Red Iberoamericana de

Estudio de las Sectas

 

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Nº 888

5 de dic. 2021

 

1. Antroposofía: influencia del esoterismo en la banca, educación, medicina, cosmética y agricultura.

2. Corea del Sur: una secta cuyo líder impone las manos en los ojos, contagiada de covid-19.

3. España: los testigos de Jehová se reúnen con el ministro de Presidencia.

4. Paraguay: continúa el proceso judicial en torno a las propiedades de la “secta Moon”.

5. Argentina: la secta de yoga del Hotel City, una verdadera organización criminal.

6. Así actuaba la secta del Hotel City: de la captación a la manipulación.

7. El perfil de Eduardo de Dios Nicosia, líder (ya fallecido) de la secta del Hotel City.

8. Testimonios de víctimas de la secta del Hotel City: relatos del horror en primera persona.

9. Una nueva religión paródica en Japón otorga razones para no trabajar horas extra.

10. La histórica disputa entre Harry Houdini y Arthur Conan Doyle en torno al espiritismo.

 

 

1. Antroposofía: influencia del esoterismo en la banca, educación, medicina, cosmética y agricultura.

FUENTE: Portaluz

 

 

Los últimos años del siglo XIX y los primeros del siglo XX constituyen un momento fundamental en la historia religiosa contemporánea, ya que surgieron y se consolidaron importantes corrientes esotéricas, normalmente con una fuerte herencia masónica y que, con el paso de las décadas, derivarían en muchos de los principales grupos de la Nueva Era (New Age). Así comienza el artículo que ha escrito Luis Santamaría, integrante de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), en Portaluz.

Entre estas corrientes destaca la llamada Sociedad Antroposófica, fundada por Rudolf Steiner (1861-1925). Junto a la entidad de la que procede –la Sociedad Teosófica, fundada por Helena P. Blavatsky (1831-1891)–, se trata quizás del movimiento esotérico más influyente en el mundo actual. Steiner, fascinado por la obra de Goethe, abandonó la Teosofía para fundar su propia organización, dándole un contenido “espiritual” más occidental, basándose en sus propias “percepciones”. Aseguraba haberse encontrado con Cristo, pero siempre lo entendió desde una clave gnóstica y simbólica, no cristiana.

Aunque muchas personas no han oído hablar de la Antroposofía, sí son más conocidas numerosas iniciativas y organismos que se basan en sus postulados doctrinales. Es lo que ha puesto de manifiesto recientemente en el portal Medium un artículo titulado “¿Un ‘movimiento marginal’? Una inmersión en el ecosistema de la antroposofía”, escrito por un investigador que firma como Free Binder.

La importante galaxia antroposófica

Su trabajo no deja lugar a dudas sobre lo que abarca ese “ecosistema”: al menos 250 grandes instituciones se mueven en el entorno antroposófico. De ellas, 60 tienen que ver con la sanidad y el cuidado, 45 con las artes y la arquitectura, 40 se dedican a difundir las obras de Steiner, 30 están en el sector agroalimentario, 25 en el campo de la educación y otras 52 en sectores diversos. Aunque según afirman los propios adeptos de la Antroposofía en una de sus páginas web oficiales, realmente las instituciones que dependen de este sistema esotérico serían unas 10.000 en todo el mundo.

En el resto de su artículo, Free Binder se limita a tirar del hilo de una sola de estas instituciones, la Fundación CoOpera, un fondo de pensiones creado en Suiza en 1984. Este organismo cuenta con una cartera inmobiliaria y con participación en el capital social de 15 empresas, con una suma de 155 millones de euros en 2020. Además, tiene 582 instituciones afiliadas, que el año pasado tuvieron 800 millones de euros en activos.

El ejemplo de la Fundación CoOpera es muy significativo, ya que entre las 15 empresas en las que participa podemos encontrar desde la energía eólica hasta la fabricación de hormigón, pasando por la alimentación orgánica, mobiliario de oficina, bombas para bicicletas o lácteos y carne. Y el artículo recuerda que hay grandes marcas de productos orgánicos, como Demeter, Bio Suisse y Coop NaturaPlan, que se integran en el universo antroposófico. Y no se trata de simples coincidencias, sino de adeptos en los puestos de decisión y de aceptación total de las doctrinas esotéricas de Rudolf Steiner.

La infiltración en el mundo educativo

Pero seguramente el campo más preocupante al que llegan los tentáculos de la Sociedad Antroposófica es el de la educación: la pedagogía Waldorf no es otra cosa que la aplicación directa de los postulados de Steiner –tal como los expuso él mismo en numerosas conferencias dedicadas al tema– a los más pequeños y vulnerables: los niños en edad escolar. Se calculan en unos 3.000 los centros educativos de este tipo en 65 países.

Hace tiempo Portaluz desveló el testimonio de una madre de familia que llevó a su hijo a un colegio Waldorf, donde fue descubriendo el adoctrinamiento esotérico que incluía hablar de la fuerza crística contra las potencias luciféricas, o del karma y la reencarnación, entre otras doctrinas, y “la práctica de la euritmia [hacer visible el Logos creador] como terapia”. Por eso tiene claro que “sin la base antroposófica, la pedagogía Waldorf no tiene sentido”.

Otro ejemplo mostrado en un artículo de Portaluz es el de la celebración de la Navidad en las escuelas que dependen de los postulados de Rudolf Steiner: todo se lee en clave simbólica y alegórica, como “el nacimiento de la conciencia de que un Ser de Luz vive en nuestro interior”. A pesar de cualquier apariencia de pedagogía alternativa legítima o incluso de su barniz cristiano, no es otra cosa que ocultismo adaptado a las aulas.

La Banca Triodos

Algo que sorprende a las personas cuando lo descubren es la vinculación antroposófica del Triodos Bank, quizás la banca ética más conocida a nivel mundial o, como señala su publicidad actual, “uno de los bancos más sostenibles del mundo”. Una publicidad que atrae a muchos usuarios deseosos de un mejor uso de sus ahorros, que ayuden a “lograr un cambio social, ambiental y cultural positivo”.

Claro que es una banca alternativa… pero que depende de “una corriente de esoterismo, una corriente de magia, una corriente de superstición, una corriente de iluminados, una corriente de conocimiento gnóstico, una corriente de la New Age, una corriente ocultista…. Se trata de la Antroposofía”, en palabras de Vicente Jara hace unos años en el programa “Conoce las sectas” de Radio María España.

Jara, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), ponía entonces de manifiesto cómo Triodos Bank financia “cientos de proyectos solidarios, ecológicos, cooperativas, microcréditos” de organizaciones no gubernamentales y también de organismos de la Iglesia católica y de comunidades eclesiales protestantes, normalmente desconocedores de todo lo que hay detrás.

Como señalaba en 2018 Jean-Baptiste Malet en un largo reportaje publicado en Le Monde Diplomatique (“La antroposofía: una discreta multinacional del esoterismo”), Triodos tenía entonces 14.000 millones de euros en activos bajo gestión, y otra entidad financiera antroposófica, GLS, otros 4.000 millones. Por eso afirmaba sin ambages que un siglo después de su nacimiento, “la antroposofía es un imperio”.

El riesgo de la medicina antroposófica

El pasado mes de octubre, un médico italiano murió afectado por el covid-19 tras haberse negado a recibir las vacunas indicadas para prevenir contra el virus. Tras fallecer en un hospital de Palermo, los medios de comunicación dieron a conocer que Domenico Giannola –así se llamaba– se dedicaba a la “medicina antroposófica y homeopática”.

Efectivamente, la Antroposofía cuenta con su propia versión “sanitaria”, que se basa en las enseñanzas de Steiner y emplea remedios naturales para curar las enfermedades, que se entienden como males de origen espiritual. Por eso la medicina antroposófica habla de un enfoque holístico, el cuerpo astral, fuerzas etéricas y otros conceptos esotéricos, además de tener en cuenta al sujeto en su integridad, es decir, contando con sus reencarnaciones.

