Tribunas

Razones para asistir a “Católicos y Vida Pública”

 

 

José Francisco Serrano Oceja


Kevin D. Roberts, Ph.D., presidente de The Heritage Foundation,
el principal centro de pensamiento conservador de Estados Unidos
y uno de los más reconocidos e influyentes del mundo.

 

 

 

 

Los próximos días 14, 15 y 16 de noviembre se celebrará, como viene siendo habitual, el Congreso Católicos y Vida Pública. Desde sus inicios el Congreso se desarrolla el fin de semana anterior al inicio de la Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, también para que pudieran asistir los obispos, también entre el público. Algo que era más frecuente en los primeros.

Voy a ofrecer una serie de razones para asistir a este Congreso, que no tiene parangón en el catolicismo español. He aquí por tanto la primera de ellas. Díganme ustedes, si no, qué Congreso aglutina a tamaño número de personas y trae ponentes internacionales de la calidad de los que se anuncian.

En este año abre el Congreso el presidente de la Heritage Foundation, Kevin Roberts.

No pocas informaciones de medios han destacado de Roberts, y su Fundación, es un Think Tank cercano al Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Dado que no es posible, no sé si ha sido posible, traer a JD Vance, que me parecía un ponente de lujo, por eso del compromiso de los Católicos en la Vida Pública, la opción de Roberts parece la más adecuada.

Lo que sería deseable es que escuchar al ponente lo que dice para poder hablar luego de su ponencia, y no juzgar al ponente antes de que pronuncie su ponencia porque tenga más o menos cercanía a Trump. Roberts, al fin y al cabo, es un católico confeso de determinado, y señalado, catolicismo norteamericano que no se puede obviar.

¿O acaso los católicos en la Vida Pública sólo pueden ser católicos que militan en partidos de izquierdas o de ideas progresistas, y los que lo hacen en el mundo liberal, incluso liberal conservador, no?

¿Quién puede decir que lo que está pasando en Estados Unidos no es un fenómeno digno de análisis?

¿Acaso podemos prescindir en la reflexión de la teología política actual de interlocutores como Patrick Deneen, Sohrab Ahmari, Adrian Vermeule, Gladden Pappin, Peter Thiel o Josh Hawley, entre otros?

Por cierto, si me hacen una lista de interlocutores católicos de, digamos, el progresismo norteamericano, o mundial, se la agradezco.

De lo que estoy hablando, en la línea de lo escrito por Mark Lilla en su ensayo “La torre y la cloaca”, es del resurgimiento de una nueva política del bien común, de raíz católica, relacionada con los procesos postliberales. Esta es mi perspectiva maestra.

Por lo tanto, para quienes están preocupados por el llamado giro conservador relacionado con el populismo neo-religioso, darse una vuelta por el Congreso a ver qué dice este ponente no será perder el tiempo.

Dejemos de lado la reflexión, y sola reflexión, sobre los católicos y vida pública de plano inclinado o de los puristas del deber ser kantiano, obviando la experiencia contrastada de la pluralidad real.

La otra ponencia que me parece interesante es la de Sophia Kuby. Ahí tienen sus escritos, también los traducidos al español, y los temas relacionados con la ciencia, la cultura, la sociología, la vida. En 2000 se convirtió en portavoz de la red de medios “Generación Benedikt” y es miembro de la comunidad espiritual Emmanuel.

Tiene una ponencia suya en la página web del Colegio Español de Roma que merece la pena escuchar.

Con esto no quiero decir que el resto de los ponentes no merezcan la pena. He señalado un par por determinadas razones.

Una última. Este año, por primera vez, estará expuesto el Santísimo Sacramento en Adoración Permanente durante el Congreso. Esta razón de presencia sí me parece de peso para pasarse por allí y hacer silencio y rezar por los católicos que están en la vida pública, sea cual sea su sensibilidad.

 

 

José Francisco Serrano Oceja