Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas

Nº 1020

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18 de mar. 2023

 

BOLETÍN MONOGRÁFICO: PSEUDOTERAPIAS Y PSEUDOCIENCIAS

 

1. Constelaciones Familiares: cuando la psicoterapia provoca destrucción.

2. ¿Qué nos hace vulnerables a las pseudoterapias?

3. Italia: cadena perpetua a una médica por tratar cáncer con pseudoterapias.

4. México: una veintena de pseudoterapias, sufragadas por instancias gubernamentales.

5. ¿Por qué las pseudoterapias atrapan más a las mujeres?

6. La pseudoterapia Gestalt: la “secta” detrás de la psicología.

7. Cada vez más argentinos recurren a las terapias alternativas, magia y esoterismo.

8. Argentina: la convivencia de la medicina científica y las pseudoterapias.

9. Argentina: un tercio de los cordobeses acuden a las terapias alternativas.

10. Discípulos directos del fundador de la escuela Gendai Reiki Ho dan formación en Chile.

 

 

1. Constelaciones Familiares: cuando la psicoterapia provoca destrucción.

FUENTE: Aleteia

 

 

Un psicólogo español, experto en sectas, advierte sobre los peligros de esta pseudoterapia en auge, aunque sea practicada por algunos profesionales de la salud mental. Lo cuenta Luis Santamaría, integrante de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), en este artículo que ha publicado el portal Aleteia.

Cada vez es más frecuente ver a pie de calle y en los medios de comunicación –hasta se le ha dedicado una serie televisiva– la referencia a una nueva “psicoterapia”: las Constelaciones Familiares. A pesar de multiplicarse en los entornos de la Nueva Era (New Age), aumenta el número de psicólogos y terapeutas que la utilizan, y puede dar la impresión de que, convenientemente despojada de sus elementos esotéricos y mágicos, podría ser una herramienta útil para el desarrollo personal.

Pero la realidad es otra. Lo ha mostrado recientemente José Miguel Cuevas Barranquero, doctor en Psicología y profesor de la Universidad de Málaga, en el VIII Encuentro nacional organizado por la Asociación Iberoamericana de Investigación del Abuso Psicológico (AIIAP), que se celebró los días 3 y 4 de marzo en Sevilla. Cuevas es el responsable del único servicio público de atención a víctimas de sectas en España.

Sectarismo en la psicoterapia: el enemigo en casa

José Miguel Cuevas explicó en dicho congreso que, a pesar de la regulación ética y deontológica del ejercicio profesional de la Psicología, “resulta especialmente sangrante y paradójico que la mayoría de las vulneraciones a la libertad vinculadas al sectarismo se están desarrollando en la actualidad en un contexto de pseudoterapia o de ‘terapia encubierta’”.

En efecto, la dura realidad es que “muchos usuarios son manipulados creyendo que están ante una ‘terapia normalizada’ o, más aún, ante un ‘tratamiento innovador y superior a los abordajes convencionales’”. A veces pasa que “la psicoterapia también está siendo ejercida por muchas personas sin acreditación sanitaria ni formación que los habilite”.

Pero lo peor, según este experto en sectas, es que “existen muchos psicólogos, con titulación, incluso también colegiados, que, lejos de distanciarse de las pseudoterapias, las abrazan y las practican”. Se trata de profesionales que “acaban eclipsados” tras haberse formado en “mágicos procedimientos”. El otro motivo es la popularidad de estas “nuevas propuestas”, lo que se traduce en un mayor beneficio económico.

Las Constelaciones Familiares o el “enfoque sistémico”

En su intervención en el encuentro nacional sobre sectas –titulada “Constelando inhumanidad. Cuando la psicoterapia provoca destrucción”–, el psicólogo malagueño se centró en las Constelaciones Familiares, creadas y desarrolladas por el alemán Bert Hellinger “como un procedimiento de Terapia Sistemática Familiar, que explicaría los problemas psicológicos de las personas en la transmisión generacional”.

Según la doctrina de Hellinger, “los conflictos, las preocupaciones familiares, las culpas no asumidas y los comportamientos problemáticos viajarían y afectarían a sus descendientes futuros. El sufrimiento actual de la persona sería un síntoma consecuente de su intento de equilibrar, de forma inconsciente, todas las desgracias vividas por sus antepasados”. En la propuesta teórica de las Constelaciones Familiares –en las que se habla de una “energía superior” o “inconsciente colectivo” que conecta a los miembros de una familia– José Miguel Cuevas observa “un marco espiritual”.

El procedimiento de “constelar”

¿Qué pretende la “terapia” de las Constelaciones, entonces? Tal como explica Cuevas, “la persona constelaría para ‘equilibrar’ o reestablecer el orden familiar, para así poder recuperar su bienestar”. Lo que, para el psicólogo malagueño, supone “una gravísima falacia atributiva, en la que todos los problemas actuales, más que dirigirlos a una responsabilidad interna o centrarlos a un medio más cercano y controlable, quedarían vinculados a las historias traumáticas de sus antepasados”.

Esos traumas familiares del pasado serían el verdadero detonante de todos los problemas actuales de la persona, lo que lleva a que en las sesiones de constelación “puedan generarse y validarse distintas fantasías o delirios”, a los que se achacarían los males presentes como “causa irrefutable”. Lo grave es que esto “alejaría a la persona de resolver sus verdaderos problemas”.

El peligro aumenta cuando se piensa en la persona del “facilitador” o “constelador” que dirige la sesión supuestamente terapéutica. Su rol consiste en preguntar al paciente sobre sus antecedentes familiares traumáticos, “lo que podría añadir una posible dirección e inducción dentro de un contexto muy sugestivo, en el que las emociones habitualmente fluyen con gran intensidad”.

Riesgos y daños

José Miguel Cuevas no duda en referirse a las Constelaciones Familiares como “una pseudoterapia” basada en unas ideas –las de su inventor– “que no han sido contrastadas empíricamente y cuyas bases teóricas distan de ser premisas falsables”. Lo que las aleja totalmente de la evidencia científica. Desde su experiencia, “los riesgos y daños” de esta propuesta sí existen. Entonces, ¿cómo explica que haya personas satisfechas con las Constelaciones Familiares? A pesar de su potencial dañino, argumenta, no supondría un perjuicio para todos sus usuarios. Además, “dado que son procedimientos muy intensos emocionalmente y sugestivos, es muy probable que el placebo haga su aparición, lo que puede explicar cierta mejoría temporal en muchos de sus practicantes”.

5 peligros muy concretos

Para terminar su exposición, José Miguel Cuevas resumió los que, a su juicio, son los aspectos más oscuros de las Constelaciones Familiares:

1. Falacia atributiva: “todo el peso del problema recae en los traumas acontecidos en generaciones pasadas”, de forma que el paciente sólo sería una víctima, sin responsabilidad alguna en lo que le pasa. Esto “puede conllevar una infantilización del cliente”.

2. Atribución delirante: la relación causa-efecto entre los traumas pasados y los problemas actuales “puede dar pie a creencias delirantes o fantasiosas que no se sostengan a la luz de la evidencia empírica”.

3. Alejamiento de soluciones reales: la mezcla de los puntos anteriores con “una posible mejoría sintomática (efecto placebo) puede conllevar que el participante deje de buscar soluciones reales al problema del que se aqueja”, cuando en ocasiones puede ser hasta un trastorno psicológico.

4. Culpabilización de la familia: atribuir a los parientes la responsabilidad de todo lo malo puede derivar en “un aislamiento del medio familiar (o de la pareja)”, que puede ser accidental… o buscado por el propio facilitador, que aplica así una típica técnica del fenómeno sectario, para manipular con mayor facilidad a la víctima.

5. En algunas ocasiones, hay “personas que después de unas Constelaciones Familiares han llegado a sufrir brotes psicóticos. Algunas de ellas sin haber tenido un historial previo de problemas de salud mental. Algunos de tales casos, alejados de las Constelaciones Familiares y reconducidos con una terapia de verdad, han conseguido retomar una vida normal”.

 

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2. ¿Qué nos hace vulnerables a las pseudoterapias?

FUENTE: La Razón

 

 

Hace unos años, las pseudoterapias campaban a sus anchas. Se hacían afirmaciones supuestamente científicas, pero sin rigor alguno para vender pulseras magnéticas, suplementos vitamínicos y cremas milagrosas. Ahora, en cambio… ocurre exactamente lo mismo. La gran diferencia, no obstante, es que ahora hay muchas más personas concienciadas con este problema o que, al menos, no se extrañan cuando oyen hablar de pseudociencias, terapias alternativas o “magufadas”. Así comienza el artículo que ha escrito Ignacio Crespo en el periódico español La Razón.

Pero, si estamos mucho más concienciados que antes, ¿por qué se siguen consumiendo? Podríamos engañarnos y pensar que esa es la gran incógnita, pero la realidad es más sencilla: que más gente conozca el término “pseudoterapia” no implica que sean un porcentaje significativo de la población. Ni siquiera significa que hayan cambiado de opinión y ahora las rechacen, solo que ahora conocen el término y pueden quejarse con propiedad.

El problema es que la mayor parte de acciones contra las pseudoterapias han sido dirigidas de oído, con muy buenas intenciones, pero sin demasiada evidencia sobre el impacto social que pueden tener sus actividades y comunicados. Los medios se han centrado en la espectacularidad de sus afirmaciones y ha quedado eclipsado otro tipo de lucha contra la desinformación, la de aquellos que estudian científicamente este fenómeno social de las pseudoterapias. Por ejemplo, ¿cómo podremos enfrentarnos a las psicoterapias alternativas si no entendemos qué tipo de personas son más susceptibles a sus encantos? Necesitamos ese tipo de datos para desarrollar intervenciones poblacionales eficientes. Por suerte, acaba de publicarse un artículo que responde precisamente a esa duda.