Toda una pseudoterapia que yerra en el diagnóstico y el tratamiento indicados a los enfermos, con los graves peligros que esto puede traer consigo. Y no sólo se pueden encontrar en muchos países clínicas y profesionales que aplican esta peculiar “medicina” alejada de todo apoyo en la evidencia científica, sino que incluso algunas universidades cuentan con programas de estudios que la incluyen, lo que contribuye a su legitimación y difusión.

De la cosmética a la agricultura

Junto con el campo médico, otro en el que los presupuestos antroposóficos han adquirido una gran importancia es el de la cosmética, entendida también bajo los parámetros de la “salud holística”. No en vano, la marca Weleda –fundada por Rudolf Steiner en Alemania en 1921, por lo que ahora cumple su centenario– es universalmente conocida y ha logrado convertirse en una importante multinacional del sector de productos de belleza y de naturopatía.

Pero lo que ciertamente está alcanzando niveles cada vez mayores es la difusión de la “agricultura biodinámica” alrededor del mundo, sobre todo en el entorno vitivinícola. Aunque muchas personas la confunden con la agricultura ecológica, no es lo mismo, sino que se trata de “la organización de rituales esotéricos en los campos, encargados de dinamizar espiritualmente los suelos, las plantas y el universo a través de la meditación, una liturgia y accesorios supuestamente provistos de poderes sobrenaturales”, en palabras de Jean-Baptiste Malet.

Así es: la agricultura biodinámica, basándose en las “investigaciones” de Steiner, da mucha importancia a la astrología en los cultivos, e incluye prácticas como la de abonar la tierra con cuernos de vaca rellenos de unos compuestos determinados y con una orientación concreta para que atraiga la “energía cósmica”, o utilizar diluciones homeopáticas obtenidas de vejigas de ciervo llenas de flores, de forma que el campo adquiera “nuevas fuerzas vitales del cosmos”. Como afirma el biólogo Aitor Calero, no es más que “una estafa agrícola en toda regla que, por desgracia, engaña a diario a miles de consumidores y de agricultores”.

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2. Corea del Sur: una secta cuyo líder impone las manos en los ojos, contagiada de covid-19.

FUENTE: Radio Continental

 

 

Una secta poco conocida liderada por un pastor que toca los ojos para sanar, está en el centro de un brote de Covid en Corea del Sur, ya que el país informó a finales de noviembre sobre un nuevo récord diario de 4.116 casos y lucha contra un aumento de casos graves que agobian a los hospitales, tal como informa Radio Continental. En una pequeña iglesia rural en un pueblo de 427 residentes en la ciudad de Cheonan, al sur de Seúl, al menos 241 personas vinculadas a la comunidad religiosa dieron positivo por coronavirus, dijo un funcionario de la ciudad a la agencia Reuters.

“Creemos que la escala del brote es grande ...”, dijo la Agencia de Prevención y Control de Enfermedades de Corea (KDCA) en un comunicado. Aproximadamente el 90 % de la comunidad religiosa no está vacunada y la mayoría está en estrecho contacto a través de la vida comunitaria. Muchos de los miembros de la congregación tienen más de 60 años y no están vacunados, dijo el funcionario de la ciudad. Sólo se habían vacunado 17 de los 241 casos confirmados.

La iglesia abrió a principios de la década de 1990 y se ha vuelto más grande con sus propias instalaciones de vida comunitaria. La religión no está registrada oficialmente como una secta; sin embargo, el acto ritual que realiza el pastor se conoce como la llamada “imposición de las manos en los ojos”.

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3. España: los testigos de Jehová se reúnen con el ministro de Presidencia.

FUENTE: EP

 

 

Los representantes de los Testigos Cristianos de Jehová en España han mantenido el pasado 23 de noviembre un encuentro con el ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, como parte de la ronda de contactos que mantiene con las confesiones religiosas, y han agradecido que España acoja a “miembros de su confesión perseguidos en otros países”.

“Se trataba de un encuentro de presentación en el que los testigos le expresamos nuestro agradecimiento al Gobierno por la gestión del proceso de vacunación durante esta pandemia”, han informado a Europa Press los testigos de Jehová, que también han agradecido a a España su gestión del proceso de vacunación contra el coronavirus. Han explicado que, como gran parte de la población, “la mayoría de testigos en España” se han podido vacunar “gracias a los enormes esfuerzos que han realizado las autoridades en la adquisición y distribución de la vacuna, haciéndola accesible a todos”.

En este sentido, han recordado que también los esfuerzos de la confesión “para colaborar con todas las medidas de contención”, con todos los locales de culto cerrados “para evitar fuentes de contagio y proteger la salud propia y ajena”. También han señalado que han suspendido “la predicación pública y otras actividades en el espacio público por respeto y amor al prójimo”, además de realizar todas las reuniones de forma telemática, con “un aumento notable en la asistencia a nuestros programas de enseñanza bíblica”.

Según los testigos de Jehová, el ministro manifestó su agradecimiento “por el sentido de responsabilidad manifestado por esta confesión al colaborar de manera tan rigurosa con las medidas que el Ejecutivo ha ido dando durante” la pandemia. “El encuentro se mantuvo en un tono cordial, quedando abierta la puerta para otros encuentros futuros”, han concluido. Por su parte, Bolaños ha reafirmado el compromiso del Gobierno con el ejercicio de la libertad religiosa.

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4. Paraguay: continúa el proceso judicial en torno a las propiedades de la “secta Moon”.

FUENTE: ABC Color

 

 

La Corte Suprema de Justicia de Paraguay debe analizar ahora una acción de inconstitucionalidad planteada por representantes de la Iglesia de Unificación (conocida popularmente como “secta Moon”). Este es uno de los casos más importantes mencionados en los audios en los que se escuchaba al fallecido condenado ex senador Oscar González Daher moviendo influencias desde el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM), según informa ABC Color.

El Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial Cuarta Sala, conformado por Antonia López de Gómez, Miguel Rodas Ruiz Díaz y Stella Maris Zárate, rechazó un recurso de nulidad planteado por los abogados de la secta Moon contra una sentencia de primera instancia que obliga a que el grupo religioso entregue propiedades ubicadas en el Chaco como pago de una deuda que data desde hace más de 20 años.

El caso fue mencionado en los audios que revelaron los escandalosos manejos del JEM y publicados por ABC Cardinal 730 AM en noviembre de 2017. En 1998, la Asociación Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial (AES), más conocida como “secta Moon”, solicitó un préstamo de 15 millones de dólares a la firma Victoria Terrace para la compra de tierras ubicadas en la zona de Puerto Casado, departamento de Alto Paraguay.

En noviembre de 2008, la secta Moon aprueba a través de una asamblea la entrega de las propiedades como dación en pago. Fue bajo la instrucción, supervisión y aprobación del reverendo Sun Myung Moon (padre Moon). En 2012, los derechos de la deuda fueron adquiridos por el Grupo Cusabo. Tras el fallecimiento del reverendo Moon, en 2010, quienes quedaron al frente de la Asociación Espíritu Santo se negaron al pago, de acuerdo con los documentos que forman parte del proceso judicial. El Grupo Cusabo planteó en 2014 acciones judiciales para reclamar el pago de la deuda. Un año más tarde, en 2015, la secta Moon inició procesos penales como respuesta. En los audios se escuchaba cómo se movía el caso desde el JEM.

Otros detalles

La “secta Moon”, bajo patrocinio del abogado Osvaldo Bittar, promovió una acción de inconstitucionalidad contra el fallo de un Tribunal de Apelaciones que confirmó la resolución de la jueza en lo Civil Tania Irún, quien entregó 310.000 hectáreas de tierras ubicadas en la franja de Seguridad, en el Chaco, a varias empresas extranjeras.

