De Libros

 

El riesgo de un catolicismo ‘light’ hacia un catolicismo ‘Zero’

 

George Weigel en ‘El próximo Papa’ plantea el desafío de una Iglesia centrada en Cristo para el tercer milenio

José Francisco Serrano Oceja | 30/11/20


 

 

 

 

 

 

Se equivocan quienes piensen que este libro, subtitulado “El ministerio de Pedro y una Iglesia en misión”, del que fuera biógrafo de Juan Pablo II, George Weigel, está escrito con acritud, como crítica por sistema, o reacción, al papa Francisco o hacia este pontificado. Ni mucho menos.

A la hora de analizar críticamente su propuesta, me hice la siguiente pregunta: ¿Serviría este libro lo mismo para el papa siguiente a Francisco que para el siguiente del siguiente? ¿Incluso hubiera servido para el siguiente de Benedicto? La respuesta es sí.

 

Cambio de época

Porque la perspectiva más interesante, con una adecuada teología de fondo, es la histórica. Como dice el papa Francisco, estamos en un cambio de época, por lo tanto estamos inmersos en una de las grandes transiciones epocales a las que la Iglesia debe dar respuesta y que incide también en los cambios en la Iglesia. ¿Cuál es el punto crítico de esta transición epocal? ¿Qué debe hacer y decir la Iglesia?

El punto central al que hay que remitirse es el Concilio Vaticano II. Y no debemos olvidar que si ya el papa Francisco no estuvo en el Vaticano II, el siguiente papa, con toda probabilidad, tampoco. Arrancando desde León XIII hasta el actual pontífice, lo que plantea Weigel es la necesidad de una nueva era de Cristocentrismo.

 

Iglesia centrada en Cristo

Es decir, un Papa en la Galilea de Mateo 28.  “La clave, dice el autor, del siglo XXI y del tercer milenio será una Iglesia centrada en Cristo, nacida del Evangelio en su totalidad. (…) Los líderes de la Iglesia no deben asustarse por el hecho de que los nuestros no sean tiempos de cristiandad y sí tiempo apostólicos”.

La perspectiva de la teología de la historia, y de la teología de la Iglesia, que propone este libro es la de que la historia de la salvación no corre paralela a la historia del mundo. La historia de la salvación “es” la historia del mundo leída en su profundidad. La Iglesia no está fuera de la historia, sino dentro de ella, no es solo historia, pero no es sin historia.

A partir de ahí, reflexiona sobre Lumen Gentium y Dei Verbum para aclarar que es necesario huir de los reduccionismos sobre la naturaleza de la Iglesia, espejo y reflejo de los reduccionismos sobre lo que es ser cristiano.

Nos coloca de frente a la realidad y la fuerza vinculantes de la revelación, criterio que debe regir la actuación, no sometida a la cultura del momento sino purificadora de esa cultura en sus más variadas expresiones. De ahí que nos topemos con la contraposición entre lo que llama la Iglesia católica de la Nueva Evangelización, o de la misión, y la Iglesia católica del acomodamiento cultural.

Quizá sea esta parte la más destacada del libro en la medida en que se introduce en lo que supone la dinámica de un catolicismo light hacia un catolicismo Zero.

 

Reforma de la curia

A partir de ese momento delinea el perfil, en algunas cuestiones concretas, sobre el papado del futuro. Por ejemplo, su relación con los obispos, la cuestión de la sinodalidad, la relación con los sacerdotes y los laicos, el ecumenismo, los grandes problemas internacionales o el espinoso tema de la reforma de la curia. Una reforma que no se puede hacer sin tener clara la forma originaria.

El último capítulo, “centrados en Cristo y el Evangelio” es una buena síntesis final, que se puede resumir desde aquel texto de Gregorio de Nisa: “Pues, así como es imposible que el que está en la luz vea tinieblas, así también lo es que el que tiene los ojos puestos en Cristo los fije en cualquier cosa vana. Por tanto, el que tiene los ojos puestos en la cabeza, y por cabeza entendemos aquí al que es principio de todo, los tiene puestos en toda virtud (ya que Cristo es la virtud perfecta y totalmente absoluta), en la verdad, en la justicia, en la incorruptibilidad, en todo bien”.

 

 

 

 

 

George Weigel,
El próximo Papa,
Homo Legens.