Perdón

 

¿Por qué perdonar setenta veces siete?

 

Cristo llama a sus discípulos a perdonar setenta veces siete. Esta es una referencia a otro texto de la Biblia. A la desmesura de la violencia hay que oponer la desmesura del perdón.

 

 

 

09 dic 2021, 21:00 | Jean-Pierre Rosa, La Croix


 

 

 

 

 

"No te digo siete veces, sino setenta veces siete": esta es la sorprendente respuesta de Jesús a la pregunta de Pedro: "¿Cuántas veces debo perdonar a mi hermano? ¿Debo perdonarlo siete veces?".

Pedro podía pensar legítimamente que sus siete veces era una buena medida. El número siete evoca la totalidad. Perdonar siete veces es perdonar siempre.

Entonces, ¿por qué Jesús exagera? ¿Quiere simplemente subrayar la exigencia absoluta del perdón? Sin duda, pero Jesús -o el evangelista- tiene en mente sobre todo el pasaje del Génesis en el que Lamec, descendiente directo de Caín, exclama: "A un hombre he matado por herirme, y a un joven por golpearme. Caín será vengado siete veces, y Lamec setenta y siete" (Gén 4,23-24).

La respuesta de Jesús a Pedro es un contrapunto exacto a la de Lamec. Porque la violencia tiene una propensión natural a escalar, a llegar a los extremos y a terminar en linchamientos y masacres. Ante ello, el perdón debe escalar en la misma medida para estar a la altura del desafío.

Al aumento inexorable de la violencia, Jesús opone así el aumento paralelo y antagónico del perdón. No se trata de una ley moral, sino de una simple ley de la vida: para que la muerte no triunfe, el perdón debe ser tan persistente y tan poderoso como la espiral de la venganza y la violencia.

¿Pero esta ley del perdón no es idealista? En primer lugar, hay que situar esta máxima en su contexto. Forma parte de una secuencia dedicada a la comunidad; o a la Iglesia. El perdón absoluto y recíproco solo es concebible en este marco. No solo eso, sino que unos versos antes, Jesús llama a la corrección fraterna, es decir, a una forma de justicia propia de la vida de la comunidad y sujeta a publicidad.

En estos tiempos revueltos, conviene recordar que el perdón no va unido a la justicia.