La acción de inconstitucionalidad promovida por la “secta Moon” es contra la Sentencia Definitiva N° 494 del 23 de noviembre de 2018 dictada por la jueza de primera instancia en lo Civil y Comercial del 15° Turno de la Capital, Tania Irún, y contra el Acuerdo y Sentencia N° 74 del pasado 14 de setiembre, dictado por los camaristas en lo Civil Antonia López de Gómez, Miguel Rodas Ruiz Díaz y Stella Maris Zárate. El abogado Osvaldo Bittar argumenta en su escrito que “por las resoluciones impugnadas se ha condenado a nuestra representada a suscribir escritura pública de transferencias de inmuebles, cuando ello está expresamente prohibido por la ley 2.532/05 que establece la Zona de Seguridad Fronteriza”.

La Ley N° 2.532/05 que “Establece la Zona de Seguridad Fronteriza de la República del Paraguay” demarca una franja de 50 kilómetros adyacente a las líneas de frontera terrestre y pluvial dentro del territorio nacional, en la cual los inmuebles no pueden ser adquiridos por personas físicas o jurídicas extranjeras, y para el control de ese requisito establece en el artículo 4° que “serán nominativas y no endosables las acciones o títulos de las sociedades por acciones (...) de aquellos que pretenden ser propietarios, copropietarios o usufructuarios de inmuebles rurales en zona de seguridad fronteriza”.

Al respecto, el representante legal de la Secta Moon señala que las sociedades jurídicas demandantes son sociedades offshore, empresas constituidas en paraísos fiscales, de maletín, usualmente son conformadas al solo efecto de “guardar” bienes sin revelar la identidad del verdadero dueño, es decir, la o las personas físicas que son las beneficiarias finales.

Atendiendo a la Ley 2.532/05, Bittar afirma que las sociedades demandantes se encuentran en estado de infracción a la normativa desde que sus accionistas o propietarios de aportes no están individualizados, no son conocidos. La “secta Moon” solicitó que el pleno de la Corte Suprema de Justicia se constituya en Sala Constitucional para estudiar la acción promovida, atendiendo a que se están violando derechos consagrados sobre la soberanía del Estado paraguayo.

El abogado Osvaldo Bittar, representante legal de la secta Moon, informó además sobre la ampliación de la denuncia que presentó ante el Ministerio Público en contra de los camaristas del Fuero Civil por supuesto prevaricato. Cuestionó también que hasta la fecha el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados siga sin expedirse sobre la denuncia por mal desempeño de funciones, presentada la semana pasada contra los camaristas, por haber ratificado la resolución de la jueza Tania Irún, quien otorgó las 310.000 hectáreas de tierras ubicadas en la zona fronteriza de Alto Paraguay a empresas extranjeras.

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5. Argentina: la secta de yoga del Hotel City, una verdadera organización criminal.

FUENTE: 0223

 

 

Aunque el funcionamiento de la denominada “secta del hotel City” quedó al descubierto el 3 de julio de 2018, tras el allanamiento de las instalaciones ubicadas en calle Diagonal Alberdi 2561, en pleno centro de Mar del Plata (Argentina), se estima que sus orígenes se remontan a unos 50 años antes. Al menos, esa es la hipótesis que maneja la justicia federal a partir de los testimonios aportados por 32 de víctimas y por los cuales cuatro personas son juzgadas en el Tribunal Oral Federal (TOF) desde el 13 de septiembre pasado, acusadas de captar a los damnificados para luego reducirlos a la servidumbre y explotarlos económica, sexual y laboralmente, según informa 0223.

Según la causa elevada a juicio durante el año pasado, se trata de una organización con rasgos de secta que se mostraba hacia afuera como un ministerio de yoga y operaba en Mar del Plata, aunque era frecuente que se trasladara a otras ciudades. La red –se presume– era liderada por el autoproclamado “gurú” Eduardo de Dios Nicosia y su socio Fernando Velázquez. Ambos, tras quedar al descubierto la red, fueron detenidos y alojados en el Penal de Ezeiza, lugar en el que en enero de 2021 murió Nicosia y por lo cual fue sobreseído en abril último.

La secta atraía a sus víctimas durante charlas de yoga y las invitaban a sumarse a la congregación. Pero antes, debían ceder todos sus bienes a la comunidad y cortar todo tipo de relación por fuera de la organización. Despojados de su patrimonio y sin posibilidad de huir, las personas captadas eran reducidas a la servidumbre y sometidas a torturas, abusos sexuales.

Si bien las acusaciones por trata de personas, abuso sexual agravado, alteración de identidades, acopio de armas y resistencia a la autoridad, entre otros delitos, recayeron en un principio sobre cinco imputados, con la muerte de Nicosia en la cárcel, cuatro llegaron al debate oral. Además de Velázquez, se encuentran Silvia Cristina Capossiello (pareja y madre de algunos de los hijos de Nicosia), Sinecio de Jesús Coronado Acurero y Luis Antonio Fanesi, los dos, personas de confianza del “gurú”.

Para la justicia, Nicosia fue “el fundador de la congregación, una suerte de guía espiritual, principal administrador y organizador de la actividad delictiva, bajo la cual sometió a las víctimas para la consecución de aquellos fines”, pero la participación de los otros implicados fue central para que el accionar del grupo funcionara con éxito. Sin ir más lejos, se cree que Capossiello era la encargada de controlar a los damnificados cuando Nicosia se ausentaba y estaba al frente de la cooperativa administradora del hotel City.

En función de los relatos de las víctimas tomados durante la investigación, Nicosia tuvo al menos 15 hijos e hijas, 13 de ellos con seis madres diferentes y los otros dos con dos de sus hijas biológicas. Excepto un caso, los recién nacidos fueron registrados como hijos biológicos de otros miembros de la congregación.

El trabajo durante extensas jornadas y sin ningún tipo de contribución a los damnificados aseguraban el sostén económico de los líderes de la organización. Pero, además, los imputados alquilaban los inmuebles y explotaban como remises los vehículos cedidos por las víctimas, entre otras actividades. En la última parte de su historia, la secta continuó funcionando bajo la facha de una cooperativa de trabajo que quedó a cargo del hotel City, a través de la cual confeccionaban recibos ficticios y conseguían subsidios. Nicosia –de acuerdo a los dichos de testigos directos– ponía énfasis en reconvertir el establecimiento en una cooperativa para evitar una supuesta expropiación, dado que se trataba del único bastión que tenía la organización en la ciudad y desde el cual buscaba seguir operando.

Durante el allanamiento que puso punto final a la secta, la policía encontró un arsenal distribuido en la habitación principal del cuarto piso, la contigua y el antebaño; armas que en ningún caso estaban registradas. También se hallaron 284.500 pesos, 208 dólares y 2716 pesos bolivarianos.  Tras caer la banda, la justicia dispuso el embargo de las instalaciones del City, un departamento ubicado en avenida Callao 441 (Caba), departamento de La Rioja 138 (Caba), tres parcelas y una fracción en el Partido de Moreno; un departamento ubicado en 511 Fifth Avenue de Nueva York y otro situado en calle Santa Fe 1159 de esta ciudad. En la misma línea, se secuestró un auto Alfa Romeo 145 (donado por una víctima en diciembre de 2008), dos motorhome Mercedes Benz, un Renault R4 y una Renault Kangoo.

Por otra parte, se trabó embargo sobre una cuenta corriente en pesos y otra de ahorro en dólares, ambas en el Banco Provincia y a nombre de la cooperativa de trabajo City Hotel MdP. En el último caso, quedó acreditado que entre mayo y agosto de 2018 se registró una transferencia realizada desde el banco Credicoop de 65.800 dólares y una extracción por caja por 31.211 dólares efectuada por Silvia Capossiello. La justicia, asimismo, ordenó el bloqueo y embargo de los fondos de una cuenta del Israel Discount Bank of New York, que tiene como beneficiarios a Nicosia y Capossiello.

