Sociedad y Familia

 

La Generalitat abre expediente por la misa de beatificación de Joan Roig Diggle

 

El evento estaba autorizado por el Procicat y cumplía escrupulosamente la normativa de aforo del 30% en los centros de culto

 

 

10 noviembre, 2020 | ForumLibertas.com


 

 

 

 

 

El Departamento de Salut de la Generalitat de Cataluña ha abierto un expediente por la misa de beatificación del joven de 19 años Joan Roig Diggle a la que asistieron el sábado 600 personas en el Templo expiatorio de la Sagrada Família.

La polémica sobrevenida ha sido provocada por algunas voces que han querido criticar el evento cuando se desarrollo escrupulosamente bajo la normativa existente en templos e iglesias en oficios religioso.

La actual normativa permite a los templos un aforo del 30% de su espacio en los oficios, sin infringir la normativa Covid-19 establecida por la propia Generalitat. De hecho, el evento contaba con la autorización del Procicat.

La acción de la Generalitat parece que responde a la insatisfacción de parte del Gobierno de no haber restringido más la asistencia a las iglesias. Algunos medios apuntan que el Gobierno catalán estaría estudiando reducir esos encuentros a 100 asistentes.

Por otro lado, cabe destacar, que el derecho de culto aparece como principio básico en la Constitución.

Este hecho no es ajeno a la polémica sobre el evento de la beatificación de Joan Roig Diggle, ya que parte del sector de la cultura catalana ha criticado el evento considerándolo un agravio comparativo a la suspensión de la actividad cultural en teatros, cines y instituciones de música.

De hecho, la condición religiosa está concebida en la Carta Magna muy por encima de la cultura. La Misa, la religión, no es como ir al teatro o al cine. Para las personas religiosas, los oficios son alimento espiritual.

En este sentido, algunos periodistas han querido señalar esta contradicción que protagoniza la Generalitat.

Joaquín Luna, periodista de La Vanguardia, afirmaba en su artículo titulado ‘A los teatros los arruina la Generalitat, no Omella‘: “No es la Iglesia la que ha cerrado los teatros y los cines. El arzobispado se ha limitado a beatificar con todas las medidas habidas y por haber a un joven catalán al que bajo la presidencia de Lluís Companys le dieron el paseo. Vamos, que lo fusilaron unos descontrolados como el que se toma unas cañas. Supongo que para el relato de buenos y malos del pasado de Catalunya, Joan Roig Diggle estorba…”.

Luna afirma que “como diana, la Iglesia católica es perfecta porque ni reparte subvenciones ni pinta nada en la lucha contra la pandemia, salvo su red de asistencia que sin aspavientos ayuda a bastantes desamparados”.

“El sector cultural se equivoca de objetivo cargando contra el arzobispado de Barcelona -prosigue Luna-, que sufre la típica campaña del aparato de propaganda a raíz de su oposición –que es la de Vaticano– a la aventura del 2017”.

Por su parte, el periodista y profesor de Periodismo en la Universitat Abat Oliba CEU, Josep Manel Silva, afirmaba en ‘Aquí, amb Josep Cuní’: “Sí. También estoy muy indignado y profesionalmente afectado por el cierre de teatros, cines y salas de concierto. Pero se equivoca, y mucho, el mundo de la cultura atacando a los creyentes y criticando el acto de beatificación de ayer domingo en la Sagrada Familia de un joven católico catalán asesinado el 36”, en referencia al beato mártir Joan Roig Diggle.

 

 

Este acto “cumplía todos los requisitos de aforo y medidas de seguridad previstas en la normativa, como ocurre en todas las iglesias de Cataluña cada domingo desde la aprobación del último estado de alarma: 30 por ciento de aforo, mascarillas y distancia mínima”, afirma Silva.

Finalmente, recordaba que “la libertad religiosa y de culto es un derecho fundamental garantizado en el artículo 16 de la Constitución y no puede suspenderse sino sólo limitar, como ya se está haciendo“.

La saña con la que algunos sectores atacan a la Iglesia recuerda la injusticia a la que a veces se ve sometida la institución, como la que sufrió Joan Roig Diggle aquel nefasto año de 1936.