Tribunas
05/06/2025
La lupa sobre León XIV
José Francisco Serrano Oceja
El Papa León XIV en la Misa conclusiva del Jubileo
de las Familias, los Niños, los Abuelos y los Ancianos.
Hay dos sensaciones muy compartidas, a medida que pasa el tiempo, respecto al pontificado del Papa León XIV.
La primera es una especie de clima de relax generalizado, de calma, de tranquilidad, de estabilidad, como si un fuelle exterior e interior se hubiera desinflado. Fruto, en parte, del acelerado proceso de las intensas jornadas vividas desde que tuvimos la noticia del fallecimiento de nuestro recordado Papa Francisco. Quien ahora se pone nervioso, o manifiesta inquietud o preocupación, sabrá por qué.
Y también de la forma sobre la que está construyendo su pontificado el Papa León XIV. No olvidemos que Aristóteles decía aquello de así como sea el principio será el final.
El segundo movimiento es la lupa sobre León XIV en un mundo de lupas aumentadas y de hermeneutas por doquier.
No me voy a referir a los efectos del acontecimiento mediático en el que se ha convertido la Iglesia. Nunca había escuchado tantas conversaciones en la calle que tuvieran como objeto el Vaticano, la Iglesia, el Papa, los cardenales, como en los días pasados.
El pontificado se ha vuelto el pontificado de los medios también. Al menos hasta ahora. Por lo tanto, tenemos la Iglesia de los medios, el Concilio de los medios, el pontificado de los medios, los episcopados de los medios… Menos mal que la vida cristiana no es la vida de los medios en la experiencia de cada uno. O sí, para algunas formas juveniles de vivir la fe volcadas e influidas por las redes sociales.
Hablando de los medios, la tecnología que determina los medios, la aceleración de la historia y la dinámica de adopción tecnológica. El teléfono tardó 75 años en llegar a 50 millones de receptores. La radio necesitó 38 años y la televisión, 14. Internet alcanzó esa cifra en tan sólo cuatro, en los noventa. Facebook logró 50 millones de usuarios a los dos años de su lanzamiento de 2004. ChatGPT se lanzó el 30 de noviembre de 2022 y en cinco días alcanzó un millón de usuarios. ¿Alguien se piensa que esto no influye en nuestra percepción de la realidad, también la eclesial?
Pero vayamos a otro de los procesos que se dan en el presente, el de la observación de cómo se escrutan los movimientos, no de lo que dice el Papa, que afecta a la configuración de la doctrina, sino del gobierno.
Hay que tener en cuenta que, además de buscarse a sí mismo un sustituto en el Dicasterio de los obispos, León XIV tiene, en los vértices de la Curia, los siguientes cardenales prefectos que ya han cumplido los 75 años preceptivos para presentar su renuncia: Roche (Culto Divino), Semeraro (Causas de los Santos), Farrell (Laicos), Koch (Unidad de los Cristianos) y Czerny (Desarrollo Humano integral). Añádase la Prefectura de la Casa Pontificia.
Como acaba de escribir mi admirado Andrea Gagliarducci en un extenso artículo en Monday Vatican, “León XIV no hará movimientos precipitados, porque no está en su naturaleza. Sin embargo, vale la pena señalar la prisa con la que algunos al margen de la Iglesia, aparentemente desean ver a León implementar las reformas”.
Más adelante concluye:
“León XIV tiene mucho en lo que reflexionar. Por ahora, puede dirigirse directamente a su círculo de amigos de confianza en Perú. Sigue sintiéndose agustino y se puede pensar que se fijará en la cantina agustiniana. Tal vez llame a sus hermanos agustinos para llenar algunos puestos episcopales cruciales vacantes. Al mismo tiempo, el Papa debe construir un equipo sólido y leal. El futuro del pontificado dependerá en gran medida de sus elecciones”.
José Francisco Serrano Oceja