Fiestas religiosas

 

¿De dónde viene el culto de la Sagrada Familia?

 

La devoción a la Sagrada Familia, cuya fiesta se celebra el domingo después de Navidad, nació en el siglo XVII. Es un modelo por el amor que en ella se ha vivido.

 

 

21 dic 2020, 09:41 | La Croix


            Anton van Dyck, Descanso de la Sagrada Familia en la Huída a Egipto, hacia 1630, Pinacoteca Antigua de Múnich

 

 

 

 

 

¿Cómo nació la devoción a la Sagrada Familia?

La Sagrada Familia de Cristo se refiere a la familia terrena que forman Jesús y sus padres, María y José. Hoy, la Iglesia católica la celebra el primer domingo de la octava de Navidad, es decir el que sigue inmediatamente a la fiesta de la Natividad, o, en su defecto, el 30 de diciembre.

En la actualidad, esta devoción se ha extendido ampliamente. El mismo papa Francisco invita a tomarla como modelo en la exhortación apostólica Amoris laetitia. En Francia existe un santuario que le es dedicado, el de Cotignac, en la región de Var. Después de las apariciones reconocidas de la Virgen al Niño hace quinientos años, y después la de José, ciento cincuenta años más tarde, Cotignac se ha convertido en un lugar de devoción popular al que numerosos padres y madres de familia se dirigen para pedir gracias a la Sagrada Familia y tomarla por modelo.

Sin embargo, si la familia formada por Jesús, José y María está instituida desde los primeros capítulos de los cuatro Evangelios, su figura como «Sagrada Familia» es una construcción relativamente tardía, en particular porque es tributaria del culto de San José, que se ha desarrollado solo en el siglo XV. Así, «la figura de la Sagrada Familia está prácticamente ausente en las representaciones iconográficas de la Edad Media», explica Pierre Gibert, teólogo y exégeta jesuita. La devoción nace en Canadá a mediados del siglo XVII. Habiendo tenido noticias de los milagros que se contaban de Cotignac, el religioso san François de Laval decide fundar la primera parroquia titulada a la Sagrada Familia en la isla de Orleans, en la región de Quebec, en 1684. Algunos años antes había fundado la Cofradía de la Sagrada Familia. A continuación se desarrolló el culto en diferentes lugares de la cristiandad. Lo testimonia la prolífica iconografía sobre este tema de los siglos XVII y XVIII.

Sólo a finales del siglo XIX se presenta la Sagrada Familia como un modelo a seguir. El papa León XVIII, con el breve Neminem fugit de junio de 1892, estableció en Roma la Asociación de la Sagrada Familia, con el fin de unificar todas las cofradías que tenían el mismo nombre. Al año siguiente, decretó que la fiesta de la Sagrada Familia se celebrase en todo el mundo donde ya recibía culto, y la dotó con una misa nueva y un oficio del que él mismo ha compuesto los himnos. Por último, Pío XI la declaró fiesta obligatoria para toda la Iglesia.

 

¿Qué dice la Biblia de la Sagrada Familia?

Si la Iglesia ha establecido un culto sobre la Sagrada Familia, esta «sólo difícilmente se puede fundamentar en los Evangelios, que son particularmente discretos, incluso mudos sobre la infancia de Jesús y cómo fue criado», analiza Pierre Gibert.

Hay tres pasajes en los Evangelios que se proponen con ocasión de la fiesta litúrgica de la Sagrada Familia: la huida a Egipto, la presentación de Jesús en el Templo y, por último, María y José que encuentran a Jesús en el Templo.

Este último es el que más muestra sobre la familia de la tierra de Jesús, pues los otros son «episodios simbólicos que inscriben a Jesús en la gran historia del pueblo de Israel», según Pierre Gibert. En este episodio, el joven Jesús escapa a la vigilancia de sus padres para enseñar en el Templo de Jerusalén. Después de su inquietud, María y José encuentran a su hijo. «Pocas cosas se dicen en este pasaje, dice Pierre Gibert. Los evangelistas solamente informan de manera muy general sobre la preocupación de los padres, llegando incluso a callar sobre lo que María pensaba de este episodio en el evangelio de Lucas: “Su madre guardaba todas estas cosas en su corazón”».

De hecho, el Nuevo Testamento no se construye alrededor de la educación de Jesús. San Lucas se contenta con precisar, para describir su infancia, que «crecía en sabiduría, estatura y en gracia ante Dios y los hombres». Estas generalidades «les son suficientes a los evangelistas, para los que la naturaleza divina de Jesús revelada en su pasión es más importante que su infancia». El interés del comienzo del Evangelio tiende a la encarnación de Jesús como hombre. Por esto, dice Pierre Gibert, «hay que hacer ver que Jesús ha tenido un nacimiento y una infancia ordinarios».

 

¿Por qué se dice que la familia de Cristo es santa?

Más allá del carácter evidente de la santidad de los miembros que la componen, la familia de Cristo es santa por lo que es en ella misma, es decir, un lugar donde un niño ha podido crecer y ser educado en el amor.

En un polémico artículo de febrero de 2013 titulado «La saine famille», publicado en la revista Études, el filósofo Michel Serres subrayaba a este respecto, biológicamente, que de ninguna manera se parecía al modelo propuesto por la Iglesia católica, sobre todo a comienzos del siglo XX. En efecto, los lazos de sangre de Jesús con José son inexistentes y Jesús es hijo único.

Sin embargo, como subraya el papa Francisco, la santidad de esta familia no hay que buscarla en sus fundamentos biológicos, sino más bien en la manera como el amor se ha desplegado en su seno. José ha adoptado a su hijo Jesús sin dudarlo, y María es una de las mujeres presentes al pie de la cruz, cuando únicamente uno de los Doce también lo estaba.

En su homilía del 27 de diciembre de 2015, en ocasión de la primera fiesta de la Sagrada Familia posterior al Sínodo sobre la familia, el Papa ha explicado que Jesús no hubiera sido quien ha sido si esta Sagrada Familia no hubiera estado ahí. «¡Cuánto bien nos hace pensar que María y José enseñaron a Jesús a decir sus oraciones !», ha dicho para explicar que la alianza de las naturalezas divina y humana es lo que ha contribuido a hacer de Jesús el hombre del que nos hablan los Evangelios. En esto, esta familia de Judea compuesta por María, José y Jesús es la Sagrada Familia.

 

 

Julien Tranié