El perfil vulnerable

Los investigadores Angelo Fasce y Jesús Adrián-Ventura, de la Universidad de Coimbra y Zaragoza respectivamente, han publicado en Studia Psychologica un estudio sobre el perfil psicológico de las personas que consumen psicoterapias alternativas y complementarias. El término puede ser polémico, ya que si no cuentan con evidencia no son estrictamente terapias y, por lo tanto, tampoco psicoterapias, ni alternativas ni normativas. En cualquier caso, le llamemos psicoterapias alternativas o pseudoterapias, nos referimos aquí a lo mismo. Volviendo a la investigación, en ella los expertos tomaron una muestra de 538 personas. De entre todas ellas, 237 indicaron que eran usuarios frecuentes de psicoterapias alternativas o complementarias.

A continuación midieron cinco rasgos potencialmente presentes en personas consumidoras de estas pseudoterapias. En primer lugar están las “preferencias en la búsqueda de ayuda para problemas emocionales”, en función de si tienden a buscar ayuda profesional, de familiares y amigos, o a no buscar ayuda de nadie. En segundo lugar está el “escepticismo respecto a la psiquiatría”, seguido de el “conocimiento sobre salud mental”, las “expectativas en torno a la relación terapéutica” y la “mentalidad psicológica”, que haría referencia a lo dada que sea una persona a preocuparse por sus propios procesos mentales y su pericia para identificarlos.

Todos estos rasgos son constructos bien establecidos en psicología clínica, lo cual facilita comparar este estudio con otros, así como replicarlo en un caso futuro. El resultado fue que la búsqueda de ayuda profesional, el escepticismo psiquiátrico, la religiosidad, el interés en fenómenos psicológicos y la expectativa de establecer una relación con el psicoterapeuta están especialmente presentes en los consumidores de pseudopsicoterapias. No obstante, la búsqueda de ayuda profesional y la expectativa de establecer una relación con el psicoterapeuta también están muy presentes en aquellos usuarios de psicoterapias basadas en la evidencia, por lo que no parecen indicadores específicos de la atracción a las falsas terapias psicológicas.

Algo más complejo

De entre todos estos factores, el que parecía más generalizado entre los usuarios de psicoterapias alternativas y complementarias era la religiosidad, presente en un 36,2 % de los sujetos (algo más de uno de cada tres). Los autores indican que esto puede explicarse debido al carácter marcadamente espiritual de muchas psicoterapias alternativas, sea más explícito (como las constelaciones familiares o el renacimiento) o menos (como la psicología energética). En cualquier caso, esto es una simplificación de los resultados que han obtenido Fasce y Adrián-Ventura en su investigación. Ellos mismos, al final del artículo, indican que ese estudio ha de ser considerado exploratorio y que harán falta más investigaciones para confirmar estas correlaciones. E insisten en “correlaciones”, porque con esta investigación no se puede establecer si son causa o consecuencia del consumo de psicoterapias alternativas o complementarias.

Otro aspecto relevante que señalan es que, como otros artículos ya han mostrado, las personas suelen reaccionar a la información que confronta sus creencias rechazándola. Esto hace que las creencias personales sean casi invulnerables a los argumentos racionales. A tenor de todo esto, los investigadores concluyen que, para desarrollar intervenciones eficientes para promover la salud mental basada en la evidencia, habrá que apostar por estrategias motivacionales, como exponer las técnicas de argumentación engañosas.

Podríamos pensar que estos marcadores típicos de personas tendentes a consumir psicoterapias alternativas o complementarias también estarían presentes en los usuarios de medicinas alternativas, como la homeopatía. Sin embargo, en el estudio no se ha encontrado una relación clara y ninguna de las variables estudiadas pudo predecir el uso de medicinas alternativas.

 

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3. Italia: cadena perpetua a una médica por tratar cáncer con pseudoterapias.

FUENTE: Efe

 

 

Un tribunal penal de la ciudad italiana de Cagliari (este) condenó el pasado 19 de enero a cadena perpetua a una médica que trataba los tumores de sus pacientes con “terapias alternativas”, como los ultrasonidos, “reduciendo su esperanza de vida”. La doctora, natural de la localidad de Tertenia, en la isla de Cerdeña, fue declarada culpable de los delitos de homicidio doloso y estafa, agravados por la situación de incapacidad de sus víctimas, según recogen los medios locales. La Fiscalía había pedido a finales de diciembre una condena de 24 años de prisión, tal como informa Efe.

El tribunal, presidido por la jueza Tiziana Marogna, fue más allá de la solicitud de los fiscales, al considerar que sus “terapias alternativas redujeron la esperanza de vida de los enfermos y aceleraron su muerte”. Durante el juicio, la condenada declaró que fue una decisión de sus pacientes recurrir a este tipo de tratamiento. “Nunca prohibí ni desanimé a mis pacientes a seguir terapias tradicionales como la radioterapia o la quimioterapia. Todo lo que hicieron fue una libre elección suya”, refirió ante la corte. La mujer responde con esta sentencia por la muerte de tres pacientes. Su caso fue denunciado en el programa televisivo de investigación “Le Iene”.

 

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4. México: una veintena de pseudoterapias, sufragadas por instancias gubernamentales.

FUENTE: Eme Equis

 

 

Biomagnetismo, apiterapia, aromaterapia, homeopatía, grafología, ayurveda y más de 20 tipos de terapias con dudosa base científica, son incluidas en el presupuesto de distintos niveles de gobierno desde hace años. Experta afirma que este uso del erario implica una “violación al derecho a la salud de la persona”. Lo cuenta en este reportaje Miguel Ángel Teposteco Rodríguez, redactor de Eme Equis.

Gobiernos de distintos niveles en México han financiado estudios, terapias, “expertos” e incluso un edificio para tratamientos que no cuentan con rigor científico. Esto se ha extendido a institutos, universidades e incluso funcionarios públicos. Eme Equis pudo encontrar, a través del portal de transparencia, documentos que avalan la compra, contratación, promoción o impartición de menos 21 tipos de disciplinas pseudocientíficas, entre las que se encuentran radiestesia, grafología, iridología, homeopatía, biomagnetismo, apiterapia, aromaterapia, ayurveda, bioneuroemoción, biodinámica, cromoterapia, hipnoterapia, moxibustion, naturopatía, osteopatía, ozonoterapia, posturología, reflexología, talasoterapia, thetahealing y sonoterapia.

Estas prácticas son consideradas pseudocientíficas por instituciones como el Observatorio de la Organización Médica Colegial de España contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias; la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) y el Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Ciencia e Innovación (España), entre otras.

En 2017, el gobierno de la alcaldía Iztapalapa, bajo el mando de la perredista Dione Anguiano Flores, gastó 69.600 pesos en la impartición de un curso de grafología dado por el Instituto Nacional de Ciencias Penales. El curso tuvo una duración de 20 horas para “actualizar” al personal de la alcaldía, según consta el contrato firmado entre ambas instituciones.

Según el portal especializado Info Pseudociencia, la grafología “pretende describir rasgos de la personalidad, así como el equilibrio mental de un individuo; incluso sus aptitudes y tipos de inteligencia mediante la interpretación de su escritura a mano”; sin embargo “resulta difícil etiquetar como científico cualquier método de determinación objetiva de la personalidad. Si a esto añadimos que no sigue el método científico en gran parte de su desarrollo”.

Otra materia en la que se ha invertido erario ha sido la iridología, que consiste en la “Técnica mediante la cual se puede determinar el estado de salud pasado, presente y futuro del paciente a través de la observación del iris de sus ojos”, lo que puede provocar “Una mala praxis durante la iridoscopia (que) puede dañar severamente los ojos” (Info Pseudociencia).

Una experta en esta técnica, la funcionaria Brisa Blanca Leticia Galván Villalpando, está contratada por un sueldo de 29.233.54 pesos mensuales para desempeñarse como directora de Servicios de Salud del DIF del municipio de Solidaridad en Quintana Roo. Entre sus especialidades están la naturopatía y las “ceremonias ancestrales”. Es licenciada en masajes especializados y cosmetología y tiene un doctorado en “Terapias Chinas” y otro por la Universidad de Ciencias Médicas y de Salud de California.  Ella también está registrada en la lista de peritos autorizada por el Poder Judicial de la Federación.

Otro tipo de pseudociencia que absorbe recursos públicos en México es la homeopatía, considerada como pseudociencia por diversos estudios internacionales, así como por instituciones como el Hospital Británico de Buenos Aires. Sin embargo, en 2016, bajo el mando de Claudia Sheinbaum Pardo, la entonces delegación Tlalpan apoyó el proyecto productivo “Venta de productos derivados de la homeopatía” con un monto de 35.000 pesos. La misma alcaldía le firmó contrato a Brenda Aurora Hernández Pompa, médica homeópata, para que se encargara del centro de salud T-I del Pedregal de San Nicolás Norte, bajo el gobierno de la alcaldesa morenista Patricia Aceves Pastrana. Transparencia no especifica su sueldo en ese puesto.

