Tribunas

La grandeza de Alcaraz

 

Alberto García Chavida


Carlos Alcaraz. Wikipedia.

 

 

 

 

 

 

Hace poco más de una semana, los que nos gusta el tenis disfrutamos de lo lindo con un partido de los que crean afición, una final para el recuerdo. En la fantástica final de Roland Garros, se enfrentaban los dos mejores jugadores del momento actual, el vigente number one, el italiano Sinner y el número dos, nuestro grandísimo y jovencísimo Carlos Alcaraz. Fue todo un espectáculo de cinco horas y media, jugando a un nivel increíble. Un partido en el que hubo muy pocos fallos, todo fueron aciertos de uno y de otro.

Qué gran ejemplo de deportividad de los dos tenistas. Ningún mal gesto, sabiendo cantar buenas las bolas del rival aunque fuese en perjuicio propio, facilitando la tarea del juez de silla.

Pero, ¿cómo es posible que Carlos, con solo 22 años, sea capaz de levantar una partido, que se le puso tan difícil?, ¿dónde está el techo de Carlos Alcaraz? Se ha hablado mucho, y con razón, de la similitud con Nadal, de ese saber aguantar en los momentos más difíciles, de resistir, de pelear hasta el final.

Personalmente, pienso que lo de Alcaraz tiene mucho que ver con la virtud de la resiliencia. Esto es: aquello con lo que el hombre trata de descubrir y potenciar aquellas virtudes y acciones positivas, que pudieran ayudarlo a fortalecerse y perfeccionarse como persona.

Lo que vimos el otro día en Carlitos es lo que tenemos que hacer nosotros con nuestra vida, siempre, perseverar, cueste lo que cueste. La perseverancia no puede entenderse simplemente como terquedad en la búsqueda de lo decidido, así se haya dado cuenta de que puede estar equivocado, pues esto equivaldría a terquedad, un extremo no virtuoso. Por otra parte, la perseverancia no debe ser rutina, cumplir con algo decidido, pero sin saber el para qué se está haciendo. Siempre con un objetivo claro.

A destacar también la normalidad de Alcaraz, no quiere renunciar a su vida fuera del tenis, familia, amigos y salir. Y eso es algo llamativo. Uno tiene que tomar las riendas de su vida Las personas que intentan hacer algo y fracasan están definitivamente mejor que los que tratan de no hacer nada y lo consiguen.