Cáritas | Acción social

 

Acogida para mujeres víctimas de violencia machista

 

Logramos que puedan continuar con sus vidas en entornos seguros y alejados de la relación de violencia

 

 

 


 

 

 

 

Una visión rápida del proyecto

 

  • Quién lo hace: Cáritas Vic.
  • En qué consiste: Centro de acogida para las mujeres que habían sufrido violencia en sus hogares.

 

 

Cómo surge la iniciativa

 

La Llar d’acollida de Caritas Diocesana de Vic inicia su actividad en marzo de 2007.

La aprobación de la Ley Integral de violencia de género en 2004, y la publicación de los datos de las mujeres asesinadas supone un cambio en nuestra sociedad, la violencia de género pasa de ser una problemática del ámbito privado, a ser tratada en el ámbito público. Las administraciones comienzan a tomar medidas más contundentes en su lucha contra esta lacra y la sensibilización en la población crece.

En ese contexto, en el mismo año 2004 tanto desde los servicios de acogida de Caritas, como desde los servicios sociales de los municipios, se detecta la necesidad de contar con un centro de acogida para las mujeres que habían sufrido violencia en sus hogares y lo tenían que abandonar de manera urgente.

 

 

Nuestra acción

 

Este proyecto da respuesta a mujeres que han sido sometidas a relaciones de violencia y que solas o acompañadas de sus hijos necesitan de un recurso donde sentirse protegidas y libres de miedo para iniciar un proceso de recuperación y donde sean cubiertas sus necesidades básicas.

La casa dispone de siete plazas, para un máximo de entre 2-3 familias. Está disponible las 24h. los 365 días del año y se accede, si existen plazas disponibles, vía de urgencia en el mismo día de la solicitud.

En la Llar las familias tienen el acompañamiento profesional de dos educadoras que ayudan en la contención emocional en el primer momento del ingreso, y ofrecen un apoyo socioeducativo para trabajar con los menores las dificultades que se pueden encontrar las madres. No es condición para ingresar en el recurso poner denuncia por violencia, pero si es así, se acompaña en la denuncia, juicio, etc. y en todas aquellas otras gestiones que se requieran (solicitud de prestaciones, búsqueda o derivación a otros recursos de vivienda, búsqueda empleo, etc.).

Desde Caritas consideramos a la mujer como la protagonista de su proceso de recuperación y, por tanto, en el acompañamiento se parte de sus posibilidades y no de sus carencias.

Ofrecemos una atención integral atendiendo a aspectos psicosociales, legales y también sanitarios, fundamentalmente, para que puedan afrontar las diversas causas que han conducido a la situación de violencia y/o exclusión.

Además, es clave generar espacios de trabajo y reflexión para que sean plenamente conscientes de que lo que han vivido es una situación de violencia ya que a menudo no identifican lo que viven como violencia machista.

 

 

Logros y aprendizajes

 

El proyecto ha acogido y acompañado durante estos años a un total de 276 personas, 135 mujeres y 141 menores.

Durante estos años de actividad se constatan una serie de factores que agravan la vulnerabilidad de las mujeres. En la mayoría de casos, las mujeres acompañadas además de presentar problemas derivados de haber sufrido situaciones de violencia, presentan otras problemáticas que coexisten con la anterior: desestructuración familiar desde la familia de origen, a menudo con secuelas de violencia desde la infancia, falta de red de apoyo afectivo, precariedad económica y de vivienda, dependencia casi crónica de las ayudas sociales, escasa o nula experiencia laboral, entre otras cuestiones. En las mujeres migrantes, además se añaden otras circunstancias como el duelo migratorio, la situación de irregularidad que las despoja de derechos, el desconocimiento del idioma, etc.

A menudo presentan sintomatología depresiva sin tratar ni diagnosticar, propia de las situaciones de maltrato y violencia, y dificultades de adaptación en la convivencia, además de falta de motivación y expectativas. Por tanto, cuesta que algunas se muestren activas en su proceso de adaptación.

Además, las mujeres que han sufrido violencia por un largo periodo de tiempo presentan mayores problemas tanto de salud física como mental. El impacto de la violencia en la salud mental y emocional es uno de los aspectos más difíciles de abordar. Es muy importante desde que ingresan en el recurso poder identificar esas dificultades, pero también los elementos resilientes, para reconocerlas como personas capaces, construir el encuentro con ellas y ayudarlas y acompañarlas a reconstruir su proyecto de vida.