Opinión

“Se alinearon los planetas”

 

José María Alsina Casanova


Papa León XIV.

 

 

 

 

 

 

 

Hace unos días el Cardenal Vesco explicaba su experiencia en el cónclave con una frase significativa: “vi alinearse los planetas durante el cónclave, sin que necesariamente se intercambiaran las palabras”.

Es fácil deducir de esta expresión del Arzobispo de Argel la referencia a la rapidez insospechada con la que los cardenales electores se pusieron de acuerdo y fueron dirigiendo gradualmente su voto hacia el que sería elegido el nuevo sucesor de Pedro: el Cardenal Robert Francis Prevost.

¿Qué había pasado? Exactamente no lo sabremos. Los Cardenales en el momento en el que comenzó el cónclave hicieron juramento de guardar silencio y no revelar lo que había sucedido en la capilla Sixtina en los días de la elección. Sin revelar ningún secreto el Cardenal Vesco había dicho que “se alinearon los planetas”. Lo que humanamente podría parecer difícil se realizó y en muy poco tiempo. Los 133 cardenales convocados para elegir el nuevo sucesor de Pedro, conscientes de la responsabilidad que tenían y buscando el bien de todos, es decir de la Iglesia y el de esta humanidad sedienta, supieron con prontitud aunar sus voluntades para elegir al que “antes había elegido el Señor”.

Nuestro agradecimiento sincero al Colegio de Cardenales, pero de una manera particular a los que fueron cediendo en su voto. En los días previos al cónclave habrían meditado su decisión y habrían optado por el que consideraban más oportuno y así lo ejecutaron a la hora de dejar la primera papeleta, hasta algunos la segunda y hasta la tercera… en los rezagados que tuvieron que ceder para que el humo blanco de la chimenea de San Pedro hiciera exclamar de alegría a la multitud. Ejercicio de prudencia y docilidad que nos edifica, nos enseña, nos ayuda a estar dispuestos a ceder cuando se nos muestra “que los caminos de Dios no son nuestros caminos”, cuando la mirada es más grande y buscamos el bien mayor que es el bien común.

Detrás de esa docilidad se adivina una actitud de escucha. Se publicó un “video póstumo” del Papa Francisco en el que invitaba a los jóvenes a escuchar… ¡Es algo importante! les decía el Papa. Los Cardenales, en la gran mayoría elegidos por Francisco, supieron escuchar la voz del Espíritu Santo cuando depositaron su voto y el mundo volvió a quedar “boquiabierto”, ante el testimonio de obediencia (del latín “ob-audire”) de aquellos hombres que como antaño los pescadores de Galilea “se alinearon como planetas” en torno al Sol que nace de lo alto: Jesucristo el Señor Resucitado.