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Expertos dan algunas claves a sacerdotes para cuidar la salud mental y evitar la doble vida

 

Hablan el psiquiatra Carlos Chiclana, el jesuita alemán Hans Zollner y Anthony Ekpo, subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral

 

 

 

16/11/25 | Javier Arias


 

 

 

Algunos escándalos de dobles vidas de sacerdotes han sacudido recientemente el panorama religioso español, causando gran dolor entre los fieles, que leen con tristeza malos comportamientos de quienes deberían ser referentes.

 

 

 

  1. El celibato bien entendido
  2. Estudio con más de 100 sacerdotes
  3. Las claves del jesuita Hans Zollner
  4. El peligro del ‘burnout’
  5. Recomendaciones prácticas
  6. Dicasterio para la salud mental
  7. Consultas a las Conferencias Episcopales de todo el mundo

 

 

 


Monseñor Anthony Onyemuche Ekpo,
Subsecretario del Dicasterio para el
Servicio el Desarrollo Humano Integral.

 

 

 

Religión Confidencial ha consultado con varios expertos para tratar de conocer más en profundidad las causas que se esconden tras los casos de doble vida en algunos sacerdotes y sugerir algunos posibles remedios.

 

El celibato bien entendido

Carlos Chiclana, psiquiatra, publicó hace un año un libro sobre el celibato, en el que aporta claves y consejos que ayudan a vivir con alegría y sentido esta disciplina de la Iglesia.

Chiclana señala a Religión Confidencial que una doble vida en sacerdotes puede venir provocada por “no cuidar su vida personal auténtica, no cuidar los límites en las relaciones personales, por el cansancio, la deslealtad, la falta de formación personal, no haber sanado heridas previas, descuido de la vida espiritual o abandono de la unidad con quienes les quieren, la natural tendencia al egoísmo, el consumismo, al sexo o a la posesión de bienes. Igual que el resto de mamíferos humanos”.

Este psiquiatra constata que, en estudios realizados desde su clínica con sacerdotes, han llegado a la conclusión de que les ayuda “cuidar su vida de relación con Dios y la vida espiritual, apoyarse en la fraternidad sacerdotal, mantener las amistades personales y la vinculación con su familia, tener acompañamiento espiritual, la formación permanente y cuidar el sueño, la alimentación y el descanso”.

 

Estudio con más de 100 sacerdotes

Chiclana desvela que en los próximos meses tiene previsto publicar un estudio que han realizado con más de 100 sacerdotes. Algunas de las conclusiones, que adelanta, son que resulta primordial hacer un buen discernimiento para conocer “si Dios te da ese regalo del celibato. Si es tu vocación, incorporas de modo natural esa soledad que exige tener una dedicación plena a Dios y los demás”.

Según el estudio, aún no publicado, han detectado algunos factores protectores frente a la soledad, como vivir con otros sacerdotes, en familia o en comunidad; un mayor nivel de formación; asistir a las reuniones sacerdotales; cuidar cada día la vida interior, y tener apoyo y cercanía de los superiores.

 

Las claves del jesuita Hans Zollner

El jesuita alemán Hans Zollner ha estudiado en profundidad la relación de abusos en el seno de la Iglesia. En estos momentos dirige el IADC – Instituto de Antropología. Estudios interdisciplinares sobre la dignidad humana y la cura de personas vulnerables, en la Pontificia Universidad Gregoriana.

En conversación con RC, Zollner sostiene que “detrás de una doble vida casi nunca hay solo un pecado o una debilidad personal”. Señala que “puede haber factores relacionados más bien con una falta de integración de la dimensión afectivo-sexual, una realidad institucional y personal que lleva a vivir el ministerio sacerdotal de manera aislada y una cultura de secreto —del “no decir”— que puede favorecer conductas paralelas”.

“Muchos sacerdotes no han interiorizado realmente el significado del celibato como una elección de libertad y de entrega. Cuando esta dimensión no ha madurado, el celibato puede convertirse en un peso o un peligro”, afirma. Aunque sostiene que “no es una causa única”, sí defiende que se trata de “un factor que se multiplica cuando se suma a la soledad y a la falta de fraternidad real y de acompañamiento espiritual y humano”.