Asimismo, diferentes dependencias han invertido miles de pesos en equipo para aromaterapia, considerada una disciplina “sin evaluación” por la OMC y pseudocientífica por la APETP. El estado de Chihuahua gastó 9.100 pesos en un “set de aromaterapia”; la SEP también gastó 4.280 pesos en un vaporizador facial con aromaterapia y ozono de la marca SPA Nº de serie 790205; el Poder Ejecutivo del estado de Hidalgo invirtió 4.843 en un set de aromaterapia; y el DIF de Nuevo León compró por 9.781,93 pesos un “panel interactivo de aromaterapia” con código de identificación AF00805862. El DIF de García en Nuevo León fue todavía más osado y gastó 16.610,59 pesos en otro set; el DIF de El Marqués en Querétaro también compró uno por 21.924,00 pesos y el DIF de Sinaloa compró otro por 22.727,28 pesos. Cabe destacar que los kits de tienen costos promedio de entre 400 y 1.000 pesos.

La compra de equipos que no tienen una funcionalidad médica real también ha sido practicada por la Secretaría de Marina, que gastó 50.922,22 pesos en un módulo de hidromasaje con “luz de cromoterapia” o la curación con base en colores, que carece de estudios clínicos serios. Aunque el que más sorprende es el hecho por el Instituto Tlaxcalteca de la Infraestructura Física Educativa Tlaxcala, que invirtió 4.037.693,27 pesos en la construcción de un edificio de naturopatía bajo el contrato E-AL-C-SUP-01-2018.

La naturopatía es una serie de prácticas que argumentan que se puede estimular la capacidad innata de curación del cuerpo a través de remedios naturales, como señala la organización Top Doctors. Este tipo de prácticas son asociadas a los grupos antivacunas, como lo detalla el artículo “Claves para comprender la resistencia de los colectivos antivacunas: una controversia científico-tecnológica pública” publicado en la Revista de Humanidades de Valparaíso.

En febrero de 2020, este centro de naturopatía fue inaugurado por Luis González Placencia, rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), quien dijo que había que promover el “rescate y recuperación de los saberes que tienen que ver con las comunidades y sus bases científicas”. La Dra. Siobhan Guerrero McManus, doctora en Filosofía de la Ciencia, dice en entrevista para Eme Equis que “en la actualidad pocos filósofos creen que haya una frontera clara (entre ciencia y pseudociencia), pero sí se enfatizan aspectos como la robustez de resultados, la respetabilidad, la contrastabilidad, etcétera. Mucho de lo que mencionas no califica como ciencia porque muchas veces es irrepetible y no es posible su contrastación ante hipótesis alternativas”.

Sobre las personas que se someten a estos tratamientos, Guerrero se cuestiona: “¿Sabe la persona que está ante pseudo terapia? ¿La terapia puede generarle daño? ¿Puede llevarle a no tomar una terapia más seria?”. El hecho de que el Estado avale este tipo de terapias con poco sustento experimental, según la experta, implicaría una “violación al derecho a la salud de la persona”, sobre todo si esta ignora que se le está tratando con una “pesudo terapia” que pueda dañarla por acción u omisión. Una negligencia que ocurre entre denuncias por desabasto de medicamentos oncológicos, un rebrote de Covid y casos de negligencia en el cada vez más deteriorado sistema nacional de salud.

 

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5. ¿Por qué las pseudoterapias atrapan más a las mujeres?

FUENTE: El País

 

 

Dejar la salud femenina en manos de la pseudociencia es peligroso incluso cuando el tratamiento en sí es inocuo. Indagamos en las razones que llevan a las mujeres a recurrir a estos métodos no científicos. Así comienza el reportaje que ha escrito Ana Bulnes en el diario español El País, con el título “De constelaciones familiares a Gestalt: por qué algunas pseudoterapias atrapan a mujeres y cuáles son sus peligros”. Lo reproducimos a continuación.

Cada vez que María, que prefiere no compartir su nombre real, tenía relaciones sexuales con un novio que tuvo hace años, acababa con la vulva con algo que parecía una alergia. Su ex no creía en la medicina convencional y no solo para él, sino que tampoco dejaba que ella se medicara. “Acabé en un médico muy raro que me mandó una dieta imposible que no hice y valoraba darme lo de la lejía”, explica. Al final, para que su expareja dejara de culparla, acabó acudiendo a sus propios tíos, que practicaban también este tipo de terapias sin evidencia científica. Su tía le hizo un “tratamiento” con imanes que le pareció un timo ya en el momento (al menos, al ser familia, no le cobraron). “Al final, funcionó una crema que me dio mi ginecóloga”, cuenta la entrevistada, que añade que se la echaba a escondidas de su entonces pareja. “Este ex era pura toxicidad. También fue dejarlo y estar de maravilla”, señala.

Raquel, de 37 años, e Iria, de 39, recibieron sesiones de acupuntura por distintas razones. La primera, “en el posparto y para algún dolor puntual”; la segunda, en una época en la que se encontraba muy estresada. Ambas notaron alivio. “No sé si por la acupuntura en sí o porque yo ya sabía que iba a ir allí, tumbarme, te ponen las agujas, la musiquita, la señora hablaba mucho conmigo… era casi más terapia psicológica”, dice Iria. Raquel, por su parte, también admite que no sabe si lo que notó fue por la acupuntura o parte del efecto placebo. Ella no descarta volver, porque “mal no hace”. Iria cree que no lo volvería a hacer, pero admite que nunca se sabe. “Hay momentos en la vida en los que te ves superada y cualquier cosa que te ofrezcan que te pueda ayudar, te dices ¿por qué no?”, reflexiona.

En el otro extremo del espectro está Adriana, de 41 años, que desde hace unos doce años se alejó de la medicina convencional (“sin dejar de reconocer que el ibuprofeno me quita más rápido el dolor de cabeza cuando no tengo ganas de pensar”) y trata sus “achaques” con “un osteópata que también es kinesiólogo y bioingeniero”.

Todas las prácticas de la llamada medicina alternativa mencionadas por las entrevistadas aparecen a menudo en las listas de pseudoterapias, que el Ministerio de Sanidad define como “sustancia, producto, actividad o servicio con pretendida finalidad sanitaria que no tenga soporte en el conocimiento científico ni evidencia científica que avale su eficacia y su seguridad”. No todas están al mismo nivel. Lo de los imanes que cuenta María que probó su tía consigo se llama terapia biomagnética y es una de las prácticas que no han demostrado ninguna eficacia en estudios científicos.

La acupuntura y la osteopatía, en cambio, son temas algo más complejos, que han demostrado cierta eficacia para algunos problemas puntuales —especialmente la acupuntura—, pero no para muchos otros para los que se ofertan. En la osteopatía, alerta el Observatorio de la Organización Médica Colegial de España contra Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias (OPPISS), “la gran mayoría de los estudios publicados sobre la eficacia y/o la efectividad de los tratamientos de manipulación osteopática son escasos, heterogéneos y de baja calidad metodológica”.

Más popular entre mujeres

El uso de este tipo de terapias alternativas o pseudoterapias está bastante extendido en España: el porcentaje de personas que las había utilizado alguna vez era del 23,8 % en 2020, según la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología de la Fundación Española de la Ciencia y la Tecnología (FECYT). Ese porcentaje, además, sube al 28,9 % si nos fijamos solo en las mujeres. ¿Por qué esa diferencia entre sexos?

Un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), el Instituto Mixto de Investigación ENS y UNED (IMIENS) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) intentaba arrojar luz sobre las razones que nos llevan a recurrir a pseudoterapias. Según sus resultados, lo que aumenta la probabilidad de su uso en mujeres es percibir que se tiene mala salud (en hombres es la percepción de baja calidad del sistema sanitario). Teniendo en cuenta que a las mujeres se les recetan más ansiolíticos cuando acuden al médico quejándose de un dolor, entre otras cosas, no es raro que haya quien relacione el machismo en medicina convencional con el hecho de que el perfil de quien usa pseudoterapias sea mayoritariamente femenino. Un artículo publicado en el Journal of Bioethical Enquiry en 2019, por ejemplo, trazaba esa relación.

Sin distinguir por sexo, las pseudoterapias más populares, según la FECYT, son la acupuntura, la homeopatía, la osteopatía y quiropráctica, la naturopatía y el reiki. Como por lo general son percibidas, en todo caso, como inocuas (el “mal no me va a hacer” que decía Raquel), puede llamar la atención que existan organismos e incluso un Plan de Protección de la Salud de las Personas frente a las Pseudoterapias, impulsado en 2018 desde el Ministerio de Sanidad y que bajo la iniciativa #coNprueba busca informar y concienciar a la ciudadanía. ¿Son todas peligrosas? ¿Por qué?

“La desinformación en salud es inherentemente peligrosa, pues mueve al paciente a creer que determinados asuntos en materia de salud funcionan de forma distinta a como funcionan en realidad (como la existencia de ‘meridianos’ o ‘energías’ o que las ultradiluciones homeopáticas pueden generar efectos fisiológicos, o un papel extralimitado y distorsionado de la psicosomática…)”, explica Emilio Molina, vicepresidente de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP).

Esto puede llevar a que la persona “tome decisiones terriblemente desorientadas a la hora de elegir un tratamiento, o si tratarse o no, incluso si la propuesta pseudoterapéutica en sí no provoca efecto alguno, lo cual es un daño moral al derecho de autodeterminación en salud del individuo”. Como ejemplo, señala que la homeopatía “no es más que glóbulos de azúcar y per se no van a causar daño, pero si tienes un cáncer y te los tomas pensando que eso te lo puede curar, tendrás un problema grave (y hay por desgracia varias muertes causadas por ello)”.

