Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas

Nº 971

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28 de ago. 2022

 

BOLETÍN MONOGRÁFICO: ESCUELA DE YOGA DE BUENOS AIRES

 

1. La Escuela de Yoga de Buenos Aires “fue tapada en su momento por cuestiones políticas”.

2. El heredero de Percowicz y la estructura de poder en la Escuela de Yoga de Buenos Aires.

3. Avanza la investigación de la Escuela de Yoga de Buenos Aires y aumentan las detenciones.

4. Desde Bill Clinton hasta Pérez Esquivel: las personalidades que protegieron a Juan Percowicz.

5. El caso que destapó el horror de la secta de Villa Crespo.

6. Escuela de Yoga de Buenos Aires: sexo, curas de sueño y promesas de felicidad.

7. Así enviaba la secta “alumnas” a Uruguay y EE.UU. para recaudar dinero a cambio de sexo.

8. “Te quitaban el pudor, la ética y la moral para no ser nada y entregarte a todo”.

9. La manipulación y la coerción, clave del funcionamiento de la secta de Villa Crespo.

10. Fiscal de la causa contra la secta: “estoy absolutamente desprotegida”.

 

 

1. La Escuela de Yoga de Buenos Aires “fue tapada en su momento por cuestiones políticas”.

FUENTE: Perfil

 

 

La periodista Virginia Messi dialogó en “Modo Fontevecchia”, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9) y expuso su análisis sobre el caso de la denominada “Secta del Terror” por el diario Perfil, de donde extraemos este artículo. “¿Viste que hay muchas maneras de matar una causa? La más fácil en nuestro país es lentamente. Recursos, relaciones, juicios políticos, recusaciones, después sale de la luz pública y se muere”, subrayó.

¿Cómo sucede que la investigación sobre una secta, iniciada en 1993, se tardó tanto tiempo en desarticular? Para empezar, no es la misma causa. Hay una causa que tuvo tres jueces y que terminó con diversas ramas. Una era la sexual y otra era la del dinero y, por sobreseimiento, se cerraron. Esa primera etapa se cerró.

El año pasado empezaron de nuevo las denuncias. Más o menos era la misma mecánica, pero un poco diferente. Se hace una investigación preliminar y empieza un segundo expediente, una segunda etapa. Sobre las mismas personas, sobre la misma organización, pero son causas diferentes. De hecho, Mariano Bergés, que ya no es juez desde el 2004, fue juez de Instrucción. En la etapa que la llevó Bergés no existía la figura de Trata como delito federal y no sé si existía la figura de Lavado de Activos, creo que no. Entonces los delitos que encuadran la actividad de la secta, hoy son federales. Entonces, se investigó, se sobreseyó, prescribió, se tapó, la cajonean y ahora arranca de nuevo.

¿Hubo algún error en 1993 que no se pudo probar independientemente en el caso de legislación? ¿Viste la Cienciología en Estados Unidos? Tienen fieles importantes, gente bastante poderosa, muchas conexiones y cuando los atacás responden de una manera brutal, con muchos abogados, con muchas conexiones. En la causa del 93 y a Juan Percowicz, el líder de la secta, lo procesaron en el 95 y tenía muchas conexiones internacionales. Entonces, desde afuera hubo presiones incluso oficiales desde Estados Unidos hacia el Ministro de Justicia, como si fuera una violación de los derechos humanos, como la violación de los derechos a profesar un culto.

¿Viste que hay muchas maneras de matar una causa? La más fácil en nuestro país es lentamente. Recursos, relaciones, juicios políticos, recusación, después sale de la luz pública y se muere la causa. Creo que había elementos para procesar y seguramente para condenar a buena parte de la organización en los noventa, pero fue tapada por cuestiones políticas.

Ahora más o menos el panorama es igual a nivel probatorio. Creo que hay un contexto que permite investigar más fácil. Ahora está la figura de Trata de Lavado de Activos y eso cambia mucho la mirada. Cuando Bergés hizo esa investigación fue este mismo despelote y no es que pasó desapercibida. Estuvo en la tapa de los diarios, hay montones de notas sobre este tema. ¿Por qué no llegó a condena? Por lo mismo que pasa con muchas causas que del otro lado tienen abogados poderosos o muchas conexiones. ¿También hubo en ese momento un allanamiento? Sí, y se encontró todo. Había escuchas en las cuales planeaban el operativo “rapiña” igual que ahora, que era sacarle el departamento a una abogada que era una de las fieles.

Cuando compara esto con el caso Garcia Belsunce, el Caso AMIA, ¿podríamos llegar a la conclusión que comparativamente con la justicia de los noventa, la de ahora tuvo un crecimiento? No, me parece que ahora también hay desastres increíbles. Fijate el caso Scapolan en San Isidro. Un fiscal amparado, que es el fiscal general de San Isidro, que está acusado de amparar a un narco, que pactaba con la policía un procedimiento fuera de su jurisdicción y después se repartieron el botín que era droga. En el caso de la Secta todavía ni los procesaron.

Hay algo que no tengo que dejar de sopesar, que en los noventa estaba la Corte de la servilleta que eran los abogados de Carlos Menem, no había Consejo de la Magistratura, los jueces no eran elegidos por concurso, seguramente debe existir mucho por mejorar, pero cuando uno hace la comparación, veo un salto cuántico. En este caso, como vos decís, recién estamos en la misma situación en la que estaba Bergés. Si, el marco legal es mucho más propicio, pero no coincido con tu visión optimista de la justicia argentina.

 

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2. El heredero de Percowicz y la estructura de poder en la Escuela de Yoga de Buenos Aires.

FUENTE: Infobae

 

 

Marcelo Fabián Guerra Percowicz es señalado como hijo adoptivo del máximo jefe de la Escuela de Yoga de Buenos Aires y el siguiente en la cadena de mando. Según explica Federico Fahsbender, quienes conocen la historia de la Escuela de Yoga de Buenos Aires por dentro repiten a Infobae: “Hablen de Marcelo. Por él pasa todo”. Es el hijo adoptivo de Juan Percowicz, de 84 años, el máximo jefe de la organización, y un jefe nivel 7 con línea directa a su padre, parte de la cúpula suprema en la estructura. Además, los mismos conocedores aseguran que sería designado el nuevo líder, en caso de que Percowicz padre muriera.

Su futuro era, literalmente, el de un príncipe heredero de una de las mayores sectas de la historia argentina reciente. Pero hace dos semanas, Marcelo corrió por su libertad. El hombre de 56 años comenzó su fuga después de que la división de Trata de Personas de la Policía Federal lo allanara en su departamento de la calle Juramento sin encontrarlo. El juez Ariel Lijo pidió su captura internacional, congeló sus cuentas y embargó sus bienes en la causa que investiga a la organización por prostituir a alumnas con hombres ricos, lavar dinero en Argentina y Estados Unidos tras desvalijar en dólares a sus fieles con “sobres” de hasta diez mil por mes o incluso fraguar sus certificados de defunción y testamentos para quedarse con sus herencias.

Otros detalles del organigrama

No sólo eso: bajo la máscara de una clínica sin habilitación sobre la calle Guardia Vieja llamada CMI Abasto, la secta supuestamente disciplinaba a sus miembros drogándolos durante días, una “cura de sueño” para silenciar a miembros críticos. Los torturados incluso tenían que pagar por sus supuestos tratamientos. La Justicia determinó que Guerra Percowicz, un monotributista registrado en los rubros de contaduría de la AFIP, sería uno de los titulares de esa falsa clínica junto con la bioquímica Alicia Arata, detenida en el caso y presunta jefa operativa.

El organigrama trazado por los investigadores ubica a Guerra Percowicz en colaboración directa con Marcela Sorkin, alias “La Leona”, la principal operadora de otro de los brazos de la Escuela de Yoga: la escuela BA Group, dedicada a simple vista al coaching ontológico, con la venta de cursos de “desarrollo de felicidad personal”, una supuesta trampa de moscas para captar nuevas víctimas con una sede en la calle Bulnes, donde el grupo guardaba un archivo de videos de cine porno sadomasoquista.

En la misma línea de mando se ubica la abogada María Susana Barneix, alias “Barni”, detenida junto a Percowicz en el country Santa Clara de Tigre, con su estudio en la calle Paraguay, que funciona como domicilio fiscal de “La Leona”. Barneix está acusada de ser parte del comando jurídico y contable que controlaba el dinero de la organización, con una recaudación de 500.000 dólares mensuales. Un audio, una conversación entre “La Leona” y Federico Sisrro, segundo al mando de BA Group, la ubica como posible partícipe en la manipulación de certificados de defunción, puntualmente en el caso de una discípula llamada Liliana que había adquirido el “nivel 6”, el extraño rango de apóstol.

Hay un punto donde muchos de los mencionados en esta nota se encuentran. Es una causa que data de 1995, largamente discutida por la Cámara en lo Criminal y Correccional. El delito: tentativa de estafa procesal. Barneix fue la principal imputada. Terminó sobreseída en dos ocasiones, la última en 2008 por la Sala III, a pesar de la apelación del fiscal general del caso. El motivo: la prescripción del delito, había corrido el plazo.

De cara a la historia actual, la vieja causa es sumamente llamativa. Según un documento judicial “se imputa a Susana Barneix el haber participado en la confección de documentos públicos en acta extraprotocolares ideológicamente falsos, por los cuales representando” a una mujer fallecida “reconoció una deuda a favor del ‘Consorcio de Avenida Estado de Israel 4457’ de esta ciudad, representado por Marcelo Fabián Guerra Percowicz”. Las deudas ascendían a 47.000 y 27.000 dólares respectivamente. Luego, el hijo adoptivo del líder planteó esas deudas en el expediente por la sucesión de la mujer.

