Solidaridad

 

Un matrimonio joven, atendido por Cáritas Valencia: “Nos quedamos sin trabajo y la parroquia nos está ayudando en todo”

 

“Prevemos otra avalancha de necesidades básicas: tenemos que estar preparados”, afirman desde el arzobispado

 

 

07/11/20


 

 

 

 

 

En la diócesis de Valencia están siendo atendidas actualmente más de 12.000 familias a través de las parroquias y las Cáritas parroquiales ante la situación de crisis social y económica derivada de la pandemia.

“Solicitan ayuda para necesidades básicas, alimentación y vivienda - alquileres y suministros- tras quedarse sin empleo o estar afectadas por un ERTE”, han afirmado a Religión Confidencial.

 

435 Cáritas parroquiales

Un ejemplo de las 435 Cáritas parroquial presentes en la diócesis, que está intensificando su labor ante la crisis sanitaria, es la de San Miguel Soternes de Mislata que atiende actualmente a un total de 217 familias, - 670 personas-,  a través del proyecto “Tocan a mi puerta”, puesto en marcha junto a la delegación de Migraciones del Arzobispado en la primera ola de la pandemia.

Precisamente, su delegado, el sacerdote Olbier Hernández, párroco de San Miguel de Soternes, asegura que “vamos hacia otro episodio de crecimiento y avalancha de necesidades básicas” por lo que “tenemos que estar preparados”.

Actualmente, la Cáritas parroquial de San Miguel de Soternes está construyendo en sus locales una cámara frigorífica para conservar alimentos frescos y “ya hemos habilitado una dependencia para tener stock, de un mes para otro, porque esta situación se está complicando”.

 

“Las necesidades van a ir a más”

Los repartos de alimentos son siempre la última semana de cada mes “pero todos los días atendemos a personas que vienen y muchas de ellas por primera vez”, asegura Olbier.

Además, las necesidades en esta segunda oleada “van a ir a más”, porque muchas personas que perciben la ayuda del Estado o el ingreso mínimo vital no lo han cobrado todavía”.

Por ello,”seguimos asistiendo a personas que están en la calle, cada vez más familias enteras que tienen que elegir entre comer u otras cosas y esto va a más, nos dirigimos a una crisis general”.

 

“Dios nunca nos suelta de la mano”

Una de las familias que está experimentando en primera persona las dificultades derivadas de la pandemia es la formada por Camila Cocentino y Daniel Barroso, un matrimonio joven, con una bebé de 15 meses, argentinos pero vecinos de Mislata, que trabajaban en un bar próximo a la parroquia de San Miguel de Soternes y se han quedado en paro en plena pandemia.

“No quedamos sin trabajo, sin ingresos y la parroquia nos está ayudando en todo, nos da comida y atiende nuestras necesidades básicas”, afirma Camila que se muestra muy agradecida y muy reforzada en su fe porque como asegura “en esta situación difícil, Dios nunca nos suelta de la mano, nos acompaña”.

Para este matrimonio joven es “un alivio” pensar que “no estamos solos”.

 

Asesoramiento jurídico y legal

La labor del proyecto “Tocan a mi puerta” se extiende, además, a la asistencia jurídica, y asesoramiento legal. Un ejemplo son los trámites para los permisos de residencia de los extranjeros. En estos momentos “hay personas que tienen la residencia concedida durante meses y no pueden renovar su carnet, no pueden dar su huella, por falta de personal”.

Así, “se están dando casos de muchas personas que no pueden tener tarjeta sanitaria o acceder a sus cuentas bancarias porque tienen la tarjeta de residencia vencida y se les está dando de baja de sus trabajos, porque no pueden renovarles, aun estando autorizada su residencia en España”, destaca el delegado de Migraciones de la diócesis.

“Tocan a mi puerta” está siendo posible gracias también a la solidaridad y generosidad de los vecinos, de los comercios del barrio y empresas del sector de la alimentación, “que nos dan alimentos que no van a utilizar”.

Igualmente,  Olbier Hernández ha destacado la “gran labor de los voluntarios de Cáritas que colaboran en la identificación y entrevistas a las personas que necesitan ayuda, que las derivan a los economatos que están abiertos o a Cáritas Diocesana, así como el trabajo de los delegados de Cáritas por zonas”. Asimismo, entre el voluntariado de la parroquia, figuran muchos miembros de familias que en estos momentos están siendo acogidas por la delegación de Migraciones.