IGLESIA-ESTADO

 

Los “Diálogos de Toledo” abordan la actual situación de las relaciones entre la Iglesia y el Estado

 

Francisco Cerro y César García Magán congregan a una veintena de políticos en activo, tanto del PP como del PSOE regional, profesores de universidad y juristas

 

 

 

30/05/24


 

 

 

  1. Acuerdos Iglesia-Estado
  2. Aconfesionalidad, cooperación y libertad religiosa
  3. Libertad religiosa
  4. Nuevo proyecto de Ley
  5. Un cambio de modelo
  6. Prioridad para Pedro Sánchez

 

 

 


García Magán y Francisco Cerro con el Papa.

 

 

 

El pasado lunes 27 de mayo se celebró por la tarde, en la Casa de Ejercicios Espirituales de Toledo, una nueva edición de los “Diálogos de Toledo”.

Una iniciativa del arzobispo de esa Iglesia, monseñor Francisco Cerro Chaves, acompañado de su obispo auxiliar, monseñor César García Magán, que en ese caso no actuaba como Secretario General de la Conferencia Episcopal.

 

Acuerdos Iglesia-Estado

El tema que congregó a una veintena de políticos en activo, tanto del PP como del PSOE regional, profesores de universidad y juristas, fue la situación actual de los Acuerdos entre la Iglesia y el Estado.

Como norma de trabajo se impuso la regla de Chatam House, que dice que los participantes pueden utilizar la información pero no se puede revelar públicamente ni la identidad de los que participan, ni la de quien habla, ni atribuirle lo hablado.

La situación actual de las relaciones entre la Iglesia y el Estado se abordó inicialmente desde la teoría común del derecho constitucional español y del derecho concordatario, a modo de resumen de la doctrina común y del pensamiento conciliar.

 

Aconfesionalidad, cooperación y libertad religiosa

Tres horizontes dominan esta perspectiva, deducidos del texto Constitucional vigente y de la posterior jurisprudencia: la aconfesionalidad del Estado, la cooperación del Estado con la Iglesia católica y las confesiones religiosas, y el principio de libertad religiosa. Un trípode que quiebra si se conculca alguna de sus patas.

Respecto a la cooperación, y sobre la cuestión de la posibilidad de denuncia de los Acuerdos, que suele aparecer en los programas y declaraciones de algunos grupos políticos, quedó claro que la denuncia unilateral no es causa de determinación de la ruptura de los mismos, según el mismo texto de los Acuerdos y de los tratados internacionales que les amparan.

Tiene que ser una denuncia concertada por la partes y por causa grave. Se requiere voluntad política de conflicto por parte del Gobierno. Escenario no previsible.

 

Libertad religiosa

Esta situación hace que la pelota se traslade a la cuestión de la libertad religiosa, terreno de juego en el que se está intentado implantar el proyecto de modificación por la puerta de atrás de los Acuerdos entre la Iglesia y el Estado, con la intención de convertirlos en papel mojado.

Este escenario está motivado, entre otros factores, por un proceso de “podemización” del PSOE respecto a estas cuestiones, que implica una ruptura con el tradicional discurso histórico socialista que hizo posible la Transición y un permanente diálogo, a lo largo de la democracia, con la Conferencia Episcopal.

 

Nuevo proyecto de Ley

La punta de lanza de este nuevo proceso sería un nuevo proyecto de Ley de Libertad religiosa que modifique la normativa vigente, Ley Orgánica de Libertad Religiosa 7/1980, una ley que sirvió incluso de ejemplo en Naciones Unidas.

José Luis Rodríguez Zapatero ya puso sobre la mesa un proyecto de nueva ley de libertad religiosa. En el intento actual, que procede de ahí, tiene como estrategia formal pública un aparente reconocimiento del ejercicio de libertad religiosa y de conciencia, pero esconde, por una lado, una concepción de la libertad religiosa sometida a la unilateralidad del Estado, que se convierte en árbitro de ese proceso, ante el evidente escenario de pluralismo religioso en la sociedad, y por otro, se establece un proceso con consecuencias determinantes para los actuales y vigentes Acuerdos entre la Iglesia y el Estado, que no se denuncian pero que son vaciados en su substancia.

No hay que olvidar, y de esto se dejó constancia en la reunión, que cada vez que el Tribunal Constitucional, en los últimos meses, ha conceptualizado sobre principios fundamentales a través de sus sentencias, ha modificado el sentido originario de los términos en ruptura con las decisiones precedentes. Véase lo referido al derecho a la vida, por ejemplo.

 

Un cambio de modelo

Por lo tanto se produciría un cambio de modelo de espaldas a la Constitución” que, por otra parte, es táctica habitual, moneda de cambio común en determinadas actuaciones legislativas del actual gobierno de Pedro Sánchez.

“Se quiere una nueva ley de libertad religiosa para limitar el ejercicio de la libertad religiosa”, se dijo en el encuentro.

Un ejemplo de este proceso es la justificación que el Gobierno dio respecto a los cambios de ubicación en el organigrama ministerial de la Subdirección General de Libertad religiosa dentro del ministerio de Presidencia.

Por lo tanto, “sólo hay algo más preocupante que la denuncia de los Acuerdos entre la Iglesia y el Estado, que se conviertan en papel mojado”, se comentó.

 

Prioridad para Pedro Sánchez

¿Es ésta una prioridad para Pedro Sánchez? ¿Le dará tiempo a llevar adelante este proceso en esta legislatura? ¿Cuáles son las estrategias sociales de narrativa y discurso que se están utilizando que preparan este proceso? ¿Qué ítems tienen y qué efectos en la opinión pública?¿Cuál es la actitud de determinados sectores de cristianos cercanos al Gobierno en este proceso? Preguntas que estuvieron presentes en el diálogo.

El arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro Chaves, y su obispo auxiliar, monseñor César García Magán, escuchaban atentamente las intervenciones, y, de vez en cuando, tomaban nota.