Tribunas
07/05/2025
La duración de un Cónclave
José Francisco Serrano Oceja
Los cardenales caminan en procesión
hacia la Capilla Sixtina en el Vaticano,
al comienzo del cónclave, el 18 de abril de 2005.
(Osservatore Romano via AP, archivo)
A las 16.30 de hoy miércoles 7 de mayo comienza el cónclave. Tensión marcada por la oración, la expectativa y la espera. La única información que tendremos es la de las horas que pasan. El silencio sólo roto por el símbolo. Blanco, elección. Negro, espera, dada por supuesta la esperanza.
Si cuando ustedes están leyendo este texto, se hubiera dado o se diera la fumata blanca, como muy pronto el jueves al mediodía, lo más probable es que se habría conseguido un consenso mayoritario, vulgo 89 votos, en torno a un candidato que arrancó desde las primeras votaciones con un altísimo número de papeletas. Podría ser el cardenal Parolin.
Si llegamos al mediodía del jueves con fumata negra, la clave de este Cónclave está en el jueves, o a lo sumo, en el viernes al mediodía, estaríamos hablando de un candidato de bastante consenso, pero que, por un lado, ha tenido un rival más o menos fuerte, y, por otro, ha necesitado de trasvase de votos y de un movimiento de papeletas. Por ejemplo, el cardenal Aveline o el cardenal Ambongo o el cardenal Prevost, o el cardenal Mamberti, o el cardenal Pizzabala.
A partir del viernes al mediodía, se complicaría más la cuestión, y entonces llegaría la sorpresa de las sorpresas, que pudieran ser bastantes nombres. Entre otras razones porque si pasan tres días de escrutinios y no se ha elegido se les obliga a 24 horas de retiro cardenalicio con meditación espiritual inclusive.
Lo que está claro es que no llegaremos, en ningún caso, a la situación que se dio en el Cónclave de Viterbo, en 1268, en el que los cardenales estuvieron 2 años y nueve meses deliberando.
Fue allí cuando el pueblo, que estaba cansado y además exhausto de tener que alimentar al Cónclave y a la corte cardenalicia, empezó a restringirles la comida, terminó dándoles solo pan y agua y, por último, decidieron quitarles el techo de la sala, en pleno invierno. Eligieron al Papa Gregorio X, que una de las cosas que primero hizo fue reglamentar los Cónclaves con el documento “Ubi periculum”.
No creo tampoco que estemos en el escenario de la elección de Julio II (1503), un papa renacentista, que no llegó a diez horas y cuya noticia ya enviaban los embajadores a los reyes antes de que se hubiera producido. Julio II Della Rovere, quien por cierto era sobrino de Sixto IV (1471-1484).
Quizá lo que más nos interese ahora es saber cuánto han durado los Cónclaves de los papas contemporáneos para, en su momento, comparar. ¿El tiempo de la Iglesia es el mismo que el tiempo de un Cónclave?
He aquí los datos:
19 de febrero – 20 de febrero de 1878, elección de León XIII.
31 de julio – 4 de agosto de 1903, elección de Pío X.
31 de agosto – 3 de septiembre de 1914, elección de Benedicto XV.
2 de febrero – 6 de febrero de 1022, elección de Pío XI.
1 de marzo – 2 de marzo de 1929, elección de Pío XII.
25 de octubre – 28 de octubre de 1958, elección de Juan XXIII.
19 de junio – 21 de junio de 1963, elección de Pablo VI.
14 de octubre – 16 de octubre de 1978, elección de Juan Pablo II.
18 de abril 19 de abril de 2005, elección de Benedicto XVI.
12 de marzo – 13 de marzo de 2013, elección de Francisco.
José Francisco Serrano Oceja