De vuelta al presente, las conversaciones encontradas por la Justicia federal revelan quién es quién dentro de la secta. Hay una en particular, entre Susana Mendelievich, alias “Mendi”, una jubilada de 75 años, y el jefe máximo, Percowicz padre. “Mendi” es una miembro histórica, justo por debajo de la línea de mando de Marcelo, “La Leona” y la abogada.

En la charla, llama “papi” a Percowicz padre, habla del pasado de la secta y de su presente de prosperidad, de ser literalmente “millonarios”, mientras se ríe con guiños. Lo trata al líder como si fuese una especie de gestor de milagros. “Mendi” está acusada de gestionar otra cosa. Junto a otros dos cómplices, la Justicia la considera la cabeza de la captación de víctimas para el “geishado VIP”, prostituir a víctimas con hombres ricos, con un departamento en la calle Corrientes y viajes trimestrales a Estados Unidos.

“Mendi” fue arrestada por la Federal el pasado 12 de agosto en el edificio de la calle Estado de Israel ocupado por más de una decena de miembros de elite de la Escuela de Yoga. Allí guardaban dólares, pornografía, documentación y computadoras, además de jeringas y medicamentos. La estructura del presunto esquema de prostitución se esparce debajo de “Mendy”. Una figura clave es Marcela Arguello, de 47 años, arrestada junto a Mendelievich en la redada, otra vecina del edificio de Estado de Israel. Allí la capturaron el sábado por la madrugada, con pasaportes y cuadernos.

Hay seis mujeres que reportaban a Arguello. El organigrama trazado por la PFA la vincula al departamento de la calle Corrientes y a un conocido hotel porteño donde se harían encuentros sexuales. También hay dos hombres ligados al sexo en ese hotel. Uno es Daniel Trepat Fryd, presunto remisero de las mujeres prostituidas, detenido junto al líder Percowicz en el country Santa Clara. El otro es un misterio, conocido sólo por su alias. Se dedicaba a cazar “palomos”, hombres ricos en la jerga de la secta, o sea, posibles clientes.

Poco después el juez Lijo también sumó el pedido de captura internacional para Gabriel Armando Sorkin, María Beatriz Bugari, Pablo Román Sinigaglia y Verónica Ángela Iacono, miembros operativos de la secta que la Justicia constató que se fugaron a Estados Unidos. Sorkin es el hermano de “La Leona”, quien está sospechado de operar una filiar de la organización en Nueva York.

Un “museo sexual” y la financiación con la prostitucióni

Para entender a la secta Escuela de Yoga de Buenos Aires, primero hay que entender su dinámica interna. Se percibían a ellos mismos como una familia. Separar a sus víctimas de su familia real, su familia biológica, era una constante en su retórica. Que una discípula visite a su madre y a su padre, o decida gastar su propio dinero libremente, podía convertirse en un problema. Por defect, toda familia tiene su casa. La secta tenía la suya, un edificio completo en la calle Estado de Israel al 4000, con una fuerte puerta de madera y nueve pisos de alto, una suerte de residencia, de internado.

Los miembros que adoraban al líder Juan Percowicz, al que llamaban “papi”, vivieron allí durante décadas, al menos desde mediados de los 90s. A comienzos de siglo, María Susana Barneix, la abogada del grupo, arrestada junto a Percowicz, fue acusada de fraguar documentos para inventar a favor del consorcio una deuda en dólares de una mujer muerta aproximadamente en 1995. Marcelo Guerra Percowicz, hijo del líder, hoy prófugo de la Justicia, figura en documentos judiciales como el administrador del lugar. Barneix resultó sobreseída por la Cámara en dos ocasiones a pesar de las quejas del fiscal general del caso y la querella de la víctima, la última a mediados de 2008, todo por el simple motivo de prescripción. El lugar también funcionaba como escuela. Las clases del grupo se daban en el “café” de la planta baja.

Así, el edificio fue el blanco principal de la ola de redadas que derribó a cargo de la división Trata de Personas de la Policía Federal, bajo órdenes del juez Ariel Lijo. La acusación de trata de personas es la principal en el expediente, investigada por la PROTEX con los fiscales Alejandra Mangano y Marcelo Colombo. Se cree que la secta había montado un sistema de “geishado”, el eufemismo para captar a mujeres jóvenes para prostituirlas con hombres ricos y así controlarlos, a ellos y a su fortuna. Documentos judiciales establecen la sospecha que los encuentros sexuales ocurrían en un conocido hotel porteño y en el noveno piso del edificio, irónicamente llamado “el museo”.

El “museo” fue allanado. Estaba montado como un hotel alojamiento. Tenía una cama principal, luz tenue y un cómodo living, decorado con una pintura de un trío sexual de dudosa calidad pictórica. En Estado de Israel, también cayeron casi todos los jugadores importantes. Allí, por ejemplo, los detectives encontraron a Susana Mendelievich, alias “Mendy” y a Marcela Argüello, las supuestas líderes del esquema de prostitución VIP. El organigrama trazado por la Federal establece que “Mendy”, una miembro histórica de la Escuela de Yoga, con diálogo directo con el jefe, sería la encargada de regentear el esquema. Argüello estaría a cargo del control de las víctimas, con seis mujeres identificadas. “Mendy”, de 75, fue identificada en audios hablando largamente de llevar al “museo” a un hombre rico en particular.

También, arrestaron en la residencia al mago e ilusionista Carlos Barragán, otro habitul de la Escuela de Yoga. Solía dar clases en el café del lugar, charlas introductorias. El organigrama lo ubica directamente junto a “Mendy”, en un rol por encima de Argüello, con una tarea casi tan perturbadora. “Los encuentros sexuales y los ingresos al edificio de la calle Estado de Israel eran grabados, y las filmaciones se guardaban en el domicilio de la calle Castro Barros correspondiente a Carlos Barragán”, afirma un documento de la causa que contiene la imputación hasta el momento al que accedió Infobae.

Los presuntos videos estaban. La división de Trata de Personas fue luego a allanar la casa de Castro Barros. Los encontraron dentro de un camión utilitario. “Son muchos”, dice un detective. Curiosamente, la Federal no encontró cámaras montadas sobre la cama del noveno piso. La otra acusación principal contra el grupo es la de lavado de dinero, con una capacidad de quitarle a sus víctimas “sobres” de hasta 10.000 dólares mensuales y una capacidad de lucro también mensual de medio millón en moneda estadounidense. Esa pista, que apunta netamente a Estados Unidos, puede ser sumamente compleja.

 

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3. Avanza la investigación de la Escuela de Yoga de Buenos Aires y aumentan las detenciones.

FUENTE: Varios medios

 

 

El juez federal Ariel Lijo dispuso la realización de un operativo en la clínica “CMI-Abasto”, en el marco de la causa en la que se investiga a la secta que operaba en el barrio porteño de Villa Crespo, informaron fuentes judiciales. El allanamiento se realizó el pasado 17 de agosto en Guardia Vieja 4072, de Almagro, de donde se secuestraron computadoras y pendrives y se realizaron informes sobre los tratamientos y medicamentos recetados en ese centro, según informa Télam.

El magistrado también ordenó la confección de un informe sobre las personas que se encontraban alojadas en el edificio de Estado de Israel 4453/57 donde funcionaba la Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA), según reseñaron fuentes judiciales. Lijo había dispuesto el 16 de agosto la inhibición general de bienes, la inmovilización y congelamiento de las cuentas y productos bancarios y al franjado de las cajas de seguridad que registrasen los imputados.

También se dispuso el bloqueo de los productos que pudieran registrar los imputados en el mercado de capitales, para lo que se libraron oficios a los Registros de la propiedad inmueble y automotor correspondientes, al Banco Central de la República Argentina (BCRA) y a la Comisión Nacional de Valores (CNV). En la causa se investiga a la organización a la que pertenecen -BA Group y sus subsidiarias Escuela de Yoga Buenos Ares (EYBA) y Clínica CMI Abasto- por trata de personas con fines de explotación sexual y laboral, según informaron fuentes policiales y judiciales.

Los adeptos de la secta que busca Interpol

Las Vegas, Chicago y Nueva York. A esas ciudades de los Estados Unidos llegaron los tentáculos de la secta de Villa Crespo, liderada por Juan Percowicz. A través de fundaciones para el lavado de dinero y filiales dedicadas a la difusión de las actividades en la Argentina captaban de adeptos que eran enviados a la “clínica” CMI Abasto, en las que se realizaban las “curas de sueño”, según explica Cecilia Di Lodovico en Todonoticias.

La “Escuela de Yoga” de Percowicz se conoce como “BAYS” por sus siglas en inglés (Buenos Aires Yoga School) en ese país. allí, el grupo instaló el último eslabón del circuito económico de las firmas constituidas para captar nuevas inversiones e ingresar al mercado formal el dinero que obtenían ilegalmente. La información consta en la causa que está en manos de la fiscal Alejandra Mangano, de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX).

En primer lugar, ejecutaban una maniobra que denominaban “acciones de venta” o “beysear”: juntarse con personas para promocionar la Escuela y así atraer a quienes quieran participar en las actividades. A la vez, invertían en la compra de inmuebles y para adquirirlos contaban con el asesoramiento de miembros que residen en los Estados Unidos: Pablo Sinigaglia, Verónica Ángela “Loia” Iácono, María Beatriz “Bugi” Bugari y Gabriel Armando Sorkin.

