En Tierra Santa, la Navidad se vive como
"un día
normal entre semana", según ha indicado el arzobispo Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de
Jerusalén, ya que los cristianos, católicos,
pero también muchos ortodoxos, representan
solo el 1% de la población en Israel y Palestina.
Los creyentes cristianos que viven en Israel,
Palestina, Jordania y Chipre, que juntos forman el
Patriarcado Latino de Jerusalén, la diócesis que el
arzobispo Pizzaballa
dirige
desde 2016, viven en lo que él llama “una
sensación de soledad”.
“Siendo un número pequeño, con muchas luchas…
no es fácil encontrar apoyo”, dijo el arzobispo Pizzaballa a
Angelus en una entrevista durante una visita a los
Estados Unidos en noviembre.
Guerras y abusos
Esta Navidad, han podido celebrar la misa de
Nochebuena después de dos años de pandemia. Durante
la homilía, el Patriarca recordó las situaciones
de guerra y abusos que sacuden al mundo de hoy:
"Vemos con los ojos que la violencia parece haberse
convertido en nuestro principal lenguaje, nuestra
forma de comunicar". "En estos contextos tan
desgarrados y heridos"‒ continuó S.B. Pizzaballa ‒
"La
primera y más importante vocación de nuestra Iglesia
es ayudar a mirar el mundo también con el corazón, y
recordar que la vida solo tiene sentido si está
abierta al amor. Para nosotros, la comunidad
de creyentes en Cristo, celebrar la Navidad significa
crear, promover y ser motivo de misericordia, de
compasión y de perdón. Significa traer a la
vida de nuestro entorno tan herido ese deseo lleno de
compasión, que Dios nos manifestó con el
nacimiento de Jesús".
Procesión desde Jerusalén
Originario del norte de Italia, el
franciscano de 57 años ha pasado las últimas tres
décadas sirviendo en Tierra Santa. Como patriarca,
dirige a los católicos cada Nochebuena en una
procesión desde Jerusalén hasta la Iglesia de la
Natividad en Belén, construida sobre el lugar
donde se cree que Jesús nació de la Virgen
María. Parte de la caminata de seis millas se hace
caminando, otra conduciendo (con un control de
seguridad en el medio). Las festividades del día, que
atraen a multitudes de peregrinos de todo el mundo,
así como a dignatarios locales como el alcalde de la
ciudad, culminan con la misa de medianoche en los
terrenos de la basílica, describe Pablo Kay
editor jefe de Angelus.
Las festividades son una parte especialmente
importante del año para la industria del turismo. Este
año, es de
"normalidad total", con todas las restricciones de
salud eliminadas y grupos de peregrinación llegando en
números cercanos a los niveles previos a la pandemia.
El número de cristianos se
reduce
Pero desde el punto de vista del arzobispo
Pizzaballa, ha sido una recuperación incómoda:
el número de cristianos en Tierra Santa se está
reduciendo, y la economía en apuros empuja a
muchos jóvenes a buscar trabajo en el
extranjero. Según cifras citadas por el arzobispo
Pizzaballa durante una presentación a los obispos
estadounidenses en su reunión anual en Baltimore el
mes pasado, la mitad de la población en
Palestina y Jordania tiene menos de 25 años.
“Poco a poco, la mejor parte de la sociedad
se está yendo”, dijo el patriarca a los obispos. “La
clase media se está reduciendo. Cada vez es más
difícil hacer visible el carácter cristiano de Tierra
Santa”.
Los cristianos de la región tratan de
permanecer juntos, pero para las familias que quieren
“preservar el contexto cristiano de la vida también
para sus hijos”, mantenerse es cada vez más difícil,
dijo el arzobispo Pizzaballa a Angelus.
Tensión israelí-palestina
A la precariedad se suman las tensiones
políticas. Según
cifras
citadas por Associated Press , 2022 ha sido el año
más mortífero en la violencia israelí-palestina en
Cisjordania y Jerusalén Este desde 2006. Muchos
cristianos están preocupados por una violencia aún
mayor como resultado de un nuevo gobierno de coalición
de extrema derecha.
Más allá de las dificultades prácticas, la
Navidad todavía sirve como ocasión de unidad entre los
cristianos de los diversos ritos católicos y ortodoxos
de la región. El arzobispo Pizzaballa tiene la
costumbre de intercambiar personalmente saludos
navideños con los otros patriarcas cristianos de la
región.
El 20% en Nazaret
En la ciudad de Nazaret, otro punto turístico
de Navidad donde alrededor del 20% de la población es
cristiana, las tensiones son menos visibles, dijo Sara
Fornari, una periodista italiana que trabaja en
Nazaret con la cadena de radio católica Radio María. Los
judíos seculares especialmente “muestran mucho interés
en la belleza, especialmente la belleza de la liturgia
cristiana, de las fiestas cristianas”.
Por ejemplo, el árbol de Navidad gigante de
la ciudad cerca de Mary's Well, que se dice que es uno
de los más grandes de Medio Oriente, es un lugar
favorito para selfies para musulmanes y judíos, dijo
Fornari.
Al otro lado de Galilea, la Domus Galilaeae,
un centro de retiro católico en el Monte de las
Bienaventuranzas, alberga un evento de Epifanía a gran
escala, completo con villancicos navideños y la visita
de los Reyes Magos y sus camellos. Cada año, la
celebración atrae a cientos de vecinos judíos con sus
hijos.
“La presencia cristiana aquí, aunque sea
pequeña, puede ser una señal muy importante si viven
valores que otros no tienen”, dijo Fornari. “Pero a
eso se reduce todo: si los cristianos realmente
vivimos como cristianos auténticos”.