Tribunas

El twitter de don Juan del Río

 

 

José Francisco Serrano Oceja

 

 

 

 

 

Lo que no se podrá negar es que monseñor Juan del Río, a la sazón arzobispo castrense de España, tiene olfato para saber por dónde discurren las corrientes profundas de la historia. E inmediatamente, hacer una propuesta del mensaje cristiano de fondo y con forma.

No recuerdo que haya habido tanta información eclesial sobre su particular porción del pueblo de Dios como en este tiempo. Los capellanes castrenses, la labor de la Iglesia castrense, incluso en esa Cáritas que ha fundado, están con frecuencia en los medios como nunca han estado.

Por cierto que es proverbial su capacidad para las relaciones. Lo que facilita más de un tráfico en el puente de los bochinches de la Iglesia con el Gobierno. La Ministra de Defensa, en eso, es una buena interlocutora. También es característica de don Juan su veta andaluza, sevillana para más señas. Un arte en miles de palos.

Recuerdo alguna visita al arzobispado castrense para hablar con monseñor José Manuel Estepa de medios y mediadores. Claro que el hoy cardenal Estepa era de la vieja guardia y lo mismo no te dabas cuenta y te la había colocado por la izquierda y por la derecha.

Pues ahí tenemos a don Juan del Río, por cierto ahora al frente de la Comisión de Medios de la Conferencia, que no tiene ahí poco tajo, con dos publicaciones que bien merecen ser destacadas.

Unas “Reflexiones en Twitter 2.0”, que nacen de la cuenta @arzobispodelrio y que vienen a ser un testimonio en 140 caracteres de su pontificado, según la tercera acepción del Diccionario de la Real Academia de la Lengua: “Tiempo en que un obispo o arzobispo permanece en el gobierno de su iglesia”.

La segunda, aún viniente, que esperamos, de más calado doctrinal, es su tradicional pastoral para el día de la paz, en este año una síntesis de la Iglesia en tiempos de pandemia en la que, seguro, estará casi todo.

Y digo yo, aunque nadie me ha preguntado, pero ya saben ustedes lo que pasa con los periodistas. ¿Y si al señor Nuncio se le hubiera pasado por la cabeza mandar a don Juan del Río a Sevilla como arzobispo para los últimos años del ministerio? ¿Qué pasaría?

Si Sevilla ha sido un lío en la provisión de la diócesis, si los candidatos suben y bajan, ya sabemos que todo lo que sube, baja, ¿por qué no apostar seguro? Para qué mandar a nadie del entorno pudiendo ir él mismo. Claro que a la Casa Real, y a los Generales de cuatro estrellas, no les haría mucha gracia, entiendo.

Quizá sea una ensoñación mía…

 

 

José Francisco Serrano Oceja