Diócesis

 

Nace en Toledo la asociación privada de fieles “Amigos de los Conventos”

 

Con motivo de la XXV Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el obispo Francisco Cerro crea un fondo de ayuda a los monasterios

 

 

03/02/21


 

 

 

 

 

Ls Iglesia Católica celebró ayer, en la fiesta de la Presentación del Señor, la XXV Jornada Mundial de la Vida Consagrada. En la Santa Misa que el Papa Francisco celebró con miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de la Sociedad de Vida Apostólica, dio dos consejos a los consagrados y consagradas: morderse la lengua y tener sentido de humor:

"Huyan de los chismes, aquello que asesina a la vida comunitaria son los chismes, no hablen de los demás. Hay una medicina que está muy cerca de casa: morderse la lengua" ha dicho Francisco. Y luego, el otro consejo que les recomienda en la vida de comunidad: "No pierdan el sentido del humor, esto nos ayuda tanto, es el anti-chisme, saber reírse de sí mismos, de las situaciones, también de los demás un poco, pero no perder el sentido del humor. Esto que les recomiendo no es un consejo muy clerical, pero es muy humano".

 

Testimonios de religiosos jóvenes

Por su parte, la revista de la Conferencia de Religiosos de España (Confer) ha editado un monográfico con las reflexiones de los últimos presidentes y secretarios generales de la CONFER, por un lado, y de testimonios desde ocho prismas escritos por religiosos jóvenes, por otro, para celebrar el aniversario de este día que San Juan Pablo II dedicó a todos los consagrados.

Aprovechando el XXV aniversario de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro ha creado crea el “Fondo de ayuda a los monasterios de la Archidiócesis de Toledo”.

Con este fondo, se pretende “paliar las situaciones de necesidad que puedan tener algunos monasterios de vida contemplativa”. Igualmente, se busca “comprometer más eficazmente a toda la comunidad diocesana a cuidar de la inmensa riqueza que para la Archidiócesis supone la vida contemplativa”.

 

Riqueza de la vida contemplativa

La propuesta pretende cuidar la inmensa riqueza que es la vida contemplativa y busca asistir “a las necesidades más acuciantes de las comunidades religiosas contemplativas" de la Archidiócesis.

Este fondo, creado con un “depósito dinerario”, va a depender de la vicaría episcopal para la Vida Consagrada. La gestión del mismo estará en manos de un equipo liderado por el vicario episcopal para la vida consagrada, D. Raúl Muelas Jiménez. Con este fondo económico se ayudará “a las monjas de clausura en las necesidades básicas que puedan existir, en momentos puntuales, en sus monasterios”.

Don Francisco Cerro indica que este fondo se podrá nutrir de aportaciones del Arzobispado y “de donaciones y legados de particulares, de aportaciones de parroquias o de institutos de vida consagrada, de donativos de cofradías y hermandades, etc.” Para ello se ha dispuesto un número de cuenta bancaria en el que se podrán realizar las aportaciones: ES08 2048 3036 7630 1012 4308 Concepto: “Ayuda conventos”.

 

Asociación “Amigos de los Conventos”

Junto al Fondo, también se presenta la asociación privada de fieles “Amigos de los conventos” que estará constituida por “todos aquellos que, sensibilizados por la vida contemplativa, quieran ayudar a su difusión en la Iglesia y en el mundo.” Para recibir más información o poder formar parte de esta asociación se ofrece un correo electrónico: vicariovidaconsagrada@architoledo.org.

Está previsto que la asamblea constituyente con todos los interesados se celebre a finales del mes de febrero.

Mons. Cerro también se refiere al proyecto “Con un solo corazón” que comenzó su andadura en la Archidiócesis en el mes de junio de 2019: “Quiero seguir animando a las parroquias y a otras realidades eclesiales (cofradías, asociaciones, colegios, movimientos de apostolado, familias...) a que elijan un convento o monasterio cercano y se hermanen”, afirma.

El Arzobispo de Toledo manifiesta su deseo: “Que a ningún convento le falte al menos una parroquia y asociación de fieles que les visite y ayude, y a ninguna asociación y parroquia les falte un monasterio que rece por ellos y que consiga del cielo una lluvia abundante de bendiciones.”

Francisco Cerro también ha escrito la carta “Conozcamos y amemos la vida contemplativa”, en la se fija en los monasterios de clausura que “experimentan también ciertas dificultades materiales y económicas, como ha ocurrido a lo largo de este último año debido a la pandemia del coronavirus”.