Para afrontar esta realidad, Zollner habla de la necesidad de incluir la dimensión psicológica y espiritual en la formación humana permanente, desde los seminarios y casas de formación, y renovarla regularmente durante todos los años de ministerio.

 

El peligro del ‘burnout’

Zollner subraya que puede existir relación directa entre la excesiva carga de trabajo que soportan algunos sacerdotes y la tendencia a las autocompensaciones.

“Lo vemos a menudo en casos de estrés crónico, cuando no existen límites claros definidos entre el trabajo y la vida personal. En estos casos, puede surgir la necesidad de compensar de manera inmediata, con alcohol, drogas, comida, pornografía, relaciones afectivas desordenadas o refugio en lo digital”.

Hace hincapié en que es muy importante recordar “que la prevención de las conductas desordenadas —y también de los abusos— pasa por la prevención del burnout (agotamiento profesional) y la construcción de comunidades donde uno pueda mostrarse vulnerable sin miedo”.

Por todo ello, Hans Zollner defiende la importancia de cuidar la salud mental dentro del clero. “Como Iglesia, debemos ser conscientes de que la salud mental forma parte de la vida espiritual. No basta con tener acompañamiento espiritual: se necesitan procesos regulares de formación humana permanente, también durante todos los años de servicio ministerial”.

 

Recomendaciones prácticas

Como recomendaciones prácticas para los sacerdotes que puedan verse envueltos en las situaciones descritas, Zollner aboga por “romper el silencio” como primer paso, y decir la verdad a una persona de total confianza, ya sea un superior, director espiritual o un psicoterapeuta.

Una vez dado ese paso, recomienda, si es necesario, pedir ayuda profesional. “No para ser juzgado, sino para comprender qué está ocurriendo y cómo se puede salir de esa situación”. Añade que “hay casos en los que también se necesita una pausa ministerial, para evitar daños mayores y permitir un verdadero trabajo personal”.

 

 

 


Hans Zollner SJ.

 

 

 

Dicasterio para la salud mental

Para conocer más la labor que se está haciendo desde el Vaticano en esta línea, Religión Confidencial ha conversado con monseñor Anthony Ekpo, subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Monseñor Ekpo cuenta que desde su Dicasterio “se ha llevado a cabo un proceso de diálogo y escucha activa con las Iglesias locales, para conocer mejor sus preocupaciones, retos y experiencias positivas en la promoción de la salud mental y cuáles son las respuestas más eficaces frente a las necesidades emocionales y espirituales”.

“Es realmente impresionante la diversidad de iniciativas mencionadas en prácticamente todas las regiones del mundo: desde campañas nacionales enfocadas en la salud mental, hasta la Novena por la salud mental, pasando por la formación específica para quienes se preparan para la vida y el ministerio sacerdotal, diaconal y religioso”, explica.

 

Consultas a las Conferencias Episcopales de todo el mundo

Durante los procesos de escucha, diálogo, investigación y análisis que el Dicasterio llevó a cabo junto con las Iglesias locales, Anthony Ekpo resalta que varios expresaron su preocupación e interés por el estado de la salud mental de los sacerdotes.

“Diversos obispos y superiores religiosos han expresado su preocupación particular por los sacerdotes y demás ministros eclesiales. Como respuesta, han implementado oficinas de asesoramiento, conectado a los interesados con profesionales de la salud mental, y han creado grupos de apoyo espiritual entre pares”.

Desde distintas Conferencias Episcopales del mundo, se trasladó al citado Dicasterio que es necesario dar mayor importancia a formar a los candidatos al sacerdocio, a la vida religiosa y al ministerio laico, así como a quienes ya desempeñan estas funciones, en el acompañamiento espiritual de personas con problemas de salud mental. Monseñor Ekpo resalta la necesidad de promover el uso de herramientas y prácticas espirituales que pueden ayudarles a mantener una salud mental equilibrada.

Otro punto importante, señalado por los representantes de la Iglesia local en respuesta a las preguntas del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, es la necesidad de ayudar a los ministros a comprender los aspectos básicos de una salud mental positiva y de los trastornos mentales.

“Igualmente, destacaron la importancia de discernir cuándo es necesario derivar a quienes buscan su orientación espiritual a especialistas en salud mental, para que les realicen una evaluación o les prescriban un tratamiento”, concluye el subsecretario.