Los efectos negativos ocurren incluso cuando se usan las pseudoterapias como complemento a la medicina convencional, sin abandonar el tratamiento propuesto por el equipo médico como concluyó un estudio realizado por la Universidad de Yale: complementar el tratamiento de cáncer con técnicas y productos no avalados por la medicina duplica el riesgo de morir de los pacientes, ya que en muchas ocasiones estos renuncian a otras terapias prescritas o retrasan su comienzo.

El campo de la salud mental tampoco está libre de ellas. Además del psicoanálisis, Molina menciona las “constelaciones familiares”, un movimiento de “alto riesgo sectario” que postula que las personas son capaces de percibir de forma inconsciente patrones y estructuras en las relaciones familiares y que estos quedan memorizados afectando a su conducta, o la Gestalt, también “de alto riesgo coercitivo” y que trata un proceso de excavación en las profundidades del ego (que, cuanto más grande es, más afecta a la salud)«.

Estas propuestas pseudopsicoterapéuticas, alerta, “provocarán la inducción de conflictos familiares, causando que el paciente no solo se quede con el problema psicológico que lo llevó a ellas, sino que se lleve de regalo algunos problemas psicológicos extra y quizá termine rompiendo sus lazos familiares y de amistad”. Incluso cuando no se llega a estos extremos, Emilio Molina señala que el daño económico siempre está ahí, aunque cita al divulgador científico José Manuel López Nicolás, que afirma que “en pseudoterapias, lo mejor que te puede pasar es que te estafen y, lo peor, que te maten”.

Por qué se acude a ellas

Aunque las pseudoterapias más populares son vistas por la población, en general, como seguras (si bien por ejemplo la osteopatía puede resultar peligrosa), hay otras más claramente dañinas. Rosa Arroyo, vicesecretaria del Consejo General de Médicos y coordinadora del OPPISS, pone como ejemplo el MMS, el “suplemento mineral milagroso” que no es otra cosa que “lejía diluida” y que se supone que cura desde el autismo hasta la covid. Molina menciona también la ayahuasca, que tiene casos reportados de muertes, “y todo lo que la rodea”, por “brotes psicóticos, asfixia por vómitos, alergias a compuestos y muchos más, sin contar los innumerables casos de abusos sexuales que se dan en este y otros contextos pseudoterapéuticos”.

Es decir, más allá de que no curan lo que dicen que curan, ingerirlas es peligroso. Arroyo añade también que, en muchos casos, los afectados no se atreven a denunciar porque están avergonzados de haber caído en la trampa. “Además, aunque denuncien, las penas son muy pequeñas porque en la mayoría de los casos quien lo ha prescrito o recomendado no es personal sanitario, que tendría mayores consecuencias. Al ser una persona cualquiera, es solo una pequeña multa y nada les impide reincidir y seguir lucrándose”, denuncia.

Pero ¿qué hace que acudamos a este tipo de terapias que no están basadas en evidencias científicas en vez de al centro de salud? “Se ha sugerido que factores importantes que motivan el uso de pseudoterapias son la apariencia científica de estos tratamientos y la ausencia de riesgos o efectos secundarios”, explica Gregorio Segovia, investigador del Departamento de Fisiología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y coautor del estudio sobre las razones mencionado anteriormente. “Sin embargo, según nuestro análisis, el principal factor que determina el uso de pseudoterapias en la población española es la confianza en su eficacia independientemente de la valoración que los usuarios hacen de su validez científica”, señala.

Esta falsa percepción de eficacia, continúa el investigador, “puede estar generada inicialmente por la exposición a narrativas convincentes (familiares, amigos) o a fuentes sesgadas (webs especializadas o redes sociales), así como la recomendación de los propios profesionales de la salud”. Esto coincide con lo que cuentan tanto Raquel como María, que acudieron a las terapias (acupuntura e imanes) que realizaban sus propios familiares; y también con lo que cuenta Iria, a quien le recomendó la acupuntura su fisioterapeuta (recomendada, a su vez, por una amiga).

Más tarde, cuando ya lo han probado y deciden volver, «la confianza en su utilidad podría estar motivada por la ilusión de causalidad, es decir, por la aceptación intuitiva de la correlación entre su uso y la percepción de mejoría en los síntomas (‘a mí me funciona’). Los estudios han demostrado que esta mejoría no es superior al efecto placebo, por lo que la percepción de eficacia es falsa”, concluye Segovia.

Emilio Molina, que es también autor del libro ¿Qué sabes de las pseudoterapias? (Editorial Popular), en el que intenta dar respuesta a ese porqué, añade que “en situaciones de alta vulnerabilidad (como a la que nos aboca el estar enfermos nosotros o algún ser querido), bajamos la guardia por la necesidad de recuperar la sensación de control, y de eso se aprovecha una industria muy bien engrasada que cuenta con un discurso muy persuasivo”. Además, lamenta que muchas de las pseudoterapias estén “fuertemente enraizadas incluso a nivel de formación universitaria en carreras relacionadas con la sanidad, en colegios profesionales, en hospitales…”.

En esa percepción de lo que funciona hay a veces también cierta confusión entre qué es y qué no una terapia, como explica Rosa Arroyo, del OPPISS. “Por ejemplo, puedes hacer yoga y claro que te viene bien, pero no es el tratamiento para la artritis reumatoide”, ejemplifica. Lo mismo con muchos cambios en la alimentación que vienen bien y hacen que la persona se sienta mejor, pero no son sustitutivos de un tratamiento médico. “No puedes ponerle el sufijo -terapia a cualquier cosa. Viene bien escuchar música, pero la musicoterapia no es una terapia. Es como salir al campo y respirar aire fresco, viene bien y es recomendable, pero ya está”, asegura.

Para evitar caer en estafas que además pueden tener un efecto nocivo en nuestra salud, Arroyo recomienda acudir siempre a profesionales sanitarios colegiados con una especialidad real. “Si tienes dudas de qué es una especialidad y qué no en Ciencias de la Salud, lo puedes encontrar desde la web del OPPISS. También con las sociedades. Porque es que te puede tratar una persona que dice que es de la ‘Sociedad de Medicina Holística e Integrativa’, pero no es algo reconocido, no es nada”, indica. Además, en la web de la APETP hay también mucha información sobre qué es una pseudoterapia (y por qué se la considera así).

 

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6. La pseudoterapia Gestalt: la “secta” detrás de la psicología.

FUENTE: Diario de Sevilla

 

 

En 2030 los trastornos mentales representarán más de la mitad de la carga económica mundial debida a las enfermedades no transmisibles. Esto es un hecho que se ha hecho aún más patente desde la pandemia de coronavirus que ha provocado un aumento de hasta el 47 % en los trastornos de salud mental también en los menores. Así, las consultas de psicología han aumentado en un 40 % en los últimos 2 años, un hecho que también ha aumentado la proliferación de las pseudoterapias, los gurús y los falsos psicólogos. De esta forma comienza un reciente artículo del Diario de Sevilla.

De hecho, desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos se denuncia el aumento de las pseudoterapias tras la pandemia, algunas con tintes de secta. Es el caso de la conocida como Gestalt, una pseudoterapia de corte new age, descendiente del psicoanálisis, y que, por desgracia, todavía cuenta con adeptos dentro de la propia psicología. El Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias de la Organización Médica Colegial la califica de “pseudopsicoterapia ampliamente utilizada con objetivos de manipulación del pensamiento en movimientos de riesgos sectario”. Pero, ¿de qué se trata exactamente?

La terapia Gestalt fue creada por el psicoanalista Fritz Perls (alumno directo de Sigmund Freud), y representada en las últimas décadas por muchos gurús. En sus inicios tuvo un mayor auge en Alemania, aunque a partir de los años 50 fue extendiéndose por el mundo. En 1952, se abrió el primer Instituto Gestalt en Nueva York. Se abandonó el nihilismo psicoanalítico y comenzó a surgir la escuela humanista, que buscaba un enfoque más positivo del pensamiento humano.

Así, esta terapia se caracteriza por no estar hecha exclusivamente para tratar estas enfermedades, sino también para desarrollar el potencial humano. Sus bases giran en torno a vivir el presente, conseguir la libertad y satisfacción óptima liberando bloqueos del pasado y asuntos inconclusos y alcanzar la autorrealización y el crecimiento.  Uno de los muchos centros gestalt que hay en España la define como una psicoterapia con énfasis en el crecimiento personal, que visualiza a la persona como un todo, formado por cuerpo, mente y espíritu. La terapia buscará aumentar la autoconciencia y la responsabilidad por los pensamientos y acciones de uno, mientras aborda las condiciones pasadas que continúan afectando a este proceso.

Métodos de dudosa eficacia

Uno de los más críticos con esta terapia es el psicólogo Luis Miguel Real, un profesional que pudo vivir desde dentro la praxis de esta escuela. Según resume en su blog, 'la terapia gestalt no cuenta con ningún tipo de evidencia para ningún problema o trastorno psicológico. Los estudios realizados son escasos y su calidad metodológica es mala. La dificultad para estudiar los beneficios de una intervención debido a su falta de concreción, sistematicidad, ausencia de protocolos de intervención y mezcla de conceptos teóricos e intervenciones clínicas lo ponen muy difícil para saber qué funciona y qué no”.

Así, explica, en lugar de establecer objetivos terapéuticos y acordar con el paciente cómo lograrlos, el terapeuta trata de relacionar los intereses con eventos pasados o relaciones familiares. De esta manera, indica, “se aseguran que el paciente se vaya de la sesión pensando que ha desbloqueado algún tipo de recuerdo, aunque sea ficticio, y que deberá volver para seguir ese camino”.