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6. Así actuaba la secta del Hotel City: de la captación a la manipulación.

FUENTE: 0223

 

 

Las maniobras que durante aproximadamente medio siglo permitieron el sostenimiento de la terrorífica secta del hotel City contemplaron tareas de inteligencia sobre las posibles víctimas, “lavado de cerebros” para convencerlas de entregar todos sus bienes en favor de la organización y traslados a otras ciudades o países, una vez que consideraban que la zona había quedado “agotada” y era necesario buscar un nuevo público. Así lo cuenta Luciana Acosta en 0223.

Según se pudo acreditar en la investigación judicial, Eduardo Agustín de Dios Nicosia y Fernando Ezequiel Velázquez, principales responsables de la red criminal, comenzaron a actuar en la década de los 60, época en la que lideraban un grupo religioso y de estudios yoguísticos (Instituto de Estudios Yoguísticos Yukteswar). Nicosia, autoproclamado “gurú” y “líder espiritual”, dictaba clases de yoga en distintos salones de Capital Federal para atraer a sus eventuales víctimas, mientras que Velázquez –de profesión psicólogo– se ocupaba de marcar a los próximos “blancos”.

El plan que ejecutaban con éxito consistía en captar y acoger a personas aprovechándose de diferentes situaciones de vulnerabilidad: baja edad, circunstancias familiares adversas, crisis emocionales, falta de contención o con bajos recursos económicos y de educación, entre otros. Una vez identificadas, se les acercaban para invitarlas a sumarse, primero, a la congregación y luego, a reuniones espirituales.

Por medio de engaños, De Dios Nicosia las persuadía para que entregaran sus bienes a la organización e hicieran aportes económicos a las arcas del “ministerio”. El argumento que exponían arrojaba buenos resultados: les hacían creer que el único modo de alcanzar un “estado de espiritualidad excelso” era quedando desprovistas de los “placeres mundanos de la vida terrenal”. A su vez, las aislaban de sus entornos para evitar que la operación fracasara. Entonces, marginadas del mundo exterior, las víctimas terminaban reducidas a la servidumbre y eran objetos de explotación económica, sexual y laboral.

En el artificio, Velázquez –cuyo nombre monástico era Krishnananda Saraswati– tenía un rol central: apelando a sus conocimientos específicos de Psicología, se ganaba la confianza de la potencial víctima, le brindaba a su socio Nicosia una suerte de perfil clasificado y sugería a quienes reclutar. Tal logística criminal operó durante cinco décadas y si bien lo hizo en distintas jurisdicciones, fue de forma ininterrumpida y afectó, al menos, a 32 personas.

El costo de alcanzar el bienestar comunitario

El dinero y los bienes cedidos por los damnificados garantizaron que, a lo largo de todos esos años, la red tuviera una constante capitalización y pudiera expandirse. Los inmuebles cedidos eran alquilados o se utilizaban para acrecentar los negocios que Nicosia y Velázquez desarrollaban; mientras que los vehículos eran utilizados como remises, conducidos por las propias víctimas durante largas jornadas laborales y sin ningún tipo de retribución. La excusa, siempre la misma: todo en pos del bienestar comunitario.

Si bien su principal centro estaba en Mar del Plata, era habitual que la organización criminal y sus fieles migraran a otras ciudades, incluso, durante años. Los traslados se daban una vez que consideraban que el territorio estaba “agotado” y para evitar generar sospechas. Sin embargo, nunca abandonaban del todo esos lugares: dejaban a un grupo de fieles y discípulos para que continuaran con sus actividades lucrativas.

Previo al establecimiento de la secta en el hotel City, entre los años 70 y 80, el establecimiento Litoria cumplió la función de base operativa de los yoguis. Las instalaciones se encontraban en calle Buenos Aires 1928, frente al Casino Central, y eran propiedad de una mujer identificada como “Pepita” (ya fallecida), quien las había cedido a la organización tras sumarse a ella. En esas habitaciones se alojaban a discípulos díscolos a modo de castigo y el propio Velázquez, que se desempeñó como administrador del hotel entre 1977 y 1984, se ocupaba de controlarlos. Si bien no eran expulsados de la organización, eran apartados de la estructura central y continuaban sometidos a la red de explotación.

En la causa judicial consta, por ejemplo, que entre 1986 y 1987, una mujer vendió un departamento que tenía en Lavalle al 1600, en Caba, y le entregó el dinero a Nicosia para entrar en la secta. Lo mismo ocurrió en 1988 con otro inmueble ubicado en calle Caracas al 200, también de Capital. Esto tenía un doble propósito: despojar a las víctimas de cualquier vía de escape y expandir la empresa criminal, ya que en esas locaciones podían alojar a los nuevos fieles captados y tenerlos bajo control. Incluso un hombre que cayó en la red y que, según testigos, habría sido asesinado varias décadas atrás por Nicosia, había vendido un departamento de calle Rawson al 500 y entregó el dinero ante las exigencias del “gurú”.

La organización también adquirió un inmueble en la localidad bonaerense de Francisco Álvarez gracias al aporte de varios fieles y con cuya hipoteca, años más tarde se gravó la compra del hotel City. Cada uno de los bienes eran registrados a nombre de terceros, jamás de Nicosia. De hecho, a la luz de los informes financieros y bancarios, el yogui era una suerte de “muerto civil”: en su más de 70 años de no registraba empleo, no poseía ingresos y tampoco bienes de ningún tipo a su nombre. Además, la instrucción pudo relevar una serie de inmuebles que en un principio fueron registrados a nombre de las víctimas y, al final, pasaron a estar con el de Silvia Capossiello, pareja de Nicosia.

Trabajo esclavo y naturalización de las vejaciones

El círculo de ingresos de la organización consistía, por un lado, en lo producido por la explotación y venta de las matas, bonsáis, decoraciones y muebles; lo recaudado por el alquiler de las habitaciones y la realización de eventos en el Hotel City, además del dictado de conferencias y clases por parte de Velázquez, o las clases de yoga a distancia dictadas por Nicosia. Eso se complementaba con el negocio del feng shui y venta de muebles, entre otras actividades.

A la hora de repartir las tareas y trabajos, dentro de la organización se distinguían a sus integrantes entre “discípulos externos” e “hijos” y, a su vez, de acuerdo al género. Sin embargo, nada diferenciaba a uno de los otros en cuanto a la explotación laboral. A los varones se les asignaban tareas de albañilería, diseño de plantas artificiales o mueblería, de acuerdo a lo que ordenara el propio Nicosia. Mientras, las mujeres debían realizar quehaceres domésticos (lavar ropa, cocinar, limpiar) y colaboraban con la jardinería.

Los discípulos eran sometidos a aprender distintos oficios para que tuvieran habilidades para realizar cualquier tipo de tarea. La explotación comenzaba, prácticamente, con sus nacimientos. Técnicas de “lavado de cerebro”, desubjetivación, despersonalización y manipulación permanente de las psiquis de sus víctimas eran las herramientas a las que apelaba Nicosia para mantenerlas bajo control. Esto, además, garantizaba la naturalización de los vejámenes que se producían en el interior de la secta.

Era habitual que, desde la niñez y sin retribución salarial, las víctimas afrontaran extensas jornadas de trabajo. A cambio se les otorgaba una mínima suma de dinero (para traslados o realización de gestiones para la congregación; no podían gastar en agua ni comida ya que existían estrictos mecanismos de rendición de gastos) y una habitación en la vivían en condiciones de insalubridad ya que las compartían con hermanos y otros miembros de la secta. También recibían ínfimas raciones de comida, por lo general, de bajo contenido proteico. Esto se revertía sólo en el caso de que las personas sufrieran un brusco descenso de peso y no pudieran continuar trabajando.

