Tribunas

La jerarquía católica y los juicios sobre la economía

 

 

José Francisco Serrano Oceja


Pensamiento social católico, mercado y políticas públicas.
Desafíos del siglo XXI.

 

 

 

 

Leí hace días en “Omnes”, quizá más que varios días porque ahora ha desaparecido ya de la portada, una entrevista que mi buen amigo Javier García Herrería ha hecho a los economistas Philip Booth y André Azevedo Alves a propósito de su libro “Pensamiento social católico, mercado y políticas públicas. Desafíos del siglo XXI”.

Un libro que yo había leído este verano y que me pareció una interesante aportación a la reflexión sobre la Doctrina Social de la Iglesia en la clave de la formación política, social y económica de los católicos.

Como toda reflexión intelectual sobre estas materias tiene sus sesgos. Pero esos sesgos, por ejemplo el ámbito geográfico desde el que está elaborado el libro, no afectan a la sustancia de la reflexión y de la propuesta.

Creo además que Juan Ángel Soto está detrás de esta traducción, es decir, de este proyecto, lo que me da una especial garantía. Juan Ángel es uno de los jóvenes talentos en la reflexión política internacional y en el mundo del pensamiento sobre las instituciones sociales, tercer sector, etc.

A lo que vamos. En la entrevista se les preguntaba, así, nada más empezar, si la Iglesia, la jerarquía, entienden bien cómo funciona la economía. No sé qué es lo que le hace pensar al entrevistador que la jerarquía puede no entender o haber entendido bien cómo funciona la economía actual.

La respuesta me pareció interesante y se la reproduzco textualmente. Perdonen la larga cita:

“En cierto sentido, no es función de la jerarquía comprender cómo funciona la economía a nivel técnico. La función de la jerarquía es proporcionar orientación moral y teológica, incluso en cuestiones económicas y sociales. Los documentos de la jerarquía emiten juicios que son contingentes. Los juicios sobre cuestiones económicas y políticas pueden cambiar con el tiempo por todo tipo de razones. Y creo que si sucumbimos a la tentación de creer que la jerarquía debe emitir juicios sobre aspectos técnicos de la vida económica, sería una forma de clericalismo. Que alguien sea clérigo no quiere decir que sepa de todo, mientras que hay otras personas que tienen conocimiento y autoridad en esas áreas. Los católicos en la vida pública tienen que hacer juicios prudenciales informados por consideraciones morales y teológicas sobre temas económicos y políticos”.

Entiendo que lo mismo que hablamos de economía tendríamos que hablar de  política o de comunicación. No descarto que haya miembros de la jerarquía que tengan la pretensión de acreditarse socialmente, incluso eclesialmente, haciendo juicios técnicos sobre la economía, la política o la comunicación, por citar disciplinas que pertenecen al ámbito de las ciencias sociales.

Salvando a los obispos, que los hay, que se han dedicado a esas ciencias sociales, o antes de ser ordenados sacerdotes o cuando ejercían el ministerio, y están acreditados por formación y experiencia en esas disciplinas, la costumbre de organizar determinados coloquios sobre estas materias e invitar a un obispo a que hable y dialogue parecería un brindis al sol.

Una nueva manera de decir aquello de “Ponga un obispo en su programa”. Idea que no creo que haga bien a la percepción del ejercicio del ministerio episcopal. Dar la impresión de que saben de todo y pueden hablar de todos los temas quizá no sea lo más adecuado. Tampoco lo contrario, es decir, que no puedan hablar de nada que no sea la mariología ahora tan de moda o la polémica “De auxiliis”, que ojalá se hablara más de esto.

No pocas veces ocurre que si aparece un obispo hablando de estas cuestiones lo hace por la dinámica de los medios de convertir a los obispos en líderes sociales.

Máxime si tenemos en cuenta que hay cuestiones políticas, económicas, sociales y culturales en las que los católicos pueden discrepar y seguir siendo buenos católicos.

Como dice uno de los autores de ese libro, que recomiendo, por razones también prudenciales podemos tener opiniones diferentes sobre la aplicación de la teoría económica a cuestiones políticas específicas e incluso está bien en estar en desacuerdo.

 

 

José Francisco Serrano Oceja

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Philip Booth; André Azevedo Alves.
Pensamiento social católico, mercado y políticas públicas.
Desafíos del siglo XXI.

EUNSA, 2025.