El psicólogo asegura que “presionando al paciente a buscar cosas que no existen, o que muy probablemente no tienen nada que ver con su malestar presente (ni sus patrones de conducta actuales). Se puede dar y se da el fenómeno de los 'falsos recuerdos'”  Ahora defiende que “no existen los traumas ocultos como defendían Sigmund Freud y sus adeptos, y en la mayoría de los casos, no sirve de nada remover el pasado sin ton ni son, porque las soluciones para los patrones conductuales del presente no suelen estar ahí”, aduce.

Por otro lado está el especial hincapié en la catarsis, que se trata de la purificación de las emociones a través de la contemplación de una situación trágica o provocando una exaltación de las emociones con una situación incómoda o agresiva. El profesional indica que, en estos casos, se produce una “exageración de las emociones. Si no lloras, no avanzas”.

Así, el terapeuta intenta estimular la catarsis haciendo que el paciente haga cosas como golpear un cojín o gritar. Según afirma en este mismo artículo “después de esta tensión, el paciente se relaja: te dicen que es porque te estás recuperando, pero en realidad es una reacción normal después de enfrentarse a una situación agresiva”. Y continúa, “En lugar de ayudar a controlar las emociones, la catarsis puede fomentar un comportamiento agresivo”.

En este sentido, puntualiza que aunque el paciente no le apetezca exponerse a este extremo, te presionarán para hacerlo “por pura cuestión de 'fe' en que eso es lo que hay que hacer”.  Sin embargo, según asevera, este tipo de procedimiento “no se ha demostrado eficaz en resolver los problemas de las personas que acuden a ella, todo lo contrario”.

Culpar al paciente, el siguiente paso

Luis Miguel Real también incide en que dentro de esta supuesta terapia culpar a los pacientes por su falta de interés y ganas es una práctica común. Un terapeuta Gestalt suele decir que es “resistente” al proceso terapéutico. Es como decir: “No estás mejorando porque no quieres/te esfuerzas lo suficiente”. El terapeuta no es en absoluto autocrítico, y la responsabilidad por el hecho de que el paciente no mejore o no esté de acuerdo con alguna conclusión imaginada del terapeuta Gestalt siempre recae sobre el paciente de una forma u otra. “Un buen psicólogo debe ser capaz de explicar los supuestos que subyacen al problema, así como una descripción general de los métodos y pautas a seguir durante todo el proceso de tratamiento. En Gestalt no se hace y es fácil culpar a la 'resistencia' del paciente”.

Asimismo, el terapeuta indica que la terapia es “infinita” ya que no hay objetivos terapéuticos “se   improvisa constantemente, y va a intentar que todos sus pacientes se queden años y años en terapia aunque no lo necesiten”, asegura. En este trayecto, además de culpabilizar al paciente, y valiéndose de su posición de profesional,  suelen darse otras situaciones agresivas como faltas de respeto al paciente en forma de insultos o acusaciones. Todo bajo el lema de “la verdad que necesitabas para crecer”. Todo ello son patrones muy comunes en las sectas: un líder, creencias ficticias y discípulos que creen en ellas y las siguen sin ver el perjuicio que hay detrás. Además, hay un componente económico que es el precio de las terapias durante años.

Dentro de ella, el propio psicólogo se introdujo en “otras pseudociencias” como la bioenergética, las constelaciones familiares, el eneagrama o Kundalini. Así, este profesional insiste en la peligrosidad de esta intervención y sus “técnicas de manipulación coercitiva que te alejan a la gente de otros tratamientos psicológicos eficaces”.  Y sentencia “la terapia Gestalt es una de las sectas pseudocientíficas que más se han institucionalizado, y que más amenazan la imagen del psicólogo como profesional de la salud mental, así como la propia salud mental de la población”.

 

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7. Cada vez más argentinos recurren a las terapias alternativas, magia y esoterismo.

FUENTE: La Nación

 

 

Una encuesta realizada por la consultora Voices indica que 7 de cada 10 residentes en Argentina realiza o realizaría a futuro actividades no convencionales para incrementar su calidad de vida. Lo cuenta Agustina Lanusse en el diario La Nación.

Natalia Seoane tiene 28 años. Hace tres, abrió con esfuerzo y tenacidad una peluquería en un pequeño shopping de Pacheco gracias a la financiación de su madre y de una clienta. Durante la pandemia casi quiebra, pero no se rindió. Tomó un préstamo y volvió a abrir las puertas en abril de 2021. Enseguida comenzó una guerra con la administración del centro comercial: “subieron las tasas, me multaron por tener clientes esperando afuera y generaron competencia al habilitar otra peluquería”, cuenta la emprendedora.

Agotada de luchar decidió consultar a una terapeuta especializada en tarot y horóscopo: “Necesitaba saber cómo seguir. Si cerrar o pelearla. Estaba abatida”, reconoce. No fue magia. Pero asegura que la información que le brindó la ayudó a discernir. “Me indicó que debía cuidar mi salud, y que explorara la posibilidad de mudarme. No lo había considerado. Sus orientaciones me permitieron tomar coraje y hacer algunos cambios que me ayudaron a mejorar en todo sentido”, se alegra.

Natalia no es la única que en estos tiempos recurre a estas prácticas con el fin de obtener respuestas para su futuro. Una encuesta realizada por la consultora de mercado Voices indica que el 32 % de los argentinos (sobre todo los jóvenes) consultan el horóscopo y la lectura de manos. “Están angustiados. Viven con mucha incertidumbre sus próximos pasos laborales. Perciben que en diez años el país empeorará. Crecerá la pobreza y el desempleo. Y por este motivo quieren obtener algunas certezas: si tendrán la oportunidad de desarrollarse en la Argentina o no”, cuenta Constanza Cilley, directora ejecutiva de Voices.

Pero no sólo el tarot o la interpretación del horóscopo son técnicas solicitadas actualmente. La encuesta sobre las percepciones y hábitos vinculados a la salud, realizada a fines de 2021 a casi 1.000 adultos de todo el país, señala que el 70 % de los argentinos se inclina o inclinaría en un futuro cercano a terapias alternativas para mejorar su bienestar general. Un porcentaje altísimo.

Seis de cada diez dicen sentirse poco o nada felices y exploran estos caminos para calmar la ansiedad respecto a su porvenir, buscar explicaciones en el pasado a problemas actuales y aquietar la mente para vivir con más armonía. Las prácticas más mencionadas son: leer el horóscopo (32 %), limpiar energéticamente los hogares (30 %); recurrir a la medicina natural (espirulina, aceites esenciales y flores de Bach (9 %); practicar mindfulness (8 %), visitar un vidente (8 %) e incursionar en constelaciones familiares (5 %), entre varias otras.

Razones

Las explicaciones de esta tendencia son múltiples. El sondeo de Voices subraya el creciente malestar y la sensación de infelicidad que se viene registrando como motor central (40 % de los argentinos dice sufrir estrés, 10 % más que en 2020; 56 % dice dormir relativamente bien, 20 % menos que en 2020). Se suma a esto las secuelas nocivas del encierro que hace que los consultorios de salud mental estén colapsados. Pero entre otras explicaciones más positivas, Cilley menciona el hecho de que la cuarentena permitió que las personas tuvieran más tiempo para la introspección, y mucha más apertura y flexibilidad para innovar. Por supuesto, subraya la directora de Voices, en este abanico de ofertas hay de todo: propuestas realizadas por buenos profesionales y otras que dejan mucho que desear en cuanto a calidad y seriedad.

Una fuente consultada se animó a ir más lejos en su crítica. Para él, por ejemplo, recurrir a un vidente o médium es confundir la naturaleza del hombre. “Somos limitados, querer adivinar el futuro es ponernos en el lugar de Dios”, señaló. Graciela Biaggi, terapeuta holística especializada en limpieza energética de hogares y empresas, comenta que la introspección a la que hizo referencia Cilley, vino acompañada de cuestionamientos o replanteos. “Fue tan inesperada la pandemia que muchos adolescentes se volcaron a la astrología para intentar comprender este fenómeno planetario y cósmico que algunos expertos predecían”, acota.

Una mirada 360º

La encuesta arrojó otros datos significativos para entender este vuelco. Dos cambios de paradigmas nuevos: el primero es que la salud hoy no es vista como algo meramente físico, sino como un bienestar holístico que incluye lo físico, pero también la emocional, mental y espiritual. Se percibe entonces un nuevo registro: la clara conciencia de que nuestras creencias, actitudes, pensamientos y sentimientos influyen directamente generándonos salud o enfermedad. Y el segundo cambio: el hecho de que las instituciones tradicionales como la Iglesia Católica están actualmente en crisis y eso hace que se busquen caminos espirituales por fuera de lo religioso.

María es un ejemplo de ello. Criada en una familia católica, al momento de casarse eligió con su novio comprometerse públicamente por fuera de Iglesia con un ritual al aire libre cargado de belleza y espiritualidad. Lo hizo al percibir a la religión encerrada en reglas rígidas y obsoletas, por momentos imposibilitada de dar respuestas a generaciones que vienen con una forma de pensar más libre no sujeta a mandatos sino a la propia consciencia.

La tendencia es clara: menos religiosidad, pero gran conciencia espiritual. Con esta toma de conciencia trabaja Josefina Camogli, counselor y terapeuta floral. En sus sesiones Camogli conecta con la vibración y energía de su consultante para detectar lo que necesita trabajar e indica que las flores de Bach podrían ayudarlo en su armonización emocional. “Yo soy meramente una guía. Quien viene a mi consultorio entiende que la clave de su mejoría está en sí mismo, en la capacidad de percibir que precisa hacer para desplegar sus herramientas internas que lo ayudarán en su evolución”, comenta.