Los damnificados, por otra parte, eran obligados a solicitar créditos en entidades financieras que luego eran entregados a Nicosia. En consecuencia, quedaban atados a grandes deudas, situación que el “gurú” utilizaba para mantener el sometimiento sobre los discípulos. Las víctimas tampoco eran escolarizadas. En la mayoría de los casos, las “esposas” les brindaban algún tipo de formación y después rendían las materias en condiciones de alumnos libres. Eso se interrumpía cuando los chicos ingresaban a la preadolescencia y se iniciaban en intensas jornadas de trabajo.

A su vez, se los endeudaba a través de la expedición de tarjetas de crédito a nombre de los fieles pero que se utilizaban para comprar pasajes de avión en primera línea y demás bienes que destinados a Nicosia. Asimismo, una vez que cumplían los cinco años, las nenas eran incorporadas a tareas de cocina y limpieza. Incluso, debían arreglarse su propia ropa.

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7. El perfil de Eduardo de Dios Nicosia, líder (ya fallecido) de la secta del Hotel City.

FUENTE: 0223

 

 

Todas las pruebas y testimonios obtenidos a partir de la investigación en torno a cómo funcionaba la denominada secta del City conducen al mismo lugar: Eduardo Agustín de Dios Nicosia era un verdadero monstruo que sometía, explotaba y abusaba de las personas que se encontraban dentro de la organización. Había nacido el 25 de diciembre de 1946 en Capital Federal, estaba casado y solía presentarse como docente de Filosofía, yoga y piano. Al momento de ser detenido, a mediados de 2018, tenía domicilio en el hotel ubicado en Diagonal Alberdi 2561, espacio en el que, escondida detrás de la fachada de una cooperativa de trabajadores, operaba la secta. Lo cuenta Luciana Acosta en 0223.

Junto a su socio Fernando Ezequiel Velázquez, lideró durante los '60 un grupo religioso conocido como Instituto de Estudios Yoguísticos Yukteswar. Allí, el autoproclamado líder espiritual, dictaba clases de yoga en distintos salones de Caba. Solía vestir túnica y ofrecer a sus discípulos una “realización del ser” –tal como ocurre en la India– para poder alcanzar la “paz espiritual”. Sus adeptos, entonces, lo consideraban un “maestro” y una vía para llegar a la excelencia espiritual.

Nicosia no escatimaba en calificativos a la hora de darse a conocer ante un público nuevo: se llamaba a sí mismo “ser superior” y decía tener “poderes especiales”. Además, se jactaba de saber lo que pensaban quienes lo rodeaban. Tenía una gran capacidad para atrapar a sus víctimas y persuadirlas para que se deshicieran de todos sus bienes materiales (casas, departamentos, vehículos y dinero) y fueran a vivir con el resto del grupo. Al mismo tiempo, obligaba a sus discípulos a interrumpir todo tipo de contacto con sus familias o amigos del “mundo exterior” porque, advertía, estaban “contaminados”.

El dinero que ingresaba en la organización, ya sea por la adquisición de bienes o de la explotación laboral de las víctimas, se utilizaba para saciar los gustos de Nicosia: dilapidaba fortunas en el alquiler de propiedades lujosas, vestimentas y otros artículos, sobre todo, joyas. Además de la manipulación psicológica de los damnificados, Nicosia impartía castigos desmesurados a quienes incumplían con alguna de las condiciones establecidas para lograr una supuesta “protección espiritual”: las golpizas, aislamientos, ayunos forzados y extenuantes jornadas de trabajo forzado sin remuneración eran una constante dentro de la organización. Ni siquiera se les permitía atención médica en caso de lesiones o enfermedades.

El hombre tenía un total control sobre la vida de los participantes del Ministerio: decidía qué servicios debían brindar, horarios y quiénes debían acompañarlo a comer, por ejemplo. Sus propios hijos -los llamaba “discípulos externos”- tampoco quedaban exentos de la red de explotación que comandaba. En caso de que alguien intentara escapar de la congregación, el “gurú” apelaba a la difamación (acusaciones sobre consumo de drogas o prostitución, la mayoría de las veces) para, no sólo denigrar a quienes pretendían huir, sino también para aleccionar a los que se quedaban.

Las normas de conducta que imponía incluían, por ejemplo, que desde temprana edad los chicos debieran anotar en un papel sus pensamientos. Esto apuntaba, por un lado, a tratar de evitar que existieran confidencias entre discípulos y/o hermanos, y por el otro, a generar un ambiente de desconfianza generalizada.

Violaciones sistemáticas

Nicosia abusaba sexualmente de sus víctimas, incluidas sus propias hijas, con quienes tuvo descendencia. Con el pretexto de que él era un “ser divino”, tenía muchas mujeres e hijos con cada una de ellas, llamando a las primeras “esposas” o “madres”. Todas eran consideradas esposas del líder, incluso, aunque estuvieran casadas legalmente con otros discípulos. Producto de esos abusos, tuvo catorce hijos con seis mujeres diferentes, dos con sus hijas biológicas. En el último caso, las criaturas fueron registradas como hijos biológicos de otros miembros de la congregación. En total, se falsificó la identidad de trece personas.

Además, obligaba a los discípulos a tener relaciones sexuales entre ellos. Él presenciaba esas escenas personalmente o a través de filmaciones, con las que luego producía material pornográfico. Consciente de que a raíz de las prácticas incestuosas podía embarazar a sus hijas biológicas, encargaba a otras mujeres que controlaran sus ciclos menstruales. Las violaciones sistemáticas se extendían a todas las mujeres de la congregación como parte de “ritos de iniciación sexual”. Atacaba a las mujeres en el ámbito de la clandestinidad y el secretismo y, de hecho, aquellas que quedaban embarazadas, debían guardar silencio sobre lo ocurrido.

Nicosia sometía a sus víctimas –muchas, menores de seis años–, aduciendo que era parte de los ritos de iniciación sexual o aprendizajes que les servirían para poder formar una familia en el futuro, y las obligaba además a tragar su semen porque daba “buena energía”. Otro de los argumentos para avalar sus abusos era que debía violarlas para evitar que otros hombres las lastimaran. Los denominados ritos de iniciación sexual incluían orgías de las que participaban madres e hijos biológicos o entre hermanos de sangre.

Torturas, palizas y simulacros de fusilamiento

De acuerdo con los testimonios expuestos por las víctimas en Cámara Gesell, en algún momento, todas las personas reclutadas padecieron o presenciaron distintos actos de violencia física y psicológica por parte de Nicosia. Uno de los entrevistados contó ante la justicia que el “líder espiritual” lo lanzaba de cabeza por las escaleras, previo sujetarle los pies con cinta de embalar. O que solía electrocutarlo con una máquina de acupuntura, le tiraba alcohol en los ojos y nariz, e intentó ahogarlo en el inodoro. Otro dio cuenta de que Nicosia solía torturarlo con electricidad para “sacarle los demonios de adentro”, cuando aún era chico.

Los relatos de las víctimas abundan en detalles escabrosos: quemaduras en las manos para borrarles las huellas dactilares, encierros durante meses, comida podrida como castigo, golpes con rebenques, infecciones sin ningún tipo de tratamiento médico y hasta simulacros de fusilamiento estaban a la orden del día.

Ni siquiera los niños y niños de la secta quedaban librados de la ferocidad del “gurú”: en una oportunidad los obligó a presenciar el descuartizamiento de un poni, al cual luego debieron quitarle las vísceras, y los instaba a disparar con arcos y flechas a gatos colgados de los árboles. Esto, en reiteradas oportunidades, incluía el uso de armas de fuego.

En 1978, Eduardo Agustín de Dios Nicosia y un grupo de discípulos se trasladó a Caracas, Venezuela, en busca de nuevos adeptos, ya que consideraba que Mar del Plata estaba “agotada”. Allí, en 1980, quedó detenido, acusado de haber participado del crimen de una “discípula externa”. A fines de 1984, tras recuperar su libertad, forzó a toda la estructura a regresar a Mar del Plata y a instalarse en el hotel Litoria. Al año siguiente instaló el grupo en una quinta ubicada en la localidad bonaerense de Moreno hasta 1991, cuando retornó a Venezuela.