Según la Investigación del Departamento de Trata de Personas de la PFA, a cargo de Jorge Juri, los cuatro utilizaban para tal fin las sociedades y fundaciones Avanti Wellness, CMI Abasto y We are Candor. Aunque los allanamientos simultáneos que desbarataron la organización fueron positivos, Sinigaglia, Iácono, Sorkin y Bugari no fueron detenidos en la primera etapa, debido a que, de acuerdo a los registros migratorios, se encontrarían en EE.UU.

Por esa razón, el juez federal Ariel Lijo, a cargo de la causa, ordenó su captura internacional y notificó a Interpol de la medida. Los detectives creen que, teniendo en cuenta la gravedad de los delitos que enfrentan, pueden interferir o frustrar la investigación que sigue su curso. El blanqueo de los capitales permitió a la secta de Villa Crespo, que opera en la Argentina hace al menos 30 años, evolucionar y mutar en el tiempo.

Efectivos de Prefectura detuvieron a una persona cerca de las 20horas del miércoles, cuando realizaban tareas de seguridad ciudadana, en las calles 221 y 259. El hombre, de 49 años, fue identificado como Gabriel Sorkin. A través del Sistema Federal de Comunicaciones Policiales (SIFCOP Web), comprobaron que poseía pedido de captura nacional e internacional, dictada por el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 4, en el marco de la causa vinculada a la trata de personas. Los efectivos se comunicaron con la Unidad Funcional De Instrucción N° 3 (UFI N° 3) de Berazategui, quien ordenó la detención. No obstante, ahora se intenta determinar si se trata de la misma persona. Fuentes del caso indicaron que podría tratarse de “un error del sistema”.

Las “curas de sueño”, el “ceremonial” y “el banquito”

Las “curas de sueño” de la secta de Villa Crespo consistían en “empastillar a los fieles” de la organización y a otras personas captadas en el extranjero (“pacientes”) para dormirlos durante días como una forma de castigo para los primeros y un supuesto tratamiento contra las drogas para los segundos. Lo hacían en distintos departamentos de la Ciudad de Buenos Aires que estaban identificados como “Clínicas o consultorios”, pese a que no se encuentran registrados ni habilitados a tal fin.

La organización convencía a los “pacientes” a realizar ese y otros “tratamientos de ayuda” en Buenos Aires con el objetivo de aislarlos de sus familiares directos y así tener vía libre para realizar distintas maniobras y obtener beneficios económicos. El dinero ingresaría en el circuito legal mediante inmobiliarias y una escribanía que tiene la organización en el país y en las distintas fundaciones creadas en los Estados Unidos, generando, además, un flujo constante de divisas extranjeras.

Según escuchas telefónicas, se pudo establecer que a fin de afianzar dicha actividad en los Estados Unidos, el grupo tenía planes de comprar de un edificio por un valor aproximado a 1.500.000 dólares. Esa suma saldría de un “Banquito” que poseen ese país. Los detectives establecieron que manejaban dinero en efectivo de origen dudoso, el cual utilizarían para “blanquear” en compras inmobiliarias y cosas muebles como vehículos de alta gama.

Por último, al igual que los “alumnos de la familia BAYF” en la Argentina, los adeptos en los Estados Unidos aportaban una cuota mensual en divisas extranjeras, denominada “ceremonial”. El caso cuenta con la colaboración del Bureu of Diplomatic Security de la Embajada norteamericana en el aporte de información sobre las actividades ilícitas de la organización en ese territorio.

 

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4. Desde Bill Clinton hasta Pérez Esquivel: las personalidades que protegieron a Juan Percowicz.

FUENTE: Varios medios

 

 

“Me gustaría hablarles sobre una pequeña organización no gubernamental con sede en Buenos Aires que tiene que soportar el acoso y la persecución de parte de una justicia corrupta”. La frase pertenece a un discurso pronunciado ante el Capitolio de los Estados Unidos en abril de 1999 por el entonces diputado demócrata Edolphus Towns. En su exposición -y bajo el titulo “La democracia argentina en problemas”- Towns centró su reclamo en la causa que la Justicia argentina llevaba contra Juan Percowicz y su Fundación Escuela Yoga. El expediente se había iniciado en 1993 y en 1999 todavía seguía dando vueltas por los Tribunales, según informa Virginia Messi en el diario Clarín.

El diputado no estaba solo: el propio Bill Clinton –por esas épocas nada menos que el presidente de Estados Unidos– expresó su preocupación por el expediente y hasta la ONG de ese país Consejo de Asuntos Hemisféricos (COHA) financió un viaje de asesores demócratas a la Argentina para entrevistarse con autoridades políticas y judiciales, siempre para abogar en favor de los derechos civiles de los integrantes de la Escuela Yoga.

En los '90 –bajo el paraguas de persecución ideológica– Juan Percowicz logró armar un escudo con el que no sólo contrarrestó las noticias de su detención y su momentáneo procesamiento por estafa, corrupción de mayores y menores y promoción de la prostitución, dictado por el juez Mariano Bergés en 1995. Alegando que su derecho y el derecho de sus fieles estaba siendo vulnerado, el líder de la Escuela Yoga logró armar una contraofensiva feroz contra sus acusadores. Y en esa misión apiló apoyos de sectores “progresistas”, personalidades y ONGs que hoy desearían que todos los archivos de la época se prendieran fuego.

Una de las víctimas del revisionismo actual sobre la Escuela Yoga es por estos días el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien en los 90 movió cielo y tierra para mejorar la situación de Percowicz. El papel de Pérez Esquivel fue recordado en los días pasados –documentación en mano– por Pablo Salum, víctima de la secta y su principal denunciante. Y la respuesta del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) –del que el premio Nobel es presidente honorario– no se hizo esperar.

“Queremos señalar que repudiamos cualquier hecho delictivo vinculado a redes de trata de personas como ha sido histórico en nuestra entidad. A la vez expresamos preocupación y rechazo a los ataques hacia nuestro presidente honorario como así también a otros organismos de Derechos Humanos”, dice el comunicado del SERPAJ. En el comunicado se subraya la buena fe con la que se movieron en el Servicio de Paz y Justicia hace más de 20 años cuando alegaron a favor de “personas a las que la Justicia había sobreseído de varias acusaciones y determinado la falta de mérito en la causa”. También remarcaron la necesidad de que la “Justicia siga su curso”.

Seguramente un buen sector del progresismo argentino haya actuado de buena fe, pensando que efectivamente había un acoso judicial por motivos ideológicos o religiosos. Y tal vez otra parte de esos referentes de los Derechos Humanos haya tenido en cuenta también la preocupación de Estados Unidos sobre la cuestión. La Escuela de Yoga tenía una sede en Chicago y un destacado miembro el oboísta Mariano Krawczyk –hoy detenido– que ayudo a forjar vínculos de peso como el tenor Placido Domingo. Tal vez por eso desde Estados Unidos se organizó una campaña de apoyo que incluyó una carta enviada en el 18 de mayo de 1999 al presidente Carlos Menem y firmada por 28 congresistas norteamericanos.

Es más. Ese mismo mes y año un grupo de asesores del Capitolio llegó a la Argentina para interiorizarse del caso. Tenían una ambiciosa agenda, que no pudieron cumplir en su totalidad. Esta incluía reuniones con miembros de la Corte Suprema de Justicia, con el ministro del Interior Carlos Corach, el de Justicia Raúl Granillo Ocampo, y referentes de organismos como el de Pérez Esquivel o autoridades del Centro de Estudios Legales y Sociales.

El paraguas protector que había conseguido Juan Percowicz (siempre instalándose en el papel de perseguido) comenzó con el mismo inicio de la causa en 1993 y siguió durante una década hasta que la investigación quedó definitivamente desactivada. La nueva investigación iniciada en la Justicia Federal en 2021, a cargo del juez Ariel Lijo y la fiscal Maria Alejandra Mangano, reactivó las acusaciones en un marco legal más propicio que el que había en los 90. Actualmente ya están instaladas figuras como la trata de personas o el lavado de activos, por ejemplo. Hoy, a diferencia de los 90, Percowicz no parece contar con los apoyos nacionales e internacionales que sí tuvo, y muchos, hace casi tres décadas.

Entrevistado por Clarín a principios de esta semana el primer juez de la causa “Escuela Yoga”, recordó la “banca” que tenía Percowicz: “Y... era gente con muchos vínculos políticos. Yo recuerdo una discusión fuerte que tuve con Carlos Fayt, que era presidente de la Corte. Había una eximición de prisión que habían planteado por el hijo de Percowicz que estaba prófugo. Me llamó Fayt porque lo habían apretado... bueno lo habían llamado. Él, Fayt, tenía muchos vínculos con organizaciones internacionales. A mí me mandaban faxes permanentemente, me aparecían a la mañana cuando llegaba al despacho”.

Una manifestación y un documento

“Apoyando al Dr. Percowicz estamos apoyando a la joven y saludable democracia de nuestro país”. Con este fuerte slogan la Fundación Escuela Yoga convocó “a toda la población” a manifestarse frente al Palacio de Tribunales en febrero de 1995 momento en el que el número uno de la organización, el contador Juan Percowicz, sería indagado por el juez de Instrucción Mariano Bergés. La convocatoria y sus detalles llegaron por fax a todos los medios periodísticos del país con la leyenda “urgente” escrita con un grueso marcador negro a un costado de la hoja.