También el mindfulness tan en boga estos días (la más elegida a futuro); se la asocia con lo espiritual no religioso. Algunos lo consideran “la oración de los no creyentes”. Florencia Rolón, psicóloga y facilitadora de Mindfulness, dice tener cada vez más pacientes conscientes de que no sólo necesitan apaciguar su angustia o resolver un problema puntual sino, cambiar su estilo de vida. “Quieren vivir menos estresados. Experimentan a través de la meditación y otras prácticas informales una paz y un grado de satisfacción que viene de la mano de ejercitar la presencia plena, la conexión con uno mismo y con los otros. Focalizar la atención en el aquí y ahora les permite soltar la mente rumiante negativa que huye al pasado o al futuro. Y a medida que incorporan estos hábitos, su modo de vivir cambia”, afirma Rolón.

En casi todos los casos escuchados se nota un denominador común: que los consultantes necesitan involucrar el cuerpo en su proceso de sanación. Tal vez por eso, hoy haya menos interés por terapias convencionales como el psicoanálisis. Donde la palabra es la gran protagonista. Mabel Meschiani, psicóloga especializada en constelaciones familiares, coincide con este interés por “meter el cuerpo”. “En mi consultorio veo personas trabadas con algún conflicto buscando respuestas más rápidas, e intentando entender su historia a través de lo físico. Tengo muchos más pacientes este último año debido a dos factores: el estrés post traumático, y la mayor divulgación que las constelaciones han tenido de la mano de series de Netflix como “Mi otro yo”.

Gloria Bosch, de 48 años, madre de dos hijos que murieron al nacer intuyó que su sanación vendría más por su cuerpo que por su mente. “Mi cabeza ya tiene demasiados pensamientos. Entendí que mi organismo es sabio y sabe mejor que nadie qué es lo que tengo que curar y liberar de mi inconsciente. Intento centrar mi atención en pensamientos positivos, que energéticamente atraen lo mejor. Atravesé los duelos viviendo en Francia y la distancia me permitió ser más libre para explorar a través del reiki, la memoria celular, el EMDR (una terapia para reprocesar traumas). Al salir de las sesiones experimentaba paz y confianza. Una práctica me llevó a otra. Con el mindfulness intenté activar la glándula pineal que interviene en procesos biológicos que me permitieron dormir mejor y tener más energía y ánimo para enfrentar esos días difíciles de mi historia personal”.

Quienes sufren más

Bosch es un ejemplo de las tantas de mujeres que siguen estos pasos. El sondeo demostró que son sobre todo ellas (atravesando la segunda mitad de la vida), y los jóvenes quienes más se entusiasman con estos nuevos senderos. “Ellas padecieron la enorme sobrecarga de la casa y el empleo en 2020 y 2021″, asegura Rolón. “Y en el caso de los jóvenes observo que se acercan a mi consultorio buscando tranquilidad. Hay un creciente nivel de ansiedad e infelicidad producto del excesivo uso de las redes sociales. Atiendo estudiantes universitarios que no pueden concentrarse en sus estudios por la distracción que les provoca el celular”.

Y analiza también lo que hoy se conoce como FOMO (“fear of missing out”, o temor a perderse algo). “La mente comparativa y competitiva nos daña. Basta que un muchacho soltero y feliz, vea en Instagram una pareja abrazada festejando la fiesta de San Valentín para angustiarse inmediatamente”, explica. Angustia, estrés, insatisfacción, ansiedad. Estos parecieran ser motores esenciales para explorar e innovar. Pero también la intuición de que, para llegar a lugares sanadores hay que abrir nuevos e inesperados caminos.

 

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8. Argentina: la convivencia de la medicina científica y las pseudoterapias.

FUENTE: Sitio Andino

 

 

En el último tiempo cobraron auge las llamadas terapias alternativas, prueba de ello es la creciente bibliografía al respecto y el aumento de personas que las ofrecen. Incluso “Mi Otra Yo”, la serie turca de Netflix, ayudó a difundir las constelaciones familiares. Pero más que llamarlas “alternativas” vamos a decir que son métodos no convencionales a los aceptados por la ciencia occidental. Estas vienen a dar alivio -como la medicina y la psicología- a dolencias físicas y psíquicas, pero de un modo completamente distinto al estandarizado, normado, aceptado. Así introduce Cecilia Zabala su artículo en Sitio Andino.

Como casi todo lo “novedoso” (porque nuevas no son) genera adeptos, rechazo y escepticismo. En adelante intentaremos dilucidar cómo “conviven” estas formas de abordar diversas situaciones con las tradicionales. Aunque, hay que aclarar que no solo se aplican en casos de enfermedad o de ciertas necesidades vinculadas a la salud mental, sino como una forma de mejorar la calidad de vida. Y el auge es tal que se utilizan para “destrabar” cuestiones de herencia, en el ámbito empresarial y en algunos países (como Brasil) se están utilizando en el ámbito judicial.

La angustia y la necesidad de encontrarle alivio a eso que nos pasa son inherentes al ser humano. Desde hace siglos se trabaja para poder dar respuestas a esto. Y a eso se enfocan estos métodos que nada tiene que ver con las terapias conocidas, reconocidas y aceptadas desde lo formal. La biodescodificación, la constelación familiar, las terapias holísticas, el reiki, entre muchas otras, son algunas de las formas que intentan ayudar a las personas a conocerse, reflexionar y dejar atrás sentimientos o emociones que pueden perjudicar la normal cotidianidad de la vida, a sanar las relaciones con los otros y a amigarse con los síntomas que pueden presentar ciertas enfermedades. Para entenderlas debemos dejar de lado la forma “lineal” de entendimiento para pasar a un modo menos estructurado.

Quizás la especialización de la especialización que plantea la ciencia y la medicina actual llevan a muchos a recurrir a otros métodos, en donde no se pierda la visión humana, una forma holística de ver a la persona. Y esto lo explica claramente María Lourdes Irrera, consteladora familiar: “No somos un hígado, una rodilla, un intestino. Somos un todo. Y desde estos métodos fenomenológicos entendemos al ser humano como un conjunto”. Aclaración, necesaria antes de avanzar: “Estos métodos no están separados de la medicina tradicional. Lo que se pretende es integrar”, agrega Irrera.

Y a esta deuda de la medicina inserta en un sistema que lleva alejarse cada vez más de la visión integral de la persona, se suman la crisis pospandemia, la inestabilidad económica, el malestar social, y estrés, que incrementa la angustia y las crisis personales, frente a lo que la gente busca ayuda. Y la salud pública en particular, pero la privada también, tienen una gran deuda respecto a la salud mental.

Esto nadie puede negarlo, quizás por eso es que muchos médicos se amalgamaron y recomiendan estas terapias. Incluso, hay algunos que son los propios facilitadores (como se les llama a quienes las brindan). “Hay algunos profesionales que no están de acuerdo y otros que, incluso, se suman a este proceso interdisciplinario”, explica Irrera. “Muchos médicos se volvieron consteladores porque empiezan a ver las causas del síntoma. La medicina tiene un límite y es el emocional, por eso cuesta conectar con él, entender qué está sucediendo. Y los síntomas son multicausales”, explicó.

Facundo Giménez es médico cirujano y urólogo y constelador. Lleva 25 años dentro del ejercicio de la medicina formal y 10 como constelador. “Hay otros modelos, otras formas de mirar el síntoma, la enfermedad. Se puede mirar desde una perspectiva sistémica”, explicó y expone la idea de este método, que puede resultar difícil de comprender para muchos: “La idea que siempre hemos tenido es la de querer sacar el síntoma, pero podemos entender que quizás la naturaleza no está equivocada y por eso aparece”. Por supuesto, esto no pretende dejar de lado los tratamientos indicados.

“La medicina confunde la consecuencia con la causa, tenemos que conocer el origen de la enfermedad. No se trata de sacar el síntoma. Las enfermedades son recursos adaptativos a una situación”, destaca Giménez y agrega: “La salud tiene que ser un traje a medida, no se puede meter a todos en el mismo”. “Hay que buscar los porqué. Estos modelos buscan que entres en una relación con los síntomas”, señala y aclara sobre la constelación familiar en particular: “Funcionan para acompañar, para complementar. No elimina la medicina tradicional. No sirve irse a los extremos porque la verdad no es una sola”.

Plantearle a una persona que atraviesa un problema de salud o que convive con el dolor, la idea de “amigarse” con el síntoma puede ser algo incomprensible, pero desde la óptica desde las constelaciones tiene una razón de ser. “En general tenemos una mirada lineal de causa-efecto, pero podemos tener una relación amigable con el síntoma”. “Lo que buscamos es conocer el origen de la enfermedad, el porqué”, señala Giménez.

“Lo que intentamos es sanar, que no es lo mismo que curar, que es un proceso biológico. Tenemos que preguntarnos al servicio de qué está el síntoma, que nos pide que estemos atentos a algo. El cuerpo en algún momento te avisa de algo, es una respuesta biológica a determinada situación. Hay que ver el potencial de ese síntoma, que está al servicio de la vida”, agregó Irrera.

La necesaria visión crítica

La mayor presencia de estos métodos generan cierta preocupación en los colegios y asociaciones profesionales. “Es una preocupación, pero no hay una única posición al respecto. No se puede negar que están y que cada vez más personas recurren a ellas para encontrar alivio”, explicó Gabriela Dick, presidenta del Colegio de Psicólogos de Mendoza.