El 5 de julio de 2018, dos días después de que se allanara el hotel City y quedara al descubierto el accionar de la organización delictiva, Nicosia fue indagado, pero se negó a declarar. El 27 de septiembre de ese mismo año, rompió el silencio y dijo que se había desempeñado como instructor de yoga desde 1972 –actividad que definió como “filosofía de vida”– y rechazó la existencia de una secta.

En el mismo sentido, desestimó las acusaciones de violaciones y abusos que recaían sobre él. Según sus dichos, junto a otras parejas llevaba una forma de vida que denominó “swingers ligth”, en la que tanto hombres como mujeres tenían los mismos derechos. En cuanto a sus hijos, reconoció solamente a tres y los identificó como los que “tienen dedos pinza de langosta”. Al mismo tiempo, dijo desconocer si era padre de siete personas y negó su paternidad sobre otras dos.

Durante su declaración, Nicosia explicó que cada matrimonio que conformaba el “grupo swinger” inscribía a los niños nacidos de las respectivas madres como hijo biológico de la pareja en el Registro Civil. En la misma línea, sostuvo que nunca obligó a nadie a tener relaciones sexuales ni le propinó golpes o torturas; y que tampoco tuvo relaciones sexuales con sus propios hijos ni otros de los que no estaba seguro de que fueran. Tras ser detenido, Nicosia fue alojado en el Complejo Penitenciario Federal 1 de Ezeiza, en donde murió en enero de este año. Tenía 74 años y su estado de salud se había debilitado en los últimos meses de vida.

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8. Testimonios de víctimas de la secta del Hotel City: relatos del horror en primera persona.

FUENTE: 0223

 

 

Hombres y mujeres fueron víctimas de todo tipo de abuso mientras pertenecieron a la secta del Hotel City en Mar del Plata (Argentina), algunos incluso desde su nacimiento. Palizas, torturas, explotación laboral y hasta obligación de tener sexo con sus propios padres, algunos de las situaciones que padecieron quienes integraban la organización religiosa, según leemos en el portal 0023.

Los testimonios de las víctimas de la secta del City que lideraba Eduardo De Dios Nicosia y que forman parte de la elevación a juicio de la causa, dan cuenta del horror a las que las sometió el falso “gurú espiritual” durante décadas. Tal es el caso de una mujer nacida en 1977, hija biológica del yogui y de una mujer captada por la organización. Según la testigo de identidad reservada que al nacer fue registrada falsamente como hija de otra persona, al cumplir su primer año, tanto ella como su mamá fueron obligadas a permanecer en Caracas hasta 1980, completamente aisladas del resto de la agrupación.

La entonces niña solía ser apartada del resto de los descendientes de Nicosia e, incluso, de su propia madre. De acuerdo con sus dichos, vio a su mamá por última vez cuando tenía 12 años: su progenitora, considerada una “discípula díscola” que ponía en dudas las decisiones del “gurú”, fue condenada a vivir en soledad en un departamento de Caba. Ello, no obstante, no impidió que debiera continuar con las actividades laborales en condiciones de extrema precarización.

Por su parte, la criatura continuó en cautiverio junto al resto de sus “hermanos” y sufrió tormentos y ultrajes sexuales de parte de Nicosia, en el marco de los denominados “ritos de iniciación” que promovía. Durante su declaración en cámara Gesell, la mujer relató detalles de los severos castigos que recibía por mínimas infracciones: “Durante un mes nos tuvieron todo el día parados frente a una pared. Dormíamos a la noche, al día siguiente, parados. Un vaso de agua, una manzana verde, a la pared, a bañarse con agua fría. Todo el día. Así, un mes. Yo conté los días”.

En otra oportunidad, contó, que ella y otros chicos fueron “encerrados en un cuarto sin poder comer durante un mes, con Seven Up (medio litro para cada uno) y agua”. También relató que durante su infancia debió sortear distintas pruebas para “superar el miedo”: dijo que Nicosia compró dos pumas salvajes, los ató con una cadena larga a un ombú y obligaba a los niños a pasar delante de ellos si querían ir al baño.

Los abusos de parte de su padre biológico comenzaron con manoseos, cuando ella tenía diez años. “A mis catorce recién cumplidos empezó a penetrarme y fotografiarme. Me hacía vestir bonita, peinada, con tacos, vestidos nuevos. Estaba seis horas fotografiándome”. “Yo quería mucho a mi papá, pero cuando me hacía tener sexo con él, al día siguiente me sentía mal. Ese malestar me duraba meses y meses”, confió ante la justicia.

Cuando la joven cumplió dieciséis, el líder de la secta la obligó a casarse con un hermano de sangre y poco después, producto de los reiterados abusos de Nicosia, quedó embarazada; situación que le valió mayores maltratos. Una vez que dio a luz, la mujer fue separada de su hija y confinada a vivir en un cuarto pequeño. La beba no quedó exenta de los maltratos: sufrió quemaduras, golpes y, ante su reticencia a comer, le introdujeron la comida con un embudo, lo que provocó ahogamiento con secuelas que aún padece. Después de varios intentos, la mujer logró escapar de la secta en agosto de 2017.

Castigos desde su nacimiento

Otra de las víctimas que dio testimonio de sus padecimientos dentro de la secta fue una mujer nacida en Venezuela en 1979, hija de Nicosia y otra damnificada de la organización. Como en la mayoría de los casos, los hechos de violencia física, sexual y laboral fueron una constante a lo largo de su vida. Sin ir más lejos, su madre fue castigada y encerrada durante todo su embarazo.

Desde corta edad, la testigo de identidad reservada fue sometida a largas jornadas en las que alternaba quehaceres domésticos con actividades laborales, pese a lo cual sólo recibía una pequeña ración de comida diaria. A raíz de que controlaba que no tuviera contacto con el exterior, ni siquiera fue escolarizada, aislamiento que le trajo graves consecuencias a nivel emocional. A su vez, también padeció los “ritos de iniciación sexual” e, incluso, Nicosia la obligaba a beber sus fluidos seminales porque “eran buena energía para iluminar”.

En este caso en particular, la víctima dijo haber sido amenazada con armas de fuego y llegó a ser acusada de practicar la prostitución y consumir drogas para que fuera aislada por el resto de los integrantes de la organización. Producto de los tormentos y torturas sistemáticos, la mujer llegó a sufrir sangrados en sus oídos y tuvo severos desórdenes alimentarios, entre otras cosas.

Si bien años más tarde logró salir de la secta –estaba radicada en Venezuela–, el vínculo con Nicosia y el resto de los integrantes de la organización no se cortó del todo. Sólo pudo hacerlo una vez que su empleador tomó conocimiento de lo que sucedía y le recomendó dar aviso a la embajada argentina para que tomara cartas en el asunto.

Obligado a tener sexo con su propia madre

En el mismo sentido, un hombre nacido en 1975, hijo del “gurú”, relató su vida en cautiverio hasta que logró huir. Más allá de las coincidencias de su testimonio con el de otros damnificados en cuanto a explotación laboral y la constante violencia que padecían, el testigo hizo hincapié en situaciones que, a pesar de haberlas padecido a muy corta edad, lo marcaron para siempre. Según dijo, cuando tenía apenas dos años solía ser lanzado a una piscina por Nicosia para “que despierten a la vida, como parte de una enseñanza”.

Cuando tenía tres o cuatros años, la víctima recibió una brutal paliza, en la que intervino Nicosia y, por orden suya, Silvia Capossiello y otras dos testigos de identidad reservada, que incluyó un corte en la nariz con una tijera de podar. “Después de eso me dejó parado no sé cuánto tiempo. Recuerdo que me desperté en el piso, en su habitación. Me mandó a pararme frente al placard, en puntas de pie. Cuando me desperté estaba en el piso con una mano”, detalló.

