Tribunas
19/05/2025
León XIV nos invita a tener “sentido crítico”
José Francisco Serrano Oceja
El Papa León XIV, en la misa de inicio de su pontificado.
18 de mayo de 2025.
Es lógico que los primeros discursos y las primeras homilías de León XIV sean analizados con lupa.
Y además se les aplique diversos criterios de interpretación, hermenéuticos, desde las raíces de su pensamiento, los autores que cita, en particular los pontífices, las ideas novedosas, las ideas que retoma de su predecesor...
En el discurso a los miembros de la Fundación Centesimus annus, entre varias de las cuestiones interesantes que abordó hay una que me parece novedosa.
Es la referida la necesidad de cultivar el sentido crítico.
Dijo literalmente que “en el contexto de la revolución digital en curso, el mandato de educar al sentido crítico debe redescubrirse, explicitarse y cultivarse, combatiendo las tentaciones contrarias, que también pueden atravesar el cuerpo eclesial. Hay poco diálogo a nuestro alrededor, y predominan las palabras vociferadas, no pocas veces noticias falsas y tesis irracionales de unos pocos prepotentes. Por ello, el estudio y la profundización son fundamentales, al igual que el encuentro y la escucha de los pobres, tesoro de la Iglesia y de la humanidad, portadores de puntos de vista descartados, pero indispensables para ver el mundo con los ojos de Dios”.
Es importante la radiografía que hace sobre la proliferación de “las palabras vociferadas, no pocas veces noticias falsas y tesis irracionales de unos pocos prepotentes”. Es decir, de las fake news y de las tesis irracionales, no pocas de ellas productos de conspiranoias.
Lo contrario al sentido crítico es una obediencia ciega, una actitud entre ingenua, irracional y emotiva, con la que te meten todos los goles por goleada.
El sentido crítico es, sin duda, fruto del estudio y de la profundización, de una buena filosofía y de una mejor teología que permita un adecuado juicio o discernimiento sobre los lugares comunes del pensamiento, que no son pocos.
La invitación a cultivar el sentido crítico, también en la Iglesia, no es una invitación a un criticismo de-constructor que lo destruya todo, desde la historicidad de los Evangelios, los milagros, hasta la misma existencia de lo sobrenatural.
Es la invitación a analizar las realidades y fenómenos eclesiales desde el contexto, desde sus procesos evolutivos, desde su naturaleza, finalidad e intencionalidad.
Se trata de desentrañar las realidades que conforman hoy el tejido eclesial en sus justas medias. No vaya a ser que se nos hayan colado determinadas especies, que hemos asumido acríticamente, y que en el fondo no son más que eslóganes y formas utilitarias de conseguir lo que algunos pretenden.
Esto significa, estar alertas contra determinadas modas o contra determinadas cerrazones que se han asentado en el juicio de la historia y que han petrificado no sólo la tradición sino las expresiones de ese patrimonio, también simbólico, que da forma a la propuesta cristiana. Incluso a la liturgia.
Sentido crítico, por lo tanto, con espíritu de comunión y de unidad, no con espíritu de destrucción por sistema.
Dicho esto. ¿Qué será del Sínodo alemán en este pontificado, por ejemplo?
José Francisco Serrano Oceja