Ese fue sólo un capítulo de la intensa campaña que los miembros de FEIYBA (Fundación Escuela Yoga de Buenos Aires) encararon para salvar a su líder, cosa que finalmente consiguieron algunos años más tarde gracias a la intervención de la Corte Suprema de Justicia. Las presiones de figuras nacionales e internacionales a favor de Percowicz fueron muchas. Ante las acusaciones desde la Escuela Yoga se orquestó una campaña de contraataque muy bien diseñada. Y parte de esta campaña fue un “paper” de 8 páginas preparado a mediados de 1994 en el que se explicaban los orígenes de la Fundación, se acusaba de antisemita a Bergés y se brindaba nombres de supuestos adeptos famosos.

El documento titulado “El caso Fundación EYBA. Historia de una persecución ideológica” sobrevivió en algunos archivos, entre ellos el de Clarín. Su relectura cobró nuevamente valor a partir de la causa que ahora tiene detenido a Percowicz por los delitos de “trata de personas con fines de reducción a la servidumbre, agravada por coerción, hurto agravado, lavado de activos, ejercicio ilegal de la medicina, expendio irregular de medicamentos, tráfico de influencias y asociación ilícita.

La estrategia de Percowicz a lo largo de esas 8 páginas es sencilla: desacreditar la investigación de Bergés, acusar a sus acusadores y, sobre todo, mencionar a cuanta persona influyente hubiera pasado por la sede de la Fundación Escuela Yoga para dar alguna conferencia. Desde el entonces número uno de Massalin Particulares, hasta un ex titular del Regimiento de Granaderos a Caballo, del jefe de la Superintendencia de Delitos Contra las Personas de la Policía Federal hasta Carlos Ruckauf, en esa época presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara de Diputados.

Pepito Cibrián, Deolindo Bittel, Enrique Pavón Pereyra, Jaime Barylko... hasta Adolfo Bioy Casares, aparece mencionado en el documento. Un nombre abajo del otro, todos bajo el rotulo “expositores”. Los nombres de los conferencistas ocupan casi una carilla del documento en el que también se mencionan instituciones y distintas áreas del Gobierno encabezado por Carlos Menem. Igual que ocurrió con algunos organismos de Derechos Humanos, –a los que convenció de que se estaba frente a un avasallamiento de los derechos civiles de los miembros de la Escuela de Yoga– los personajes “vip” ya sea de la cultura o de la política o la economía fueron listados para mostrar poderío.

Todo eso consta en el “Anexo A” del paper. El “Anexo B” comienza con los premios supuestamente recibidos por Percowicz. Un ejemplo: la Orden al Mérito Cristóbal Colón, otorgada por el Consejo Mundial de Educación por “su destacada labor como figura relevante de Hispanoamérica contribuyendo a la paz mundial, a la comprensión de los pueblos y la elevación cultural y educativa de las Naciones” (sic). Este anexo sigue con los auspicios que tuvo una conferencia realizada por Percowicz el 5 de junio de 1992 poco antes de que comenzara la causa judicial en el juzgado de Mariano Bergés.

La lista impresiona y arranca con un decreto (el Nro. 873) por el que se la declaró de Interes Nacional. Según el documento, el evento fue apoyado por la Organización de Estados Americanos (OEA), el Ministerio del Interior, el de Cultura y Educacion, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, el Obispado de Morón, la Policia Federal Argentina, la Secretaría de Turismo de la Nacion, la Sedronar, el Comité Nacional de la UCR y el rector de la UCA. Si a eso se suma un batallón de abogados motivados y el interés del Capitolio de los Estados Unidos, que encaró el tema como una violación a los derechos humanos en Argentina, es fácil deducir las presiones que se vivieron en la investigación penal contra la Escuela Yoga.

Hoy parece cosa de no creer, pero en los 90 el propio presidente de los Estados Unidos, el demócrata Bill Clinton, se ocupó del tema. Incluso 28 legisladores demócratas firmaron una carta dirigida al presidente Carlos Menem mostrando su preocupación por la causa judicial abierta contra Juan Percowicz. El dossier de mediados de 1994 muestra lo conectado que estaba el líder de la Escuela Yoga y tal vez también explique por qué la Justicia tardó casi 30 años en animarse a encarar otro megaoperativo en su contra.

El fantasma del antisemitismo

“Se ha resuelto, que es el deseo de la Cámara de Representantes que el Gobierno de la Argentina debe proporcionar una resolución al caso de la Escuela de Yoga Buenos Aires”, se expresó en un documento rubricado en octubre de 2000 por un grupo de legisladores de los Estados Unidos, encabezados por el diputado demócrata Ed Towns. Este fue el pronunciamiento de la Cámara de Representantes norteamericana sobre una denuncia presentada por organizaciones de los Derechos Humanos de la Argentina en la que expuso que la Escuela de Yoga Buenos Aires era perseguida debido a que el líder, Juan Percowicz, integraba la comunidad judía.

Uno de los gestores de la denuncia presentada ante el Congreso de Estados Unidos había sido el oboísta Mariano Krawczyk, con fluida llegada a un grupo de legisladores de ese país; vínculos que forjó a partir de su actividad como músico. Actualmente, Krawczyk figura en el listado de 19 de detenidos. Según Pablo Salum, fundador de la ONG Ley Antisectas, la Escuela de Yoga tenía vínculos políticos con varios ministros y funcionarios de la administración de Menem. Tanto Salum como Mariano Bergés, el primer juez que investigó la secta, en septiembre de 1993, coincidieron en que el jefe de la organización recurría al método de las fotos con personajes del poder de esa época para asegurarse impunidad o para conseguir beneficios, según escribe Gustavo Carabajal en La Nación.

“Es sabido sobre la existencia de tendencias antisemitas dentro de algunos sectores del Poder Judicial argentino con respecto a la persecución de miembros de la Escuela de Yoga Buenos Aires. Aproximadamente el 50 por ciento de los miembros de la Escuela de Yoga Buenos Aires son judíos. Esa persecución queda expuesta considerando el caso de la Escuela de Yoga Buenos Aires y los antecedentes de los bombardeos en la Argentina contra la Asociación Mutual Israelita y la Embajada de Israel que siguen sin resolver después de más de seis años”, se indicó en el documento suscripto por el Congreso de los Estados Unidos en octubre de 2000.

“Hubo encubrimientos durante los últimos años. A través del tiempo se aplicaron una serie de acciones tendientes a continuar con la protección y otorgarles impunidad”, agregó Salum, quien logró escapar de la secta y, actualmente, lucha por recuperar a sus dos familiares que todavía siguen cautivos por la organización. Los líderes de la secta se valieron de la sensibilidad existente en la Argentina por la defensa de los Derechos Humanos y denunciaron que eran perseguidos. Esta denuncia, falsa, cruzó las fronteras de nuestro país y llegó a la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.

“Personal del Congreso viajó a la Argentina para investigar las acusaciones de persecución ideológica y antisemita en el Caso Escuela de Yoga Buenos Aires. El ganador del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, pidió el juicio político al juez interino del caso por el fallo en el que declaró la insania de miembros de la Escuela de Yoga Buenos Aires. Teniendo en cuenta que el Presidente Bill Clinton ha instado reiteradamente al Gobierno de la Argentina a asegurar que el caso de la Escuela de Yoga Buenos Aires se resuelva lo más rápidamente posible; y considerando que numerosos congresistas han escrito cartas a autoridades de la Argentina sobre el caso de la Escuela de Yoga Buenos Aires y nunca han recibido una respuesta satisfactoria”, concluyó el documento rubricado en octubre de 2002.

Detalles sobre Pérez Esquivel

“Hace más de veinte años Pérez Esquivel defendió a la organización y movió influencias para sacar de la cárcel a Percowicz”, dijo Salum a La Nación. Por otro lado, en el medio digital Noticias y Protagonistas leemos que el fundador de la Red Librementes habló sobre las denuncias que realizó durante años contra la denominada «Secta del Horror» y dio detalles en la 99.9 de la reunión que tuvo con Pérez Esquivel.

Pablo Salum afirmó: «es un tema que vengo exponiendo hace más de una década y todos los medios nacionales y provinciales, nunca quisieron difundir. Hay una red de encubrimiento y salió a la luz con una denuncia nueva que realicé y donde se está comprobando todo. Hay documentos y constancia en la causa judicial».

Incluso apuntó a un apoyo internacional para el desarrollo de este tipo de sectas que cooptan personas «en situación de vulnerabilidad», según las definió Salum: «el juez Mariano Garcés que fue parte de la causa, hizo público las presiones que recibió de estos organismos y del ex juez Fayt de la Corte Suprema para que cierren la causa. Incluso que vinieron congresistas norteamericanos para presionar y que cierren la causa. Nos han robado la posibilidad de tener justicia porque este grupo coercitivo siguió haciendo lo mismo».

Desde chico, Pablo pudo escapar de ese lugar, pero su familia quedó dentro de la secta y nunca más supo de ella: «no sé dónde está mi familia, están vivos por lo que puedo averiguar en los padrones, pero no puedo saber dónde están físicamente. Durante tres décadas traté de buscar información no sólo para encontrar a mi familia, sino también para desbaratar a esta organización».

En medio tuvo una reunión con Pérez Esquivel a quien señaló como cómplice y encubridor de este tipo de actividades y se lo señaló en persona: «cuando me reuní con Pérez Esquivel lo miré a los ojos y me di cuenta que era culpable. En el video se puede ver cómo cambia su cara sin saber dónde meterse cuando le saco el tema sin que él sepa. Por eso me recibió. Cuando saqué del maletín los papeles firmados por él y le comenté que fui víctima y el tipo no sabía dónde meterse», remarcó.

 

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5. El caso que destapó el horror de la secta de Villa Crespo.