También recordó la vez que “alguien había tirado papel higiénico en un inodoro y se tapó. Nos llama a su habitación, que era muy grande, nos hace sentar ahí, todos de loto, en silencio, delante de él. Con un rebenque para caballos le daba palizas a todos los que se distraían. Nos daba indicaciones para ir al baño, para dormir, para comer. Era lo mínimo: dos frutas a la mañana, arroz o caldo, fruta a la noche o galletitas de agua. Fue bastante tiempo. Un mes y medio ahí encerrados, pero con él enfrente. Entraban discípulos, hablaban con él, lo más normal. Decían: ‘es el camino que les está enseñando a los chicos’”.

Los abusos bajo el nombre de “ritos de iniciación” comenzaron cuando el joven cumplió los diecisiete años e incluyó que fuera obligado a tener relaciones sexuales con su propia madre y orgías con otros miembros de la secta, escenas que solían quedar grabadas. “Después de tener relaciones con ella sentía que la cabeza me iba a explotar”, admitió.

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9. Una nueva religión paródica en Japón otorga razones para no trabajar horas extra.

FUENTE: ABC

 

 

MtoP es un culto de parodia creado únicamente para dar a sus seguidores la oportunidad de rechazar, por ejemplo, hacer horas extras simplemente invocando «razones religiosas», según leemos en el diario español ABC. Abreviatura de 'Motohiro to People', la religión de parodia MtoP fue creada en 2018 por un joven llamado Motohiro Hisano, que actúa como una deidad y sabio. Señala que no hace milagros y no tiene otros superpoderes que el de otorgar las «razones religiosas» a sus seguidores.

De hecho, ese es el único propósito de MtoP, ya que su fundador no quiere ser adorado ni acepta ningún tipo de aportación económica. Aunque el culto tiene su propia doctrina, los creyentes no tienen que acatar mandamientos estrictos. Todo lo que tienen que hacer para ser considerados seguidores de MtoP es seguir la cuenta oficial de Twitter de la religión. «Es el trabajo del diablo gastar tu tiempo en cosas que no quieres, así que rechaza las horas extras innecesarias», dice una de las enseñanzas de MtoP.

Las horas extraordinarias son un asunto polémico en Japón, un país que tiene su propia palabra para la muerte por exceso de trabajo, 'karoshi'. Por esto, la religión de Motohiro Hisano y los principios detrás de ella han recibido mucha atención de los medios de comunicación y del público en general. Hisano, que tenía 21 años cuando fundó MtoP, afirma que sólo deseaba dar a las personas una buena razón para salir de las obligaciones que no querían hacer.

La ley japonesa prohíbe la discriminación basada en ideología o credo, por lo que si eres un seguidor de una religión que desaprueba trabajar horas extras se pueden invocar «razones religiosas» si no se quiere trabajar. Pero MtoP no solo saca a los seguidores de trabajar horas extras. Su doctrina toca temas como la baja por maternidad e incluso la asistencia a fiestas, por lo que pueden usar «razones religiosas» en una variedad de situaciones. Supongamos que te invitan a una fiesta a la que no quieres asistir, sólo tienes que decir que no puedes ir por «motivos religiosos».

El creador de MtoP admitió haber sido inspirado para crear la religión por la Iglesia del Monstruo de Espagueti Volador, solo con el único propósito de dar a las personas la oportunidad de usar el argumento de las «razones religiosas» en una variedad de situaciones. Siempre consideró que la frase era muy poderosa y pensó que la gente no la usaba lo suficiente, por lo que decidió alentarlos.

Cuando Motohiro Hisano y su religión de parodia aparecieron por primera vez en la televisión japonesa en 2019, MtoP sólo tenía 700 seguidores en Twitter. Hoy en día, más de 11.000 personas siguen la cuenta oficial de MtoP y la comunidad está creciendo a un ritmo rápido. No está claro si siguen a MtoP para usar la excusa de las «razones religiosas» en su lugar de trabajo, o si simplemente les gustan las ideas de Motohiro Hisano, pero el joven ya ha logrado llamar la atención internacional.

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10. La histórica disputa entre Harry Houdini y Arthur Conan Doyle en torno al espiritismo.

FUENTE: La Vanguardia

 

 

“Pianos volarán por encima de las cabezas del público, mesas serán levantadas por manos invisibles y aparecerán mensajes”. Así advertía en noviembre de 1897 el periódico local de Garnett, en Kansas (EE.UU.), de la llegada a la ciudad de Harry Houdini (1874-1926), mago, médium y prometedora estrella del teatro de variedades. De repente, las luces se volvieron tenues y una suave música acompañó su entrada. El joven Houdini era un hombre atractivo y de porte atlético, aunque despeinado y mal encajado en un frac que no era de su talla. Sin embargo, cuando empezó a hablar, logró captar la atención de todos. Así comienza el artículo que ha escrito Xavier Vilaltella Ortiz en el diario español La Vanguardia.

En Houdini and Conan Doyle: The great magician and the inventor of Sherlock Holmes (2011), Christopher Sandford relata ese episodio al detalle. En sus inicios, el mago era implacable. Como diría más tarde un amigo suyo, alguien que “mataría a su propia abuela por obtener más publicidad”. Ante todo el pueblo, aireó las excursiones extramaritales de un conciudadano y su secretaria. En ese momento un rumor recorrería las butacas, buscando al acusado que se sentaba en una de ellas. No hizo falta que Houdini lo desenmascarara. De repente, un conocido hombre de negocios salió disparado hacia la salida entre las risotadas de los demás. Para muchos sería una risa nerviosa, pues cualquiera podía ser la siguiente víctima.

El espectáculo continuó con la entrada en escena de Bess, la esposa de Houdini. Enamorados, se habían casado tras apenas tres semanas de noviazgo. Desde entonces, aquella jovencita de tez morena le acompañaba en sus giras, en el papel de médium. Como rememora Sandford en su libro, tras entrar en un estado de trance su marido le hizo unas preguntas que helaron a toda la sala. “¿Fue Sadie Timmins asesinada en su propia casa?”, a lo que la chica respondió afirmativamente. “¿Conocía a su asesino?”. “Sí”, reiteró. En ese momento, el follón en el lugar ya era notable. Por su brutalidad, el asesinato de Timmins había conmovido a la ciudad. Pero no, los espíritus no revelaron el nombre del asesino esa noche. Bess cayó dramáticamente de su silla, volviendo de su trance y cerrando el número.

¿Cómo lo hacían? El método de la pareja era siempre el mismo. Unos días antes del estreno se entrevistaban discretamente con personajes bien informados de la comunidad donde iban a actuar. La música ambiente, el juego de luces y el talento de Houdini hacían el resto.Nacido en Hungría en 1874, Harry era hijo de una familia de judíos emigrados a Estados Unidos. Tras abandonar la escuela a los doce años, empezó su carrera con los juegos de cartas, para luego pasar a los más espectaculares trucos de escapismo. Grilletes, jaulas, paredes, tanques llenos de agua..., en cada gira iba aumentando el nivel de dificultad.

Como remarca Stefanie Marie Strosnider-Hollis, autora de una investigación sobre Houdini, la sociedad del umbral del siglo XX ofrecía un terreno abonado para el florecimiento de todo tipo de magos, médiums y espiritistas. Las nuevas masas de obreros necesitaban un pasatiempo asequible, llenando los teatros de variedades, el vodevil o el circo. A su vez, los últimos descubrimientos e inventos habían sorprendido a muchos. Ahora todo era posible, hasta lo sobrenatural.

