Tribunas

La palabra poética de Don Giussani

 

 

José Francisco Serrano Oceja

 

 

 

 

 

Solo un mago de las viejas artes y de los viejos oficios como mi amigo Miguel Ángel Blázquez es capaz de convertir los libros en joyas. Bueno, y si a esa conspiración de la naturaleza se le une la delicadeza de Carmen Giussani, lo más, que dicen mis alumnos.

Pues de esa conjunción ha nacido un precioso librito, “La palabra poética en Don Giussani” (Bookman), un producto de la alta cocina, una delicia, por lo que dice y por cómo está trabajado, cuidado. Porque la encarnación de la palabra tiene un cuerpo, el texto, el papel en página.

El libro recoge un diálogo con el poeta Davide Rondoni, a quien hasta el presente de esta lectura no tenía el gusto de conocer.

Dice este autor que el dinamismo expresivo de don Giussani, fundador de Comunión y Liberación, un creyente, es similar al del poeta. Y cuando lo explica convence. Relación entre palabra e inspiración, acto de palabra, acto de lenguaje, modificación de los mecanismos del pensamiento.

Solía decir don Giussani: “Yo no digo cosas nuevas o diferentes, digo cosas que dicen también otros”. Y añade Davide, pero el dinamismo no es el mismo. “Cuando don Guissani hablaba de Jesucristo y del Evangelio no podías dejar de escucharle. Pero tampoco cuando hablaba del vino, porque la dinámica es la misma”.

Muchas son las ideas sugerentes que nacen de este texto. Por ejemplo: Aprender de memoria determinadas palabras, fijar esas palabras, será una ayuda para nuestra vida. Las cosas importantes no se pueden decir de una forma banal. Una cierta oscuridad es el signo de una densidad de vida y pensamiento. Las cosas más importantes en la sociedad nacen antes en el campo estético que en el político o el económico… “Si te ofrezco un texto muy rico, es porque considero tu vida igualmente rica como para comprenderlo”.

Hay un aspecto que me ha llamado la atención y que no me había formulado hasta ahora en la lectura de don Giussani. Afirma Davide, refiriéndose, claro está, al fundador de Comunión y Liberación: “me parece un autor muy interesante, sorprendente porque tiene cortocircuitos de pensamiento y porque tuvo un gran mérito: que no podía con el lenguaje clerical, no podía con una lengua muerta de la fe. Lo que resulta más insoportable es oír hablar de una manera muerta sobre algo vivo. Cuando ves a algunos profesores hablar de poesía, o a algunos curas hablar de Dios, comprendes que la poesía está viva y son ellos los que están muertos, que Dios está vivo y los curas ahí, ahí”.

Después llega el coloquio sobre don Giussani y Dante y Leopardi y Eliot. Vamos, una gozada.

 

 

 

 

 

Carmen Giussani,
La palabra poética de Don Giussani,
Bookman.

 

 

 

 

 

 

José Francisco Serrano Oceja