FUENTE: TN

 

 

El caso que destapó la trama criminal de la secta de Villa Crespo se remonta al 30 de noviembre de 1993, cuando una joven llamada Valeria Llamas denunció a su padrastro, el abogado Rodolfo Sommariva, por privación ilegítima de su libertad. Lo cuentan Mariano López Blasco y Camilo de Cabo en Todonoticias. Cuando debió dar explicaciones ante la Justicia, Sommariva denunció que Llamas había sido captada por una secta. Afirmó que su líder le había “lavado el cerebro” y la corrompía sexualmente. Y alegó que encerrar a su hijastra en una habitación fue un intento por impedir que siguiera asistiendo a los encuentros organizados por el “maestro” Juan Percowicz, líder de la Escuela de Yoga Buenos Aires.

La denuncia de Sommariva desencadenó 26 allanamientos y una orden de captura contra cinco de sus directivos –entre ellos Percowicz, que hoy tiene 84 años– por diferentes cargos, algunos similares a los que enfrentan hoy, como la captación de personas bajo la fachada de un centro de yoga con la finalidad de someterlos a explotación sexual y laboral. La historia protagonizada por Llamas y Sommariva, que destapó aquella primera causa judicial, fue contada inicialmente en una nota del diario La Prensa, publicada el 6 de noviembre de 1994 con la firma de Alejandro Agostinelli.

La crónica retrata una suerte de operativo de “desprogramación” impulsado por Sommariva y Elena –madre de Valeria– para que la joven abandonara la secta. La familia había contratado a una psicóloga que luchaba contra estos grupos desde una asociación con base en la Iglesia Católica. Ante Mariano Bergés, primer juez de la causa, el hombre que había criado a Valeria desde que tenía 4 años declaró que su idea era provocar un shock en la personalidad de la joven, “contrario al que recibió en la Escuela de Yoga”.

De esa reunión participó Martín Sommariva, uno de los hermanos menores de Valeria y en aquel entonces un adolescente. Ante el contacto de TN, Sommariva menciona que no ve a Valeria “hace ocho o nueve años” y asegura que ella “todavía sigue adentro” de la secta. “El 30 de noviembre de 1993, mi hermana hace la denuncia contra mi papá. Vino la Policía a casa y se llevó todas las cosas de ella. Mi papá, entonces, hizo la denuncia por ‘corrupción de mayores’, que era la figura que se usó en el momento. El juicio duró 11 años y cerró por falta de mérito. No conseguimos demasiado”, señala Sommariva. Y aclara: “Nosotros no tenemos nada que ver con la causa actual. Nos agarró de sorpresa”.

En 1993, diferentes casos vinculados a sectas habían provocado un gran estruendo mediático. Era la época de Valentina de Andrade y el Lineamiento Universal Superior (LUS), y de los Niños de Dios, acusados de gravísimos delitos y más tarde sobreseídos. “Entrevisté a Valeria y recuerdo que era una chica madura. Tenía 24 años, pero parecía mayor. Me dio la impresión de que ya había establecido fuertes lazos de amistad en el grupo y estaba muy dolida por la reacción del hombre que la había criado desde que era una nena”, evoca Agostinelli, autor de la nota, en charla con TN.

Y sigue: “Valeria me contó que el padre la encerró en una habitación y le organizó un careo con la psicóloga y el resto de la familia. Y que vivió esa reunión como un ‘tribunal ridículo’ que evaluaba sus decisiones. Me dijo que quedó tan indignada que al otro día, cuando pudo salir de su casa, fue a hacer la denuncia contra su padrastro”, recuerda el periodista, que volvió a publicar aquel artículo en su blog Factor 302.4.

La causa pasó por tres jueces y nunca tuvo avances

En 1995, el contador Juan Percowicz fue detenido y procesado por estafa, corrupción de menores, de mayores y promoción de la prostitución. El caso fue un escándalo. Al “maestro” –o “El Ángel”, como se hacía llamar– se le atribuían contactos en las altas esferas de la política nacional y hubo organismos de derechos humanos de los Estados Unidos que reclamaban por su liberación. “Los seguidores de Percowicz llegaban a las 7.30 de la mañana al Palacio de Tribunales y se paraban en la puerta de mi despacho. Montaban guardias durante horas, tiraban como unos polvillos cuando uno pasaba. Me recusaban todos los días”, recordó Bergés en una reciente entrevista con Clarín.

Una de las líderes de las protestas contra el juez era, precisamente, Valeria Llamas. Una foto de 1994 la muestra en primera fila con una bandera: “Bergés, respondé a las acusaciones que te hace Human Rights Watch”. “Es de locos, no lo puedo creer. Son las mismas personas que investigamos hace 30 años”, remarcó el juez, que abandonó la causa en octubre de 1995 en medio de denuncias de presiones y amenazas.

El expediente cayó primero en manos de Roberto Murature y, luego, de Julio Corvalán de la Colina. Nunca hubo avances significativos. La Justicia finalmente declaró la falta de mérito para procesar o sobreseer a los imputados por los delitos de estafa, hurto y abuso de mayores por los que fueron investigados, aunque la causa por reducción a la servidumbre sigue abierta. La investigación actual contra la secta de Villa Crespo está a cargo del juez federal Ariel Lijo, que ordenó 50 allanamientos y la detención de 24 personas. La Justicia tendrá una nueva oportunidad –tal vez la última– para resolver si Percowicz es culpable o inocente.

 

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6. Escuela de Yoga de Buenos Aires: sexo, curas de sueño y promesas de felicidad.

FUENTE: El País

 

 

La Escuela de Yoga de Buenos Aires ocupa un edificio de diez plantas en el centro de la capital argentina. Lleva ahí más de 30 años sin llamar demasiado la atención. Jamás hubo allí clases de yoga, pero sí fiestas privadas. Los “alumnos” practicaban sexo grupal, muchas veces a la vista de sus hijos. En los años noventa, el líder del grupo, Juan Percowicz, alias el ángel, afrontó junto a sus “apóstoles” una investigación por abuso de menores. Todos ellos salieron limpios. La secta ya había permeado en aquella época a hombres poderosos y organizaciones internacionales de derechos humanos, que no dudaron en salir en su defensa, según explica Federico Rivas Molina en el diario español El País.

Incluso una comitiva de legisladores del Partido Demócrata viajó desde Estados Unidos para reclamar la libertad de Juan Percowicz y sus secuaces, a los que consideraba perseguidos políticos. Casi tres décadas después, la Justicia argentina arrestó a Percowicz y a otros 18 miembros del grupo. Son los mismos de entonces, pero más viejos. Los cargos, eso sí, son nuevos. A la acusación de trata de personas se sumaron otras como robo, estafa, lavado de activos y hasta ejercicio ilegal de la medicina. Aquellos iluminados que prometían “felicidad eterna” eran ahora millonarios. La policía le puso nombre a la investigación: “Secta Sociedad Anónima”.

“El fracaso de la justicia en los años noventa produjo con el tiempo una sensación de impunidad con efectos hacia el interior de la secta”, dice el comisario Ricardo Juri, jefe del Departamento de Trata de Personas de la Policía Federal, a cargo de las redadas. “Le sirvió para decir ‘ven, los enemigos nos quisieron destruir y no han podido, con lo cual este es el camino correcto’. Mantuvieron esa estructura sectaria y empezaron a expandirse y a realizar negocios”, explica.

Los líderes vivían hasta el viernes 12 de agosto en algunas de las 26 habitaciones de la sede, presidida por una gran foto de Juan Percowicz. Este hombre, que hoy tiene 84 años, es el alma de la secta y objeto de adoración por todos sus miembros. De su cabeza salió la estructura de la organización, un complejo sistema de niveles que lo tenía a él en el siete y a los “humanos comunes” en el uno, dos y tres. En medio había “apóstoles”, “genios” y “alumnos”. Estos últimos eran los objetivos de un montaje para atraer, controlar, engañar y, sobre todo, hacer dinero.

BA Group, una escuela que prometía la felicidad a través del “coaching ontológico”, era la cantera de nuevas víctimas. Los elegidos debían ser vulnerables y también ricos. “No vas a encontrar gente pobre, todos tienen plata”, asegura el comisario Juri. Si alguno de los miembros se rebelaba era enviado a la clínica CMI-Abasto, donde se lo sometía a una larga “cura de sueño” a base de psicofármacos. “A su vez, integrantes de este grupo tenían inmobiliarias y estudios jurídicos, con contadores, abogados y escribanos que replicaban la jerarquía de la Escuela de Yoga”, explica Juri. La red de profesionales les permitía quedarse con los bienes de los miembros fallecidos y mover y lavar el dinero recaudado por la organización. Los investigadores calculan un flujo mensual de medio millón de dólares. El resultado de las redadas fue en línea con esa suma: la policía incautó casi 1,5 millones de dólares en efectivo y tres kilos de oro.

Cuando la policía siguió la pista del dinero llegó a Estados Unidos. Juri dice que, en un principio, pensaron incluso que en ese país estaba la base de operaciones, hasta que descubrieron que era al revés. Todo se cocinaba en Buenos Aires. “Conseguían que algunos miembros se radicasen en Estados Unidos y replicaran la fórmula. Lo que sabemos es que estos miembros estaban allá creando empresas y algunas sedes de BA Group, desde donde promocionaban curaciones en la clínica de Buenos Aires” contra el consumo de drogas o el sida.

La operación se completaba con la compra de inmuebles en Las Vegas y otras ciudades. La captación a través de ofertas sexuales también estaba activa. “La mecánica era que una integrante de la secta con la green card tuviese clientes allá. Nos consta, por ejemplo, que una chica no viajaba a Estados Unidos porque el cliente todavía no compraba un departamento [apartamento] para alojarla. Al mismo tiempo, estaban intentando entrar en estructuras de poder, con la venta de las charlas motivacionales”, dice Juri.

