada del Domund.

“El dinero ayuda a construir escuelas, parroquias, centros de salud allá donde los gobiernos no llegan y donde muchos poblados no cuentan ni con los mínimos servicios públicos", ha explicado. De hecho, según ha recordado, en su tiempo de trabajo en Madagascar, “raro era el día en el que no invitaban al nuncio a inaugurar una escuela, o una parroquia”.

El nuncio también recordó la disposición del Santo Padre para la formación de los sacerdotes que se preparan para trabajar en las nunciaturas.

"El Papa Francisco, el 11 de febrero pasado, escribió al presidente de la Academia Pontificia Eclesiástica, para expresar su deseo de que los sacerdotes que estén estudiando en la academia dediquen un año de experiencia en territorio de misiones.

La Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas con 185 países en el mundo y con más de dos docenas de organismos internacionales. Cuenta con 114 nunciaturas en todo el mundo. Bernardito Auza anunció que el año que viene se inauguran dos nuevas nunciaturas.

 

Desde Chad, confinados por un virus peor que el COVID

Por su parte, el misionero comboniano Enrique Rosich explicó su experiencia como misionero en el Chad, “la Iglesia más joven de África” donde misionero ha conocido la primera generación de cristianos de este país. Y aunque todavía no hace 100 años de la llegada del primer misionero, hoy es una iglesia en crecimiento. En la diócesis de Doba, este comboniano es hoy el único blanco; en esta iglesia local trabajan 27 curas de 14 nacionalidades, dando forma concreta a la catolicidad de la Iglesia.

Rosich, que afirma que “cuando Dios quiere entrar en la vida de alguien lo hace de muchas maneras”, llegó a Chad cuando el país sufría una guerra civil y pocos misioneros se atrevían a ir allí. Durante la guerra, el misionero tuvo que vivir confinado por un virus distinto al del COVID: “las armas”. En ese momento, cuando no podía salir a evangelizar y se preguntaba qué sentido tenía estar allí encerrado, los cristianos chadianos le dieron la respuesta. “Antes éramos hermanos en Cristo, ahora somos hermanos en el sufrimiento”.