Diócesis

 

Semeraro beatifica a dos mártires de la Guerra Civil en la Sagrada Familia de Barcelona

 

Cerca de 2.000 personas asisten a la ceremonia de beatificación del sacerdote ejemplar Gaietà Clausellas y el esposo y padre de 13 hijos Antoni Tort

 

 

 

23/11/24


 

 

 

  1. Un sacerdote ejemplar
  2. Un padre y esposo de profunda fe
  3. La vida, don y no posesión
  4. Cerca de 2.000 fieles
  5. En el Libro de los Beatos
  6. Palabras de Omella

 

 

 


La misa de beatificación en la Sagrada Familia de Barcelona
de Gaietà Clausellas y Antoni Tort, mártires de la Guerra Civil.

 

 

 

El cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, ha presidido esta mañana la ceremonia de beatificación en la Basílica de la Sagrada Familia de los mártires de la Guerra Civil Gaietà Clausellas y Antoni Tort.

 

Un sacerdote ejemplar

Mn. Gaietà Clausellas nació en Sabadell en 1863 y fue un sacerdote ejemplar, destacado por su celo apostólico y su dedicación a los pobres y enfermos. Sirvió en diversas parroquias y, desde 1916, como sacerdote de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Sabadell. Murió mártir el 14 de agosto de 1936 durante la Guerra Civil, y sus restos descansan en la iglesia de San Félix de Sabadell.

Cuando los milicianos vinieron a buscarle el 14 de agosto de 1936, les recibió cortésmente, saludó a su cuñada y les siguió recitando el Te Deum. Le disparan por la espalda tras detener el coche en medio de la carretera.

 

Un padre y esposo de profunda fe

Antoni Tort i Reixachs, nacido en 1895 en Monistrol de Montserrat, fue un esposo y padre ejemplar de 13 hijos, destacado por su profunda fe y sus obras de caridad. Joyero especializado en objetos litúrgicos, vivió con una intensa devoción eucarística y un firme compromiso con los más necesitados. Llevó la Eucaristía a quienes no podían recibirla y los domingos por la mañana iba a afeitar a los tuberculosos del hospital de San Lázaro y por las tardes da catequesis en la parroquia.

Durante la persecución religiosa de 1936, protegió en su casa al obispo de Barcelona, a su secretario y a cuatro religiosas. Detenido por los milicianos, defendió la Eucaristía con valentía y fue asesinado el 3 de diciembre de 1936, testimoniando su fe hasta la muerte. Cuando los milicianos irrumpieron en su casa, arrebata las hostias consagradas de las manos del miliciano que iba a profanarlas y las reparte entre los presentes, incluso a su hijo de 5 años, diciéndole «Ellos te quitan a tu Padre de la tierra y yo te doy a tu Padre del cielo», después siguió a sus verdugos hasta el cementerio de Montcada, donde fue asesinado a la edad de 41 años y arrojado a una fosa común.

 

La vida, don y no posesión

A su "testimonio de caridad ambos permanecieron fieles, incluso cuando esto exponía sus propias vidas al peligro", subrayó el cardenal Semeraro en su homilía, añadiendo que estos "testimonios de martirio, tan intensos e incluso conmovedores" deben entenderse a la luz del ejemplo de Cristo, es decir, de un modo de considerar la propia vida no como "una posesión que hay que tener con avaricia, como un bien único que hay que defender a toda costa, sino, al contrario, abriéndola al encuentro, a la misericordia, al cuidado de los demás, y esto no sólo por solidaridad y filantropía, que también son gestos importantes y dignos de estima", sino precisamente «imitando a Jesús".

 

Cerca de 2.000 fieles

Clausellas y Tort han sido beatificados esta mañana en la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, ante cerca de 2.000 fieles procedentes, principalmente, de las diócesis de Barcelona y Terrassa, así como un buen número de presbíteros, diáconos y seminaristas de ambos territorios diocesanos.

La celebración ha sido presidida por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio de los Santos y representante del Santo Padre. Han concelebrado el nuncio apostólico, Mons. Bernardito Auza; el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, y Mons. Salvador Cristau, obispo de Terrassa. También han participado de la celebración el arzobispo de Tarragona, Mons. Joan Planellas y el obispo de Girona, Fray Octavi Vilà.

En cuanto a autoridades civiles, han asistido el consejero de Justicia y Calidad Democrática, Ramon Espadaler; el inspector general del Ejército, el teniente general Manuel Busquier; la alcaldesa de Sabadell, Marta Farrés; la alcaldesa de Monistrol de Montserrat, Núria Carreras, y el director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat, Ramon Bassas, entre otros.

 

En el Libro de los Beatos

Una vez comenzada la Misa, se ha iniciado el rito de la beatificación, en el cual el obispo de Terrassa, Mons. Cristau, ha realizado la petición de beatificación de los dos mártires. A continuación, Mn. Eduardo Pire, secretario general y canciller del Obispado de Terrassa, y el P. Josep M. Blanquet, responsable de la Oficina de las Causas de los Santos del Arzobispado de Barcelona, han recordado las vidas de los dos Siervos de Dios, que posteriormente han sido declarados Beatos.

A continuación, el Card. Semeraro ha leído en latín, lengua en la que está redactado el texto original, la Carta Apostólica de Su Santidad, en la cual inscribe en el Libro de los Beatos a los dos venerables Siervos de Dios, Gaietà, presbítero, y Antoni, laico. Seguidamente, se han mostrado las reliquias de los nuevos Beatos y ha tenido lugar un momento de oración. Por su parte, el cardenal Omella ha agradecido al Santo Padre la beatificación.

 

Palabras de Omella

Antes de finalizar la celebración, el cardenal Juan José Omella ha pronunciado unas palabras en nombre del Arzobispado de Barcelona y del Obispado de Terrassa en las que ha agradecido al Santo Padre su carta apostólica en la cual se certifican estas beatificaciones, asegurando que “la Iglesia de Dios que peregrina en Barcelona y en Terrassa, unida a los familiares de los mártires y a toda la Asamblea, dan gracias al sucesor del Apóstol San Pedro, Su Santidad el Papa Francisco, por la beatificación de estos mártires que derramaron su sangre en defensa de la fe”.

Finalmente, tras la bendición final, el coro junto con la asamblea han entonado el Virolai, culminando un día de gran alegría para las diócesis de Terrassa y Barcelona.

La colecta de la celebración de la beatificación irá destinada a los damnificados por la DANA por decisión del arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, y el obispo de Terrassa, Mons. Salvador Cristau.

 

 

 


El cardenal Semeraro preside la misa de beatificación
en la Sagrada Familia de Barcelona.