Atraer gente poderosa era la clave del éxito. Una escucha telefónica que obra en la investigación revela los esfuerzos de sus líderes por captar a Plácido Domingo. Y también el fracaso de esos intentos, iniciados en los años noventa gracias a la relación del cantante con al menos cuatro integrantes de la Escuela de Yoga, dos de ellos reconocidos concertistas y compositores con carreras en Estados Unidos. “Con la música hace 30 años que tratamos y no lo logramos”, dice en una conversación a la que ha tenido acceso El País Susana Mendelievich, alias Mendy.

La mujer, de 75 años, cuenta a una compañera de la secta que horas después se verá con Plácido Domingo que, en ese momento, abril de 2022, estaba en Buenos Aires para dar un concierto en el Teatro Colón. Mendelievich recibe entonces como recomendación que proponga al cantante sumarse a algunas de las charlas motivacionales que daba la organización para captar adeptos. “Es un intento más, uno tiene que seguir intentando, por supuesto. Como deslizar que también estamos haciendo esto [las charlas]. Sería como abrir dos frentes” de ataque, coinciden ambas mujeres al final de la conversación.

En una grabación anterior, un hombre que parece ser Plácido Domingo negocia con Mendelievich la mejor forma de encontrarse en la habitación del Hotel Alvear en la que se alojaba sin ser descubiertos por “los agentes”. La mujer llama luego a Juan Percowicz para comunicarle los detalles de la cita. “Plácido dijo que podía venir a visitarnos, es decir, que va a venir a visitarme. Porque él va a casa en Nueva York y lo recordó ayer”, dice la mujer En la causa no consta que el encuentro se haya producido ni que se hayan presentado cargos contra Plácido Domingo, según fuentes judiciales de la investigación. En las 176.000 horas de grabaciones realizadas desde febrero pasado sobre 35 teléfonos celulares de la secta, no aparecen nuevas referencias ni al cantante ni a la cita. Se deducen, en cambio, los esfuerzos por encontrar una nueva estrategia de captación. El diálogo es el siguiente:

- Mendelievich: “Igual ahora nos vamos a encontrar en un ratito. Nos lleva Luis…”

- Voz femenina: “¿Van a hablar de música solamente, o de coucheado [charlas motivaciones] también?”

- Mendelievich: “Eso no lo sé, eso no lo hablamos con Mariano. Pero es una buena idea, porque con los quilombos [líos] que tienen él y su familia...

- Voz femenina: “Aunque no tuviera tantos quilombos… la realidad es que… como para abrir el juego, digamos…”

- Mendelievich: “Sí, sí, porque la realidad es con la música hace 30 años que tratamos y no lo logramos. Lo cual no quiere decir que esta vez no sea distinto”.

- Voz femenina: “Es un intento más, uno tiene que seguir intentando, por supuesto. Como deslizar que también estamos haciendo esto [las charlas]. Velo con Mariano”.

- Mendelievich: “Seguramente le va a encantar”.

- Voz femenina. “Sería como abrir dos frentes”.

La charla pone en evidencia la apuesta de la secta por aprovechar lo que considera un momento de debilidad de Plácido Domingo, después de que fuese señalado en el #Metoo como responsable de acoso sexual en Estados Unidos por una veintena de mujeres. Muchas de sus actuaciones se habían cancelado. Esos son los “quilombos familiares” a los que se refieren Mendelievich y su compañera, una ventana abierta para acercar al cantante a través del coucheado que utilizaban para atrapar adeptos. Los nombres mencionados en la grabación permiten, a la vez, reconstruir en el tiempo los contactos de Plácido Domingo con algunos miembros de la secta.

“Mariano” es Mariano Krawczyk o Kraus, como prefiere llamarse, un músico argentino que en los años noventa estuvo entre los mejores concertistas de oboe del mundo. Kraus, hoy detenido en la causa, era el preferido de otro argentino, el violinista Rubén González, ya fallecido, director en 1986 de la Orquesta Sinfónica de Chicago y sospechoso de abrir en esa ciudad una “sucursal” de la Escuela de Yoga. El nexo entre estos dos músicos, considerados próceres por los estudiantes de aquella época, con Plácido Domingo salió a la luz gracias a la memoria de Pablo Salum, hijastro de Kraus.

Salum es uno de los denunciantes de la secta, a la que acusa de obligarlo a presenciar, siendo un niño, las orgías que presuntamente organizaban los adultos. En febrero de 1996, Plácido Domingo se presentó en el Campo Argentino de Polo, en Buenos Aires, ante 10.000 personas. El programa cerraba con una apuesta original: un segmento de la ópera Cartas Marcadas, compuesta por tres integrantes de la Escuela de Yoga: Mendelievich, Kraus y González. La voz femenina que acompañó aquella noche a Plácido Domingo fue la de una novel soprano llamada Verónica Loiácono, hoy prófuga.

El diario La Nación publicó en 1996 una crítica del concierto donde alababa la voz de Plácido Domingo y llamaba la atención sobre la dudosa calidad del cierre. Los tangos “Mi Buenos Aires querido y El día que me quieras fueron aportes cargados de nostalgia pero también muchas máculas por falta de amalgama entre orquesta, tenor y los colaboradores circunstanciales Rubén González (violín), Mariano Kraus (oboe con su inefable y vistoso esmoquin rojo) en un intento fallido de lograr atmósfera porteña (…) Inaceptable el bajo nivel compositivo e interpretativo del dúo de soprano y tenor de Cartas marcadas de Kraus, Mendelievich y González que Plácido Domingo —en gesto de bonanza y deseo de alentar— cantó junto a la principiante Verónica Loiácono”, resumía la crónica.

Los investigadores argentinos no saben qué llevo a Plácido Domingo a aceptar que los integrantes de la secta sumasen una de sus obras al repertorio. Ni cómo fue que la relación se mantuviese durante tantos años, al menos con Mendelievich, al punto que el tenor la llamó cuando visitó Buenos Aires en abril pasado, después de 20 años de ausencia en Argentina. “Sabían que Plácido Domingo venía y habían preparado una movida para que les prestase atención”, explica el comisario Ricardo Juri. Los líderes de la secta “tiraron líneas y ahí surge el llamado” de Plácido Domingo a Mendelievich, toda una sorpresa. “Tener a Plácido Domingo les servía para generar o producir negocios usando su imagen”, dice el comisario.

Percowicz y otros 18 integrantes de la Escuela de Yoga terminaron presos y otros cuatro están prófugos. Ya no tienen la ascendencia que en los años noventa los libró de la cárcel. La investigación, mientras tanto, no ha hecho más que empezar. En la sede del Departamento de Trata de Personas de la Policía una habitación acumula decenas de cajas con documentación y maletas aún sin revisar. En el aparcamiento hay una Ford Bronco inmaculada, que Percowicz estrenaba fruto de la generosidad de sus apóstoles. Roto su coche, la secta se apuró a comprarle uno nuevo. Juntaron 50.000 dólares, buscaron por internet algo al gusto del líder y lo pagaron al contado. Todo sin levantar sospechas.

 

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7. Así enviaba la secta “alumnas” a Uruguay y EE.UU. para recaudar dinero a cambio de sexo.

FUENTE: La Nación

 

 

La Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA) recaudaba 500.000 dólares por mes. La mayor parte de los ingresos provenía de la explotación sexual de las “alumnas”. Los “actos sexuales”, como fueron definidos por una calificada fuente judicial, no sólo sucedían en la sede central de la organización, en un lugar conocido como el “Museo”, sino también en los Estados Unidos y en Uruguay, donde las mujeres eran trasladadas como si fuesen parte de un “harén” para ser prostituidas en manos de hombres de alto poder adquisitivo, entre ellos, políticos y empresarios. Lo cuenta Gabriel Di Nicola en La Nación.

En la terminología interna de la EYBA, a eso lo llamaban “geishado” o “palomeo”. Según el fiscal federal Carlos Stornelli y sus colegas Alejandra Mángano y Marcelo Colombo –de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex)– eso “consistía, básicamente, en enviar a un grupo de mujeres a mantener encuentros sexuales con personas de elevado poder económico –‘clientes’ o ‘W’, en la jerga de la organización–, para obtener dinero, protección e influencias”. Así lo describieron en el dictamen donde pidieron la detención de Juan Percowicz, que se hacía llamar Maestro o Ángel y es señalado como líder de la organización coercitiva, y de otros 22 sospechosos a los que se acusó de integrar una asociación ilícita que, bajo la forma de una presunta secta, sometía a sus miembros a situaciones de explotación sexual y trata, y lavaba el dinero que obtenían con su actividad.

Según el expediente judicial, la explotación sexual de las alumnas se hacía, principalmente, en la sede central de la EYBA, en Villa Crespo. El noveno piso del edificio situado en Estado de Israel 4457 era conocido como el “Museo” y estaba acondicionado como si fuese la habitación de un hotel alojamiento. La sede central no era el único lugar donde se practicaba el “geishado”. También se llevaba adelante en departamentos de Palermo e incluso en hoteles cinco estrellas. “Los encuentros suponían una práctica de esclavitud sexual porque las alumnas se encontraban a disposición de los clientes en el momento y lugar que ellos dispusieran durante largos períodos de tiempo”, se les explicó a los 19 sospechosos detenidos cuando estos escucharon la imputación en el momento de ser indagados por el juez federal Ariel Lijo, según pudo reconstruir La Nación.

