Vaticano

 

Preguntas sobre el Caso Cipriani

 

El ex cardenal de Lima en ningún momento participó en un proceso y no ha tenido oportunidad de defenderse ni de demostrar su inocencia

 

 

 

04/02/25


 

 

 

  1. "Fuentes eclesiásticas en Lima"
  2. Denuncia no entregada
  3. Ningún proceso
  4. Cardenal del Dicasterio de los Santos
  5. Hechos probados
  6. Obedecer a la Iglesia
  7. Con el Papa
  8. Nota de la Oficina de Comunicación

 

 

 


Encuentro entre el Papa Francisco y el cardenal Cipriani en 2016.
Fuente: Arzobispado de Lima.

 

 

 

El pasado 25 de enero, el corresponsal en Roma del diario “El País”, Iñigo Domínguez, periodista que formó parte del equipo dedicado a investigar los casos de pederastia en España, publicaba una extensa información sobre las penas que se habían impuesto, en 2019, al hoy arzobispo emérito de Lima, cardenal Juan Luis Cipriani, después de una denuncia que le acusaba de abuso sexual a un menor en 1983. El denunciante, que hoy tiene 58 años según el citado diario, escribió una carta al Papa en 2018 relatando los supuestos hechos.

Esta noticia se publicaba “casualmente” el día en el que se celebraba el Jubileo de las Comunicaciones Sociales, con aproximadamente seis mil periodistas en el Vaticano, con lo que se acrecentó la repercusión ya desde primeras horas de la mañana.

 

"Fuentes eclesiásticas en Lima"

La información del citado diario se basada en el testimonio del denunciante, que había hablado con el periódico, y confirmada por “fuentes eclesiásticas en Lima”. Se añade en el texto que también confirmó el relato el “mediador que llevó su carta al Pontífice, Juan Carlos Cruz, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores del Vaticano”. Cruz declaraba al diario que “entregó la carta al Papa y “Francisco actuó”.

Aunque en el texto del periódico del grupo PRISA se dice que “el Papa intervino porque no era la primera vez que había acusaciones de este tipo contra Cipriani, indican las mismas fuentes”, no se especificaba en ningún momento qué otras acusaciones se habían hecho.

Lo que es cierto es que el 28 de diciembre de 2018 el cardenal Cipriani debía presentar su carta de renuncia al cumplir 75 años. Los supuestos hechos se cometieron en 1983. La carta llegaba “casualmente” en el momento en el que estaba sobre la mesa el proceso de sustitución de Cipriani, que se produjo el 25 de enero de 2019 cuando se hizo público el nombramiento de su sucesor.

 

Denuncia no entregada

El cardenal Cipriani contestó con una carta al diario “El País” en la que negaba rotundamente que nunca hubiera cometido abuso sexual, y ofrecía una serie de datos sobre cómo se había gestado el proceso.

Señalaba que en agosto de 2018 había sido informado de que había llegado una denuncia “que no se me entregó”. Posteriormente “el 18 de diciembre de 2019 el Nuncio me comunicó verbalmente que la Congregación para la Doctrina de la fe me había impuesto una serie de penas limitando mi ministerio sacerdotal y pidiendo que tuviera una residencia estable fuera del Perú”.

 

Ningún proceso

Respecto a las penas impuestas por la Congregación, aún es el día en el que no se ha aclarado el sentido de esas penas, si esas penas son consecuencias de un proceso de investigación previa, de un proceso administrativo o de qué tipo de proceso, o son una especie de medidas cautelares y en función de qué. Entre otras razones porque el cardenal Cipriani en ningún momento participó en ningún proceso, por lo tanto no ha tenido la oportunidad de defenderse, ni de demostrar su inocencia.

Añadía, además, el cardenal Cipriani en su carta que el 4 de febrero de 2020 “tuve una audiencia con el papa Francisco, y el Santo Padre me permitió reanudar mis tareas pastorales. Así lo demuestra mi amplia actividad pastoral…”. Esto indica que en la reunión que tuvo con el Papa, este modificó las penas, es decir, rectificó a la Congregación según lo que le había comunicado el Nuncio a Cipriani, y lo hizo en favor de Cipriani.

Cardenal del Dicasterio de los Santos

Sigue escribiendo el cardenal Cipriani en su carta que en esos años “viví en Roma como Cardenal miembro del Dicasterio para la Causa de los Santos, hasta que cumplí los 80 años y me retiré de toda ocupación en la curia romana y me trasladé a vivir a Madrid”.

En la misiva, el arzobispo emérito de Lima señala que “resulta grave que se publique de manera parcial información que parece proceder de documentación reservada por la Santa Sede que ni siquiera yo tengo en mi poder”.