“Por un lado son alternativas terapéuticas desde el punto de vista que generan alivio. Pero el contrapunto indiscutible que se da frente a lo tradicional está en la validación en términos científicos, en la rigurosidad de la metodología y la epistemología. Los psicólogos trabajamos con una rigurosidad técnica, científica, nuestro ejercicio está validado con una matrícula, tenemos un consejo deontológico, recibimos sanciones a diferencia del resto de las terapias que no están validadas ni sostenidas, la gente puede tener ciertas garantías”, sostiene Dick.

Sin embargo, admite: “La ciencia occidental no es la única, pero es la aceptada formalmente. Antiguamente las personas han encontrado distintas formas de aliviar su sufrimiento, desde ese punto de vista la religión también tiene efectos terapéuticos. Son estrategias que encuentran para tener alivio”. Además, señala que “la fuerza y la diversidad de estos métodos tienen que ver con que en algún punto le traen alivio a las personas en un momento en el que la gente está buscando alternativas, ayuda, espacios de alivio a lo que les pasa y el sistema de salud no está dando respuestas”.

“Hay una gran problemática respecto a la salud mental, acrecentada por los efectos de la pandemia y la crisis económica, social y política. La situación es muy compleja”. “Esto genera un empuje a buscar otras alternativas, otras respuestas”. “Hoy el sistema no piensa en la salud, se está pensando en la enfermedad porque se llega a los segundos niveles de atención cuando la situación es más grave y compleja y no hay acuerdo sobre cómo abordar esto que es una realidad”, advierte Dick. A lo que suma la “deuda de la medicina tradicional, que está fragmentada”.

Por otro lado, la presidenta del Colegio de Psicólogos señala que “hay una preocupación” frente a situaciones que pueden ser “riesgosas”. “Quienes llevan a cabo estos métodos, en general no están formados en salud mental. Y están frente a situaciones en las que a los sujetos les pasan cosas y muchas traen consecuencias, se mueven mucho a nivel interno, se hacen muchas preguntas y muchas veces esto afecta seriamente”.

“Es un problema cuando el que acude es una persona con patologías de salud mental compleja. Y hay que tener en cuenta que hoy un gran porcentaje de la población tiene estas situaciones. Los profesionales de la salud mental nos formamos para poder trabajar con personas con patologías complejas”, advirtió Dick.

 

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9. Argentina: un tercio de los cordobeses acuden a las terapias alternativas.

FUENTE: La Voz

 

 

El 27,25 % de la población mayor de edad de la ciudad de Córdoba (Argentina) reconoce que usa medicinas alternativas y complementarias (MAC). Y el uso está más generalizado entre las personas de entre 30 y 59 años (más del 30 %) y en el nivel socioeconómico más alto (44,7 %). Según informa Lucas Viano en La Voz, la cifra se reduce al 15 % si se excluye al yoga y meditación, dos prácticas que pueden realizarse sin el contacto estrecho con un experto. Los datos surgen de una encuesta realizada por científicos del Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS) de la Universidad Nacional de Córdoba y Conicet.

Se encuestó personalmente a 1.200 habitantes de la ciudad de Córdoba mayores de 18 años en abril de 2022. Para el muestreo se tuvieron en cuenta los radios censales. El margen de error del estudio es de +/- 2.9 % y su confiabilidad del 95 %. Las prácticas terapéuticas más frecuentes son: uso de yuyos (9,8 % lo realiza frecuentemente), la limpieza de energía (6,3 %), meditación (4,6 %), yoga (2,6 %), reiki (2 %), curandero (1,9 %), sanación religiosa (1,8 %) y homeopatía (1,6 %). Muchas personas realizan más de una práctica.

En los últimos tres años, la sociedad fue atravesada por una crisis de salud pocas veces vista en la historia de la humanidad: la pandemia de Covid-19. La respuesta de la ciencia y la medicina modernas fue efectiva con medidas preventivas (barbijo, ventilación, etcétera) y el desarrollo de vacunas y tratamientos específicos. Sin embargo, también se visibilizó un mensaje anticiencia, antivacunas y que cuestiona la biomedicina. ¿Pudo la pandemia cambiar algunas creencias y prácticas de salud?

Una posible respuesta surge de comparar estos datos con los obtenidos por la misma encuesta en 2019, el último año prepandemia. En ese momento, determinaron que el 20,3 % de los cordobeses era usuario de MAC. Es decir, se registra un aumento del siete puntos porcentuales entre 2019 y 2022. Vanina Papalini, directora del estudio, cree que este incremento puede explicarse porque durante el aislamiento de la pandemia muchas personas comenzaron a realizar yoga o meditación desde su casa, a partir de tutoriales por internet, y sin la necesidad de estar en contacto estrecho con el experto.

La experta asegura que quienes recurren a las MAC no son necesariamente anticiencia y antivacunas. “Hay más confianza en la ciencia en general que en la medicina y también hay más confianza en la medicina que en los médicos. Mientras que la representación social de la ciencia está romantizada, las prácticas concretas sobre las que ciudadanos y ciudadanas tienen experiencias, como la medicina, son mucho más cuestionables”, explica.

Por su parte, Héctor Oviedo, presidente del Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba, se mostró sorprendido por el alto porcentaje de personas que usan MAC. “Es más llamativo aún el hecho de que la mayor utilización se verifique en los niveles teóricamente más elevados socioculturalmente, ya que en principio deberían ser los más informados”, señala.

Por qué recurren a estas terapias

El equipo de Papalini ha indagado en profundidad en la temática con entrevistas a diferentes actores. Sostiene que la gente utiliza las MAC como una complementación o para intentar caminos alternativos cuando la biomedicina no funcionó. “También hay gente que ha tenido malas experiencias con la biomedicina porque le dieron muchos medicamentos o porque hubo una mala atención”, detalla.

Sobre las afecciones que las personas buscan tratar con MAC, Papalini menciona en primer lugar a problemas gastrointestinales. “Los propios gastroenterólogos dicen que tienen un componente emocional. Y la biomedicina tienen una cantidad limitada de drogas para tratarlos. Hay una tendencia a incorporar productos naturales”, explica.

También los problemas de estrés. “La opción es hacer terapia psicológica, pero muchos recurren a la meditación. En otros casos se apoyan en terapias alternativas para sobrellevar los efectos adversos de la quimioterapia. En casos extremos, los pacientes deciden abandonar la quimioterapia porque la encuentran más nociva que el propio cáncer”, comenta Papalini. Luego también se recurre al yoga para problemas articulares, de columna y otros dolores inespecíficos. “Incluso algunos médicos recomiendan estas terapias como tratamientos complementarios”, detalla.

Para Oviedo puede haber varias razones para que una persona busque una MAC. Y ejemplifica con razones de tradición, como usar la hoja de coca como estimulante; o creencias, como llevar una cinta roja para curar “el mal de ojo”. Pero también reconoce que la biomedicina a veces no tiene soluciones eficaces para manejar las patologías crónicas como la fibromialgia y enfermedades terminales. “En muchas de estas situaciones, las MAC asumen un rol relevante en la contención emocional del paciente”, dice el médico.

Pero enseguida realiza una importante advertencia: “El uso de las MAC debe tratarse con cuidado porque puede retrasar diagnósticos y/o terapéuticas decisivas en el curso de una enfermedad, transformándose en algo perjudicial, no sólo por la pérdida de oportunidades que provocan, sino porque en muchos casos presentan efectos adversos”. Además, agrega que en algunos casos están rodeadas de un pensamiento mágico y presentan soluciones “milagrosas”. “Debemos estar alertas para evitar que grupos más proclives y desvalidos sean presas de embaucadores”, apunta.

Para Papalini, no hay que hacer lecturas lineales. “En el universo de las MAC encontrarás muchas cosas que pueden sonar a engaño y estafa, y la gente acude porque está desesperada. Pero también hay otras medicinas que trabajan con seriedad y cierto rigor. Además, la biomedicina también tiene una trayectoria con errores costosos”, explica. Y agrega: “Hay un problema sobre cómo se recibieron estos saberes en Occidente. No siempre vinieron con toda su complejidad, sino mediados por grupos ecologistas y de la contracultura. Entonces hay una lectura más superficial, sin los fundamentos que tiene detrás”.

Para Papalini, un primer paso para transparentar las MAC sería buscar su regulación por parte del Estado. “Regular la actividad protege a los usuarios”, apunta. Otro paso podría ser pensar experiencias piloto de clínicas integrales que combinan la biomedicina con otras prácticas, como ocurre en Brasil, Reino Unido y EE.UU.

Para Oviedo, la regulación puede ser de difícil implementación y cumplimiento efectivo. “Regular prácticas que no poseen ningún fundamento científico es desconocer el avance de la ciencia y los rigurosos estándares que toda práctica médica debe cumplir para poder aplicarse en humanos. Más bien me inclino por campañas de educación en salud, incluso aunque los resultados sean pobres” destaca.

Fusionar los dos mundos: una sesión de “medicina integral”

René Pivetta es licenciado en Kinesiología, pero también incorpora terapias complementarias en lo que se define con medicina integral. “Es una medicina mucho más humana. Hay una mirada física y funcional del problema, pero también se intenta comprender al paciente. Tiene en cuenta su parte espiritual y energética”, explica. Se formó en acupuntura, medicina china y osteopatía. “Al pasar por la facultad uno piensa que tiene mucho conocimiento. Pero luego se da cuenta de que no tenía todos los saberes y que hay otras perspectivas”, reconoce.

