Iglesia-Estado

 

El Gobierno prepara la expulsión de la comunidad benedictina de la Basílica del Valle de los Caídos

 

En el marco del aniversario de la muerte de Franco. Bolaños negoció en Roma la sustitución por otra orden religiosa

 

 

 

11/11/25


 

 

 

Se acerca el cincuenta aniversario de la muerte de Franco y, no satisfecho el Gobierno de Pedro Sánchez con haber condenado al exilio comunitario al que era Prior Administrador, P. Santiago Cantera, y de haber conseguido sacar adelante un concurso arquitectónico de resignificación de gran parte de la superficie del templo de la hoy Basílica de la Abadía Pontificia de la Santa Cruz de El Valle de los Caídos, ahora ha iniciado el proceso de expulsión de la comunidad benedictina.

 

 

 

  1. Viaje de Bolaños a Roma
  2. Ahogados
  3. Se busca otra comunidad
  4. Audiencia del Papa
  5. Un comunicado
  6. No se han hecho públicas
  7. Antes de que llegue el Nuncio
  8. Los benedictinos

 

 

 


Valle de los Caídos.

 

 

 

Un movimiento que sirve para calentar motores de cara a la semana del 20 de noviembre, fecha del cincuenta aniversario de la muerte de Franco, que coincide además con la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española en Madrid.

Fuentes del entorno de la abadía como de Roma han confirmado a Religión Confidencial que las gestiones para la salida de la comunidad benedictina están muy avanzadas.

 

Viaje de Bolaños a Roma

La visita que el pasado 25 de octubre hizo a Roma el ministro de presidencia, Félix Bolaños, tuvo como tema principal el Valle de los Caídos, dato que ya apuntó algún medio de información eclesial que tiene vía directa con Bolaños.

El ministro de Presidencia de Gobierno habría planteado al cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, un plan para una “salida sin conflicto” de la comunidad benedictina a la que, en ámbitos gubernamentales, se refieren como “irreductible”.

 

Ahogados

En el trasfondo de la actual situación es el ahogamiento que sufre la comunidad benedictina a la hora de desarrollar su actividad porque, tal como se está diseñando el proceso de resignificación de los espacios sagrados de la abadía, no puede continuar con normalidad su vida comunitaria contemplativa.

A esa imposibilidad de vivir según su condición de comunidad se suman otra serie de problemas de carácter económico. Una especie de hostigamiento del Gobierno a los religiosos, según las fuentes del entorno de la abadía.

 

Se busca otra comunidad

Según ha sabido Religión Confidencial, el Gobierno ha solicitado a la Iglesia la colaboración para que otra comunidad religiosa pueda sustituir a la actual.

Aquí entra en juego quien ha sido hasta ahora el interlocutor entre Roma y el Gobierno de Pedro Sánchez, al cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo.

La Conferencia Episcopal Española ha sido mantenida al margen de este proyecto al menos en sus órganos colegiales.

 

Audiencia del Papa

Fuentes bien informadas apuntan a la audiencia privada que mantuvo el cardenal José Cobo con el Papa León XIV, el pasado 13 de octubre, como el momento en el que el arzobispo de Madrid le habría planteado al Papa esta cuestión y hubiera conseguido el plácet para iniciar los trámites de búsqueda de otra comunidad religiosa que sustituya a los benedictinos.

Este hecho, la llegada de una nueva orden, será utilizado por el Gobierno para intentar demostrar su buena voluntad con el mantenimiento de una comunidad religiosa en ese espacio resignificado.

 

Un comunicado

Una vez que un medio de comunicación digital ofreció la exclusiva del acuerdo entre la Santa Sede y el Gobierno sobre el futuro del Valle de los Caídos, el pasado 26 de marzo el arzobispado de Madrid hizo público un comunicado en el que se decía que “hasta la fecha, lo único definitivamente acordado ha sido la permanencia de la comunidad benedictina y la no desacralización de la Basílica, así como el respeto a todos los elementos religiosos situados fuera de la misma”.

Más adelante se afirmaba que “tras la iniciativa, decisiones y plazos que el Ejecutivo tenía sobre el Valle de los Caídos, la Iglesia ha defendido en todo momento a la comunidad y los espacios y símbolos religiosos”, para concluir que “el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha participado en este proceso como interlocutor designado dentro de una comisión eclesial. En este marco, se ha producido un intercambio de notas privadas sobre cómo articular la resignificación del Valle de los Caídos, insistiendo y garantizando siempre el respeto a los elementos religiosos y la permanencia del culto en la Basílica”.

 

 

 


Vía Crucis en el Valle de los Caídos.

 

 

 

No se han hecho públicas

Una de las paradojas de esta historia es que las “cartas y notas de trabajo” en las que se encontraban las condiciones de la actuación gubernamental en la Basílica, y que en principio se habían intercambiado el ministro Bolaños y el arzobispo de Madrid Cobo, nunca se han hecho públicas.

Posteriormente, el arzobispado de Madrid, con fecha 16 de abril, emitió otro comunicado, en el que señalaba que en el intercambio de “notas pro memoria de las reuniones celebradas en Roma entre el Gobierno de España y la Santa Sede”, documentos inéditos para la opinión pública, se había, alcanzado unos acuerdos que debían ser respetados por las partes.

Dentro de esos acuerdos se encontraba expresamente “la continuidad de la Comunidad monástica benedictina encargada del servicio litúrgico de la basílica, la hospedería y la escolanía”.

Además se hablaba del mantenimiento “de la basílica donde se celebra la Eucaristía así como sus signos litúrgicos y religiosos. Las intervenciones de carácter artístico y museográfico siempre garantizarán el destino litúrgico y cultural de estos espacios sin alcanzar a dicho espacio”. Lo mismo ocurría con las capillas.

 

Antes de que llegue el Nuncio

Fuentes consultadas por Religión Confidencial consideran que este proceso de salida de la comunidad benedictina del Valle de los Caídos se va a hacer público antes de que aterrice en España el nuevo Nuncio Apostólico, monseñor Piero Pioppo, con el fin de que no se vea condicionado su ministerio en España.

Sobre la mesa está cómo proceder a que se produzca esta salida, y también qué comunidad religiosa, y en qué condiciones, ocupará el espacio de la anterior.

La persona propuesta para garantizar “que los acuerdos son respetados y las intervenciones son acordes con las normas litúrgicas” fue el delegado de Liturgia de la Archidiócesis, Daniel Escobar Portillo, antiguo escolano del Valle de los Caídos.

 

Los benedictinos

En la web de la abadía, cuando se refiere a la historia de su presencia, ligada a la construcción de la Basílica Pontificia, se lee que “en un principio se pensó en alguna Orden de vida activa (dominicos, jesuitas, etc.), pero con la finalidad de realzar más el culto litúrgico en la Basílica, se optó en 1955 por una Orden monástica, decididamente la Orden benedictina, para lo cual se realizó una solicitud a la Abadía de Santo Domingo de Silos (Burgos), monasterio de larga tradición y restaurado en 1880 por monjes venidos de Francia de la Congregación de Solesmes”.

Es ahora el abad de Solesmes el que tendría que autorizar la salida de la comunidad benedictina, una vez que la comunidad, de forma autónoma tomara la decisión de marcharse sin crear polémica, antes de que se puedan producir escenas de una expulsión de la comunidad.