Sin embargo, los “actos sexuales”, como lo definió una fuente judicial, no sólo sucedían en la Argentina. “Estos encuentros tuvieron lugar a lo largo del tiempo tanto en la sede central de la organización como en otros departamentos y hoteles, contando para ello con la participación de terceras personas que les acercaban contactos de posibles clientes en el país e incluso en el extranjero, al menos en Uruguay y los Estados Unidos. En algunos casos, las alumnas se encontraban a disposición de empresarios en el momento y en el lugar que ellos disponían durante largos períodos de tiempo, circunstancia que llegó a implicar traslados al exterior de varias mujeres como si fueran parte de un harén”, reza el dictamen del Ministerio Público Fiscal.

En los Estados Unidos, “el harén” de “geishas” fue trasladado, al menos, a Nueva York, Las Vegas y Chicago, según fuentes judiciales. “Según se pudo reconstruir, las personas que se contactaban con la secta en los Estados Unidos tenían un importante poder adquisitivo y ponían departamentos a disposición de las alumnas”, dijo un avezado detective policial que participó de la investigación, aún en curso. El monto del dinero que la secta recibió por la explotación sexual de las alumnas varió a lo largo del tiempo.

“Pero, según el balance de la organización criminal, la mayor parte de los ingresos que tenía la EYBA provenía de los actos sexuales”, explicó a La Nación una calificada fuente judicial. Todos los ingresos de dinero están documentados y ahora son analizados por los funcionarios judiciales a cargo de la pesquisa. “Hubo varias salidas del país para llevar ‘alumnas’ a los Estados Unidos y a Uruguay”, afirmó otra fuente judicial consultada.

Los fiscales Stornelli, Mángano y Colombo explicaron que las víctimas de la explotación sexual identificadas hasta el momento “fueron incorporadas a la organización por sus familiares cuando aún eran niñas o adolescentes. Es decir que estas víctimas crecieron vivenciando la adoración al líder y observando a sus progenitores, rindiéndole culto como algo natural o normal”. Dentro de la jerga de la organización criminal había un grupo de mujeres conocido como “ghostbusters” que “se dedicaba a realizar las prácticas ‘ceremoniales’ y a aconsejar a las ‘alumnas’ en razón de su experiencia como ‘geishas’”.

Los encuentros sexuales y los ingresos en el edificio de Estado de Israel 4457 eran filmados y las grabaciones se guardaban en otro domicilio, según consta en la causa. Se presume que era la casa del mago Carlos Barragán, ya detenido. Investigadores del caso consultados por La Nación explicaron que las víctimas de explotación sexual que ya fueron identificadas todavía no declararon porque se “espera el momento adecuado” para que puedan hablar y contar lo que sufrieron. No se descarta que hayan sido “aleccionadas” por sus explotadores para saber qué decir y qué no. “Las alumnas accedían a los actos sexuales porque eran tareas que les pedía cumplir el líder. Las jóvenes que ponían algún reparo eran coaccionadas psicológicamente”, dijo una importante fuente con acceso al expediente.

La entrega de elevadas sumas de dinero y la explotación sexual no se hacía solo por medio del convencimiento psicológico. “Otras prácticas coercitivas tenían lugar en la ‘clínica’ denominada CMI Abasto, dependiente de la organización, donde los alumnos y alumnas eran internados y adormecidos durante varios días como forma de aleccionamiento y subordinación. Esto se hacía, fundamentalmente, cuando algún integrante planteaba alguna crítica o duda respecto del líder y sus máximos colaboradores”, explicaron los fiscales en su dictamen. Como informó La Nación, los alumnos y alumnas de la EYBA debían entregar un aporte económico: “el sobre”; según cada caso, la “contribución” podía llegar a los 10.000 dólares. Además, y para demostrarle fidelidad al Maestro, el día de su cumpleaños debían hacerle un regalo en dólares, suma que este año se había pactado en 65.000.

 

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8. “Te quitaban el pudor, la ética y la moral para no ser nada y entregarte a todo”.

FUENTE: Radio Mitre

 

 

El conductor de “Periodismo para todos” (PPT) Jorge Lanata presentó el pasado 21 de agosto “La secta”, el informe semanal que se basó en el escandaloso caso que involucra a una organización criminal con nexos internacionales, lavado de dinero y explotación sexual. “Fue una secta que operó durante décadas en plena capital de Argentina. Esta semana detuvieron a Juan Percowicz de 84 años y otros 18 integrantes jerárquicos de la escuela de yoga”. Así lo ha divulgado Radio Mitre.

El periodista Ricardo Canaletti, que cubre hechos policiales desde hace muchos años, describió al jefe de la banda criminal como “prestidigitador, manipulador”. “En un momento se dio cuenta que conocía el alma humana, la podía manipular y podía hacer mucho dinero”. Hace 30 años, los integrantes de la secta les montaban guardias, les hacían macumbas y le tiraban polvo cuando pasaban por los pasillos de Tribunales. “Había como una especie de escrache, permanentemente en la plaza Lavalle”, declaró en el informe Mariano Bergés, ex juez de la primera causa contra la organización.

El equipo de PPT fue hasta el edificio donde funcionaba la sede central de la secta y mostraron la entrada por la que ingresaban 190 alumnos que “tenían terminantemente prohibido difundir los contenidos de los encuentros”. Una de las denunciantes en la causa, Caterina Sanfelice, explicó que había “grados” y para alcanzar el más alto tenías que pasar por “pruebas”. “Eran orgías entre ellos, tenían que demostrar que entre ellos podían. Porque Percowicz decía que eran mejores que los débiles que están afuera. En las orgías le sacaban el pudor, la ética y la moral para no ser nada y entregarte a todo”. Canaletti subrayó que el objetivo principal de la secta de Villa Crespo “era hacer dinero”. En total hubo 50 allanamientos, con 19 detenidos y se conoció que hay otros integrantes de la banda prófugos en el exterior.

 

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9. La manipulación y la coerción, clave del funcionamiento de la secta de Villa Crespo.

FUENTE: Télam

 

 

Especialistas explicaron el funcionamiento de las organizaciones coercitivas como la de la llamada “secta” de Villa Crespo, investigada por múltiples delitos, entre ellos, trata de personas con fines de reducción a la servidumbre y ejercicio ilegal de la medicina, y detallaron cuáles suelen ser los mecanismos de reclutamiento, manipulación y financiamiento de este tipo de grupos al tiempo que advirtieron sobre la importancia de “no estigmatizar”, según informa Télam.

“No hay consenso entre las distintas disciplinas -religión, sociología, lingüística y psicología- sobre la conceptualización de la palabra 'secta' y el sentido y la interpretación de la palabra fue cambiando a lo largo del tiempo según cada perspectiva”, explicó a Télam el periodista e investigador Alfredo Silletta que estudió grupos de coerción y publicó, entre otros libros, Shopping Espiritual. Las sectas al desnudo (2007).

En la actualidad, lo que se conocía como “secta” se denomina preferentemente “grupos coercitivos o de manipulación” para evitar prejuicio sobre cualquier culto o grupo religioso, porque “no importa que el grupo hable de yoga, respiración, cualquier religión, de ovnis o de la Pachamama”, lo importante es “identificar si el grupo tiene un líder y si además usa técnicas de manipulación por las cuales -sus miembros- terminan dependiendo del grupo y se aíslan de la sociedad”, apuntó Silletta.

Una de las características de estos grupos es que “se mantienen en el mayor anonimato”, y las personas que se vuelven miembros “no saben que se trata de este tipo de grupos” y “se acercan por actividades como yoga o respiración”, añadió. “Siempre analicé el fenómeno como algo más vinculado a la dependencia psicológica que religiosa”, subrayó el especialista, porque “¿cómo se entiende que donen todo lo que tienen al gurú? Hay una dependencia psicológica muy fuerte ahí”, planteó.

“Regularmente las sectas se sostienen de todo lo que aportan sus miembros”, indicó. Por otro lado, aclaró que los grupos sectarios “no son todos iguales” y “tampoco existe un perfil único para manipular a una persona”, pero lo que se produce son situaciones de riesgo en una persona que la hace más vulnerable para ser captada por un grupo de manipulación psicológica.

En cuanto a estas situaciones, el periodista se refirió, por caso, a personas que atraviesan una crisis personal, de inestabilidad emocional como pelea con su familia o pareja; o social, laboral, como la falta de trabajo o crisis profesional; búsquedas espirituales; enfermedad; muerte de un ser querido; ingenuidad; aislamiento social o dificultades de adaptación social.

Sobre los procesos de manipulación de los grupos de coerción dijo además que pueden dividirse en tres etapas: “bombardeo de amor, adoctrinamiento y retención”. En la primera –detalló Silletta– parten del principio de “acercarse a aquellas personas que están viviendo momentos difíciles” y crean una relación “idílica” con el nuevo adepto, de una gran amistad y simpatía hasta ganar su confianza.

En la segunda, el nuevo miembro “asiste al grupo donde lo hacen sentir único, todos lo halagan, le muestran su gran interés en su bienestar y en ayudar a toda la humanidad” y comienza a incorporar todas las costumbres y prácticas del grupo, donde le enseñan que abandone todo lo pasado y que “lo bueno está en el futuro y dentro del grupo”. En esta instancia la obediencia “es fundamental” y la palabra del líder “es clave”, como así también la subordinación, explicó Silletta.