Al día siguiente de publicarse la noticia en “El País”, el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni salía al paso para señalar que “tras aceptar su dimisión como arzobispo de Lima”, al cardenal “se le impuso un precepto penal con ciertas medidas disciplinarias relativas a su actividad pública, lugar de residencia y uso de insignias”.

La medida en cuestión fue “firmada y aceptada” por Cipriani. “Y aunque en ocasiones puntuales se concedieron ciertos permisos para atender peticiones debidas a la edad y situación familiar del cardenal, en la actualidad, este precepto sigue vigente”, subrayó el portavoz.

 

Hechos probados

El comunicado del portavoz vaticano no aclaraba si las penas que le habían impuesto respondían a un proceso o si se le habían impuesto sin proceso. Tampoco señalaba nada respecto a si se le tomó declaración, si hubo hechos que resultaron probados según qué normativa canónica.

Tampoco se aclaró en ningún momento por qué, si se le habían impuesto una serie de penas, se le permitió seguir actuando en los dicasterios a los que pertenecía, incluso participar en un consistorio.

En medio del tsunami, el periodista Alejandro Bermúdez se preguntaba en las redes sociales hablando sobre el caso: “¿Otra vez Jordi Bertomeu traficando?”, haciendo referencia al oficial del Dicasterio para la Doctrina de la fe y encargado, en varias ocasiones por el Papa Francisco, de investigar asuntos relacionados con la pederastia. Hay que recordar que Bertomeu colaboró con la auditoría que el despacho Cremades&Calvo-Sotelo hizo para la Conferencia Episcopal Española.

 

Obedecer a la Iglesia

La historia no termina aquí. El martes 28 de enero de 2025, el arzobispo de Lima, Carlos Castillo, emitió un comunicado de apoyo a las víctimas de pederastia y a los periodistas que denuncian estos casos. Sin citar a su predecesor, criticó con dureza a quienes niegan la verdad y rechazan las decisiones de la Santa Sede, instándolos a la conversión y al abandono de justificaciones.

Posteriormente se publicó un comunicado de prensa de la Conferencia Episcopal Peruana en el que los obispos valoraron la decisión del Papa Francisco, destacando la combinación de justicia y misericordia en las medidas impuestas y llamaron a la oración por Cipriani y por la Iglesia.

El miércoles, 29 de enero, el cardenal Cipriani escribió una carta al presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y a sus hermanos en el episcopado peruanos. Reitera su inocencia y se ve obligado a precisar que “cuando el Nuncio en Perú me transmitió el precepto con el que la Congregación me limitaba algunas facultades, lo firmé declarando por escrito en el mismo acto que  la acusación era absolutamente falsa y que obedecería a esa disposiciones –como así he hecho- por amor a la Iglesia y por comunión con el Romano Pontífice”.

Con el Papa

Añadió además que “he aceptado unas medias preventivas ante la acusación recibida hasta que se aclare la verdad, a pesar de que tengan su origen en una acusación falsa, de la que no me he podido defender”. ¿Cuándo podrá el cardenal Cipriani defenderse de esa acusación?

Religión Confidencial ha sabido de fuentes fiables que el cardenal Juan Luis Cipriani, después de la reunión del 4 de febrero de 2020, se ha visto con el Papa Francisco en más de una ocasión, en orden a que todo lo ocurrido se haga desde la verdad, lo que explicaría las actuaciones públicas del cardenal, incluido el viaje a Perú para recoger una condecoración del alcalde de Lima. ¿Por qué ahora aparecen las noticias sobre su pasado? ¿Quién está interesado en ello y por qué? ¿A quién beneficia?

 

Nota de la Oficina de Comunicación

Al respecto, la Oficina de Comunicación del Opus Dei ha difundido la siguiente nota:

"Hemos recibido bastantes preguntas en la oficina de comunicación acerca de algunas informaciones publicadas en los medios recientemente. Respecto a la acusación de abusos de una persona contra el cardenal Cipriani, presuntamente sucedidos en 1983, desde la oficina solo nos podemos remitir a las declaraciones que hagan desde el Vaticano. Se trata de un cardenal de la Iglesia católica y depende directamente de la Santa Sede, no del Opus Dei. Él ha reafirmado su inocencia en dos cartas que ha hecho públicas y ha enviado a los medios.

La carta del 25 de enero de 2025 se puede ver en este enlace.

La carta del 29 de enero de 2025 se puede ver en este enlace.

En Perú el tema ha generado mucha controversia y división, ya que allí se percibe esta cuestión en clave política.