De Libros

 

Cuando Santander se convirtió en una ciudad martirial

 

Un grupo de intelectuales cántabros lanzan la reedición contextualizada del libro “A bordo del Alfonso Pérez”, un clásico de la literatura memorialística de la Guerra Civil

 

 

 

José Francisco Serrano Oceja | 09/06/25


 

 

 

  1. Testimonio de Ramón Bustamante Quijano
  2. Intelectuales cántabros
  3. Causa de beatificación de las diócesis
  4. El barco Alfonso Pérez
  5. La Guerra Civil en Santander
  6. Cantabria martirial
  7. "Mi vida es un milagro"

 

 

 


Los editores Alberto Vallejo, Héctor Ara y Antonio de los Bueis,
con Asun Peña, presidenta de la sección de Ciencias Históricas
del Ateneo de Santander.

 

 

 

El próximo lunes 16 de junio, a las 19, 30 horas, en el Salón de Actos del Colegio Mayor San Pablo (c/ Isaac Peral, 50) de Madrid, se presentará esta edición de un libro que se convirtió en uno de los más buscados por quienes querían saber algo de la historia reciente de Cantabria y de la ciudad de Santander.

De ese momento de la historia en el que la bahía de la “bella entre las bellas del harem de España”, como cantó Gerardo Diego, se convirtió en la patena del sacrificio martirial de centenares de nuevos testigos de la fe.

 

Testimonio de Ramón Bustamante Quijano

Muchos sabíamos que existía ese libro pero estaba más que agotado. No había ejemplares disponibles ni en las webs especializadas de lance. Personalmente, y perdonen los lectores esta referencia, fue mi santo y sabio párroco, don Antonio de Cossío y Escalante, quien me prestó de niño las memorias del cautiverio rojo que escribiera Ramón Bustamante Quijano, superviviente de esos acontecimientos, abogado del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid.

Ramón Bustamante Quijano escribió un precioso, por humano y nada corrosivo, testimonio de quien vivió no sólo los meses más dramáticos de la historia contemporánea en esa bella ciudad del norte de España, sino aquellos momentos trágicos en el barco Alfonso Pérez, auténtico altar del sacrificio de la humanidad redimida.

 

Intelectuales cántabros

Ahora un grupo de intelectuales cántabros, Antonio de los Bueis, Antonio Soler Ferrán, José Alberto Vallejo del Campo y Héctor Ara, que tienen en común la mayoría de ellos muchos años de docencia en los mas importantes Institutos de enseñanza media de la ciudad de Santander, han lanzado este proyecto editorial ejemplar: la reedición contextualizada del libro “A bordo del Alfonso Pérez”.

Una reedición que, como veremos, nos llega en un momento en que se hace necesaria la reivindicación de la memoria de los mártires de la persecución religiosa en España ante las infamantes leyes de memoria histórica y ante las deformaciones no sólo de lo que se están enseñando a las nuevas generaciones.

 

Causa de beatificación de las diócesis

Se da la paradoja de que, hasta hoy, esperemos que por poco tiempo, no se ha producido el acto de beatificación de los mártires de la causa diocesana de la persecución religiosa de inicios del siglo XX, es decir, en el período de la Segunda República y primeros meses de la Guerra Civil.

Diversas fuentes apuntan a que pudiera ocurrir a final de este año. Salvando algunos procesos que pertenecían a determinadas órdenes y congregaciones religiosas, queda pendiente la causa promovida por la diócesis, en la que indudablemente tendrán que figurar los nombres de no pocos sacerdotes y fieles laicos que son protagonistas de esta reedición.

 

El barco Alfonso Pérez

El barco Alfonso Pérez estaba atracado en la bahía de Santander. Por causa de la saturación de cárceles y checas de la provincia, sirvió de cárcel flotante (1936-37) para retener a universitarios, obreros, religiosos, sacerdotes, seminaristas, seglares de Acción Católica, militares y políticos durante la persecución religiosa y política en la Guerra Civil Española.

El 27 de diciembre de 1936, los republicanos se vengaron, después de un ataque de la aviación nacional, con los presos del barco: lanzaron bombas de mano desde las escotillas y dispararon tiros de ametralladora y de pistola contra los reclusos. Por último, fueron llamando a cubierta a los demás por orden de lista y ejecutados con un tiro en la nuca, hasta que se acabó la munición. Murieron 167 personas ese día.

 

La Guerra Civil en Santander

La Guerra Civil en Santander fue breve pero intensa en lo que significó de privaciones y sufrimientos de la población civil. Duró del 18 de julio de 1936 al 26 de agosto de 1937.

Según he podido comprobar de varias fuentes, a fecha del 23 de febrero de 2025, hay 2.130 beatificados y, de entre ellos, 11 canonizados, de ese período de persecución. Esperemos que pronto se puedan añadir más nombres de cántabros a esa lista.

El historiador Alberto Vallejo del Campo, con notable erudición, nos ofrece un estudio crítico y contextualizado de la historiografía de este período. Una de las más sintéticas e interesantes aportaciones al análisis de lo publicado, que es abundantísimo, sobre este período desde diversas escuelas y corrientes historiográficas.

 

Cantabria martirial

Señala Vallejo del Campo, que “A bordo del Alfonso Pérez” es un insólito relato de aventuras sobre la peripecia extrema vivida por un numeroso grupo de hombres que han sido llevados por otros hombres al límite de sus posibilidades existenciales (cautiverio, hambre, enfermedad, muerte…) hasta el punto de verse abocados a perseverar en la esperanza contra toda esperanza”.

En la aportación del filósofo Antonio de los Bueis Güemes se nos ofrece un detenido estudio de la Cantabria martirial en el que se recogen no sólo los testimonios de vida de no pocos mártires sino algunos datos curiosos.

Como por ejemplo, el hecho de que hubo pocas religiosas martirizadas ya que eran llevadas, como enfermeras, al hospital de Valdecilla para atender a los enfermos, lo que hizo que salvaran su vida.

 

"Mi vida es un milagro"

O lo que en su día escribió el Lehendakari del Gobierno Vasco en sus días de Santander, José Antonio Aguirre: “Yo mismo soy testigo del espectáculo macabro que ofrecían cerca de las peñas cinco cadáveres, desnudos, recientemente asesinados. Esto cerca de la casa donde el Gobierno Vasco vivía en Santander, en Cabo Mayor. Aquello no podía tolerarse. La americana de uno de los asesinados estaba en el jardín de nuestra casa con el agujero de la bala que lo había cruzado. Llamé al General Gamir y confirmó la aparición de varios cadáveres al pie de Cabo Mayor. Los execrables paseos que continúan y que yo pude apreciar viendo los cadáveres en el mar, el día que estuve en Cabo Mayor”.

El libro añade una curiosa aportación cuyo título lo dice todo: “Mi vida es un milagro: Soy hijo de un prisionero del Alfonso Pérez”, por Héctor Ara Sanz.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ramón Bustamante Quijano.
Edición de H. Aja, A. de los Bueis, A. Soler y A. Vallejo,
A bordo del Alfonso Pérez.
Camus editores