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La primera gran cita de León XIV con los cardenales será en enero y en consistorio extraordinario: expectativas y desafíos

 

 

 

14/11/25 | Zenón de Elea


 

 

 


La entrada de los cardenales en la Capilla Sixtina para el inicio del Cónclave 2025.

 

 

 

El Papa León XIV prepara un hito importante de su pontificado: la celebración de un consistorio extraordinario de cardenales los días 7 y 8 de enero de 2026. Así lo adelantó el National Catholic Register (NCR), citando una comunicación enviada por la Secretaría de Estado a los purpurados.

Aunque aún no hay confirmación oficial por parte del Vaticano, la noticia ha sido reproducida por otros medios y se da por hecho.

Los consistorios extraordinarios no son una convocatoria rutinaria. A diferencia de los consistorios ordinarios, en los que normalmente se crean nuevos cardenales o se fijan fechas de canonización, los extraordinarios se celebran para tratar asuntos graves o de especial relevancia para la Iglesia.

En este caso, León XIV se reuniría con los más de 250 cardenales en activo para escuchar sus consejos y discutir cuestiones centrales para el futuro del papado y del Colegio Cardenalicio, órgano clave en la gobernanza de la Iglesia y en la elección de futuros pontífices.

Rome Reports subraya que esta convocatoria puede interpretarse como un gesto de apertura y diálogo hacia los cardenales, quienes durante las sesiones precónclave habían expresado el deseo de ser escuchados y considerados en las decisiones del nuevo pontífice.

En su primer encuentro con ellos, el pasado 10 de mayo, León XIV ya había anticipado la intención de mantener un diálogo directo: "Habrá una breve charla con algunas reflexiones que quisiera compartir con ustedes, seguida de una segunda parte para escuchar consejos, sugerencias y cuestiones concretas", señaló según Rome Reports.

Este consistorio extraordinario recuerda precedentes recientes. Durante el pontificado de san Juan Pablo II se celebraron reuniones extraordinarias para tratar temas doctrinales y de gobierno eclesial. Más recientemente, el Papa Francisco convocó a los cardenales en 2014 y 2022 para dialogar sobre la familia y la reforma de la curia a través de la constitución Praedicate Evangelium.

Estos encuentros no solo consolidan la función consultiva del Colegio Cardenalicio, sino que también permiten al pontífice evaluar el rumbo estratégico de la Iglesia y fortalecer la colaboración con sus principales asesores.

El contexto del consistorio de León XIV es particularmente significativo. Hasta ahora, su pontificado, que comenzó hace apenas ocho meses, ha mostrado cautela en los nombramientos clave, limitándose a designar un sucesor al frente del Dicasterio de Obispos.

Otros cargos relevantes, como los de prefectos de Textos Legislativos o jefes de departamentos estratégicos, aún están pendientes. Rome Reports destaca que estos vacíos y la necesidad de renovación en ciertos puestos hacen que el encuentro con los cardenales sea aún más relevante para perfilar la línea de gobierno del pontificado.

Asimismo, se plantea la posibilidad de retomar algunas de las fórmulas de cercanía con los purpurados implementadas por Francisco, como el Consejo de Nueve (C-9), un grupo reducido de cardenales de diversos continentes que actuaban como órgano asesor directo del Papa. La reunión extraordinaria de enero podría ser un primer paso para definir si León XIV continuará con este modelo o introducirá nuevas estructuras de consulta.

Más allá de la logística y los nombramientos, lo que subyace a esta convocatoria es la reafirmación del papel esencial del Colegio Cardenalicio. Estos purpurados no solo son electores del Papa, sino también líderes que deben acompañar al pontífice en decisiones estratégicas y pastorales que afectan a millones de católicos en todo el mundo.

En un momento en que la Iglesia enfrenta desafíos internos y externos, la manera en que León XIV integre y escuche a su Colegio Cardenalicio puede definir la solidez y la dirección de su pontificado en los próximos años.

En suma, el consistorio extraordinario de enero se perfila como un evento crucial: un primer gran diálogo de León XIV con los cardenales, que combina tradición, urgencia y estrategia. Será un momento para evaluar prioridades, atender vacantes importantes y, sobre todo, reforzar la centralidad de un órgano que sigue siendo el corazón del gobierno de la Iglesia.