Pero, a la luz de la nueva modernidad, ¿acaso no debía ser aquel un siglo de racionalismo? No del todo, recuerda la profesora Strosnider-Hollis. Las masas estaban dispuestas a abrazar los fenómenos más inexplicables. Más bien, estaban dispuestas a ser asombradas. Al fin y al cabo, ¿no les maravillaban cada día inventos como el telégrafo o la radio? La teoría de la relatividad de Albert Einstein, para un obrero sin estudios, ¿no parecía pura magia? Ambos mundos se entrelazaban, y prueba de ello es que el escritor Arthur Conan Doyle (1859-1930) asegurara en sus charlas que el mundo de los espíritus se comunicaba a través de las ondas de radio.

En ese lugar, en la fascinación por los espíritus, se cruzaron por primera vez las vidas de Conan Doyle y Houdini. La empresa de su amistad, tan llena de coincidencias e ironías, es también un retrato de la historia del cambio de siglo. Ambos se dedicaban a entretener al gran público. En el caso de Doyle, a través del legendario detective Sherlock Holmes.

Nacido en el seno de una familia católica de la Escocia rural, desde bien joven Arthur había demostrado un talento especial para escribir. Sin embargo, acabó dando con sus huesos en la facultad de Medicina de Edimburgo. Abrió una consulta de oftalmología, que luego aseguró agradecer que siempre estuviera vacía, así tenía tiempo para escribir. Lo hacía bien. Tras aparecer por primera vez en 1887 en Estudio en escarlata, su detective de ficción fue pronto mundialmente reconocido. Esto y haber servido con honores en la Segunda Guerra Bóer (1899-1902) le valió que el rey Eduardo VII lo nombrara caballero en 1902.

Padre de familia, religioso, héroe de guerra y escritor exitoso, hasta aquí Doyle parece ser un personaje ejemplar de la alta sociedad inglesa. Sin embargo, falta por contar la segunda etapa de su vida, que empezó con la desazón por la muerte de su primera esposa en 1906 y, más tarde, por el trágico estado en que su hijo regresó de las trincheras de la Primera Guerra Mundial. En este contexto, el espiritualismo se presentó ante él como un reconfortante modo de recuperar a los muertos.

El escritor se sumaba así a una moda muy de su tiempo, y que iba más allá de los oscuros consultorios de los médiums. Más que una moda, era una religión a la que los textos de autores como Andrew Jackson Davis habían aportado una doctrina filosófica. Tras unirse a la Alianza Espiritualista de Londres, Doyle empezó a dar conferencias por todo el mundo hablando de la posibilidad de comunicarse con las almas de los muertos, ya fuera para volver a estar con ellos, para obtener consejos sobre ética o para desvelar misterios que la razón humana no permite conocer.

¿Misterios como la muerte de Sadie Timmins? Siendo un maestro del engaño, Houdini conocía de primera mano las tretas de muchos médiums, los trucos de vodevil que él mismo había usado. Como aquella vez en que, camuflado entre el público de una oscura sala, escuchó una supuesta voz de ultratumba comunicándose con la médium Cecil Cooke. Hasta que tuvo suficiente, y Houdini apuntó con una linterna a aquella farsante, que en ese momento sostenía una pequeña trompeta entre sus labios para distorsionar su voz. Esa fue una de las múltiples ocasiones en que reventó una sesión de espiritismo. ¿Por qué lo hacía? Como dijo en sus cartas, en parte para expiar sus pecados del pasado, cuando se lucraba con las sesiones de espiritismo. En ese momento “apreciaba el hecho de sorprender a mis clientes”, dijo en su libro de 1924, Un mago entre los espíritus. Sin embargo, todavía “no entendía la gravedad de trivializar con unos sentimientos tan sagrados”, añadió más tarde.

Pero Houdini era un hombre dispuesto a poner sus teorías a prueba. Estaba deseoso de encontrarse con un solo médium que pudiera legítimamente justificar que se comunicaba con los muertos. En parte por esto, y por el interés mutuo en el asunto, en 1920 aprovechó una gira por Inglaterra para invitar a la familia Doyle a uno de sus espectáculos. Al día siguiente, el escritor le devolvió la cortesía, invitándole a un almuerzo en su casa de Brighton. En sus memorias el ilusionista explicó ese encuentro, en el que Doyle habló apasionadamente de sus experiencias con el más allá. Aunque poco impresionado, ese día la cortesía obligó al invitado a permanecer callado.

A través de cartas, así empezó un debate que se alargó durante años. Más de un historiador ha notado lo irónico de la situación, cuando un artista de vodevil, y con aspecto de comediante, peleó con un sofisticado intelectual victoriano para hacerlo entrar en razón. Pero por más que lo intentara, esto nunca sucedía. Prueba de ello es lo que ocurrió en 1922, cuando Doyle se encontraba en los Estados Unidos realizando una gira de conferencias sobre espiritismo. Houdini lo invitó a su casa, donde le realizó uno de sus mejores trucos de magia. ¿Le había leído la mente? A pesar de los esfuerzos del mago por explicarle que aquello era solo un truco, el huésped salió de allí convencido de que el húngaro se había beneficiado de fuerzas sobrenaturales.

En parte por la cerrazón de ambos en sus convicciones, en los siguientes años su disputa se fue tornando más agria. De hecho, se volvió habitual que Houdini programara una charla de última hora cerca de un lugar donde Doyle hubiera hablado y viceversa. Sin embargo, y como dice el biógrafo Sandford, la intención de Houdini nunca fue humillar a Doyle, por quien sentía verdadera pena. “Mírate a ti mismo y a tu causa”, le dijo en una ocasión, “eres víctima del engaño de las habitaciones oscuras”. Sentimientos parecidos eran los del escocés, que en una carta le decía: “Lamento boxear en público con un amigo, pero ¿qué hacer cuando dices cosas que no son correctas?”.

En los últimos años de sus vidas dejaron de encontrarse en persona, limitándose a deslegitimar el trabajo del otro a través de la prensa, cada vez de una forma más agresiva. Houdini acusaba al escritor de aceptar alegremente suposiciones como hechos reales, a la vez que ofrecía charlas gratis para robar espectadores a Doyle. La respuesta de Doyle: llamarlo “embaucador”.

Tal era el convencimiento del novelista que dijo que estaba dispuesto a sacrificar a su hijo literario, Sherlock Holmes, para demostrar la realidad de lo sobrenatural. Al fin y al cabo, las hazañas del detective están basadas en el materialismo, nos recuerda Strosnider-Hollis. Holmes es un astuto detective que, a través del método deductivo y la razón, derrota al miedo y la superstición para descubrir alambicados crímenes. Pero, preguntado por la prensa por esa ironía, Doyle renegó del fondo de verdad que había en su obra. Holmes era solo “un personaje de ficción”, y para su creador ahora era mucho más razonable entregarse a lo sobrenatural. “Aunque interesante y de valor como un amigo”, dijo él, el detective ya no tenía espacio en su nueva vida.

De este modo continuaron Houdini y Doyle hasta el final de sus vidas. Pero, lo dicen los historiadores, detrás de su enfrentamiento había un genuino interés para convencer a un apreciado contrincante de su error. Nunca sucedió, y Houdini murió el 31 de octubre de 1926, día de Halloween. Con anterioridad, el mago se aseguró de que nadie engañara a su mujer intentando comunicarse con él en el más allá. Si se manifestaba su espíritu, le dijo, le transmitiría las palabras “Rosabelle believe”. Casi para asegurarse, durante los siguientes años Bess invocó a su marido en la fecha de su muerte. Algunos lo siguen intentando todavía hoy. Ella dejó de hacerlo en 1936, con una última sesión de espiritismo en el hotel Knickerbocker de Hollywood. Como dijo, “diez años es tiempo suficiente para esperar a cualquier hombre”.

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La RIES es una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, presentes en España y Latinoamérica, y abarcando las zonas lusoparlantes. Pretende ofrecer, también con este boletín informativo, un servicio a la Iglesia y a toda la sociedad. La RIES no se responsabiliza de las noticias procedentes de otras fuentes, que se citan en el momento debido. La RIES autoriza la reproducción de este material, citando su procedencia.