Asegura que la medicina alopática tiende a la especialización, por lo que se pierde la mirada integral. “Intervenir quirúrgicamente requiere subespecialidades, pero a veces un dolor de rodilla puede estar causado por un problema en el pie y hasta por cuestiones psicoemocionales”, comenta. René recibe a muchos pacientes que pasaron por varios médicos alópatas y buscan algo distinto. Y otros pacientes que saben su forma de trabajar. “Lo primero que hago es evaluarlo desde lo físico y funcional. Analizo los estudios, si los tiene, al igual que cualquier kinesiólogo”, asegura.

Y agrega: “Pero también se lo analiza energéticamente para saber cómo trabajarlo desde la acupuntura. Conversamos sobre qué problemas psicoemocionales pueden estar influyendo. Por ejemplo, el dolor en el cuello puede ser un problema de comunicación porque el cuello es un puente que une los que pensás con lo que sentís. Le doy tiempo para que lo pueda responder en otras sesiones”. René cree que esta mirada más integralista de la medicina no se masifica por varios motivos, uno de ellos es la formación. “La medicina sólo acepta un tipo de conocimiento amparado en un tipo método científico. También hay intereses económicos detrás de la medicina alopática”, advierte. El especialista cree que si se regularan las MAC, posiblemente más gente concurriría a este tipo de consultorios.

Confianza en las vacunas y miradas conspirativas

La encuesta realizada por el Ciecs también evaluó la confianza en las vacunas y otras creencias sobre la pandemia. El 85,8 % de los cordobeses tiene confianza alta en las vacunas de la infancia, pero baja al 54 % para las inmunizaciones contra el Covid-19.  Mientras que los porcentajes de confianza baja fueron del 2 % y 16,1 %, respectivamente. La confianza en las vacunas de Covid-19 aumenta entre los grupos de más edad y no registra variaciones por el nivel socioeconómico.

En tanto, las razones principales que manifiestan para no vacunarse contra el Covid-19 o no completar el esquema son: las vacunas no están lo suficientemente probadas (25,2%), no parece necesaria o es sólo una gripe (15,3%) y es un negocio mundial o estrategia política (9,8%). Sobre otras creencias asociadas a la pandemia, más de la mitad de los cordobeses cree en esta frase: “Quien tiene miedo a enfermarse, se enferma”. El 46 por ciento piensa que “la pandemia fue usada para controlar a la sociedad”. El 60,9 por ciento está convencido de que “la pandemia fue causada por un virus que salió del laboratorio”.

“Me preocupa la desconfianza en las acciones médicas probadas como la vacunación, que lleva más de un siglo de exitosa aplicación y, sobre todo, la influencia que parece tener en parte de la población la información falsa y/o manipulada con fines políticos o ideológicos”, asegura Oviedo. Sobre las visiones conspirativa durante la pandemia, entiende que el temor y la desinformación jugaron un papel fundamental. “La posibilidad de acceso a mucha información no significa acceso a información de calidad y veraz. Este parece ser uno de los problemas más acuciantes que deberemos enfrentar en el futuro”, sostiene.

Para Papalini, los porcentajes sobre lecturas conspirativas no le parecieron tan altos, como tampoco el porcentaje de personas que piensan que detrás de las vacunas hay una estrategia política o un negocio de los laboratorios. Sin embargo, reflexiona: “Negarse a ver la irresponsabilidad sobre los efectos a largo plazo de ciertas decisiones del complejo científico-industrial y señalar esas críticas como ‘conspirativas’ no ayudan a que la ciudadanía pueda participar de las decisiones políticas. Transparentar el conocimiento y ponerlo al alcance de todos debería ser un estándar democrático mínimo que preceda a la toma de decisiones públicas”.

 

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10. Discípulos directos del fundador de la escuela Gendai Reiki Ho dan formación en Chile.

FUENTE: G5 Noticias

 

 

El reiki es sanación, plenitud y espiritualidad, un estado del ser que muchas personas buscan – aún en los agitados tiempos del mundo moderno. Así comienza este artículo (totalmente publicitario) de G5 Noticias. El Centro VivirPresente VP realizó una formación de 4 niveles, incluyendo la Maestría, para personas que deseaban convertirse en reikistas de la línea japonesa Gendai Reiki Ho. La convocatoria se realizó del 22 al 25 de febrero de 2023, y fue una experiencia junto a discípulos directos de Hiroshi Doi Sensei, fundador de la escuela Gendai Reiki Ho de Japón, obteniendo certificación y manuales originales avalados por dicha institución.

El Centro VivirPresente VP es un espacio enfocado en la sanación y en la formación de terapeutas complementarios. En esta oportunidad se ofreció la realización de una formación completa de Reiki, incluyendo la Maestría. Este curso se llevó a cabo en forma presencial, instancia que busca aportar al desarrollo y mantenimiento de la práctica del reiki, el cual está abierto a todas las personas que buscan iniciarse y/o aumentar sus conocimientos y técnicas.

Según la publicidad previa, este curso formativo se divide en 4 niveles, en los cuales los participantes podrán adquirir todos los conocimientos y prácticas para llegar al nivel de Maestría. Pero también, en forma especial, el curso ofrece la posibilidad al alumno de realizar solo el nivel de reiki que le interesa o bien terminar su enseñanza con los niveles que le faltan. Asimismo, de manera gratuita, se podrá repasar el nivel que se curse cada vez que se imparta la formación.

Quienes se inscriban y realicen cualquiera de los niveles, accederán a una formación intensiva, realizada por los instructores Cherié Mancilla (Guru Raj Kaur) y Miguel Ángel Serrano (Jagat Guru Singh), quienes actualmente tienen el título de Miembros maestros de la Gendai Reiki Network. Un factor fundamental sobre la calidad de la formación ofrecida es que ambos maestros son discípulos directos de Hiroshi Doi Sensei, fundador de la escuela Gendai Reiki Ho de Japón, por lo que el Centro está avalado por esta Escuela japonesa.

En este marco, Cherié Mancilla destaca que en el año 2022 la Asociación de Gendai Reiki Ho de Japón les solicitó ser los distribuidores oficiales en Chile de los manuales originales, traducidos al español, para la formación de reikistas en Gendai Reiki Ho, material que toda escuela debe entregar a sus estudiantes. Así también, agrega que fueron invitados por “International School of Reiki Sammasati” a participar como expositores en el IV y V Congreso Internacional de Reiki, participando en el año 2021 y 2022, instancia que les permite expandir las enseñanzas de manera global.

Cherié comenta que “somos profesionales dedicados al arte de la psicoterapia, las terapias vibracionales y la formación de terapeutas. Integramos diversos enfoques psicológicos, corporales, energéticos y espirituales que nos permiten ofrecer una atención centrada en la totalidad del ser humano y facilitar su desarrollo mientras avanza por las experiencias de su vida”.

Expresa que al conocer el reiki original japonés comprendió que “el reiki es un camino de vida, que la sanación es solo el comienzo y que el propósito es una vida espiritual asumida en abundancia, para poder avanzar hacia el estado de Anshin Ritsumei: un estado de paz interior y plenitud que permitirá el equilibrio y la satisfacción de vivir siendo quienes somos”.

Declara así también que “el propósito del Reiki es generar armonía, sanación y conectar con el amor, esos son nuestros propósitos, entendiendo que cualquier disarmonía va a generar un desequilibrio y una posible enfermedad. Las técnicas meditativas de Reiki nos permiten estar más presentes, conscientes de las necesidades del cuerpo, de la gestión emocional, generando así un profundo bienestar en nuestras vidas y de eso se trata, estar creando en lo posible una vida armoniosa”.

La formación se divide en 4 niveles, en los cuales los participantes podrán adquirir los siguientes conocimientos y prácticas:

1° nivel – Shoden: Introducción a la Historia del reiki; los 5 principios del reikista; aprendizaje de técnicas y posiciones de mano para sanación propia y para otros (tratamiento para animales, plantas, alimentos, gemas, agua); múltiples técnicas meditativas de autopurificación y autocrecimiento.

2° nivel – Okuden: Se aprende a realizar sanaciones a distancia y técnicas para trascender el tiempo y el espacio (pasado y futuro); comprensión y utilización de los símbolos en reiki; múltiples técnicas meditativas de autopurificación y autocrecimiento relacionadas a este nivel.

3° nivel – Shinpiden: Comprensión y utilización del símbolo Maestro; Utilización de Afirmaciones Positivas con técnicas de reiki; múltiples técnicas meditativas de autopurificación y autocrecimiento relacionadas a este nivel; Técnicas de entrenamiento solar; Perfeccionamiento del reikista, con la finalidad de poder ir alcanzando el estado de Anshin Ritsumei.

4° nivel- Gokuikaiden (Maestría): Con este Nivel se completa la Formación, los instructores enseñan a los alumnos a transmitir a otras personas sus conocimientos. Dentro de los contenidos en este nivel, se profundiza en las enseñanzas de Mikao Usui Sensei y en las técnicas de la transmisión de energía.

A partir de los contenidos y actividades que se desarrollarán durante los cuatro días de la formación, “los alumnos podrán experimentar estados meditativos muy profundos, mayor conciencia del trabajo energético, de la respiración y del sanador interno que habita en cada persona».

Sobre la importancia de formar reikistas y aumentar el acceso de las personas a terapias complementarias, hay que dar cuenta del momento que viven las personas actualmente, tras experimentar una pandemia, estados ansiosos y detección de sintomatología depresiva, episodios en que la aplicación de reiki puede llegar a ser un camino de sanación profunda: “Es una herramienta que facilita los estados meditativos, lo que nos ayuda a estar muy presentes, a poder bajar un poco el diálogo interno que a veces puede ser tan tormentoso, a estar más conscientes del cuerpo, de los ritmos, de qué es lo que necesitamos realmente”, afirma Cherié.

 

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