En la tercera fase, el nuevo miembro que ya hizo suyo el estilo de vida del grupo, su visión del mundo anterior pasa a ser un recuerdo lejano y “se profundiza el adoctrinamiento con largas horas de estudio, de lectura, control del sueño y en algunos casos de la actividad sexual y las comidas, con el objetivo de que no abandone al grupo”. En la actualidad, según el escritor, los grupos que viven en sociedades cerradas “son cada vez menos”, porque la sociedad “es mucho más light y new age” y “se dieron cuenta de que el negocio es que –los miembros– sigan produciendo en la sociedad, para aportar más dinero al líder del grupo”.

“Algo intermedio tenía este grupo de Villa Crespo que vivía en ese edificio, ubicado en Estado de Israel 4453/57 donde funcionaba la Escuela de Yoga Buenos Aires (EYBA), una de las sedes de la organización”, señaló Silletta. Por su lado, el doctor en Antropología investigador del Conicet, Alejandro Frigerio, dijo que “no hay una definición de secta”, y aclaró que “las primeras definiciones tenían que ver con la organización sea como secta o como iglesia” y señaló que “en el uso más popular empezó a verse a la 'secta' como un grupo seudoreligioso con determinadas características generalmente delictivas”.

Sobre la causa “Secta S.A.” por el que fueron detenidas 20 personas, en el marco de 50 allanamientos realizados en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, Frigerio, especializado en Sociología de la religión, opinó que “los medios en general las primeras semanas dicen una cantidad de cosas sobre los grupos que están siendo acusados y cuentan las peores cosas”.

“Leo que 'tenían una estructura piramidal', y está lleno de grupos religiosos que tienen esta estructura. Esto no es malo de por sí, pero como está sospechado de ser una secta cualquier cosa resulta sospechosa”, sostuvo, aunque aclaró: “esto independientemente de que en cualquier grupo religioso o filosófico puede haber delitos de toda índole”. En cuanto a la investigación, aseguró que se debe llevar a cabo “sin rótulos estigmatizantes y se tiene que probar que hubo delitos como en cualquier otro grupo”.

Manifestó que “no hace falta que el grupo sea una secta para que haya abusos de poder, interés monetario. Eso pasa en todos los grupos humanos. La Iglesia Católica está llena de abusos y nadie va a decir que es una secta”. Por último, explicó que “no tienen legitimidad social como para brindar una serie de servicios y por eso son sospechosos y más si hay plata involucrada. La gente tiene la idea de la Iglesia Católica supuestamente no pide plata, pero tiene un buen respaldo del Estado que los otros grupos no tienen”, concluyó.

En tanto, Silletta repuso que la supuesta “Escuela de Yoga” comenzó con un grupo “muy chiquitito” a finales de la década de los 80 de mujeres de la alta sociedad, esposas de militares, que se conocían por el Círculo Militar y a partir de ahí Juan Percowicz, líder de la organización, que en la actualidad se encuentra detenido con 84 años, comenzó a dar clases, y “en realidad no daba yoga, sino que hablaba de técnicas de maestros esotéricos como George Gurdjieff”.

El escritor aportó además que el grupo comenzó a crecer en los años 90 en Estados Unidos, con los cursos de espiritualidad y con las supuestas 'curas de sueño, curas de adicción a las drogas y curas del cáncer', “típico de los grupos”, y “generalmente había mucho dinero e influencia de algunos políticos de todos los partidos y de empresarios”.

En la causa “Secta S.A” los delitos involucrados son trata de personas con fines de reducción a la servidumbre –agravado por coerción–, hurto agravado, lavado de activos, asociación ilícita, ejercicio ilegal de la medicina, expendio Irregular de medicamentos y tráfico de influencias, indicaron las fuentes policiales. Además, se investigan otros delitos como hurto agravado, lavado de activos y ejercicio ilegal de la medicina, junto a la extensión de las actividades de la secta en Estados Unidos.

Pautas de prevención

El investigador Alfredo Silletta compartió una “guía de ayuda y prevención” que fue publicada en su libro Shopping Espiritual. Las sectas al desnudo, para alertar a la sociedad ante situaciones de manipulación psicológica de los grupos de coerción. Entre las recomendaciones el autor señaló “prevenirse de los reclutadores” y cuestionar “a la gente con respuestas fáciles o soluciones a todos los problemas del mundo, que parece excesiva e inapropiadamente amistosa, la que invita a comidas gratis con charlas donde los objetivos no están claramente establecidos, que lo presiona porque 'todo el mundo lo está haciendo', que trata de manejarlo mediante la culpa”.

También sugirió prevenir la manipulación informándose sobre “quién financia a la agrupación, sus ideas, creencias y relaciones, qué es lo que ocurrirá en la reunión, qué desean de usted, si será libre y capaz de dejar el encuentro cuando quiera”. Además, llamó a “ser conscientes de la vulnerabilidad” propia y detalló que los grupos de manipulación psicológica “explotan los momentos de angustia”.

En tanto, el especialista recomendó que las personas que se sienten sobrepasadas por presiones de estudio, laborales o sociales como relaciones rotas, sentimientos de soledad, decisiones difíciles de tomar se acerquen personas que conozcan y a quien confíen, como amigos, familiares y profesionales de la salud. En ese sentido, Silletta sugirió además “desconfiar de las amistades repentinas e incondicionales que surgen en esos momentos”.

No obstante, aclaró que “seguramente existen agrupaciones caritativas, amistosas y saludables”, pero es importante “discernir e interrogar plenamente a todo grupo interesado en uno, antes de encontrarse involucrado en forma parcial, o total, como nuevo miembro de un grupo de manipulación psicológica”. Por otra parte, en cuanto a las “técnicas de control de conductas” que se dan en este tipo de grupos, el periodista mencionó la hipnosis, la presión grupal, la creación de un sentido de familiaridad y pertenencia a través de abrazos, besos, el contacto físico y los halagos continuos; las lecturas complejas de una doctrina incomprensible y la anulación de la privacidad.

También la privación del sentido del tiempo, del sueño y la fatiga; el abuso verbal; los códigos de vestimenta; las confesiones, el compromiso financiero, la jerarquía ostentosa, el cambio de dieta, la falta de cuestionamiento, el temor, la lealtad y obediencia al grupo se mantienen a través de la amenaza moral o física, reemplazo de relaciones, se “destruyen” las familias anteriores al ingreso al grupo, mediante el arreglo de nuevas parejas y 'familias', entre otras.

 

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10. Fiscal de la causa contra la secta: “estoy absolutamente desprotegida”.

FUENTE: Perfil

 

 

Monica Cuñarro, fiscal en la causa contra la Secta del Horror (la “Escuela de Yoga” de Villa Crespo) denunció en diálogo con Delta 90.3 la falta de “apoyo institucional” y de “protección” en la que se encuentra actualmente frente a las amenazas de la dicha organización. Si bien Cuñarro manifestó que es parte de su trabajo “tener que convivir con estas cuestiones”, y que ya había investigado temas peligrosos (la fiscal había trabajado con temas vinculados al narcotráfico), hizo hincapié en que esta secta es mucho peor que las amenazas que ha tenido anteriormente en su carrera.

“Tienen sedes en Estados Unidos, mucha gente, como acólita, que son fanáticos y la situación se sigue repitiendo. Esta gente viene siendo allanada por la policía federal desde hace no sé cuánto tiempo atrás”, apuntó la fiscal, quien dijo sentirse “absolutamente huérfana” aunque en privado “se solidarizan con ella”. “Ni el juez ni el fiscal de la causa se comunicaron conmigo. Estoy absolutamente desprotegida”, contó Cuñarro, tal como recoge la revista Noticias, del diario Perfil.

Cuñarro también explicó que la secta tenía “seguimiento de sus movimientos y horarios”. “Querían matarme, destruirme, hacer cualquier tipo de cuestión en referencia a mí y a mi familia. Cualquier cosa que a mí me suceda, yo hago responsable a todas las autoridades institucionales y a los responsables de esta secta. (...) Mi vida está patas para arriba desde hace 48 hs. La mía y la de parte de mi familia. Teniendo que mirar cuando camino, a qué hora entro, a qué hora salgo, armando una red con amigos o con algunos vecinos”, explicó la fiscal.

La situación es más comprometida si se toma en cuenta la lista negra, titulada “Muerte y destrucción a nuestros enemigos”, que se encontró en la sede central de la “Escuela de Yoga” durante un allanamiento. En la dicha lista aparece el nombre de la fiscal Cuñarro, junto a otros nombres de personas que la secta quería eliminar por diversos motivos. Entre ellos se encuentran nada menos que Mirtha Legrand, quien le había dado voz a algunos de los denunciantes de la secta, el procurador general de la Nación Nicolás Becerra, el ex juez Mariano Bergés, el ex embajador Diego Guelar y hasta Pablo Salum, uno de los primeros denunciantes de la secta, quien denuncia además que y su familia se encuentra aún captada por la secta.

En diciembre de 1995 la revista Noticias denunció los lazos políticos de la secta. La misma era una organización investigada por corrupción de menores, robos y estafas, y muy vinculada con algunos empresarios y políticos del gobierno menemista, particularmente con el vicepresidente de la Nación de aquel entonces, Carlos Ruckauf. Hoy, la misma secta está siendo desbaratada, y desnuda las fallas en el sistema judicial que permitieron que, además de no haber sido desmantelada en los 90, se haya expandido y perfeccionado a manos de los mismos líderes de entonces.

 

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La RIES es una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, presentes en España y Latinoamérica, y abarcando las zonas lusoparlantes. Pretende ofrecer, también con este boletín informativo, un servicio a la Iglesia y a toda la sociedad. La RIES no se responsabiliza de las noticias procedentes de otras fuentes, que se citan en el momento debido. La RIES autoriza la reproducción de este material, citando su procedencia.