Tribunas

Una conferencia imprescindible de Mons. Martínez Camino

 

 

José Francisco Serrano Oceja


Mons. Juan Antonio Martínez Camino.

 

 

 

 

 

 

Ciertamente no sabemos mucho del magisterio de monseñor Juan Antonio Martínez Camino, que sigue siendo obispo auxiliar de Madrid. Y es una pena. Porque se podrá estar en acuerdo o en desacuerdo con lo que dice, que suele estar bastante pensado, pero lo que es evidente es que sus afirmaciones no suelen dejar indiferentes a sus interlocutores.

Por otra parte no es que se prodigue mucho en los medios de comunicación, después de aquella intensa etapa de Secretario general de la Conferencia Episcopal. También puede ser que determinados medios o gestores de medios le hayan borrado de su escáner.

Lo digo porque no hace muchos días se inauguró el curso 2025 en la Real Academia de Doctores de España y la lección o conferencia inaugural la tuvo don Juan Antonio como presidente que es de la sección de Teología.

El título lo dice todo o casi todo: “La Iglesia en la encrucijada: La urgencia de la Misión. Reflexiones fragmentarias de fondo ante el Año Jubilar 2025”. Me parece que este texto es una aquilatada síntesis de su pensamiento último.

Por cierto, el contenido íntegro lo tienen en la página web de la Academia dentro del folleto del acto inaugural:

De su intervención señalo algunas ideas que me han parecido clarificadoras. Parte de un análisis de las cifras de creencia para afirmar que “la fe cristiana retrocede a ojos vista en Occidente”.

Por primera vez en la historia en la historia de la Iglesia, “una cultura se ha vuelto pagana ante ella”.

“La cultura dominante hoy en Occidente –señala- , y en particular en Europa, prescinde casi por completo y conscientemente de toda referencia positiva a Dios, sobre todo, al Dios de Jesucristo, y retrocede a usos paganos, de nuevo socialmente reconocidos, como la eutanasia, el aborto, la selección de seres humanos, la poligamia sucesiva y el hedonismo individualista más o menos cínico, sin olvidar las tiranías implantadas en su momento en Europa por ideologías ateas de diversos signos políticos, que causaron las mayores masacres de la historia”.

A partir de ahí profundiza en las causas históricas generales, en particular en lo referido al concepto de progreso como leit motiv de la modernidad. Un proceso que comenzó hace cinco siglos. Y en las causas eclesiales a partir de la pregunta: “¿No merecería la pena estudiar a fondo por qué, por vez primera, una cultura cristiana se vuelve pagana sin que la Iglesia acierte al menos a frenar esta deriva?”.

“Las consecuencias destructivas –escribe monseñor Martínez Camino- de esa inédita pérdida de confianza en el Evangelio, de ese deterioro sustancial de la identidad católica, no se han hecho esperar. Muchas congregaciones religiosas están casi en proceso de desaparición, por autodisolución, no por la fuerza de poderes externos, como había sucedido antes en algunos casos; la transmisión de la fe en las parroquias resulta cada vez más deficiente, con la consiguiente merma de bautismos y de participación en la vida de la comunidad cristiana; muchas instituciones educativas católicas han perdido casi por completo su carácter apostólico y no son capaces de transmitir o cultivar la fe junto con la cultura; las instituciones de apostolado y de formación específica de los seglares, cuando no se han extinguido, suelen carecer de vigencia y de influjo en la vida social y política; notables instituciones de acción caritativa tienden a confundirse con meras organizaciones no gubernamentales de ayuda al desarrollo”.

No se queden aquí. Me dirán algunos que ve la botella medio vacía. Esperen a la siguiente parte de su conferencia en la que explica cómo llenar la botella, la dedicada a la urgencia de la misión, la salvación de Dios, tan deseada como siempre y más necesaria que nunca.

Sobre todo es interesante por momentos como el que dedica al derrotismo: “Es el derrotismo que, salvadas las buenas intenciones personales, se esconde detrás de tantos papeles, planes pastorales y métodos catequéticos de ineficacia comprobada desde hace tiempo. El derrotismo que, a la postre, funciona como el álibi que proporciona la recurrente y falsa explicación de los fracasos en la evangelización de nuestro tiempo. Se constata un problema y, en lugar de afrontarlo a fondo, se recurre al consabido supuesto argumento final: “Es que hoy las cosas son así”, “es la secularización...””, confiesa el obispo auxiliar de Madrid.

No sigo. Lean íntegra por favor esta conferencia. Merece la pena.

 

 

José Francisco Serrano Oceja