DE LIBROS

 

Una vida al servicio de la diplomacia vaticana

 

Xavier Reyes Matheus presenta "Monseñor Faustino Sainz. En el corazón de la diplomacia vaticana"

 

 

 

José Francisco Serrano Oceja | 22/07/24


 

 

 

  1. Ayudar a la aplicación del Concilio Vaticano II
  2. Monseñor Faustino Sainz
  3. Historia de la Iglesia contemporánea
  4. No había querido aceptar el capelo cardenalicio
  5. Personalidad resolutiva y pragmática

 

 

 


Monseñor Faustino Sainz.

 

 

 

No han sido pocos los eclesiásticos españoles dedicados a la labor diplomática en las misiones apostólicas, es decir, en representar al Papa ante las Iglesias locales y los Estados en la época reciente.

 

Ayudar a la aplicación del Concilio Vaticano II

Podíamos decir, siguiendo el ciclo de las generaciones, que fue numeroso el grupo de prelados que se formó en los años anteriores al Concilio y que tuvieron como misión también ayudar a la aplicación del Concilio Vaticano II.

Tanto las biografías, como las memorias o autobiografías, aunque técnicamente en cuanto a la historiografía no tienen el mismo valor de las fuentes primarias, los documentos originales, son referencias importantes, principalmente de contexto.

Es lo que ocurre con esta biografía de quien fue un español destacado en la diplomacia vaticana durante los pontificados de Pablo VI, Juan Pablo II y de Benedicto XVI: monseñor Faustino Sainz.

 

Monseñor Faustino Sainz

Nacido en Almadén (Ciudad Real) el 5 de junio de 1937, ordenado en diciembre de 1964, consagrado obispos en la madrileña parroquia de El Pilar en 1988 y Pro-Nuncio en Cuba, Nuncio en la República Democrática del Congo, en las Comunidades Europeas y en el Reino Unido, desempeñó otros trabajos interesantes, como el de mediador en la crisis del Canal Beagle.

Sus restos mortales descansan en la madrileña parroquia de la Concepción de Nuestra Señora en la calle Goya.

El autor de esta biografía, Xavier Reyes Matheu, es un joven doctor de la escuela del recordado Fernando García de Cortázar. Da la impresión de que éste es su primer trabajo sobre una personalidad de la Iglesia, dado que sus publicaciones anteriores han estado dedicada a cuestiones de teoría política y de relaciones internacionales.

Por eso en esta biografía domina, a lo largo del texto, el contexto. Es decir, el encuadre de los momentos, de los lugares, de las relaciones en las que vivió monseñor Faustino Sainz.

Quizá se eche en falta algo más de referencias personales, de presencia de mundos interiores y testimonios exteriores del biografiado.

 

Historia de la Iglesia contemporánea

El párroco de la Concepción de Goya cuando falleció monseñor Faustino Sainz, el 31 de octubre de 2012, José Aurelio Martín, escribió en el Alfa y Omega primigenio que la vida de monseñor Sainz “no se entendería sin otros nombres, cercanos a nuestra realidad. Por ejemplo, monseñor Maximino Romero de Lema y el cardenal Agostino Casaroli, de quien fue mano derecha y confidente. Con el cardenal Casaroli trabajo durante los años 1975 a 1989 en el Consejo para los Asuntos Públicos de la Iglesia, hoy Sección de la Secretaría de Estado para las Relaciones con los Estados”.

Son éstas amistades, las de Casroli, las de Maximino Romero de Lema, las que afloran con fuerza en este relato, que es también un relato no sólo de la historia contemporánea sino de la historia de la Iglesia contemporánea.

Destacaría de este volumen un dato que aparece en varias ocasiones en la biografía y que me parece de lo más novedoso que aquí se aporta.

 

No había querido aceptar el capelo cardenalicio

El hecho de que “tras la muerte de monseñor Sainz fue Aguirre de Cárcer quien reveló que Faustino no había querido aceptar el capelo cardenalicio: un ofrecimiento del que jamás dijo nada  a los suyos, a pesar de la intensa comunicación con la que el religioso permaneció siempre cerca de sus hermanos”.

Afirmación que, posteriormente, se ratifica en el contexto de una entrevista que el nuncio tuvo con Benedicto XVI. “Muy probablemente –se dice- fue durante aquel encuentro cuando Ratzinger, a solas con Faustino, le manifestó su intención de nombrarle cardenal; aunque tal ofrecimiento, declinado por el español, permaneció oculto para su familia, y solo tras la muerte fue revelado por algunas personas a las que les constaba”.

Por cierto que esta estrecha relación del nuncio con su familia hace de la biografía también una historia familiar.

 

Personalidad resolutiva y pragmática

Dentro del escenario de personalidades que parecen en el libro, destacaría al riojano Eduardo Martínez Somalo. En referencia a la decisión del Juan Pablo II de nombrarle Sustituto, “en opinión del vaticanista Antonio Pelayo, -leemos en el libro- se trató de una decisión tanto más afortunada cuanto más distintos resultaban los caracteres del papa y del arzobispo español; pues al pensamiento complejo y hondamente teológico del pontífice daba a Martínez Somalo el contrapunto de una personalidad resolutiva y pragmática, propia de un hombre de acción”.

Hay, sin duda otras personas que son citadas en el libro con referencias de interés, monseñor Félix del Blanco, el leonés que fue secretario del cardenal Casaroli, o monseñor Justo Müllor, o monseñor Christophe Pierre.

 

 

 

 

 

 

 

 

Xavier Reyes Matheus,
Monseñor Faustino Sainz. En el corazón de la diplomacia vaticana.
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