Perspectiva de Género

 

Laura Freixas explica porqué la ley trans es una ley injusta

 

 

02 febrero, 2021 | Infogender


 

 

 

 

 

La reputada escritora y veterana feminista Laura Freixas aborda en una columna en La Vanguardia el “debate que lleva mucho tiempo incendiando el feminismo, pero del que la opinión pública sabe poco”: el debate acerca de la ley trans y el borrado de las mujeres que supone.

Laura Freixas reconoce que “el propósito explícito del proyecto de ley es loable. Aspira, dice, a combatir la discriminación (económica, laboral, sanitaria…) que sufre el colectivo trans, y a despatologizar su condición”. Pero ya sabemos que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones.

Y lo explica perfectamente con un claro ejemplo:

 

“Imaginemos, por ejemplo, a un señor cualquiera, llamémosle Pepe. Pepe tiene nombre, cuerpo e in­dumentaria de hombre, pero asegura que es mujer, porque se siente tal. Si Pepe busca empleo, no le preguntarán si piensa quedarse embarazado. Si Pepe tiene un bebé, no habrá pasado un parto. Si Pepe pasa por un callejón oscuro, lo hará sin miedo a que le violen. Si Pepe mira a su alrededor, no verá por todas partes (desde los museos hasta las máquinas tragaperras) humi­llantes representaciones de su cuerpo como objeto sexual para el placer de otros… Pero si Pepe lleva en su DNI la mención “Sexo: F”, tendrá derecho a las ayudas previstas en las leyes para contrarrestar la discriminación de las mujeres, a usar los vestuarios y duchas de mujeres, a competir con mujeres en deportes, y figurará como mujer en las estadísticas que miden la desigualdad por sexos.”

 

Y nos avisa de que no son imaginaciones suyas, sino que “Pepe es una persona real (tiene otro nombre), protagonista de un vídeo en el que se presenta como ejemplo de las personas trans que prefieren no operarse ni hormonarse”.

Y acaba Laura Freixas con un recadito para el Ministerio de Igualdad: “Es triste, pero ese ministerio cuya ­creación por Zapatero las feministas acogimos en su día (2008) con entusiasmo,­ fomenta hoy, por su lamentable sectarismo, una polarización de la que no puede salir nada bueno.